Partida Rol por web

- De verdad que espero que no tengamos que llegar a algo tan exagerado cómo una guerra por este conflicto, por suerte para nosotros Lord Hollster no tiene una gran abundancia en aliados. 

Aquello era cierto, hasta Erik podía reconocer que un alzamiento de David no despertaría muchas alianzas, al menos no dentro de la nobleza. Dentro del pueblo... Si de verdad era el líder del Escudo de la Justicia, la cosa sería diferente. 

El desayuno termina plagado de conversaciones menos peliagudas y conflictivas, principalmente por molestas intervenciones de Lucas. A aquel niño inmaduro no le gustaba hablar de guerras... Erik no tenía claro si ese niño tenía claro todo lo que significaba ser un caballero. 

Al llegar a la sala los recibe el sonido de la sonora voz de Bish. 

En todo caso, finalmente tanto Charles cómo Erik se despiden de Lucas y de la silenciosa Jasmine, y se encaminan juntas hasta la sala del Consejo, con Zaziel siguiéndolos de cerca. De hecho, Charles se ofrece voluntario a ayudar a Erik a seguirle el paso, pero Erik se niega. Conocía bien aquel camino, y confiaba mucho más en su sirviente que en aquel hombre que parecía todo fachada. 

- ... Un incompotente. - Estaba acabando de decir en ese momento, entre risas. - Nunca pensé que te llegaría a echar de menos, Libertti.

- No se si alegrarme de escuchar eso... - Responde Remo con tono cansado, parecía que la vuelta a casa no le había sentado muy bien. Al cabo de unos segundos. - Buenos días Lord Charles, Lord Erik. - Bish repite el saludo, pero en un tono más jovial, para nada con la formalidad requerida.

Charles se va automáticamente a hablar con Bish, parecía interesado en el progreso de los barcos. Por otro lado, Remo se acerca a Erik y le habla con tono discreto, parecía que había ganado más confianza con él durante el viaje. 

- Lord Erik, me han contado que alguien entró en su dormitorio. ¿Sabe ya quien fue? ¿Se llevaron algo de valor? - No parecía la típica curiosidad morbosa. Remo parecía realmente preocupado. 

- Lo único que se llevaron fue mi confianza en la seguridad del castillo, Remo. Aún nadie sabe quién fue. Pero lo encontraremos.

Puesto a que parecía que Erik no estaba muy abierto a hablar sobre el tema, Remo decide no hacer más comentarios al respecto y sólo pregunta cosas que dictan toda buena educación (Que tal está, ha descansado, etc...). 

El tiempo pasa, en lo que cada vez se convierte más en un silencio incómodo, hasta que por fin suenan pasos detrás de la puerta. El rey entra por la puerta, y por lo que puede escuchar Erik, caminaba más nervioso que de costumbre (Poco digno para alguien de su categoría). Tras sus pasos lo seguían de cerca los gráciles pasos la reina, tan ligeros que parecía que aquella mujer no tuviera ningún problema sobre sus espaldas. Cuando el rey y la reina están sentados, y los saludos protocolarios estaban dados, cualquier conversación se acaba esperando a las primeras palabras del rey. 

- Vamos a empezar. - Dice el rey, con los pulmones cargados de autoridad, aunque con un tono no tan seguro. - Cómo habréis notado, Alphonse no asistirá a está reunión debido a que está de visita en las Tierras de Kihn. La reina actuará cómo Consejero Espiritual durante su ausencia. 

Ni que aquello fuera algo nuevo, Alphonse no solía abrir la boca durante las reuniones. 

- Estoy seguro de que todos estáis ya al corriente de los puntos a discutir durante esta reunión, pero me gustaría comenzar por aquel que consideró más urgente. Lord Erik, por favor, relate sus descubrimientos frente al Consejo. Quizás la mayoría ya conozcamos los detalles pero creo que es lo más adecuado tener las ideas claras antes de discutirlo. 

Cuando el rey dice sus palabras, me levanto, para proyectar mejor mi voz.

- Como bien saben, he estado en las tierras de los Hollster durante la última semana, junto a Remo. Mi misión era informarme acerca de ese grupo llamado "Escudo de la Justicia" y descubrir todo lo posible acerca de ellos, para poder posteriormente eliminarlos.

Dejo unos instantes de pausa.

- Por una parte, la misión ha sido un éxito, pues con la ayuda de mis hombres he descubierto quién es el líder y por consiguiente dónde operan. Las malas noticias, es que ese hombre es el actual Lord Hollster. No solo contamos con el testimonio de aldeanos, si no con el de su propia hermana. Ella... insinuó incluso que fue David Hollster quien tramó la muerte de su propio padre.

Tras estas palabras, me siento a esperar la reacción. No espero gran cosa, puesto que estas noticias ya las tenían. Aunque la confirmación de parte de su hermana podía ser un dato nuevo que resultara clave.

