Partida Rol por web

El samurai cerró los ojos con una media sonrisa. -Nobleza y además humildad. Joven Ryuta, será un honor transmitirle lo que pueda sobre mi Torikaminaryu* -Abrió los ojos de repente con una expresión seria y formal-. Tendremos poco tiempo, sólo hasta que lleguemos a su destino. Así que trataré de enseñarle las bases, lo suficiente para que usted pueda terminar su entrenamiento por su cuenta. Dicho eso, sería bueno empezar cuanto antes. Y lo primero que quisiera enseñarle es -Afianzó el agarre de su espada contra la tuya mientras que intentaba bajarla, y por primera vez viste una amplia sonrisa en la cara de Cokett-: no choques espadas con un samurai si no quieres una pelea -Ejercía fuerza con su espada, pero no la suficiente como para hacer daño, de cierta forma, te daba la impresión de que era su manera de iniciar un duelo de práctica.

El gyojin levantó toda la herramienta y material que tenías para la reparación del barco sin mucho esfuerzo.
-¡A la orden! -Levantó una mano como haciendo un saludo militar, provocando que algunas cosas cayeran al suelo. Daiki se rio de su propia acción y las recogió de inmediato-. Y bueno, en el peor de los casos siempre puedo ponerme detrás del barco y empujar -Bromeó Daiki mientras te seguía cargando las cosas, gustoso de poder ayudar-. ¿También estás emocionado por Loguetown? No sé si sabías, pero a mí me mola mucho. 

.-Yo pensaba lo mismo, capitana. Cuando lleguemos a Loguetown, me quedaré y tendré el barco a punto para salir cuando lo necesitemos. Le pediré a Ed que vaya a por el material que haga falta y entre los dos repararemos el barco.-expliqué con una cara seria, algo raro en mi. Normalmente me tnego por una persona muy alegre pero en aquél momento la alegría tuve que apartarla. 

Asentí levemente aceptando ser instruido en aquella técnica para mi desconocida. Sería el primer maestro real que tendría, ya que hasta ahora tan solo había aprendido las bases de algún que otro pirata que realmente no tenía mucha idea y había practicado decenas si no cientos de horas por mi cuenta. Sentí el peso de su fuerza sobre mi arma haciendo que en un principio esta bajara unos milímetros hasta que iguale su fuerza.

- Choco espadas con cualquiera que quiera causar daño a mis amigos y ahora mismo eres tu mismo quien te va a causar daño. Descansa y cuando Drake te de el visto bueno podremos entrenar, hasta entonces descansa. Si tratas de forzarte no podrás recuperarte y por tanto no podrás proteger a Elisea, la próxima vez nosotros probablemente no estaremos juntos.

Poco a poco dejé de hacer fuerza, sin miedo de que el filo se me fuera acercando, hasta que el hiciera lo mismo y entonces enfundaría nuevamente. Para ponerme en pie y llamar a Drake.

- Y no voy a aceptar un no por respuesta ¿me has entendido? Tu salud es la prioridad ahora. Descansa.

Edward no pudo evitar sonreír anta la imagen del aquel gyojin empujando el barco, además que parecía de lo mas emocionado por ir a Loguetown, para Edward solo era una parada hasta llegar a Water 7, donde se encontraban los mejores carpinteros, pero para eso todavía faltaba mucho.

No puedo negar que es algo emocionante ir donde todo comenzó, pero para mí solo es una parada más hasta mi destino, pero tampoco esta mal ver una parte de la historia de esta era.

Me resultaba curioso como la forma que tenía Elisea de plasmar sus pensamientos era mediante dibujos, todo lo contrario a mi que anotaba palabras y conceptos sin ningún orden.

