Partida Rol por web

Erik camina hasta sus nuevos dormitorios sin más interrupciones.

Zaziel lo guía hasta uno de los sillones de la sala de invitados (Erik no había tenido aún tiempo de acostumbrarse a la estructura de aquella habitación) y tras eso su mayordomo personal se entretiene en hacer algo que tenía pendiente desde la noche anterior. Comienza a deshacer las maletas de Erik y a organizar su ropa, a la vez que saca de los armarios y cajones toda la ropa que habían traído de Erik. Zaziel tenía un sistema para encontrar rápidamente todo lo que Erik le pedía, aquello debía de ser un caos para él. De hecho, Erik puede sentir también cómo Zaziel mueve algunos muebles de sitio, seguramente para hacer espacio para que Erik pudiera moverse con mayor libertad. 

Sin previo aviso, comienzo a hablarle a Zaziel.

- Zaziel, no moveré la piedra de sitio. Ahora mismo mi habitación... mi antigua habitación, es el lugar más seguro. Ya han buscado ahí, y va a estar totalmente desprotegida. Todo esperan que lo que sea que hubiera en mi habitación, esté en esta ahora. Quiero aumentar también la guarda fuera de la habitación. Tanto en la puerta como en el exterior, bajo la ventana.

Zaziel deja de hacer lo que está haciendo y se acerca. 

- ¿Desea que vaya a avisar ahora a su guardia? 

- Sí Zaz. Y a la vuelta... que venga ese chiquillo que nos ha servido comida hoy. Tenía una voz dulce, irá bien para relajarme un rato.

Mi pequeño vicio. En momentos de tanto estrés era lo mejor, sin duda. Sé que es algo que no ha aprobado nunca nadie. Zaziel tampoco, pero nunca lo ha dicho. Es mejor así.

[...]

Un rato después de que se marchara el chiquillo, me siento pensativo en la cama. Zaziel espera fuera de la habitación a mi llamada, así que tengo tiempo para pensar a solas.

Mi objetivo era el mismo que antes de marcharme de la capital: arreglar el reino. Tal como estamos, eso es imposible, a causa del rey. Por tanto, el rey debe dejar de ser rey, y la única manera de que ocurra es muriendo. Ya que no parece que vaya a morir de forma natural pronto, habrá que acelerar el proceso. Si iba a ocurrir mientras yo estaba fuera, solo había alguien de suficiente confianza como para hacerlo: mi hijo. Pero tendría que darle buenas razones para que quisiera hacerlo. De primeras, una buena idea sería cenar con él.

- Zaziel, entra.

Zaziel entra.

- Prepara una comida con mi hijo para hoy. Aquí mismo, o en sus aposentos, me da igual.

Rápido y eficaz cómo siempre, Zaziel va a contactar con uno de los criados para que entregue el mensaje a Lucas. Tras al menos una hora de espera, Lucas responde invitándolos a comer al cuartel de la guardia. No era de extrañar, no podía abandonar su puesto justificando la ausencia con una "comida familiar". Pero estaba claro por la predisposición de su hijo (Poco común en él en estos casos) que tenía claro que si su padre quería hablar con él debía de ser por algo importante. 

Una vez que Erik está listo, rozando su hora habitual para comer, el mismo se encamina junto a Zaziel al lugar. Por suerte, la habitación de Erik no estaba lejos del cuartel de la guardia... Quizás su hijo se había encargado personalmente de seleccionarla. Allí los guardias lo dejan pasar sin siquiera preguntar (Daba gusto que lo conocieran a uno en un sitio) y su hijo lo recibe en su despacho. 

- Buenos días, padre, o quizás buenas tardes. Por favor, tome asiento. - Lucas le pone una cariñosa mano en la espada a su padre y lo guía hasta una sala contigua, dónde se podía escuchar cómo unos criados ya estaban preparando la mesa. Tras sentarse Erik, Lucas prosigue. - Espero que no le haya importunado el venir hasta aquí, pero me es imposible abandonar mi puesto a estas horas. 

- ¡Bobadas! No estoy tan viejo. Puedo moverme por la fortaleza. Además, este lugar será un buen cambio de aires.

