Partida Rol por web

Palabras sin tiempo

Jezabel

Cargando editor
09/12/2012, 19:42
Jezabel

TEXTO 1

Este texto no es otra cosa que un par de fragmentos de un trabajo universitario de la asignatura de Toxicología. WTF? estaréis pensando. Veréis, creo que algo tan carente de interés es la mejor manera de permitiros hacerme buenas correcciones sobre la técnica, sin que el gusto o disgusto por el argumento de una historia narrativa os distraiga. 

Por supuesto, el saber hacer un texto no estrictamente novelesco interesante es muy importante para mí, puesto que estoy escribiendo mi tesis y ya de por sí es una chapa infumable. Así que... go!

 

CIANURO_Introducción

Alan Turing fue el padre de la informática tal y como la conocemos hoy. Realizó interesantes estudios en biología matemática, pero es más conocido por ayudar a descifrar los códigos secretos de Enigma durante la Segunda Guerra Mundial y por la Prueba de Turing, un modo de determinar si una máquina tiene o no inteligencia artificial.

Alan Turing era homosexual. Después de haber contribuido a la ciencia de un modo magistral y haber ayudado a la victoria contra los nazis cambiando el curso de la Historia, fue juzgado y condenado por una sociedad hipócrita y desagradecida. Él no negó los cargos, considerando que su tendencia sexual no era algo vergonzante ni mucho menos delictivo. Se le condenó a prisión o a ser castrado químicamente. Escogió lo segundo.

Turing adoraba la historia de Blancanieves. Se cuenta que al menos fue nueve veces a verla al cine en su edad adulta. Dos años después del juicio, compró una manzana y la roció con cianuro.

Le encontraron muerto junto a la manzana mordida.

CIANURO_El mito

Es de conocimiento general que la muerte por cianuro es instantánea e indolora. Y como casi todos los datos de conocimiento general, es mentira.

Existe en la literatura -sobre todo si nos aproximamos al conocimiento de los venenos basándonos en best-sellers- el concepto de “Canción de Cuna” para referirse a la píldora de cianuro que toman los agentes secretos o similares, un modo de morir rápido para evitar que el enemigo pueda sonsacarles información. Quizá sea esto lo que ha dado lugar a la creencia tan extendida de que es una muerte agradable, rápida e indolora.  Lo único cierto de este mito es el tamaño de las Canciones de cuna: una dosis de 50 mg es letal.

La muerte por cianuro es bastante lenta. Se produce una parálisis respiratoria, convulsiones y midriasis. La agonía puede durar hasta una hora, terminando con una parada cardíaca. Le película “Mar adentro” quizá sea la primera película que acerca al gran público esta realidad; probablemente si Ramón Sanpedro hubiera estado mejor informado, hubiera escogido un método menos cruel para poner fin a su vida.

El cadáver de un envenenado por cianuro tiene características concretas que hacen bastante sencillo su diagnóstico. Por una parte presenta un intenso color rosado en piel y mucosas, y por otra la sangre es demasiado fluida y apenas coagulada; además de las quemaduras propias de las intoxicaciones por sales. El diagnóstico post mortem es bastante sencillo, entonces.

Cargando editor
09/12/2012, 19:51
Jezabel

TEXTO 2

Este texto que os expongo a continuación es la historia de pj de uno de mis personajes aquí en Umbría.  Para los jugadores de Mass Effect no hacen falta explicaciones; para los que no sepáis de qué va el juego, os tengo que dar un par de explicaciones.

Las asari son una raza hermafrodita de aspecto femenino que van por la vida de superdiplomáticas amorosas. Pueden cruzarse con cualquier otra especie; cuando se cruzan intraespecíficamente de vez en cuando sale un descendiente que cada vez que frinka, electrocuta cerebralmente a su pareja. 

