Partida Rol por web

al ver lo que se acerca salgo a toda velocidad en direccion a Tixa mientras le grito a Kal -granadaaa!! cuando creo que estoy en una posicion relativamente segura al lado de Tixa, vuelvo a apuntar y disparar de nuevo al "cara rata", me echabas de menos? le digo a Tixa mientras disparo y con un atisbo de sonrisa.

Amiya ve que su oponente se acerca a toda velocidad hacía ella con intención de luchar cuerpo a cuerpo. En un primer momento, la piloto se sobresalta, pocas veces había luchado con alguién así y no tenía demasiadas oportunidades de salir victoriosa, menos aún contra un experimentado mercenario que seguro habría estado en multitud de peleas. Tomando una determinación, aferra con fuerza el blaster con las dos manos y espera a que su enemigo este a distancia de quemarropa,  disparandole a pocos metros y encomendandose a la suerte para alcanzar a su objetivo.

-Vamos Amiya, tienes que darle...-

- ¡¡Chiuw!!-

Kal no se lo piensa, sale como puede del sitio donde esta escondido. Y se lanza en una carrera corta hacia la puerta del hangar. Alli descubre horrorizado que Zabra y el idiota han llegado. Pensaba que su plan habia salido mejor, pero si ya habian vuelto, es que no habia sido tan bueno como el pensaba.

No obstante, tampoco se preocupo demasiado. Mientras una explosion detras de el lo desiquilibraba un poco, ese encañonaba a cara de muerto directamente a la cabeza. Noto unos disparos desde su flanco sobre el objetivo. Supuso que acabarian con el, sin darle tiempo a darse el gustazo acabar con la vida de aquel ser apestoso.

Asi que, sabiendo que el tipo que le habia herido se encontraba detras, espero a que el cuerpo del cara de rata se moviera para reventarle la cabeza. Estaba cobrandose una venganza, y seria rapida.

No podemos perder tiempo.

- Protege a R5 - le digo a Tixa, y saco el blaster. Entro sin pensarlo dos veces. Si lo pensara, seguramente no lo haría. Me dirijo en silencio hacia el pasillo oscuro y espero tener la suerte de ver a alguien antes de que ese alguien me vea a mí.

Intento concentrarme en las presencias para localizar su posición. Es algo nuevo para mí, poder concentrarme cuando la situación es tan peligrosa, pero debo aprovechar la circunstancia para sacar tiempo y salir de aquí con mis compañeros ilesos.

Si logro situar las presencias y están juntas, me dirijo hacia ellas con mucho cuidado...si no, iré primero hacia la que esté más cerca del control de mandos de la nave.

Claro que te he echado de menos, Jack, sin tí, esto no es lo mismo. Sonrío intentando decidir a quien disparo cuando Dheeron empieza a moverse hacia la rampa del carguero.

¡¿Dónde vas, loco?! Estiro el brazo para parar a Dheeron. ¡Tú te quedas aquí! Con la otra mano apunto al cara rata y disparo.

- ¡Maldición, Tixa! Tenemos que entrar o no saldremos de aquí. Esto se va a llenar de mercenarios como no pongamos pronto en marcha este trasto.

Me intento zafar de la presa de la piloto.

- Vamos, ven conmigo. No habrá más de dos ahí dentro. ¿Para qué un escuadrón? Sígueme.

Dheeron corre hacia la rampa de acceso del carguero, y Jack y Kal hacen lo propio, cada uno hacia un lado y todo mientras una granada silba en el cielo. Jack dispara contra cararrata impactandole lo suficiente para dejarle fuera de combate, mientras que Kal abre fuego contra el que ha lanzado la granada que a su vez trata de esquivar el ataque. El tipo se lanza justo antes de la explosión y Kal yerra el disparo.

Mientras tanto, en el otro lado del hangar, Amiya se encuentra con el ataque furibundo de otro de los malnacidos cazarrecompensas. El tipo corre en zigzag, y al llegar a la altura de Amiya hace una finta lanzandose a un lado y disparando sobre la piloto. Amiya dispara a quemarropa, y a pesar de la aparatosa esquiva de su agresor, ambos disparos encuentran objetivo, pero los dos resultan poco importantes, y Amiya y el cazarrecompensas se encuentran aturdidos por unos instantes, ambos enfrentados.

En ese momento la granada explota:

El ruido es ensordecedor, pues la estancia hace de amplificador, y la metralla vuela sin control. Kal no puede realizar su último disparo, pues la detonación le envía al suelo, al igual que a Jack, Tixa y Dheeron. El cararrata y la mujer también reciben su parte de descarga, pero los que se encuentran fuera se salvaguardan de la metralla, parapetándose en los muros de entrada.