Me siento. Nos sirven vino. Bebo.

- Hijo, no te creerás lo que ha dicho hoy Bish en el consejo.

Me moría por decírselo a Lucas, a ver qué opinaba de semejante disparate.

- Dice que hay rumores de que la Araña está liderando a un grupo de bandidos. ¿Te lo puedes creer?

- ¡Eso es imposible! - Suelta de pronto Lucas, totalmente convencido de ello. - De la lengua de ese Zwerk lo único que sale es veneno. - Añade con palabras cargadas con rencor. - El fuego consumió a esos maleantes hasta las cenizas, seguramente ese enano sólo buscaba provocarte. 

- Jajaja!

Estallo en una carcajada, finalmente aliviado. Mi hijo tenía buen juicio.

- Tienes razón, eso mismo pensé yo. Igualmente, no me ha hecho ninguna gracia volver a oír hablar de él. En mis pesadillas aún puedo verle...

Puesto que era un recuerdo de cuando conservaba la vista, la imagen era nítida en sus sueños. Pero no eran agradables.

- Me temo que ayer no pudimos ponernos totalmente al día, hijo. Cuéntame, ¿qué tal ha ido todo durante mi ausencia?

Por las palabras de su hijo, Erik no descubre mucho más de lo que ya sabía o imaginaba. Más refugiados, habían venido más voluntarios de la Iglesia, había una presencia más accentuada de Dyr por las calles... Las cosas estaban intranquilas en algunos sectores de la nobleza, en parte porque algunos ataques de Golems habían afectado a familias lejanas o también porque había rumores de conflictos en las tierras de Kihn. La criminalidad seguía a un nivel normal, pero los rumores del Escudo de la Justicia no dejaban de crecer, muchos apuntaban a que ya no podías fiarte ni de tu vecino.

- En general... las calles están infestadas de una tranquilidad tensa... No ocurre nada, y al mismo tiempo todos esperan que tarde o temprano estalle algo. Incluso mis hombres se están comenzando a tragar la palabrería del pueblo. 

- No todas las guerras se ganan con espadas, hijo. Y el escudo de la justicia está haciendo guerra a través de las gentes. Es una guerra fría. Aunque como todas las guerras, no sales herido si no luchas en ella. O si dejas que otro luche por ti. Por eso los reyes siempre han vivido más que los soldados.

Comienzan a traer la comida. Olfateo con hambre. Ataco al cocido.

- Huele delicioso...

Espero a que se marchen los que nos sirven, y sigo hablando.

- He tenido magníficas ideas para mejorar la calidad de vida del reino, pero voy a necesitar tu colaboración.

- Sabe que siempre puede contar conmigo, padre. - Responde Lucas, servicial. - ¿Ha tomado una decisión respecto a los Golems? - Añade con especial interés. 

Asiento con la cabeza.

- Van a ser una parte importante de la primera fase de reestructuración del reino. En cierto modo, tenemos su control. Y con su control, el ejército más temible de Helltia. Solo tenemos que aprovecharlo.

Doy otro bocado para darle tiempo a imaginar la forma en que los voy a usar.

- Dime, Lucas, actualmente cuales son las dos facciones de Helltia que evitan que nuestras tierras vuelvan a ser ricas, grandes y poderosas como antaño? Unas tierras donde las gentes vivían felices y con seguridad. Dime, ¿cuáles crees que son?

Lucas medita unos segundos. 

- Sin duda una de ellas es la Iglesia, padre. - Dice con seguridad. - De la misma forma que de cara el público parecen estar de parte del pueblo... Es evidente que su actitud es sólo una estratagema para ganarse su confianza. Cualquier idiota puede darse cuenta de eso si conoce la verdad tras la paz y prosperidad de las Tierras de Kihn. - Pequeña pausa. - Pero si debería elegir a otra facción... No sabría si decantarme por la propia nobleza que cierra los ojos ante la situación o por los Zwerks, por lo que se por usted cada día aprietan más la soga de las deudas alrededor de nuestro cuello. 

Sonrío levemente.

