Partida Rol por web

Ves a Marta al final del pasillo. Está quieta, de pie, a la sombra. Parece un espectro blanco con ropas rojas y te mira desde allí. Por la puerta resuenan los quejidos gimoteantes de Raquel y se puede oír el rumor de la voz de Gari intentando consolarla, aunque no se entienden las palabras.

Marta parece estar un poco más cerca que antes, pero jurarías que no se ha movido. O tal vez sí.

Me sorprende su reacción y trago saliva sin saber que hacer o que decir. Para nosotros no es posible salir de aquí tan fácil. Somos niños y el mundo de fuera es solo para adultos. De todos nosotros ella es la que tiene mas posibilidades de salir, es una niña rubia con ojos azules, como los que buscan los padres para llevarse a casa.

Raquel...podemos tratar de estar juntos aquí en este sitio. Ser amigos y ayudarnos los unos a los otros.

Miro a Marta extrañada. Está rara, muy rara, tan rara que no parece Marta.

-Esa no es Marta, debería estar contenta, o llorando. Y no tan seria y tan blanca. Seguro que no es Marta, es otra cosa con la cara de Marta. ¿A lo mejor la han convertido en vampira?. No, no, eso seguro que no, no podría salir a la luz del sol. A lo mejor se la han comido, como a mi dedo...- pienso muy asustada.

Me miro el muñón, agitando la cabeza para no recordar lo que pasó. -No pasó nada, hubo un accidente en casa, mamá murió, papá murió y a mi se me cayó un dedo, esas cosas pasan.-

-Hola... tú-. saludo a eso.

- ¿Habéis calmado ya a la rubita? —pregunta con asco.

Te mira atentamente con los ojos bastante abiertos. Su voz no ha vacilado, ha sido firme y decidida. Se inclina ligeramente hacia ti.

- ¿Sabes, Amanda? Me pareces una buena niña. Ojalá Raquel fuese como tú y no un muñeco movido por sus propios celos. Por sus miedos.

Suspira.

Y una voz estridente os llama la atención. Está cerca de vosotras y jurarías que ha surgido de la nada.

- ¿No deberíais pensar en ir para clase, niños? Luego llegáis tarde y... —sonríe maliciosamente, casi deseoso— y luego tenemos que castigaros.

Mientras concluye su frase, os mira muy atentamente. Muy fijamente. Como un hambriento observa un filete: ñam ñam ñam.

- ¡Tu no eres mi amigo, solo eres amigo de las niñas tontas!.- le grito apartandome de el. Voy donde estan mis escasas pertenencias y las reuno intentando hacer una especie de atillo con una sabana. Por mis ojos se derraman lagrimas de rabia e impotencia.

- El niño tonto no me quiere a mi, quiere a las otras niñas solo....

La miro sin saber que decir ni que hacer. Esta claro que no quiere razonar conmigo...así que que otra forma me queda?. Pegarle, amenazarle con unos cachetes?...chivarme a un adulto?. Mis instintos me dicen que la mande a la porra y no perder mas el tiempo con una niña que a todas luces es odiosa y a la que no le cae nadie bien menos su perro...si es que ella lo ve, claro.

Me levanto de la cama y con un gesto resignado la miro, antes de salir del cuarto.

Como tu quieras...pero luego no digas que estas solo y triste. Si lo estas es solo porque quieres.

Una vez fuera hago un gesto a Amanda para irnos.

No hay nada que hacer. Ni le gusto yo ni le gusta nadie. Es una niña odiosa...

Tan pronto sales, Gari, y te diriges a Amanda, ves que está hablando con un profesor.

Me quedo parado viendo la cara que tiene el tipo y luego, aunque me cueste un poco, me pongo junto a Amanda.

- No me digas esas cosas¡¡¡- exclamo.- Tu tienes muchas amigas para jugar, yo solo quiero irme a mi casa, no quiero estar aqui. Sois todos tontos.- grito.

Dejo mi equipaje, me da igual salgo corriendo de la habitacion.- ¿porque no me entienden? ¡Yo solo quiero irme!¡Solo quiero que me abracen y me digan que todo va ir bien!¡Solo quiero que alguien me quiera un poquito!

