Partida Rol por web

Damien trató de esconder sus emociones en lo más profundo de su alma y cerrarlas bajo una capa de lógica. Era difícil.

-Esperad, hay algo más... cuando el guardián del agua fue invocado, todos caímos dormidos, es posible que Jules conjurara, pero es igualmente posible que fuera otro grupo más, separado o aliado con Jules. ¿Celeste, le sentiste conjurar?

-¡Y no entiendo porqué pelean! Ambos grupos quieren dejar en libertad a Jorosh, unos porque le adoran, y otro porque cree que sacudirá las mentes de las personas, pero el proceso es el mismo ¿Cual es la razón de su enfrentamiento?

-¡Hay algo más algo que se nos escapa!.-Damien recuperó la compostura que había perdido y su rostro se iluminó...-¡¿Y donde puede estar Horas?! Celeste... ¿Lucien daba impresión de tenerlo? ¿De haberlo invocado?

-Creo que debemos aparentar todos que no ha pasado nada, Fiona, devuelve por favor éste diario a su lugar oculto.¡Mateo y Jules puede que no sean trigo limpio, pero según esto tampoco son mostruos adoradores de demonios! Esto nos ha abierto los ojos, tenemos que interrogar a los cultistas, debemos saber si tienen a Horas y su base, si Lucien trabaja para ellos, si...-lo que iba a decir se lo calló.-¡Vamos!.-

El retorcido dominó de naipes que Mateo había construido comenzaba a derrumbarse, poco a poco. Los siete círculos, Jules, Tristán e incluso Elisabeth o María, todos eran cartas que empujaban a otras cartas. Y, como una roca que se despeñara por la ladera de una montaña escarpada, el ritual se precipitaba a su fin... Un final que todos lamentarían. El telón comenzaba a descender sin freno alguno, y la obra amenazaba con terminar, no sólo para ellos, si no para todos

¿Qué hacer cuándo la noche estaba tan cerca, cuándo los amigos se convertían en enemigos, cuándo la única chispa de luz que iluminaba el lugar era tan débil? Cualquier que mirara la escena, pensaría: ¿Cómo van a luchar contra algo así? ¿Por qué dejarlo todo para perseguir una meta inalcanzable, por qué arriesgarse a perseguir un camino de migas de pan que nadie podía ver? No sabían quién era la persona vinculada al guardián del aire, no sabían si ya estaba en poder de alguna de las facciones que se disputaban el control de ese retorcido tablero de ajedrez. No sabían nada, y, sin embargo, allí seguían. ¡Locos! ¡Corred!, diría cualquier persona sensata. ¡Corred por vuestras vidas! Era tarde para cambiar las cosas, no había esperanza. ¿Cómo mantener la esperanza cuando los propios elementos de la naturaleza conspiraban contra ellos?

Y, sin embargo, allí estaban. Todos y cada uno de ellos, dispuestos a dejarlo todo para luchar por una causa perdida

Y ahora, al borde de tanto caos, frente a tanta demencia y sinsentido, solos se alzaban, como última esperanza. Ellos eran el factor discordante, la única pieza que no había sido tenida en cuenta en aquel baile de máscaras y mentiras, de crueldad y ambición. Cada uno buscaba sus motivos, pero muchas atrocidades se habían cometido para calificar ningún objetivo de acertado. No, la redención de todos ellos tardaría en llegar, pues el daño que habían hecho podría significar mucho más que la muerte de cientos de personas: Si Jorosh volvía al mundo, la propia Gaïa se estremecería de dolor, alzando su llanto a los cielos

Y entonces, sólo los hados podrían aventurar a decir como acabaría todo

Ahora sólo podían seguir su corazón. Era lo único que les quedaba. Y no tenían otra opción

-No, Jules no conjuró nada. Y si lo hizo, es el hombre con más capacidad para ocultar sus habilidades mágicas que he visto en mi vida.-Dijo Celeste algo frustrada- Estaba delante de mí y no supe verlo, no supe encontrar pruebas, sólo conjeturas, con eso no se demuestra nada.

Celeste apretó el puño tanto, que casi se hizo sangre en el intento. Había pasado del momento "os lo dije" al momento "por qué no me di cuenta". Le había sentado especialmente mal que le hubieran engañado, a ella, maestra de la ilusión.

-Y no, no creo que Lucian sepa donde está el guardián. Es posible, digamos que el que estaba en posición de preguntar anoche era él, no yo. Lo que pude intuir es que a Dregar, creo que no lo invocaron ellos. Lucian me dejó en manos de la calva cuando Jules confesó algo, y entonces se enteraron que Dregar iba a ser invocado.

Luego miró a Fiona, la revelación de sus poderes durante el combate contra el elemental de tierra había sido providencial. Así que Celeste tenía pensado pedirle un favor.