La única respuesta que recibe Erik tras sus palabras es una carcajada sonora de Bish. 

- Ese capullo se ha estado riendo de nosotros en nuestra cara durante mucho tiempo ya. ¿A que estamos esperando para clavar su cabeza en una estaca?

- Eso sería imprudente y precipitado. - Interviene la reina. - Además de que todo hombre merece ser juzgado ante los ojos de Kihn antes de ser ejecutado. 

Bish no replica a eso, y la verdad es que no era extraño. Ya era bastante tenso el tema de la religión con los Zwegs cómo para echar más leña al fuego. 

- Es cierto que Lord David será sometido a un juicio. - Repite el rey, cómo todo perrito faldero fiel. - Pero lo primordial ahora es decidir cómo abordar el tema de su... "Arresto". Creo que Lord Erik podrá darnos su opinión y podríamos... Discutir sobre la misma. - Aquel tono no sonaba muy prometedor para Erik. 

Maldición. Ese gordo de mierda quería hacerme decir lo mismo que le dije ayer. Pero el resto de comensales no eran tan estúpidos como el rey.

- Sí, mi rey. Llevo toda la noche meditándolo, y he llegado a una conclusión. Conozco las tierras de los Hollster mejor que nadie en esta sala. Me crié ahí, y en gran parte me siento responsable de lo que ocurra ahí, puesto que ha sido durante mucho tiempo mi hogar. Mucho me temo, también, que los Escorpión tenemos la mayor capacidad para asediar una fortaleza como Gortress actualmente.

Sí, este plan quizá era hasta mejor que el anterior, aunque necesitaría la colaboración de mi hijo. La mayor responsabilidad recaerá en él.

- Señores y señoras del consejo, los Escorpión nos ofrecemos a liderar el arresto del Lord David Hollster, y estaremos preparados para hacerlo por las buenas o por las malas.

El silencio se extiende en la sala, y esta vez dura más que antes. Tan siquiera Bish lo interrumpe con una de sus carcajadas. Pero finalmente es el rey el que termina por intervenir. 

- ¿E-está seguro, Lord Erik? - Dice claramente sorprendido ante el cambio de planes.

Pensaba que se alegrarían de que me fuera. Pero no sé de qué se extrañan. Al fin y al cabo, soy un Escorpión proponiendo ir a acabar con los bandidos una vez más.

- ¿Y qué otra posibilidad hay, mi rey? Helltia tiene otras cosas de las que preocuparse. Quizá no pueda manejar una espada, pero aún sé cómo dirigir a mis hombres.

- Si esa es su voluntad... - Comienza a decir el rey. - Bueno, sin duda sus maniobras han sido impecables cuando se trata de eliminar a bandidos. Quizás si sea el más adecuado para este cometido. 

Está vez Erik si que puede escuchar una risa amortiguada, apenas audible, por parte de Bish. Seguramente se había cubierto la boca, pero no hace ningún comentario fuera de eso. 

- ... Si nadie tiene nada que objetar. - Termina por decir el rey. 

- En mi opinión debería evitarse en toda la medida llegar a las armas. - Comenta solemnemente la reina. - La prioridad sigue siendo traer a Lord Hollster hasta la capital para que sea juzgado ante la voluntad de Kihn. 

No parecía que nadie fuera a objetar respecto a eso. Tras una silenciosa aprobación, Charles interviene. 

- ¿Planea comandar a sus propios hombres, Lord Erik? Mi oferta para preparar a una comitiva de entre los mejores hombres del castillo sigue en pie. 

- No estaría de más tener más efectivos, por supuesto. Agradezco la comprensión, Charles.

Con esto, doy por mi parte el tema por zanjado, a no ser que alguien diga algo al respecto.

- Supongo que eso queda el asunto zanjado. - Concluye el rey, que aún está un tanto traspuesto por el cambio de planes. Al rato añade. - El siguiente punto a discutir... - Se mantiene pensativo durante varios segundos, entonces Erik puede sentir cómo la reina le susurra algo, y el rey acaba diciendo. - Cierto, la presencia de Golems no está disminuyendo, de hecho sólo está aumentando. Creo que el substituto de Remo tenía reportes al respecto. 

- Así es, ya me he puesto al corriente yo mismo. - Dice de pronto Remo, que se había mantenido en el más estricto silencio todo el rato, hasta tal nivel de que Erik se había olvidado de que estaba ahí. - No dejan de llegar quejas y refugiados. Por la procedencia de las mismas, es evidente que los Golems están cada vez más dispersos y por lo tanto lo más normal es que hubiera pocos avistamientos en una misma zona pero... No importa cuantos son destruidos, siempre aparecen más. Algunos testigos afirman también que son cada vez más grandes...