Me choco con Gari justo cuando yo voy a abrir la puerta, y él sale por ella. No se que ha pasado con Raquel, porque no he podido escuchar la última parte de la conversación.

-Gari, dice el profe que tenemos que ir a clase ya. Si no, nos van a castigar.-

Me asomo a la puerta, tanto para avisar a Raquel como para alejarme del profesor de la cara torcida y de la niña que se parece a Marta, pero que no es Marta.

-Raquel, tenemos que ir a clase. El profesor está aquí.- digo apresurada, deseando que se levante lo antes posible.

Detengo a Raquel cuando sale corriendo del cuarto y le tapo la boca para que deje de gritar.

Claro profesor...ahora mismo nos vamos a clase...verdad?

¡NO QUIERO!.- grito casi mordiendo la mano de Gari, odio que me sujeten, odio ese sitio y esa niña tonta ¿Que vamos a estudiar en clase?¿Para que voy a sacar una buena nota si mi mama no va a colgarla en el frigorifico?

El extraño profesor se ríe con voz torpe y quejumbrosa. Os mira a todos un instante y luego se dirige a Raquel.

- ¿Es todo lo que quieres que se haga con tus notas, niña? Quieres que, tras verlas, ¿las colguemos en la nevera del comedor?

Se iergue en toda su estatura y se atusa las ropas. Con gesto cansado inspira con fuerza y prosigue con su charla.

- ¿Quieres ir a ver a nuestro psicólogo? Tal vez prefieras hablar sobre ello; si prefieres no ir a clase... dímelo. Estamos aquí para ayudarte.

El profesor sonríe al decirlo, aumentando su sonrisa con la última frase.

Abrazo aun mas fuerte a Raquel y le tapo mejor la boca. No me importa que me muerda, así estará callada.

No hace falta profesor...solo a visto una araña y se ha asustado...ahora mismo vamos a clase. Sin soltar a la niña me alejo hacia las clases mientras le hago un gesto a Amanda para que nos Siga.

Como todo en este maldito lugar no me hace mucha gracia en profesor y algo me dice que ir a ese psicólogo no es buena cosa.

-Odio al señor de la cara torcida.- pienso mirando sus afilados colmillos en su cara de come niños.

Ayudo a Gari para no meternos en más problemas. Agarro a Raquel del brazo y empiezo a tirar de ella hacia en aula.

-No se preocupe, no creo que Raquel necesite un picólogo de esos, las arañas son feas y malas y nos dan miedo a todos*. Ya nos vamos a clase.- digo sin soltar el brazo.

Me doy la vuelta, sintiendo los ojos del profesor y de la niña que no es Marta clavados en la espalda.

-Umh, si no le digo que venga, va a sospecha algo.- pienso sintiéndome como un ganster de las pelis viejas que le gustaban a Lela. Secuestrando a Raquel, haciendo tratos con la cosa disfrazada de Marta.

-Marta, ¿vienes a  clase?. Si no, te castigarán a ti tambien.- digo en voz alta sin parar de caminar.

De detrás del diabólico profesor sale una seria Marta, os mira un instante, y sin dirigiros la palabra echa a caminar con vosotros. Se pone a la par de Gari y, durante un instante, esboza un gesto triste.

Mientras os alejáis, sentís la mirada del alto y estirado profesor y, ya de fondo, oís una risilla tenue, cascada, con reminiscencias a tabaco y aguardiente.

Me gustaría apretar el hombro de Marta para darle ánimos, pero sujetando a la enloquecida Raquel no puedo, así que me limito a sonreirle y guiñarle un ojo. Ya hablare con ella cuando salgamos de clase.

No se que me revienta mas, que me tapen la boca cuando quiero gritar por donde se puede meter las notas o que le guiñe el ojo a Marta.

Le doy un codazo para apartarlo de mi y que pueda quedarse con su amiguita Marta mientras redoblo el paso hacia el aula, dejandoles atras. Ya ni me molesto en decirles lo tontos que son... cuando se duerman me ire.- pienso.- Me ire lejos, con Gol no me da miedo...y se quedaran juntos y felices todos los niños tontos en su cole tonto.