- Sí, sí, por supuesto que los Zwerk son un problema... pero me refería a alguien mucho más cercano, alguien perteneciente a Helltia. Por supuesto que la misma capital es ahora un problema, pero no son gente que me preocupe. Estaba pensando, por ejemplo... en los Hollster. Hay que reconocer, que con todo este tema de los bandidos son una verdadera molestia.

- Sin duda cabría esperar que después de que David sea ajusticiado las cosas mejoren. - Dice Lucas con seriedad. - Estoy seguro que algunos señores menores discutirán por el control de sus tierras... Pero supongo que eventualmente las cosas se estabilizaran... ¿Le preocupa que intente hacer alguna locura? ¿Ha tomado el Consejo ya alguna decisión de cómo tratar el tema?

- Me temo que si que lo sé. Se ha decidido que yo mismo sea quien ajusticie a Lord Hollster... y lo he propuesto yo mismo. Es todo parte del plan.

Y espero a su reacción. Probablemente se horrorice.

- ¡Padre...! - Dice Lucas, efectivamente horrorizado. - Usted... - Se queda mudo durante unos segundos. - ¿No es demasiado arriesgado? Es evidente que ya hay gente detrás de usted, a juzgar por el ataque a sus habitaciones... ¿Está dispuesto a exponerse a ser visto en campo abierto?

- ¡JA! Estoy más seguro en campo abierto rodeado de golems que entre los muros de esta fortaleza. ¿Crees que alguien del consejo me toma por un amigo?

Por favor, que no diga Remo.

- De cualquier forma, no voy a tocar ni una espada, y estaré en el cuartel de campaña la mayor parte del tiempo, con Zaziel. Mientras tanto... los golems librarán otra guerra.

Me callo un momento. Ya mi voz era débil en esos momentos, pero había riesgos que era mejor no correr.

- Zaz, asegúrate, por orden mía y de mi hijo, que nadie, absolutamente nadie, nos interrumpa durante la comida. Ni los guardias.

Una vez Zaziel se marcha (aunque él ya sabía el plan) sigo hablando con mi hijo.

- Mandaré llevar la piedra a Kihninstone. Sé lo que vas a decir, pero no planeo meter ese cacharro dentro de la fortaleza de Kihninstone ni nada parecido. Solo necesito que los golems armen un escándalo en las murallas. ¿Entiendes lo que tu anciano padre pretende?

Lucas tarda bastante en contestar. 

- Si le soy sincero, padre, no esperaba que mandará a los Golem a la batalla tan pronto pero... Comprendo que no queda otra opción, si queremos alejarlos de Helltia... - Dice Lucas sin mucho ánimo. - Pero tengo que reconocer que desde un punto de vista estratégico, las tierras de los Kihninstone son un lugar importante por el que comenzar. Se podría decir que controlan en gran medida la frontera entre las diferentes regiones de la Alianza. Pero eso también las hace un lugar temerario que atacar... Si los Golems llegan hasta ahí, tendrán que soportar un ataque a tres bandas. 

- A dos. Helltia no contará con escorpiones, prácticamente lo único de por aquí que puede contra esas bestias. Además, adivina quién tendrá a sus espaldas a parte del ejército.

Hago una media sonrisa.

- En otro orden de cosas... oficialmente voy a las tierras de los Hollster a detener a David, para presentarlo ante la justicia por sus crímenes y blablabla. En la práctica, voy a ganarme un aliado.

Y tú jugarás un papel importante en ello... pero aún no lo sabes.

- Si tiene que elegir entre presentarse ante la justicia y ser condenado con total seguridad, o unirse a mi en la lucha contra el gobierno de Helltia, está claro qué elegirá. Además, puedo ser... muy persuasivo. Pero nada de esto tendrá sentido sin la parte final del plan. Mientras medio reino está sumido en el caos, tu protegerás las espaldas del rey. El único verdadero ejército que quedará aquí será tu guardia. Confío en que serás tú quien libere al reino de su intento de gobernante.

Tras estas palabras, mastico el filete que habían traído. La conversación era complicada, así que estaba nervioso y me estaba costando tragar. Doy unos sorbos de vino para pasar la comida.