-Fiona... si no es molestia. ¿Podrías decirme cuan bien controlas tus poderes?

Era obvio que Celeste se mostraba bastante insensible al malestar emocional de su familia postiza. Quería llegar al final del asunto, y quizá esa frialdad fuera lo necesario en ese momento, no sólo para ella, sino para todo el grupo.

-Mis poderes... La verdad es que no sé manejarlos demasiado bien. Conozco mi reserva mágica y puedo acceder a ella para lo que necesite, pero apenas conozco hechizos. De todos modos, nunca he querido aprender. Sólo cuando Elías y yo empezamos a investigar me atreví a utilizarlos. Él ha aprendido a convocar seres gracias a la energía que yo le cedo. Parece que nuestra familia está muy cercana a la convocación y la dominación de seres de otros mundos. No me extrañaría que Jules también supiera. Si él activó a Sandor, como decís... La cosa va tomando sentido.

-¿Y... podrías abastecerme a mí también? Recupero energías cada día, pero el combate contra Dregar fue demasiado extenuante. Además, creo que he tenido alguna idea. Estuve pensando durante la semana anterior a la lectura del testamento, como potenciar mis sentidos, y llegué a varias conclusiones, y una de ellas, creo que podemos usarla para encontrar a cualquier persona que queramos, si es que funciona bien lo que tengo en mente.

Además, creo que podría defender la mansión de algún ser oscuro que tratase de entrar, como el perro que combatimos cuando luchamos contra Sandor.

¿Qué me dices? Sé que suena algo frío, usarte como energía, pero... con tu magia y mi conocimiento, podríamos hacer un buen equipo.

Fiona se quedó en silencio. Después de un instante contestó:

-Aún queda mucho por llegar. Puedo cederte algo de mi energía, pero no mucha. Dios no lo quiera, pero puede que Elías y yo la necesitemos.

- ¿Aparentar que no ha pasado nada? - acabó soltando las palabras con enfado, a pesar de que su cara revelaba otros sentimientos menos agresivos - Yo... no sé vosotros, ¡pero yo soy incapaz de hacerlo!

Intentó centrar su atención en Damien mientras hablaba, pues era evidente que la conversación había derivado a otros temas que le parecían triviales al lado de lo que acababan de leer. Y aquello le enfurecía. Cierto era que la ira de Junette era blanda y frágil, pero nunca se había visto expuesta a una situación similar. O casi nunca. No sabía de qué podía ser capaz en realidad. Piensas demasiado bien de ti misma.

- Deberíamos encararnos con Jules, hacer que confiese. - sus ojos se iban poniendo cada vez más rojos - Él no es mala persona... - dijo negando con la cabeza - Tal vez... deberíamos hablar nosotros con él. Que Aleph y Celeste interroguen a los cultistas. - sabía que su idea era más que loca, pero no podía evitar tener todavía un resquicio de esperanza.

Hay algo más Dijo Aleph, mientras una sombra pasaba por su cara Jules y Elías acaban de ir al registro hará menos de media hora. No me han dicho que tenían que hacer, pero parecían bastante sospechosos

Frunció el ceño. Desconfiar de esa manera de alguien era algo horrible para él, casi como si un veneno ponzoñoso le hubiera sido inyectado en las venas y amenazara con extenderse por todo su cuerpo

-No puedo interrogar a los cultistas sin Aleph. De hecho creo que me veo incapaz de hacerlo sin matarlos.-suspiró, como si sopesara sus palabras, sonaba fuerte, sí, demasiado fuerte. Pero su alma había estado atormentada demasiado tiempo por su culpa- Si realmente queréis obtener información de ellos, que lo haga otro.

-En cuanto a Jules... no tengo nada que decir, ya lo ha dicho todo el diario. Es el sucesor de Mateo, todo lo que pensárais del mago, cae en Jules.-Celeste miró a Junette -Ya lo sé Junette, sé que no tengo derecho a hablar así, que yo no le conozco, que no he vivido con él, que no tengo los lazos de la sangre.

Dejó un segundo de silencio, para que las palabras calaran en la mente de la chica.

-Y precísamente por eso soy más imparcial. No me guío por el corazón sino por las evidencias. Evitemos que haga lo que pretende, encerrémosle si no queréis matarlo. Os comprendo, no es fácil matar a alguien a quien amas, en quien confías... abas. Pero la vida es dura, muy dura.

Se giró hacia el gigante, mirándole a los ojos. Al pobre le costaba demasiado desconfiar de la gente. Sí, ella había aprendido cosas de él, pero Aleph tendría que aprender cosas de Celeste. Una unión de ambos sería perfecto.

