Partida Rol por web

- Ehm...tenemos compañía...Nualia.- La mujer miraba ala puerta por donde habían salido los perros goblins con los ojos abiertos como platos.

El elemental tardó en obedecer las órdenes, pero cuando lo hizo, cuando movió al fin aquél enorme cuerpo de piedra, no pudo decirse que fuera en vano. Todo ocurrió muy rápido, El poderoso puño del gólem salió disparado hacia el semiorco, que lo recibió de lleno, aunque no cejó en su empeño...

Nox, sorprendido, observó como Kalimash se lanzaba hacia él con la mirada asesina de los pieles verdes a los que tantas veces había combatido en su pueblo, a los que tantos veranos había tenido que rechazar. Había visto al bardo en acción, con aquella hacha manejada con soltura capaz de partir en dos a cualquier ser. Sabía que había llegado su hora, y no podía creerlo.

– Solo quería darle una lección – pensó para sí mismo –. No iba a hacerle daño.

No importaba, era el fin. Cerró los ojos, apretó los dientes, frunciendo el ceño, y entonces lo notó. La hoja golpeó a escasos centímetros de él, y ahí se quedó, vibrando, pero sin llegar a alcanzarle. Kalimash se había quedado a escaso un metro de él. Nox le miró, primero con miedo, un miedo que se transformó en incredulidad y después en rabia.

– ¡¿Has intentado matarme?! ¡¿A mi?! – gruñó. Sus ojos brillaron, brillo que se trasladó al bastón que portaba con ambas manos. Y por instinto, golpeó. Sin demasiada fuerza, sin demasiada gracia, simplemente lo hizo.

Y después retrocedió. Mirando a los demás, sin saber si también iban a atacarle, sin saber que hacer. Se fue hacia atrás, hacia la salida². No miró a los dos elementales enormes que tenía detrás, pero si habló, a uno de ellos, nuevas órdenes.

– ¡Elemental de aire, defiéndeme, protégeme! – gritó, histérico por aquellas reacciones –. ¡Que no se me acerque! ¡Nadie! Acaba con quien lo intente – Y eso hizo. El tornado, que continuaba volando sobre el puente, no perdió el tiempo, y se interpuso entre su invocador y cualquier que quisiera ir a por él...

Mientras tanto, en el patio del fortín, el gólem, habiendo recibido una herida ínfima por parte de la espada del elfo, hizo lo que se le había ordenado, y con unas manazas duras como un muro y firmes como tenazas de hierro, agarró a Eladamri, que quedó apresado al instante, y así permanecería mientras nada ocurriera.ç

El comentario de Samay, lejos ya como estaba, presa de sus propios demonios, ni lo escuchó.

Estás a -4PG, pero es verdad que puedes actuar como si estuvieses incapacitado, se me olvidó la ferocidad orca.

Te ha quitado 22PG y tienes 18 no?

Kalimash a pesar de estar malherido su naturaleza orca hace que aproveche la oportunidad de atacar a Nox cuando se está retirando a pesar de las heridas acertándole, sin embargo una barrera mágica desvía el ataque del semi-orco haciendo que Nox salga indemne.

Al mirar a la puerta y no ver a Nualia, llegó a la conclusión de que se trataba de una táctica de distracción de Samay. Que seguramente funcionaría tan bien como el "dejad de pelear" anterior y su propio "no quiero matarte, páralo". Desafortunadamente, en lugar de detener al elemental de tierra, pretendía poner en movimiento al de aire. Ahora sí que ya no tenía otra opción, y de hecho sus dudas podían costarle caro.

Persiguió a Nox, dándole tiempo a lanzar una estocada que no iba a ninguna parte, mientras veía como un inmenso tornado se acercaba a él.

Estando combatiendo aparece una mujer muy hermosa de pelo plateado armada sólo con una espada bastarda negra, aparece por la puerta de donde vinieron los perros (puerta 2) y echa un vistazo rápido a la situación a la vez que dice ¿quienes sois? 

Nox y Oswyn no llegan a verla pues están fuera combatiendo aunque oyen la pregunta. 

El elemental ataca a Oswyn por dos veces, a la vez que se pone a salvaguardar la puerta de entrada, una vez el pícaro consigue evitar el ataque pero la segunda da de pleno, sin embargo para sorpresa de todos a pesar de que el impacto hubiera matado a cualquiera de vosotros a Oswyn no le pasa nada en absoluto.

