Partida Rol por web

El semiorco asintió, intentando evitar suspirar ante el nuevo rifirrafe de sus compañeros, desde luego aún con la muerte enfrente seguirían peleándose. No obstante se concentró en sus enemigos apretando el hacha con fuerza listo para partir por la mitad al primero que se acercase.

Tan pronto tengo cerca a uno de los chuchos cerca, ataco violentamente con mi estoque para luego salmodiar rápidamente un conjuro. (Spell combat)

Mientras mi acero retrocede una pequeña voluta de ácido golpea al perro.

El perro 3 cae partido por la mitad por Kalimash. El perro 4 es herido gravemente por Eladamri y ataca a este último fallando. El perro 1 ataca a Samay hiriéndola gravemente.

Después debido al ruido empiezan a salir seis Goblins de la puerta 5 armados y dispuestos a atacaros, van sin armadura pero con espada y escudo.

-¡Aaaaaaaaaaaaaaaay!- El desgarrador grito de la joven inundó la habitación. No era para menos pues el perro goblin había abierto una fea herida en el abdomen de Samay. La pícara sólo había podido esquivar el hocico del can que iba directo a desgarrarle su bello rostro, un bien mucho más preciado que cualquier joya, al menos mientras se mantuviera joven.  Se llevó la mano a la herida en un acto reflejo. Tenía la sensación de que los intestinos iban a derramarse por la abertura sanguinolenta. Lo peor de todo es que aún quedaban dos en pie y, para colmo, entraban goblins por otra de las puertas.

Vas a tener que esforzarte un poco más, bonita, aunque te duela.

En un acto desesperado la joven se arrastró hasta la esquina de la habitación dejando caer el arco y desenfundado el afilado estoque. Se podía ver en su agraciado rostro una expresión mezcla entre dolor y la más absoluta y fría rabia. Lanzó una estocada con la esperanza de acabar con el perro ensartado en el afilado filo mientras que con la otra mano se sujetaba las tripas en su sitio.

Reaccionó muy lento, demasiado. Se encontraba distraído examinando las puertas opuestas y antes de darse cuenta, uno de los perros se abalanzó sobre Samay, que se encontraba más cerca. Kalimash y Eladamri estaban más preparados y acostumbrados a ese tipo de asalto y no parecían tener problema, así que se apresuró a intentar ayudar a la joven. Por desgracia sin éxito.

Kalimash, Oswyn, no podemos permitir que se dispersen o nos van a rodear. - digo mientras empiezo a repartir estocadas al goblin que tengo al frente, fallando por mucho.

¡Mierda! - exclamo mientras salmodio rápidamente un conjuro, errando mi diana nuevamente.

Viendo como Samay estaba a punto de caer, me acerco al perro que lo hizo y envuelvo mi bastón de magia dejándolo caer sobre su craneo cayendo este en seco tras un crujido.

Sólo quedaba un perro, por lo que el semiorco decidió dirigirse a la nueva amenaza. Con suerte lograría que concentrasen sobre él su atención y no atacarían a Samay o herirían algún otro de sus compañeros.

Sus dos pasos tuvieron poco de grácil y mucho del carnicero que agita su cuchillo (o el hacha) para cortar otro trozo de carne en un tajo que tiene poco de limpio y mucho de bestial, cortando a uno de los pobres y desgraciados goblin por la mitad cuando este se chocaba con sus compañeros en el afán de evitar el terrible golpe. El semiorco se permitió mostrar una sonrisa llena de colmillos a los goblin enseñando su hacha manchada de sangre y restos de vísceras que en dos movimientos había partido por la mitad a dos enemigos.

Por muy inteligente y civilizado que se considerase, sentía latir sus sienes mientras la adrenalina del combate le hacía disfrutar de la matanza como sólo un orco podía hacerlo.

El perro que queda ataca a Caedum fallando. Luego los goblin que quedan vivos rodean a Kalimash atacando uno a Eladamri y acertándole, los otros 4 atacan a Kalimash acertando sólo uno de ellos levemente.

Nox ataca al perro que queda errando.

Remató al perro que quedaba y se apresuró a cerrar filas con Eladamri y Kalimash. Parecía que se encontraban en buena posición para impedir que los restantes goblins se acercasen a Nox y Samay. Si ellos mismos aguantaban la embestida, claro. Aunque ciertamente Kalimash no peracía estar teniendo más problemas que sus enemigos...

Kalimash había sentido el golpe si, pero también como sanaba al instante, lo que ensanchó su sonrisa. Por otro lado esos advenedizos goblin intentaron superarle y evitar a un semiorco enfurecido y armado era muy mala idea. Como si serrase árboles el hacha vuelve a moverse de forma horizontal escuchándose un neto ¡crack! cuando el hacha se clava horizontalmente hasta la mitad de la calavera de un desdichado goblin.