- Comprendo tu emoción, sé que la caja existe y la voy a encontrar.- Miré a la chica, con unos ojos llenos de emoción, aunque esta no se reflejase en ninguna otra parte de mi cara. - En todos los años que llevo estudiando, nunca he encontrado una leyenda que no encerrase parte de verdad. Cosas como una isla en el cielo son ideas tan locas que tienen que venir de algún sitio.- Ahora era yo la que estaba hablando cada vez más deprisa por la emoción.

Me serené ante la mención de su padre y pasé a la ofensiva. - Por cierto Elisea, la foto de tu padre que mirabas en el casino, ¿Podría verla?. Sé que es un poco indiscreto, pero me pareció ver algo raro.- Aún no me acababa de creer que lo que apareciese en la foto fuese un Phoneglyph.

- Me alegra que lo entiendas. Me aseguraré de que alguien se quede contigo para que no te aburras.- Asentí satisfecha de que comprendiera la situación.

- Rufa, me gustaría que al llegar a Loguetown localices al mercenario y me avises si algo va mal. ¿Cuento contigo?

Conforme tus ojos reflejaron más emoción, esta se contagiaba a la aprendiz a una velocidad impresionante. De estar avergonzada por sugerir que esos mitos podían tener algo de verdad, ahora parecía que el hecho de dudar de su veracidad estuviera mal. -¡¿De verdad?! Sí, tiene que haber algo de verdad ahí -La chica estaba casi saltando de la emoción.

Con el ambiente más calmado, tu pregunta la sorprendió, pero de igual forma, lentamente sacó la foto y te la entregó tímidamente.
-¿Algo raro? Bueno, si quieres puedes verla.

Viendo a esa fotografía de cerca, pudiste vislumbrar más detalles.
Un hombre joven de cabello café, con barba y unas gafas puestas. Usaba una especie de uniforme sucio amarronado.
Al lado del hombre, se podía ver una alegre y pequeña niña con cabello marrón.

-Fue la ultima expedición en la que acompañé a mi padre. Tenía seis en esa foto. Fue en unas ruinas de Islas Zigma -dijo Elisea con nostalgia-. Supongo que eso hace que ya haya estado una vez en el Grand Line.

Las ruinas en el fondo eran en su mayoría rocas y partes de columnas que parecían estar hechas de mármol. La formación de las que aún quedaban en pie, sugería que antes pudo haber sido una especie de edificio antiguo. Pero aún había otro objeto sobresaliente en las ruinas. Su perfecta forma cúbica, lo que parecían ser inscripciones en el orden correcto y en sólo una de las caras, además de su característico color oscuro. No había duda, eso que se mostraba en el fondo de la foto era un poneglyph. Desafortunadamente, la resolución de la imagen era tan pobre y la foto se veía tan maltratada, que era imposible distinguir alguna palabra de ese poneglyph.

-Es una pena, que no lo recuerdo. Nada de eso. De hecho, no recuerdo mucho de cuando era más pequeña. Muchas cosas que sé fue por que mi padre o Cokett me lo dijeron después -dijo Elisea, su vista fija en un punto, pero realmente no viendo nada en particular-. Esa es la única foto que tengo de mi padre -Una lágrima salió de su ojo, la cual Elisea enjuagó con celeridad-. Lo siento, es que hace años que no lo veo, pero lo extraño todos los días.
 

Cokett mantuvo su sonrisa mientras escuchaba lo que le decías. Por un momento, siguió imprimiendo fuerza sobre su arma, hasta que sintió a tu espada bajar, así que bajó la intensidad de su agarre al mismo tiempo que tú.
-Lo sé, lo sé. Sólo estoy jugando -Para ti, era bastante claro que de verdad esto pudo haber terminado en un duelo-. Es que a veces me gana la emoción. Hace algún tiempo que no enseño, desde que la Señorita dejo sus clases -Con cuidado deslizó la hoja de su espada dentro de su funda, y apenas terminó de hacer esto, un agudo silbido resonó en todo el cuarto-. Para ella es difícil aprender a dominar el arte de la espada, pero estoy seguro de su potencial. Su madre viene de una larga línea de fuertes y poderosos samurai -Siguió con su conversación de manera casual-. ¿De dónde viene, joven Ryuta? ¿Es usted del East, tal vez de Villa Shimotsuki?