Samay, esta cosa me está asfixiando, ayúdame por favor, no puedes luchar sola y Kalimash está muy mal herido, sólo tu puedes ayudarme, yo no tengo la fuerza para liberarme sólo. - digo mientras intento buscar una forma de escapar de la presa del elemental quien me tenía totalmente a su merced.

Me sentía totalmente impotente como un conejo ante un zorro, las pataletas de Nox habían llegado más allá de lo permisible y no sólo eso ahora había herido a mis compañeros, antes sólo quería ponerlo en su sitio y quizá darle un buen golpe en la cara para que aprendiera a respetar a los demás, pero ahora, ahora realmente quería matarlo, pero no había nada que pudiera hacer en mi situación actual mientras Nualia hacía acto de presencia con la Enlutada en mano.

En verdad estaba furioso y frustrado, así que reuniendo las pocas fuerzas que me quedaban elevé una plegaria a Odin, pues si al dios Asgardiano realmente le importaba, daba por hecho que intervendría de algún modo para ayudarme a proteger a mis compañeros.

¡Odin dame la fuerza que necesito para protegerlos a todos! ¡Por favor no permitas que esto termine así! - clamo mientras siento como la presa del elemental empieza a hacer presión sobre mi, por lo que finjo perder la consciencia intentando engañar a la gran mole de piedra.

Tienes razón Nox

"Maldición..."

Kalimash había caído, Eladamri estaba apresado, no tenía ni idea de por dónde saldría Nox ahora y Samay... bueno, seguía siendo una incógnita incluso llegados a este punto. Parecía que las cosas iban "mejorando" por momentos.

Maldijo internamente con todas sus fuerzas que el goblin no estuviera amordazado. Sería casi sencillo contarle a Nualia que venían persiguiendo a Nox, un antiguo enemigo. Que habían averiguado aún al costo de la vida de uno de sus compañeros, que el hechicero estaba interesado en algo que había en esta empalizada. Que habían llegado tarde y el asalto ya había empezado. Sólo hacía falta un grito chillón del goblin diciendo que era todo mentira para mandarlo todo al traste.

Pues bien, había llegado el momento de poner a prueba si realmente su piel también podía resistir esa espada. El golpe del elemental de aire no le hizo daño, pero sintió la fuerza que había en él. Antes de todo esto, lo habría partido por la mitad. Echando una última mirada furiosa al hechicero, le dio la espalda y corrió a por la que anteriormente era su verdadera enemiga. Ahora ya no estaba tan seguro, pero al menos sabía que podía resistir ante los elementales.

Pero para mejorar aún más las cosas, al parecer su puntería había perecido junto a los goblins.

Mierda, mierda, mierda.- La situación era complicada, muy complicada. El grupo luchando entre si. Afortunadamente ella no había tomado partido, así que, si Nox acababa con todos, como parecía que iba a ser, ella podría mantenerse a su lado, neutral como había estado hasta ahora. Pero la llegada de Nualia, para ella significaba un cambio. Tenían que parar su disputa hasta haberlo solucionado. Oswyn se lanzaba hacia la bella mujer como hechizado por su belleza y eso le daba a Samay la oportunidad de salir de allí, como habían planeado. Pero Nox no parecía haberse dado por aludido con su advertencia y seguía apresando a Eladamri. Tendría que solucionar eso primero para que éste pudiera luego acabar con Nualia y hacerse con la maldita espada. Lo sentía de verdad por Oswyn. Si esa espada era tan poderosa como decían quizá no hubiera tiempo para ayudarle a él.

Oculta como estaba de Nox por la pared, apuntó con su dedo al elemental. Un rayo grisáceo salió d ela punta de su dedo impactando en el gigante de tierra y, tal cual como había venido, se fue. A pesar del dolor de sus heridas, picarona, lanzó un beso al elfo. Le gustaba que hubiera implorado por su ayuda, pero esperaba que Nox no se hubiera percatado de ello. Ahora Eladamri era libre. Sin tardar mucho más, la joven se alejó de la espada oscura lo más que pudo. Al pasar por la puerta volvió a dirigirse a Nox.

- Nualia está aquí. Deja los juegos para después.- No había en su tono ningún reproche. Por ella como si después quería acabar con lo que había empezado, pero ahora Nualia era más importante. Al igual que había apuntado con su dedo al elemental y lo había disipado, apunto con el dedo a Nox sonriendo maliciosamente. Estaba claro que, aunque no la hubiera visto hacerlo, sabía que ella había disipado a su golem sin esfuerzo alguno. Era una advertencia. Podía exprimir la magia de Nox como si sacara el zumo de una naranja y dejarlo tan seco que Nualia, o cualquiera de sus compañeros, acabaría con él de un soplido.