En cuanto a lo que dices, Aleph, espero y deseo que la confianza que Fiona tiene en Elías sea suficiente para que realmente esté "ganando tiempo" y no traicionándonos. Si Elías posee también conocimientos de invocación, y Jules tiene el Don. Ese tiempo prestado que nos están ganando, puede que realmente nos esté siendo sustraído.

Terminó su discurso con una reflexión.

Dios quiera que me equivoque. Me encantaría tener mis poderes al máximo para dar respuesta a todas estas preguntas. Pero lo siento. Habrá que hacerlo a la antigua, y opino que tendríamos que tratar de ir a su encuentro. No esperemos a Jules entre estas paredes, salgamos a buscarle.

Esta vez, iré contigo

No iba a dejarla sola de nuevo con esos cultistas rondando por doquier, no después de lo ocurrido el día anterior

Y ahora Elías también puede controlar a los seres místicos ¿Es que Junette y yo somos los únicos normales?.

-Espera Celeste, por lo que hemos leído aquí, el cuarto guardián lo tiene Lucien, yo diría de interrogar a los cultistas primero, y todos juntos. Así sabríamos quien los dirige, si es Lucien o si están separados y opuestos.-

-Puede que Jules esté buscando a Horas en el registro, pero a la luz de lo que sabemos, creo que no nos revelará ese conocimiento... ¡Hagamos hablar a la prisionera de una vez! Cuanta más información, mayor ventaja.-

-Lo que quiero saber principalmente... es porqué se enfrentan unos y otros, si todos quieren llegar a lo mismo, a despertar a Jorosh.-

-Confío en Elías como en mí misma -dijo Fiona con tono ofendido-. ¡Por supuesto que está distrayendo a Jules! Se lo ha llevado con la excusa de hacer papeleo, pero porque era el único modo de poder contároslo todo. Con Jules aquí habría sido imposible. Cuando vuelvan podremos coger a Jules y ponerlo en manos de las autoridades. Pero como ya sabéis, no es el único que busca activar los Guardianes. Tenemos que evitar que hagan lo propio con Horas o...

La mujer apretó los labios, triste y desesperada.

-Si lo consiguen, estaremos perdidos.

Pero no sabemos dónde encontrar a la persona que lo contiene, sin embargo

Aleph no era demasiado inteligente para esas cosas. Confiaba en sus compañeros para atar cabos y lograr descubrir la dirección en la que todos debían remar si querían evitar la catástrofe

Se mordió la lengua y calló lo que estuvo a punto de decir a Celeste. Junette podía estar hirviendo de rabia, pero no era una persona cruel. Así que su semblante enrojeció ligeramente y sus puños se apretaron sin llegar a pronunciar las palabras. Giró luego como accionada por un resorte para apartar la mirada de la muchacha y centrarla en su primo.

- Estamos perdiendo demasiado tiempo. Vayamos a interrogar a los prisioneros de una vez. - cogió a Damien por el brazo y lo empezó a sacar de la habitación, haciendo otro tanto con Fiona al pasar por su lado.

Aunque ardía de deseos por plantarse delante de Jules y poder preguntarle cara a cara qué pretendía, no tenía ningunas ganas de hacerlo delante de nadie. Menos aún de alguien que se declaraba imparcial pero prejuzgaba con la mitad de las pruebas. Sería más beneficioso para ella interrogar a cultistas aunque ello significara perder la poca alegría que le quedaba dentro.

Con dudas todavía sobre el papel exacto de Jules y el número de bandos que había entre los cultistas, Damien se dejó sacar de la habitación por Junette. El tiempo era escaso y debían averiguar lo posible. Y cuanto ántes.

Junette y Damien salieron de vuelta al sótano para hablar con los cultistas.

Una vez abajo otra vez observaron que nada había cambiado. Tenían libertad para preguntar o hacer lo que quisieran.

Aleph observó como los otros salían de la habitación, y se giró hacia Celeste. No sabía lo que tendría en aquel momento la chica en mente, pero estaba dispuesto a seguirla a donde fuera

Aleph, yo también quiero ver el interrogatorio, quiero escuchar todo lo que tienen que decir antes de que me dejen a solas con ella. Voy con ellos, procura que si vuelven Elías y Jules, que lo dudo no se vayan muy lejos.

Celeste habló con Aleph por su mente, para no decir nada en alto. Al parecer, aunque el diario lo dejara claro, seguían teniendo miedo a desconfiar de Jules.

Débiles...

La peliazul siguió a Damien y a Junnete hasta el lugar donde la mujer estaba atada. Quería saber qué es lo que tenía que decir, y quería ver cómo Damien iba a interrogarla. ¿Se atrevería el burgués a torturarla, o le dejarían a ella ese placer?