La ladrona se vio sorprendida por el repentino cambio de actitud de Lux, pero aún así asintió a lo que dijo Shire. -Dalo por hecho -dijo Rufa confiada-. Nunca lo he visto en persona, pero si es tan "listo" como para andar repartiendo carteles, encontrarlo será fácil si se encuentra en la isla. Y cuando lo halle, ¿qué es lo que hago? ¿Lo sigo? ¿Te aviso donde está? ¿Le hago un tercero ojo en la frente con una bala?-Se quedó pensativa unos momentos antes de seguir hablando-. Por si acaso, sería bueno que Drake hiciera guardia en el barco, se ve que es rápido, y también ese sujeto, el gyojin. Se nota que es puro músculo.

Daiki fingió sorpresa con una cara exagerada. -¡Si es el lugar donde fue ejecutado el rey de los piratas! ¡¿Qué puede ser mejor?! -Parecía genuinamente escéptico ante el hecho de que no estabas igual de emocionado que él, pero aún así se encogió de hombros sin dejar de lado su actitud positiva-. Bueno, cosas de cada quien. ¿Cuál es ese destino al que vas, Ed? ¿Algún lugar del Grand Line? No, ya sé, ¡vas en busca del gran tesoro de Roger para conseguir fama y fortuna! Es eso, ¿no?

- Vaya ¿Alguna razón para el cambio en el pelo?.- Pregunté mientras observaba la foto. Esa forma cuadrada era inconfundible, habían estado frente a un Phoneglyp. - ¿Ves esta piedra de aquí atrás? Contiene inscripciones en el mismo idioma que las de la estatua.- Señalé al Phoneglyph en la foto. - Pero se supone que nadie puede leerlos.- Si no recordaba nada no tenía sentido preguntar nada y hacerla sufrir más.

- Muchas gracias Elisea.- Le tendí la fotografía - Estoy seguro de que lo encontrarás.

Elisea se vio algo pensativa con tu pregunta. -No estoy segura -Tomó un rizo de su cabello y lo vio por un momento-. Este es mi color natural. Sin embargo, mi padre quería que tuviera el cabello marrón cuando era pequeña. Nunca lo cuestioné realmente. Siempre supuse que era porque quería que tuviéramos el mismo color de cabello. Parecía algo importante para él -La chica tenía una expresión melancólica, pero de inmediato volteó a comparar las inscripciones, dejando de lado cualquier otra cosa que estuviera antes en su mente-. Sí, tiene cierto parecido. No sé si mi padre podía leerlos, ¿tal vez aprendió ese idioma en el mismo lugar que tú? Yo, es que realmente no -Cerró los ojos y se sostuvo la sien-, no recuerdo mucho de eso. Me duele un poco la cabeza -Te dedicó una sonrisa amable, aunque tu experiencia en el arte del engaño te permitía ver algo más. En realidad, parecía estar ocultando su preocupación-, debe ser por lo mucho que hemos estado estudiando. 

Recogió la foto de tu mano aún sonriente. -Gracias, Shire. Y sé que si alguien puede hallar la verdad sobre Pandora, esa eres tú -dijo de manera amigable, y se acercó a la puerta-. Shire, espero que no te moleste, pero quisiera retirarme, me siento algo cansada, pero te agradezco por esto. Fue muy divertido -Hizo una pequeña reverencia.

Aparte la mirada un poco en cuanto menciono de donde provenía, muchos piratas tenían orígenes increíbles, buenas historias que contar sobre porque y como se lanzaron al mar pero yo...

