Partida Rol por web

Le hago una mueca afirmativa a Rakas mientras tiro de los ropajes de Arza y le hago un gesto para que nos peguemos todos a la pared.Mientras avanzo (siempre detrás de Arza) voy palpando pared y suelo por donde paso, también retiro del suelo piedrecillas y limpio con la mano el polvillo de la pared siguiendo con mi intención anterior, no solo de notar y ver cualquier resquicio o grieta extraña distinta a la formación natural de la roca, sino también buscando runas o escritos.

Arza miraba asombrado el panorama que tenía delante. Ninguna de las salidas era una buena opción, pero desde luego la más alejada era la más peligrosa, porque corrían aún más riesgos de ser detectados. Susurrando a sus compañeros les pregunta:
¿Por dónde vistéis al kobold?¿o preferís ir por la salida más cercana que tenemos y que tiene un buitre por lo que veo?

Mientras veía a sus compañeros buscar posibles trampas o problemas, Rakas no pudo dejar de preguntarse que podría encontrar en esos nidos. Sin embargo no cometería la estupidez de meter las manos en alguno que tubiera crias.
Se acercó a un par manteniendo las distancias y siempre atento a los buitres.
Quizás deberiamos mirar algunos nidos por si encontramos algún rastro de las mercancias de Randamis, los pajaros tienen la tendencia a guardar en los nidos cualquier cosa y podrían haber cogido algo mientras comian.

Gliadel tuerce la boca con una expresión facial entre extrañado y meditabundo.

-¿Y que hay de los nidos de los pollos que acabamos de matar?

De ser un pájaro el que cargó la mercancía de Randamis me jugaría la armadura que fue alguno de los gigantes que matamos antes y no uno de estos.-

Posa la vista en cada uno de los nidos tratando de averiguar algo sobre los buitres gigantes o el paradero de las mercancías en ellos.

Mientras se dedica a esta tarea un pensamiento inunda su mente.¿Hasta que punto nos dejaran los buitres acercarnos a ellos o a sus nidos?

- tanto rebuscar, nos vamos a pasar aquí el día, tendré que echaros una mano - , y se pone a repasar las paredes en busca de posibles pistas. - no se si saldremos bien de esta pero vamos a coger mucha experiencia en buscar - dijo mientras dejaba escapar una leve carcajada.

-Gliadel tiene razón. Opino igual qué él que de mirar deberíamos mirar los nidos grandotes y esos tienen que destacar del resto...aunque me da a la nariz que la recompensa para los buitracos esta en sus estómagos y no en sus nidos. Aun así busquemos, busquemos, pero con mucha cautela. Estos buitres no parece que nos quieran atacar así de primeras, pero si quereis les hago la "danza del buitre" como antes, uno por uno, para que esten calmaditos

Mientras el clérigo y el explorador intentaban encontrar los nidos que pudieran pertenecer a los buitres gigantes, que supusieron serían los más grandes, el resto continuó con su busqueda. El barbaro intentando revisar los nidos más cercanos y el resto siguiendo la pared, verificando que no hubiera ni trampas ni puertas ocultas.

Los nidos más grandes fueron fáciles de encontrar, simplemente eran los más grandes. Al revisar el primero de ellos, donde todavía el sol alumbraba lo suficiente como para ver bien no detectaron nada de valor. Solo unas plumas. Sin embargo vieron, algo más hacia el interior de las cuevas, en la penumbra un par de nidos que, por el tamaño, también pertenecían a la especie gigante.

El bárbaro, entre tanto se acercó primero a uno de los nidos y, al observar que había un par de polluelos en el mismo, optó por no acercarse, sobre todo al ver como los buitres más cercanos se comenzaban a impacientar.

Se dirigió a otro nido, esta vez el más cercano a la pared y, junto con Ecthelion y Arza intentaron ver si había algo en el mismo. Aves no había, ni crias, ni huevos. Es más, al verificar con más cuidado descubrieron que NO era un nido, sino una serie de ramas que tapaban un hueco en la pared.

Este hueco de no más de un metro de alto y otro de ancho, se internaba en el interior del cerro, siendo la cuarta via de acceso. Lamentablemente este nuevo tunel no estaba vacío. El único capaz de distinguir las sombras de los dos cuerpos que se encontraban en el interior fue el pícaro que, intuitivamente se alejo un paso y así evitó ser atacado.

Los kobolds, que aparentemente os estaban espiando, reaccionaron ante las figuras que descubrieron el tunel. El más lejano tiró un dardo en dirección al mago, que se le clavo en la piel sin causarle demasiado daño. En tanto el otro intentó clavarle su lanza al bárbaro arañándole la armadura pero sin causarle ninguna herida.

Ahora si los pudieron ver. Los Kobolds eran tan pequeños como pensaban y portaban una armadura de cuero y una lanza. Además, parecía, que tenían algunos dardos que si bien no hacían demasiado daño eran, cuando menos, molestos.

sorprendido por el kobold, Ecthelion se quita el pequeño dardo, mientras maldice para sus adentros y prepara el bastón para atacar al kobold

Sabía que adentrarse sin más podría causar problemas.
Arza con su ballesta en las manos no se lo pensó y se alejó para después disparar. Así tendría algo más de espacio para sacar su estoque que en este caso le vendría mejor.

Gliadel para intuitivamente al mediano apretando con su mano derecha el pequeño hombro de Menzo al intuir que algo pasaba mal a sus espaldas.

