Partida Rol por web

	Apenas Shire dijo el siguiente destino del Sakkaku, Daiki levantó ambos pulgares hacia arriba, aunque con lo contento que se veía, le faltaban manos para expresar tanta alegría. El gyojin volteó a ver a la navegante y al astillero. -Edward, Lux, si necesitan Loguetown, yo siempre estaré dispuestos a echarles una Loguetown. Así que pueden confiar con que Loguetown. ¿Loguetown? -dijo casualmente. Realmente no parecía notar lo fragmentado de sus palabras.
	Drake asintió a lo dicho ahí. -De acuerdo. Después de todo, también tenemos al hombre herido a bordo, hice mi mejor esfuerzo, pero seguro que se sentiría más cómodo en un hospital. Asunto que me lleva a la salud de la tripulación, todos necesitamos estar en la mejor condición. Quiero hacerles un revisión a todos los que hayan sido heridos en el casino. No me gustaría que sus condiciones se complicaran y murieran antes que lleguemos a la Grand Line -dijo sin cambiar de su expresión serena, y se retiró del lugar.
	Cuando Rufa escuchó las palabras de Alvert, ella cerró el puño con fuerza, sin embargo, esperó a que Shire respondiera antes de hablar. -Eso es lo que hace la marina. Modifican las cosas que pasa a su conveniencia. Pintan la imagen que ellos quieren y la gente se traga cada cosa que dicen -Dio unos pasos hacia el centro. El enojo plasmado en su cara-. Toman la imagen de una buena persona y luego los convierten en monstruos que caen por el peso de la "justicia divina" -dijo eso ultimo de forma despectiva-. Todos los que estuvimos ahí sabemos lo que pasó. Eso es lo que importa.

A orden de la navegante, Drake, Daiki y Rufa pusieron manos a la obra para emprender el viaje rumbo a Islas Polestar.

Acepté sin titubear la bolsa de dinero, era un gran gesto por su parte, pero si había alguien que cedería el dinero era él y no me pilló por sorpresa. - Lo aprecio, trataré de darle un buen uso.- Dije al tiempo que lo guardaba en uno de los pliegues interiores de mi capa. - Es un dinero que has ganado tú y no tenías ninguna obligación.

La cosa no quedó ahí y esta vez sí que me vi sorprendida por lo directas que fueron sus palabras, tanto que agaché la cabeza y miré al suelo - Aunque seas el único que lo piense, agradezco tus palabras.- Había algo en su forma de hablar que despertaba en mi un sentimiento de miedo, posiblemente fueran el tipo de palabras que yo diría si no me obligara a reprimirlas. Y desde que empezamos el viaje notaba como cada vez era menos yo misma, o al vez era justo al contrario, y no sabía hasta que punto estaba preparada. - Acepto tu protección, prometo que conseguiremos la Caja de Pandora y haremos temblar el orden del mundo.- Levanté la mirada por primera vez y me encontré con su mirada fija en mi. Otra grieta apareció en mi armadura y por un momento parecía que iba a decir algo más, pero una vez más me reprimí.

Los brotes del mañana.

  *Toc~Toc*

      Golpeaba con cierta timidez la puerta en la enfermería del navío, en el lugar solo se encontraba Elisea y sobre totalmente sedado por los medicamentos que le había estado administrando Drake, un Cokett que mostraba mejores colores a diferencia a los que tenia en aquel momento durante nuestra huida del casino.

      ¿ S..se puede ? - mientras me mantenía desde el pasillo en caso de que la misma se negara, pues la verdad no seria yo quien se quejara de que quisiera tener un momento a solas con su guardián.

   * en caso de que no se negara: 

     Sabe, cuando lo conocí pensé que me iba hacer picadillo...- digo un tanto avergonzado observando la cama en donde descansaba - Con Ko-ko dando vueltas por allí, yo todo cubierto de arena y polvo y usted asustada de que mi compañero aqui se escapara... de seguro que se señor se estaba llevando le peor primera impresión - intentaba bromear... aunque lo cierto no se hasta que punto era posible esto.