- No... bueno si, digo no... A ver, soy del East pero no de Villa Shimotsuki. En realidad mi isla en apenas una pequeña y alejada de aquí. Mis padres son dueños de un restaurante, mi familia siempre han sido cocineros. Lo que aprendí de la espada fue casi todo por mi cuenta -me avergonzaba un poco tener una historia tan simple- Pero quiero labrarme un nombre en la historia, quería convertirme en pirata porque odiaba la idea de vivir una vida simple tras la cual nadie me recordara. Odiaba la idea de sentir que cada día era igual, se podría decir que estaba deseoso de vivir aventuras... -aunque ahora otros objetivos empezaban a plantearse en mi cabeza

Edward no podía evitar sonreír ante el entusiasmo de Daiki, era agradable que mantuviera el buen humor durante todo el rato.

No, el tesoro de Roger no es algo que me llame, mi destino es Water 7, la ciudad donde se encuentran los mejores carpinteros, siempre es bueno aprender de los mejores, mi meta es construir un barco mejor o por lo menos iguale al Oro Jackson, el barco de Roger- no es que la fama y el dinero no le interesara, es mas el dinero era algo necesario para poder sobrevivir, pero su mayor sueño era construir un barco mejor o que por lo menos que igualara el de Roger y aprendiendo de los carpinteros de Water 7 era el primer paso para ello. 

El samurai se sentó de vuelta en la cama, sosteniendo su abdomen en el proceso. -Ya veo -dijo Cokett mirando al suelo. Tenía una actitud pensativa-. Yo vengo de una tierra muy lejana en el Grand Line. Se llama Wano. Un lugar hermosos con ocasos imposiblemente bellos, y el lugar de origen de los más talentosos hombres en el arte de la espada -Levantó la mirada, con gran nostalgia en sus ojos-. Pero, yo hubiera matado por ser de una familia de cocineros. Estafadores, ladrones, secuestradores y delatores. El legado de mis ancestros es de un montón de ratas. Tendrías que buscar mucho para encontrar familias más detestables en Wano -Se volteó hacia ti y levantó su dedo índice-. Hasta que un día, alguien creyó en mí, en un bandido en el que nadie querría matar, por miedo de ensuciar su espada con una sangre tan sucia -Una media sonrisa se dibujó en su rostro por unos segundos, mirando al horizonte, como si recordara algo. Aunque pronto volvió a su disposición seria de apariencia estricta-. Lo que quiero decir, Joven Ryuta, sus orígenes son lo que menos importa, lo importante es las decisiones que toma ahora -Cerró el puño con determinación-. Si realmente quiere esa vida de aventuras, tendrá que prepararse para defenderla -Se paró encima de la cama, y aunque con un duro semblante, podías notar el entusiasmo en sus palabras-. Y si quiere que su nombre quede grabado en la historia, tendrá que distinguirse de los centenares de personas que buscan lo mismo, hablo de hazañas tan grandes, ¡que no importa que el mundo se tape los oídos, no podrá ignorarlo! -Te señaló con el dedo, con una gran vitalidad-. Ryuta, si quieres ser un verdadero espadachín necesitas dos cosas: Disciplina y respeto. Y -Volteó a ver de reojo a su arma enfundada en un extremo-... bueno, una buena espada también es muy útil -Se cerró de brazos y se vio pensativo, como si hubiera perdido su tren de pensamiento y tratara de recordar de qué hablaba. En es momento, su ropa se volvió a manchar de sangre.

De repente, Drake entró al cuarto de manera apresurada. -¡¿Qué rayos pasó aquí?! -dijo el médico bastante molesto al ver la herida Cokett sangrando nuevamente.

El gyojin escuchó tus palabras, y cómo era de esperarse, un gran ánimo lo invadió al escuchar de esa ciudad tan popular por sus dotes de construcción de barcos.
-Water 7. Me gusta el nombre, por el agua. Me gusta el agua, excepto cuando es demasiada agua como en el mar. El mar está bien, pero ir siempre por el mismo mar es aburrido -Tras irse por esa pequeña tangente, se dio cuenta de lo distraído que se estaba volviendo su conversación-. Perdón, a veces pasa. ¡Un barco mejor que el de Roger! Eso sí que mola. Me gustaría verlo, y viajar en él. Oh, entonces, ¿tu barco podría viajar por todos los mares? ¿También conquistar el Grand Line, como el de Roger?