Desafortunadamente las hachas tienden una tendencia notoria a atascarse en los huesos del enemigo y se puede ver a Kalimash que refunfuña-me cago en vueztraz malditaz calaveraz- mientras hace palanca con un pie para destrabar el hacha y recuperarla; no obstante para cuando lo logra ha perdido demasiados segundos valiosos...

¡Maldita sabandija! ¡Ya estoy harto de ti! - gruño con rabia cuando el goblin me alcanza y de inmediato lanzo una violenta estocada a la altura de su corazón, dejándolo tumbado en el suelo.

Acto seguido salmodio rápidamente un conjuro y lanzo una salpicadura de ácido a uno de los goblins que tienen rodeado a Kalimash, intentando llamar su atención.

¡Hey tu rapasuelos! ¡Ven a por mi triste remedo sapo! ¡Venga que no tengo todo el día y ustedes ya me han robado suficiente tiempo! - grito en gesto desafiante y provocador.

Las cosas parecían marchar bien. Contando con su resistencia, se movió un poco más rápido de lo recomendable, quedando expuesto ante el goblin más cercano a Eladamri (de los restantes, ya que el elfo acababa de abatir al que tenía justo delante). Sin embargo eso sirvió para rodearlo, y aprovechó el instante en el que el goblin vigilaba a Kalimash a su espalda para asestar un golpe letal. Tres contra cinco. Ya contaban con superioridad numérica, sólo quedaba asegurarse de que no alertasen a más de los suyos.

Sólo quedan dos goblins en pie, pero entre el ruido de los perros y la lucha, creéis que no tardarán mucho en llegar más.

Como un gato que se lame las heridas, Samay recogió el arco que estaba en el suelo y se hizo una bola en la esquina esprando que la tormenta pasase.

Los cadáveres de los enemigos se iban amontonando. En este momento aparecen por la puerta 1 dos goblins que al ver la situación vuelven corriendo sobre sus pasos. Lo mismo ocurre desde la puerta 6 aparecen dos goblins que al ver la masacre huyen por donde han venido. Los dos que quedan en pie en la sala se dirigen a la puerta 3, la abren e intentan huir por ahí.

Al abrirse la puerta 3 lo que veis es un pasillo que da a una puerta doble cerrada.

¡No corran alimañas, necesito hablar con ustedes! - rujo mientras me avalanzo sobre uno de los goblins e intento derribarlo con una tacleada para luego inmobilizarlo en el suelo.

¡Empieza a hablar y tal vez no te mmate! ¿En dónde está la espada negra? ¡Vamos que no tengo todo el día y menos ahora que tus amigos han visto el jaleo que hemos montado en su patio trasero! - grito mientras pongo la punta del estoque contra la garganta del goblin.

¡Vamos alimaña! ¡Escúpelo o te mueres! Y ni pienses en ensuciarme o te acabao ya mismo y converso con tu amigo allí en la esquina.

El hachazo al cobarde y escurridizo goblin que empezó a huir no iba con demasiado ímpetu, en realidad habían obtenido algo interesante al fin. En vez de eso dijo -cierra laz puertaz- dirigido a su sirviente invisible. Sería divertido ver las caras de los goblin que quedasen encerrados con el grupo de aventureros.

Al final hemoz pateado bien el avizpero, ezo me guzta - añadió el semiorco al grupo. En realidad el sigilo no es que fuese algo en lo que se pudiese considerar un experto y, aunque podía ver la utilidad en aprender y ser por lo menos competente, no era algo que encajase bien con su naturaleza y forma de afrontar las cosas.

¡Pero suficiente de reflexiones!

No es que Kalimash se hubiese quedado quieto ni mucho menos, en vez de dar caza a los goblin que huían y ante el intento de su compañero de obtener información el semiorco decidió coger al otro goblin por banda y saludarle amigablemente con el ensangrentado filo de su hacha en su feo morro. Terminada tal gesta de buena voluntad y amabilidad miró al goblin restante con sus ojos inyectados en sangre y dijo -rezpóndele, zi intentaz huir acabaráz peor que ezte*.

*Y era difícil que el goblin no bajase (sólo un poco) los ojos para ver los restos del hasta hace un instante lozano goblin que se hacía llamar "compañero al que no hay que apuñalar hasta que las cosas se pongan feas" o amigo en lengua goblin convertida en trozos de goblin que aún borboteaban chorros de sangre.

Los cuatro goblins que recién llegaron les dió tiempo a huir antes de que se cerrarán las puertas, los dos que quedaban uno fué abatido por un golpe de Kalimash, el otro consiguió llegar a la puerta pero algo le impedió que se abriera a la vez que recibía un placaje por parte de Eladamri, sin embargo viendo la oportunidad el goblin acertó de pleno a este antes de que lo tirase al suelo.

Después de las preguntas intimidatorias el goblin se pone a hablar soltando el arma Nualia, la tiene Nualia, abajo y señala la puerta 4.