      Nee~Nee... ¿ para que sirve esto? - le iba preguntando a la navegante de mi antigua banda quien en estos momentos se encontraba surcando tranquilamente hacia donde nos dirigíamos - ¿ y como se supone que funciona...? ¿ uno como sabe cuanto de vueltas le debe dar...? ¿ o depende totalmente de la habilidad que tenga uno para que el barco se vaya moviendo así ? - aunque a mitad de mis palabras me cayo enseguida - L..lo siento~lo siento~lo siento... i..igual estoy siendo un tanto pesado - subiendo y bajando a modo de disculpa - e..e..es que  debo prepararme para cuando ocurra... debo estar listo para cuando con Ko-ko partamos y debamos valernos de mis habilidades....

En cuanto me respondió con aquellas palabras una sonrisa tonta pero llena de alegría apareció en mi rostro, una sonrisa tonta que mostraba la felicidad pura e inocente de un crío que en muchos aspectos aún no había madurado.

- Eso es justo lo que quería oír, seguro que dentro de poco hay un cartel de "Se Busca" con una enorme recompensa por mi cabeza y un sobrenombre también... algo así como... Ryuta, el... ehh... mmm... el espadachín de los fogones... no, eso no... mmm... ya sé, ya sé, Ryuta el Demonio de dos Espadas -se me notaba muy ilusionado como si la idea de ser un criminal buscado por la Marina y con una recompensa por mi cabeza fuera la mejor noticia del mundo- Bueno, eso era todo lo que quería contarte. Ahora voy a ver como esta Cokett, luego hago la comida y aviso a todo el mundo.

Le puse una mano en el hombro a Shire y empecé a caminar hacia donde Drake llevo al herido.

- El espadachín de los fogones suena mejor.- Bromeé. - Aunque no te pienses que aparecer en un cartel de esos es tan genial como parece, te lo digo por experiencia.- Aunque tal vez ahora fuese diferente, seguía teniendo a los organismos más importantes tras de mí, pero surcaba los mares de un sitio a otro sin tener que esconderme en cada pueblo en el que parase.

Aunque traté de mantener el gesto, me sentí algo incómoda cuando el espadachín posó su mano sobre mi hombro, Había pasado mucho tiempo desde la última vez que recibía un gesto así - Espera.- Reaccioné antes de que se fuera. - Antes, cuando huíamos del casino, parecías estar pensando en algo. ¿Todo bien?.

.-Este es el timón del barco. Sirve para hacerlo girar hacia donde yo quiera.-le dije al pequeño amigo:-Junto a las velas gobierno el barco y lo llevo a donde necesitemos.-comentaba mientras veía que Alvert que se estaba poniendo cada vez más nervioso:-Cálmate Alvert!.-le espeté ate su nerviosismo:-Ahora estás aquí así que no te preocupes por eso. Si hablas con la capitana es posible convencerla para que te quedes.-le terminé diciendo para que se tranquilizara un poco.

.-Ahora ve a descansar, tenemos muchos días hasta llegar a Polestar, tienes ese tiempo para hablar con la capitana y convencerla para que te quedes.-le dije antes de llamar a Rufa y a la Capitana.

Llamé a la Capitana Shire y a Rufa, ahora que estábamos fuerade peligro por el momento, era el tiempo de confesar lo que se descubrió antes de que llegaran al barco y tener que salir corriendo del barco casino:-Capitana.....Shire, tengo que hablar contigo seriamente.-empecé el tuteo con Shire dada la seriedad del asunto y le entregué el cartel de se busca sobre mi.

.-Tiene una explicación. Me llamo Luxxana Laurent, mi padre es comerciante de objetos exóticos y mi madre una reconocida modista. Siempre repudié mi posición y lo que significaba ser una persona rica. Deseaba viajar, salir al mar, conocer el mundo y vivir aventuras como los piratas de los que mi padre y sus amigos siempre se quejaban tanto. Fue gracias a Nanashi que me decidí salir de la isla y poner rumbo a Wanpukki.-le expliqué lo necesario a la capitana, si quería saber más le explicaría más:-Nunca imaginé que pusieran un cartel de Se busca sobre mi, Rufa lo encontró de un mercenario de las bajas esferas. No me quieren muerta pero es posible que intenten encontrarme de nuevo. Creí que debías saberlo.-le comenté a continuación y esperé su respuesta.