En silencio, sin atreverme a decir ni una sola palabra mas que escuchando sintiendo cada palabra dicha por Cokket, en los mas profundo de mi ser... En un principio pensé que sería como otros que tenían una bonita historia y aunque en parte no me equivocaba a la vez no podría estar mas lejos de la realidad, porque si, su historia podría ser buena para contar, podría haber tenido conocimientos de la espada previos gracias a ella y podría tener experiencias previas pero había algo que no tenía, quizás lo mas importante y necesario... valores.

Por supuesto iba a defender mi estilo de vida, a mi gente y este barco, nada me iba a arrebatar lo que tenía ya tuviera que enfrentar al mismísimo Shirohige, mi espada no volvería a pasar por la experiencia de llegar tarde, de no poder salvar a alguien que me importa, no iba a perder otro capitán. Dar un paso hacía detrás sería renunciar a todo lo que creía y protegía.

- Gracias... -dije en voz muy baja mientras se ponía de pie encima de la cama, claro que debería luchar por ello pero ¿una hazaña tan grande que el mundo entero no pueda ignorarla? ¿Que podía ser algo de ese tamaño? Solo me tomo un momento llegar a una conclusión... la Caja de Pandora, hasta ahora había pensado en este viaje como un medio para ganar experiencia, conocimientos y encontrar una tripulación pero nada más, ya había encontrado un lugar donde quedarme y vivir aventuras, ahora solo falta las otras dos pero no había pensado en de verdad dar con la Caja, si lo hacíamos sería imposible para el mundo no prestarnos atención, mis ojos brillaron por la emoción

Entonces la sangre brotó de su herida nuevamente y Drake como si la oliera entro de golpe poniendo el grito en el cielo. Me puse la mano en la nuca y reí nervioso sintiéndome en parte culpable.

- Creo que debería marcharme ya, los demás esperan la comida y esa es mi labor en este barco -dije poniéndome en pie- Cuando estés mejor podremos entrenar, estoy deseando poder aprender de ti. Espero ser un buen discípulo al que legar el Torikaminaryu -todos los espadachines en algún momento buscan alguien a quien legar sus conocimientos ¿no?

Escuché las explicaciones de Elisea, aunque como esperaba no iba a poder sacar nada en claro de ella. Al menos sabía la ubicación de un Phoneglyph. - Quién sabe.- Realmente no creía que su padre pudiese leer las inscripciones y simplemente dejé morir ese tema.

- Por supuesto, tanto tiempo investigando te agota mentalmente, yo también me lo he pasado bien.- Esbocé una media sonrisa mirando los apuntes de la mesa. - Espero que tengas razón.- Fue la única respuesta que di, antes de dejar que se fuera. Pero en el último momento levanté la mano. - Espera, no le comentes a nadie lo de los phoneglyphs, menos aún que yo puedo leerlos. Y te recomendaría tampoco enseñar esa foto a nadie.- Sería muy raro que se diese, pero si alguien conocedor de ellos la veía correría peligro. - Es solo un consejo, no te preocupes.

- Sí, por suerte ahora somos más y podemos abarcar más tareas, si Drake necesita alguna medicina iré yo a por ella.- Aún no sabía con que dinero pero necesitábamos bastantes cosas.

- Si lo encuentras síguelo, mantenlo vigilado y que no haga nada raro, actúa solo si el actúa. Con suerte lo perderemos de vista cuando partamos de Loguetown.- Expliqué. - Y si eres capaz de quitarle su bolsa de dinero es más que bienvenido, pero solo si ves que es completamente seguro. La gente que persigue chicas inocentes no me da demasiada pena.