Sintió una vibración, una especie de quemazón, un pellizco. Fue como si le arrancaran algo... Y enseguida entendió el motivo. Más allá del elemental de aire, más allá del lugar por dónde Oswyn había desaparecido de repente, movido sin duda por la voz de quien debía ser Nualia, apareció Samay. La joven, pese a las heridas, pese a todo, sonreía y le señalaba. Y tras ella, el elemental de piedra ya no se veía.

Los ojos de Nox se abrieron al darse cuenta de lo que había ocurrido, de como la chica había protegido a Eladamri y había acabado con su gólem en un instante. De como ella había vuelto a ponerse de parte del elfo. El odio volvió a correr por sus venas, y el enorme tornado lo sintió, girándose tras ignorar la marcha del hombre, mientras hacía descender uno de sus puños hacia la mujer. Él estuvo tentado de dejar que aquél movimiento acabara, que el tornado diera rienda suelta a su furia contenida y eliminara a la única persona que podía ser una verdadera amenaza para su poder, una que encima estaba, con aquél gesto, avisándole de que lo haría de ser necesario...

Pero entonces vio a Kalimash. El mazazo del constructo y su inmediato bastonazo le habían hecho caer, presa de una apabullante paliza que ningún ser vivo podría haber aguantado. Ninguno, excepto Oswyn, claro. Ver allí al bardo removió algo en él, recuerdos de la primera vez que su poder se había descontrolado, de la primera vez que había hecho uso de él, de la primera vez que había matado, por error, a su padre adoptivo. A aquella gente. Había sido sin querer. Y había vuelto a pasar.

– Ella no... – pensó con rabia –. ¡NO!

El grito, presa de la furia y el dolor, detuvieron al elemental de aire al instante, que se quedó a escasos centímetros de impactar en Samay mientras esta corría, fuera del alcance.

Nox, por su parte, no perdió el tiempo. Se movió, apenas un paso, para ver a la tal Nualia. Sus ojos, convertidos en dos iris blancos por los que corrían los rayos, se posaron en aquella mujer, y sobre ella descargó su odio.

– Acaba con esa mujer – ordenó al elemental, que no pudiendo pasar por la puerta, salió volando hacia arriba para, al poco, caer por el otro lado, sorteando así la empalizada¹.

Mientras tanto, el hechicero, de nuevo, empezó a invocar, haciendo que otro elemental de tierra apareciera frente a él, haciendo de cobertura otra vez, como si jamás se hubiera marchado. Y a la vez que este aparecía, el tornado golpeó.

Una vez libre de la presa me giro hacia Samay y agradezco su ayuda con un leve movimiento de cabeza, luego empiezo a salmodiar un conjuro y entonces lo ví, el elemental de aire avalanzandose sobre Nualia.

Es en ese momento que decidí mantenerme al margen y dejar que el elemental hiciera mi trabajo sucio o muriera en el intento mientras yo intentaba salvar la vida de Kalimash.

Vamos amigo resiste, es muy pronto como para que partas de este mundo. - digo luchando por estabilizar al orco y confiar en que sus dones regenerativos hicieran el resto.

Pese a que Nox intenta invocar a otro elemental de tierra, este no aparece. 

Nualia es atacada por el elemental del aire y ella, mientras blande su arma contra este fallando, habla en voz alta VENGO A TRAER EL REGALO DE ASGARD A ELADAMRI. El ataque ha dañado a Nualia pero todavía aguanta bastante.

Kalimash por otro lado ya abre los ojos, quien mejor ve su regeneración es Eladamri que con claridad se percata como se cierra su herida.

El goblin se ha cagado encima y está acurrucado en el suelo lloriqueando.

Al escuchar las palabras de Nualia, me pongo de pie cerca entre ella y Kalimash con el estoque aún en la mano y evalúo la situación.

Si en verdad Nualia venía a entregar la Enlutada, yo la protegería y cobraría la vida de Nox, pero si mentía dejaría que el elemental hiciera su trabajo y luego reclamaría mi premio y la vida de Nox, pero antes debía comprobar una sola cosa.

Nualia, si esa es la enlutada, entonces deberías poder eliminar a tu rival sin problemas, pues según ese goblin, esa espada es capaz de matar cualquier cosa que golpee, fue él quien dijo que eras tu la que esgrimía el arma, cambio tu vida por su libertad. - digo señalando al goblin que nos dio toda la información sobre Nualia, con la intención que lo viera como un traidor y no creyera ni media palabra que saliera de su boca.