Durante el viaje no hablaría demasiado con los demás, como era costumbre en ella. Pasaría gran parte del tiempo o cerca del mascarón o en lo alto del mástil, vigilando el horizonte y sumiéndose en sus pensamientos. Pediría, eso si, alguna red de pesca que no sirviese para emplearla junto a algún anzuelo para reparar su traje, ya que aunque el remedio de Drake curó sus heridas, se sentía incómoda dejando partes de su pálida piel a la vista por los lugares que había quedado dañado debido al ataque de Diceman.

Sin embargo, con el paso de las horas, si que no pudo dejar de darle vueltas a un pensamiento. Algo sobre lo que no se había sentido segura tan siquiera de pensar -Si Drake era un CP, quizás sepa donde está y que es exactamente ese sitio llamado "Punk Hazard"

Ella misma odiaba que otros se entrometiesen en sus asuntos, mucho más si era relacionado con el pasado, y no quería hacer lo mismo. Sin embargo, esta era quizás su última oportunidad de encontrar una pista. Nadie sabía que podía pasar en Loguetown, uno de los lugares más frecuentados por la marina fuera del Grand Line, por lo que era posible que se separasen allí, o algo mucho peor.

Por ello, en algún momento tranquilo por la noche, se acercaría a Drake para hablar con él en privado -Drake... te suena el nombre de Punk Hazard? -Le preguntó directamente -Necesito ir allí.

- ¿Ocurre algo? - Me mostré preocupada al ver la inquietud de Lux, pero cuando vi el cartel se me vio visiblemente más tranquila, hasta el punto de que casi se me escapa una risilla. Dejé que terminase su historia mientras observaba el trozo de papel. - Bienvenida al club, Ryuta se va a morir de envidia al ver que lo has conseguido antes que él.- Traté de relajar el ambiente para que se diese cuenta de que no le daba importancia.

- Mientras estés aquí solo eres Lux, nuestra navegante. Y si quieren venir a por ti, que lo intenten, conmigo lo llevan intentando unos años.- Me encogí de hombros y le devolví el cartel.

Ya todo el mundo tenía algo que hacer, así que Edward empezó a buscar por el barco materiales, de lo poco que había en el barco, que pudieran servir para hacer reparaciones en caso de alguna emergencia.

Nunca se sabía que podía pasar, algunos de esos mares eran bastante traicioneros y nunca estaba de más ser precavido, aquel barco era la única manera de llegar a su destino, si el barco se hundía ninguno de los allí presente la contaría.

Me detuve a mitad de camino y la mire por encima de mi hombro, con la cabeza inclinada dudando sobre a que se refería.

- ¿Antes? Ni idea, seguro que no era nada. Lo importante es que ahora estamos todos bien -volví a sonreír hacia nuestra capitana- ¿Que tal si luego me echas una mano con la comida? No será nada tan emocionante como el casino pero seguro que te entretienes un rato.

Fuera lo que fuera aquel pensamiento que tuve estaba claro que no quería compartirlo con los demás, tal vez fuera algo personal o puede que simplemente se tratara de algo tan poco importante que no quería molestar al resto con ese tema.

Elisea escuchó tus golpeteos en la puerta.
-Alvert, claro que sí, pasa -dijo la chica amablemente. Ella se encontraba parada frente a una silla enseguida de Cokett, quien había visto mejores días. Con muchos vendajes a tráves de su toso y en el hombro, se encontraba en cama, totalmente inconsciente. 

Elisea sonrió con tu comentario. -La verdad yo también me sorprendí cuando los dejo venir con nosotros. Creo que realmente nunca te tuvo mala fe. Aunque tengo mis dudas con este pequeñín -Señaló al gallo en tono juguetón, pero luego se puso un poco más seria volteando a ver a su guardian-. Él es así, le cuesta confiar en la gente. Ha estado conmigo desde que tengo memoria. Y nunca me dejo tener muchos amigos. Creo que a pesar de cómo te veías ese día -De lo seria que se había puesto, te volteó a ver con una gentil sonrisa en su rostro-, él pudo ver lo mismo que yo vi. Alvert, me alegra que estés aquí. Oh -De repente, tomó una silla y la colocó cerca de ti-, perdona mis malos modales, ¿quieres sentarte? -Ofreció como si fuera una anfitriona, obviando el hecho que realmente nada de ahí era suyo, y no estaba ninguna clase de reunión formal.