- Las patrullas que regresan de los lugares atacados cuentan historias parecidas. - Añade Charles, con tono preocupado. - El asedio los abate con facilidad pero siempre aparecen más. Debemos encontrar un método más definitivo. Hay que frenar su paso de alguna forma. 

- Cierto es. - Dice el rey, también preocupado. - ¿Pero cómo? El reino nunca se había enfrentado a algo cómo esto... 

- Todo será más fácil si en vez de mirarlos como criaturas los miramos como piedras. Unas zanjas con barro los pueden detener temporalmente. Y si hubiera alguna forma de lanzarlos al mar no volveríamos a verlos.

Eran cosas obvias que quizá ya habían pensado. Igualmente, dudo que las zanjas de barro realmente los detengan mucho tiempo. Lo del mar sí que podría ser efectivo, pero a ver cómo los lanzan.

Por el murmullo que emite Charles, parecía interesado en la sugerencia de Erik. 

- Hum... Es arriesgado pero... Quizás podamos encontrar una solución posible combinando ambas ideas. Quiero decir... Esos seres se mueven sin rumbo ni dirección fija. Si encontraran algo que les dificultara el paso, cómo por ejemplo una montaña barro... Quizá tomarían una ruta distinta... Y quizás... Quizás de esa forma podríamos dirigirlos a otro lugar, cómo al mar, por ejemplo... - Pero tras unos segundos concluye. - Pero es una locura, utilizáramos lo que utilizáramos haría falta mucha mano de obra... Y es demasiado arriesgado, estarían trabajando demasiado cerca del peligro que pretenden evitar. 

La sala vuelve a quedarse en silencio. 

No digo nada al respecto. De hecho, no me interesa dar demasiadas ideas. Espero pacientemente a que hable el siguiente.

- Sin duda es una posibilidad que no debemos descartar. - Reconoce la reina. - Sólo necesitaríamos una buena fuente de los materiales necesarios. Ya sabemos que los muros de piedra o madera los derriban con facilidad... Tiene que ser algo que realmente los haga cambiar de dirección por instinto. 

- Si de verdad queremos barro podemos pedírselo a los Phal [*]. - Comenta Bish, al que evidentemente le estaba divirtiendo ese tema. - Esos cabrones no han movido un desde que comenzó este tema porque son los que están más lejos de las montañas, ya podrían comenzar a hacer algo útil. 

- Vigila tu lengua, Bish. - Dice Charles, claramente ofendido. 

Bish hace una risita. 

- Yo sólo expongo los hechos, Charles. - Dice divertido. 

- Ya está bien. - Dice el rey para poner orden. A veces conseguía poner una voz digna... Sólo ha veces. - Ya hay bastantes conflictos en el exterior cómo para comenzar más aquí.

- ¿Vamos a dejar que los Phal se queden de manos cruzadas mientras que los demás tenemos que tragarnos a esas criaturas?

- Ya hemos contactado con Lord Phal y estamos esperando su respuesta. - Dice el rey, y en su tono dejaba claro que no iba a darle más vueltas al tema. - Tendremos que dejar el tema de cómo desviar la trayectoria de los Golems apartado hasta encontrar una solución viable... Estoy seguro de que Charles podrá encargarse de ello. 

- Así será. - Es lo que dice Charles a toda respuesta, pero su tono sigue siendo más serio de lo habitual.

- Creo que esos eran los dos temas más urgentes a discutir. ¿Alguien quiere añadir algo? 

Tras una pausa silenciosa, el que interviene de nuevo es Bish. 

- Creo que os pueden interesar algunos rumores que han llegado desde Goldort Oeste. - Risita. - Hablan del levantamiento de una banda... No recuerdo el nombre. Pero he escuchado que una cierta "Araña" está implicada... ¿No le es familiar ese pseudónimo, Lord Erik? - Su tono parecía indicar que intentaba provocar a Erik. 

Pensando que la reunión había terminado, estaba llevándome mi copa a la boca para dar un sorbo.

Cuando Bish dice lo que dice, mi mano pierde fuerzas y la copa se cae en la mesa, derramando todo el vino. El silencio se hace en la sala. Parece que solo queda el eco de las risas de Bish.

Sin encararme siquiera hacia él, digo:

- Por tu bien, Bish, espero que esta no sea ninguna de tus bromas. ¿De quién has oído semejante barbaridad? La Araña murió.

El asalto a mi habitación... si ambos hechos estaban relacionados, se avecinaban tiempos difíciles para mi.

Bish se ríe sonoramente ante la reacción de Erik. 

- Tranquilece, Lord Erik. Si los rumores son ciertos ha vuelto a morir. Parece que esa tal Araña tiene complejo de gato, eh. - Pequeña pausa, Erik casi podía sentir la mirada de Bish clavada en él. - En todo caso, ha vivido lo suficiente para alterar las cosas en Goldort Oeste, parece que se encargó de acabar con el jefe de una banda de allí y el nuevo jefe ya se está moviendo. No creo que sea algo que deba preocuparnos, es sólo una panda de idiotas acabados matándose entre ellos, pero creo que sería prudente no quitarles el ojo de encima... Siempre podría extenderse más de la cuenta. 