El resultado de la explosión es un montón de gente en el suelo aturdida, y sólo Dheeron, veterano 4 y veterano 2 se encuentran en disponibilidad para actuar en el siguiente turno. Pero... justo en ese momento, otro tipo aparece por la puerta a la carrera, huyendo de disparos que se producen fuera del hangar.

Me levanto inmediatamente y con el arma en la mano me dirijo hacia el puente o donde pueda encontrar el control de fuego del carguero. No todos los modelos necesitan el encendido del mismo para que la artillería funcione independientemente, y yo debería saber si éste en concreto en uno de ellos. En cuanto tenga la respuesta, me aseguro de cargar la munición cuanto antes. En cuanto esté lista, me voy directo a una cabina a disparar por la torreta más adecuada. Espero que haya una de 360 grados con buena visión...

Caigo al suelo por la exposión. ¡Jack! ¿Estás bien? Intento mirar a mi alrededor, pero es algo confuso. ¿Y el loco de Dheeron?

La confusión se adueña de todo el recinto, una granada ha explotado en el otro lado del hangar. Por suerte no parece haber afectado a la piloto, que en su lucha con el cazarrecompensas acaba de recibir un disparo, aturdida y sin saber muy bien si su chaleco a absorvido el golpe o se encuentra herida, se aferra a su blaster e intenta alejarse de su oponente lo máximo posible, él también ha salido mal parado del encontronazo...

-Cof cof!!(tosido xD) depende de lo que entiendas por "estar bien" contesto con una sonrisa forzada -ha estado muy cerca! Dheeron? estaba cerca de la nave antes de que la granada me hiciera volar, sabe cuidarse solo digo no muy convencido

Entras por la rampa de entrada y te encuentras con algo que no esperabas, o quizás sí, pero habías olvidado. Dentro del carguero hay dos tipos, que te apuntan con sus armas y abren fuego. Uno de ellos tiene una armadura mandaloriana, y el otro es el tipo barbudo que traicionó a Tallon y conocisteis cuando llegasteis: el tal Quist.

Veis como Dheeron se mete por la rampa del carguero, donde antes entró Tilak.

Amiya trata de hablar con Jack, pero ambos se comunican mal, aturdidos por la explosión. Veis como el veterano de la puerta agarra a la mujer de la chaqueta y tira de ella ayudado por el cazarrecompensas que acaba de entrar y con la intención de ponerse a cubierto, mientras el que está tras las cajas abre fuego para cubrir. El único de vosotros que contesta al fuego es Jungen, que intercambia disparos con el del fondo, sin efectos ninguno de los dos.

Tallon, que continúa herido de gravedad a pesar de la curación anterior, observa al robot que está averiado a su lado y comienza a hacerle unas reparaciones, a lo que la unidad R5 contesta con unos beeps de satisfacción.

*Booo BEEp!* CLICK *PooOO*

Qué pasó? CLICK Dónde estoy?

En ese mismo momento, veis como un objeto aparece por la puerta, es pequeño esférico y se queda en el lado derecho de la puerta, conforme se entra. ES UNA GRANADA!!! Y está muy cerca del hombre rata, y también de Kal, además de los tipos que llevan a la mujer hacia las cajas.

Al final, uno tiene que enfrentarse con el momento decisivo. Bien pudiera ser éste. Las prisas nunca han sido buenas para nadie y, quien sabe, igual la primera vez que la Fuerza le sonrió a un padawan en las épocas antiguas, éste se dejó llevar, como yo, y terminó igual.

Pero mientras pienso, estoy vivo, y tan rápido es todo que aún queda la opción de no dejarse vencer.

Recurro a la Fuerza en un último intento por salvar la vida. Reacciono todo lo rápido que puedo y hurto mi cuerpo de la entrada, dejándome caer y rodando por el suelo mientras vuelvo hacia abajo y sólo espero que el impulso de la Fuerza, si es posible, sea suficiente para no darles tiempo a redirigir sus disparos desde mi primera posición hasta ir a ras de suelo. Había oído que los jedi eran capaces de moverse muy rápido en ocasiones de peligro inminente. Practiqué algunas veces, y en unas pocas noté que funcionaba sin que apenas pensara en ello.

Pero no me hago más ilusiones de las debidas. En el fondo, creo que estos son los pensamientos finales de un moribundo. Sólo me resisto, como cualquier cosa viva, a abandonar la existencia. Así son las cosas.