Llegada la noche, escuchaste unos pequeños golpeteos en la puerta de tu camarote.
-Buenas noches, Shire. Soy yo, Elisea. Lamento molestarte a esta hora, pero creo que teníamos un compromiso previo para continuar con la investigación del Ojo entre Penumbras -La chica tenía una cantidad impresionante de libros, muchos de ellos con letra de varios idiomas, otros con dibujos reproduciendo varias pinturas rupestres o esculturas de apariencia antigua. Eran tantos libros que apenas podía sostenerlos. De hecho, la estatuilla del ojo estaba en el suelo para evitar que se le cayera-. Si es un mal momento, puedo regresar después. Si se presentó un imprevisto, ya hay que cancelarlo, lo entiendo perfectamente.

Cuando ibas rumbo a visitar a Cokett, te topaste con Drake cerca de la consulta improvisada donde se estaba quedando el samurai.

-Si quieres visitar al herido, dudo que puedas tener una gran conversación -dijo Drake con una mueca-. No dejaba de moverse, y de gritar, así que tuve que sedarlo para que se calmara y su cuerpo pudiera descansar. Eso sí te digo, él no cayó fácil. Tuve que darle suficientes sedantes como para dormir a un ballenato. Pero al final -Ambos escucharon un fuerte sonido viniendo de la consulta, como si fuera una explosión, a pesar de que nada se veía destruído desde afuera.

Drake fue corriendo hasta ese lugar y abrió la puerta para develar a Cokett de pie, y aún con todos los vendajes en su torso y hombro, sostenía con determinación su espada desenvainada.
Había pequeñas grietas en las paredes de madera del cuarto y unas cuantas astillas en el suelo.
-Es un buen inicio, pero aún no es de lo mejor. Tendré que seguir con... -dijo el samurai, como si pensara en voz alta.

-¡De eso nada, tienes que descansar! -Drake se veía molesto, pero más que eso, sorprendido por como podía mantenerse en pie.

De pronto, Cokett notó tu presencia e inclinó levemente la cabeza en tu dirección.
-Ryuta -En ese momento, una mancha roja empezó a extenderse en la vendas de su abdomen, provocando que el hombre perdiera el equilibrio y cayera.

Drake fue hacia Cokett de inmediato, y a regañadientes, recostó al samurai de vuelta en cama. Después procedió a remover los vendajes para revisar sus heridas.
-Eres un fenómeno, ¿lo sabías?

-Nada que no haya oído antes -dijo Cokett encogiéndose de hombros.

-Bien, pues por más fenómeno que seas, sigues siendo humano. Y si un humano no descansa, sus heridas no se curan, infecciones se extienden, y la sangre y tejidos se pudren, ¿y sabes que sigue? La muerte.

Cokett sonrió como si hubiera escuchado una broma. -¿Desde cuando los médicos se preocupan tanto por una simple tos?

A Drake no le hizo nada de gracia, así que se limitó a hacer mala cara ante lo que dijo el hombre herido.

-Joven Ryuta, quería hablar con usted desde hace tiempo -dijo el samurai en tono serio, y se volteó hacia el médico-. ¿Podría darnos un minuto?

Después de volver a vendar al hombre, Drake te volteó a ver con una mirada que intuías era una forma de preguntarte si estaría bien dejarte solo con alguien como él.

Rufa también estuvo atenta a lo que decía Lux. Y asintió a lo ultimo referido a ella.
-Al parecer el sujeto los estaba repartiendo, pero se fue antes que llegáramos a la isla -Le explicó Rufa a Shire-. Si va más adelante que nosotros es muy posible que ya haya llegado a Polestar. Y si es el mercenario que yo sospecho, es uno muy peligroso. Según lo que sé, nunca ha fallado una misión -La ladrona se veía muy preocupada con el asunto.

Cuando Shire pudo examinar bien el cartel de "se busca." No parecía de los mismos que extendía la marina cuando consideraba a un individuo como una amenaza, más bien parecía como los de algún criminal local de alguna isla. La recompensa que mostraba por encontrar a Luxxana y traerla con vida era de 7,700,000.

Toda la tensión de Rufa se desvaneció en cuanto vio la reacción despreocupada de la capitana.
Esbozó una gran sonrisa hacia Lux y Shire. -Me gusta esta tripulación.