- Cómo usted bien ha dicho, no es algo que nos afecte. - Dice el rey, que parecía querer acabar con ese tema cuanto antes. - ¿Tiene algo más que comentar?

- De hecho, sí. - Responde Bish algo ofendido y con poco interés. - Imagino que aún recordáis los rumores de la existencia de un "barco fantasma".

- Claro que sí... Eran sólo... Leyendas de marineros. - Dice el rey, algo precavido.  

- Se diría que los piratas se han aficionado especialmente a esa leyenda. El mar está plagado de ellos, buscando la cabeza del capitán de dicho barco. El rey de los piratas ha prometido su trono al que la encuentre. - Risita. - Debo reconocer que esos piratas tienen formas curiosas de perder el tiempo. 

- Llegaron noticias sobre avistamientos de piratas muchos más frecuentes que de costumbre, enviados por Lady Kihninwater... - Añade la reina, con tono desconfiado - Pero la misma no conocía las razones. ¿Dónde has conseguido esa información? 

- No todo barco que atranca en nuestro puerto es tan fiable cómo parece. - Dice Bish, y por su tono no le daba mucha importancia al asunto. - Sólo hay que saber escuchar a los marineros sospechosos, nunca sabes lo que puedes descubrir. 

- ¿Deberíamos preocuparnos de que esos piratas lleguen hasta aquí? - Dice el rey algo preocupado. 

- A no ser que atranque aquí un barco fantasmal, imagino que no. - Responde Bish, acompañado de una risita. 

- En todo caso... - Continua inseguro el rey. 

- No se preocupe, majestad, ya tengo un marcha varios proyectos para reparar los barcos a los que se les necesitaba sacar el brillo. - Lo interrumpe Bish. 

- Está bien, informeme de los progresos cuando los haya. - Ordena el rey. 

Y tras estás palabras parecía que Bish había terminado con sus comentarios a añadir por el silencio que las acompañó. Tras varios segundos el rey vuelve a hablar. 

- Supongo que esto es todo por hoy... 

- No se si es necesario comentarlo pero... - Comienza a decir Remo, tímidamente. 

- ... Continúe, Remo. - Dice el rey con tono cansado. 

- Esperaba que la reina lo comentara, pero imagino que no es importante si no lo ha hecho. - Comienza a decir Remo, con tono dudoso. - Mi substituto me habló de que hay ciudadanos preocupados porque... Han escuchando rumores de conflictos en las tierras de Kihn. 

- No es nada de lo que deba preocuparse. - Dice la reina, en tono tajante. - Todos los conflictos están siendo controlados, mi tío ha ido a asegurarse de ello hasta allí. 

- Oh, de acuerdo... Informaré de ello a los ciudadanos más insistentes. Lamento las molestias. - Acaba por decir Remo. 

- No es molestia. - Dice la reina con una dulzura que parecía fuera de lugar tras el tono de sus anteriores palabras.  

- Ahora sí. - Dice el rey, ahora con tono tajante. - Doy por finalizada la reunión.

Los miembros comienzan a irse tras una breve y formal despedida. Primero se marchan Remo y Charles, que parecía que iban a comenzar una discusión sobre el tema de los Golems. Tras ellos, se marcha Bish entre risitas, que desde el punto de vista de Erik no venían a cuento a aquellas alturas. Cuando Erik va a levantarse después, puede notar que unos pasos se acercan a dónde está él, espera que se traten de los de Zaziel pero se da rápidamente cuenta de que es rey. 

- ¿Se encuentra bien, Lord Erik? No tiene buena cara desde que ha escuchado los rumores de Bish. 

- Mi rey, si alguien le dice entre risas que su peor enemigo ha vuelto de entre los muertos, probablemente para vengarse, ¿cómo se sentiría? Espero que los rumores no sean ciertos... o que sean ciertos por completo. Pero usted no tiene por qué preocuparse por esto. Es un tema entre mi guardia personal y yo. Ahora, si me disculpa.

Y hago ademán de irme. Si no me detiene, seguiré hasta mi habitación, a paso lento pero cuidadoso.

- Lord Erik... - Dice el rey de pronto, cuando Erik estaba a punto de marcharse. - Quiero que sepa que haré caso de su advertencia. Creo que hoy he podido apreciar más claramente el tipo de persona que es Bish. No le quitaré el ojo de encima. 

Me giro lentamente.

- Me alegra que haya tomado la decisión inteligente, mi rey...

...por una vez en la vida.

Y me vuelvo a girar para marcharme.