¡Que demonios esta pasando!

Ante la primera sorpresa y ataque del kobold, Rakas no se lo pensó dos veces y lanzó su jabalina contra el pequeño enemigo. No parecian peligrosos y prefería deshacerse de él cuanto antes.

JAJAJAJAJA, ¡PEQUEÑO NO DEBIAS HABER HECHO ESO, A POR ELLOS.!

Dió un paso hacia atrás para tener espacio, el kobold no desaprovechó la oportunidad que le daba el bárbaro y volvió a adelantar su arma. Si había herido a Rakas, este no dio señales de haberlo sentido y lanzó su arma. Que vió como impataba contra su enemigo y lo atravesaba dejandolo malherido.

Por un momento me quedo estático al oir los gritos del kobold -¡Está dando la voz de alarma! ¡Maldita sea! -Intento escuchar dentro del tunel en el que estoy para ver si oigo alguna reacción en el interior.

El kobold que quedaba vivo no tenía intenciones de quedarse, arrojo su pequeña lanza en dirección al bárbaro, con muy mala puntería, y a continuación se internó por el tunel.

Por los gritos del Kobold que Gliadel no alcanza a ver,este adivina que la zona de sus amigos se encuentra relativamente controlada...de momento.

Brevemente escudriña la penumbra moviendo la cabeza hacia los lados y entrecerrando los ojos para ver si reconoce alguna figura amenazante en torno a los nidos gigantes, mientras, al mismo tiempo, embraza su maza con el brazo izquierdo.

La sensación de estar dividido no es una sensación buena en el combate. Eso lo aprendió de Galezas, su mejor amigo y mentor en el monasterio, y eso sentía en sus propias carnes en estos instantes. Seguramente es una sensación desproporcionada, producto del nerviosismo, si analizamos la situación real. Sus compañeros apenas estaban a unos metros de Menzo y de él y parecían defenderse bien del ataque sorpresa perpetrado por los Kobolds.Pero por ser consciente de ello no dejaba de ser una sensación dominante.

Su reflejo segundo tras embrazar la maza es acercarse a sus compañeros con cuidado de no pisar a ningún buitre de los que por ahí pululaban

-Reagrupémonos Menzo... ¡Te cubro!-

El clérigo retrocede sin dejar de observar la negrura que tanto le había inquietado...

Mientras el clérigo vuelve hacia sus amigos, uno de los pájaros lo ve amenazante y, al pasar le lanza un picotazo, que, por suerte no consigue acertarle.

El ave, sin embargo no se prepara a seguir atacándolo, solo lo mira curiosa como retándolo a intentar pasar tan cerca de el nuevamente.

Mi cara refleja fielmente el pánico. Negando con la cabeza a Gliadel y señalando insistentemente el interior de la gruta con el dedo, le digo en un semitono, lo justo para que él me oiga: -Noooo, vienen por aqui, estoy seguro; diselo a ellos, presto, diles que vienen por este lado.-Acto seguido me escondo dentro del gran nido con la espada desenfundada y con un vial de ácido en la otra.

Ecthelion se adelanta un poco,saca su arco y coloca una flecha, - No te vayas pequeñín - , pero la flecha surca el aire sin encontrar su objetivo. - Vaya este se escapa, ¿lo seguimos? -

Arza no se lo pensó, tenía que intentar parar al kobold antes de que se alejara. Avanzó con paso rápido después de ver al guerrero cargarse al primer kobold, y en cuanto avistó al segundo disparó la ballesta.

El jovencillo peloriano reacciona brincando a un lado al ver como un buitre al que apenas había percibido acerca su cabeza a él para acabar intentando asestarle un picotazo en el muslo.

- ¡OEEE! ¡Tranquilo!, ¡tranquilo!-Vocea al buitre en un tonillo receloso – Intentad no acercarse mucho a estas ratas con plumas,-Dirigiéndose al grupo- No aprecian la buena compañía …

Apartándose un poco del pájaro comienza como a reflexionar para sí.

-Bueno llegados a este punto parece que los buitres no son el mayor de nuestros problemas. Parece obvio que tenemos a más “amigos de los que se huelen el culo unos a otros” esperándonos abajo. Podemos subir al camino de arriba asegurándonos así que no nos embosque alguien por detrás a la bajada. Lo malo es que les daremos más tiempo para que se organicen contra nosotros a los de abajo.

Yo voto por bajar por aquí ahora-Dice señalando el camino grande- ellos son pequeños y tendrían ventaja contra nosotros en el túnel por donde intentaron sorprendernos aquellos dos.
Podríamos intentar bloquearlo para que no nos den otra sorpresa por detrás...-Comenta mientras observa a su alrededor para ver si encuentra alguna piedra u objeto que le pudiera servir para esta causa.-

Arza les dejó exponer sus ideas mientras fue a recuperar su virote, muy atento a cualquier señal de algún otro kobold. Sin duda, sus compañeros hacían el suficiente ruido para no poder escuchar bien.
Además del virote, se puso a comprobar si el kobold tenía algo que mereciera la pena; después comprobaría el otro kobold, el que murió por la jabalina.
Una vez recuperado el virote, lo volvió a colocar en la ballesta aunque dependiendo de lo que fueran a hacer llevaría en la mano otra arma más util.

Una vez finalizada la inspección de los kobolds, intentó localizar alguna pista de si por aquí habían traido los caballos, o lo que le habían robado a Randamis.