El texto no es particularmente bueno, pero su objetivo era llamar la atención del DJ lo suficiente como para que me escogiera a mí en vez de a otros jugadores; es sobre esto sobre lo que me interesan vuestras críticas. Qué veis en el texto, y qué no, que lo hacen interesante o llamativo, qué os impulsaría como máster  a quedaros con ese pj/jugador en vez de otros.

 

PJ_ Aornis

 

El cuerpo inerte del humano todavía se convulsionó un par de veces, para luego quedarse rígido. Los ojos, vacíos de toda expresión, se me quedaron mirando como si la culpa fuera mía.

Despacio, sin comprender todavía qué había pasado, levanté la mirada hacia mi hermana…
-No se lo digas a mamá, cariño –susurró amorosamente, sonrió con una sonrisa que todavía me persigue en sueños, y me acarició la cabeza con delicadeza.
Yo tenía ocho años.

De alguna manera, no podría haber hecho otra cosa. Cuando mi hermana tenía edad para unirse y mancharse las manos con compañeros de todas las especies, yo apenas había aprendido todavía a atarme los cordones de los zapatos sin ayuda. Nos llevábamos demasiados años, y yo la idolatraba. Era todo lo que deseaba ser de mayor. Por eso, cada vez que  la encontraba junto a un humano con expresión de horror, junto a otra asari rígida como una cáscara vacía, junto a algún pobre turiano con las pupilas midriáticas, jamás me planteé que lo que mi hermana hacía era incorrecto. Apenas podía entender el concepto de “unión” como para comprender lo que era una Ardat Yakshi.

Y mi hermana, en un acto de psicopatía monstruoso incluso para ella, me premiaba tras cada uno de aquellos asesinatos. Sonreía con dulzura a mis ojos, y me entregaba pequeñas prendas. Las placas identificativas de un soldado, los pendientes de una diplomática, los guantes de un piloto. Jugaba conmigo a coleccionar aquellos macabros trofeos en los cuales yo sólo veía el cariño de mi hermana.

Ahora que ya tengo edad para para atarme los zapatos, para disparar un arma y para bailar meneando el culo en un bareto de mala muerte. Sin embargo, lo que hago es recorrer esta galaxia inhóspita buscando las familias de aquellos que murieron en brazos de mi hermana; purgando su culpa en un vano intento de hacer saber a todos esos padres desolados que su espera es vana, que sus hijos jamás regresarán al hogar.

Cargando editor
19/12/2012, 17:12
Jezabel

TEXTO 3

Es el inicio de un cuento corto que tengo intención de agrupar con otros cuentos cortos. No os voy a dar pistas de la temática, si está suficientemente bien explicado lo descubriréis al final. Si no caéis en ello, culpa mía y tendré que pensar cómo arreglarlo.

 

Piensa en un pasillo artificial, tan plástico y desagradable como besar a una muñeca hinchable.  La luz del techo sería de ese blanco industrial y ácido que hace pensar en química, que huele a lejía y sabe en la boca a muerte radiactiva.  Añade a la escena el silencio opresivo que se produce cuando te sangran los oídos y solamente escuchas el latido de las venas que recorren el cráneo. Malas noticias: ese latido, además de molesto, es irregular.
Más o menos así se sentía Pam en ese momento.
Una de sus pupilas ni siquiera se molestaba en adaptarse a la luz; detenida la conexión con el cerebro a medio camino de la dilatación, permanecería por siempre -y siempre puede ser muy poco tiempo- ni midriática ni miósica. Jodiendo al personal, y de gratis. Puesto que Pam era de esas gilipollas que se las dan de inteligentes soltando perlas manidas, y su sentencia filosófica era esa chorrada de que el vaso no está ni medio lleno ni medio vacío, igual era una patada del karma en sus dientes blanqueados por obra y gracia de la tarjeta de crédito de papuchi.
La otra pupila estaba aún peor. Era un puntito minúsculo rodeado de un iris asquerosamente grande enmarcado en una córnea que sólo estaba ahí de soporte para el derrame vascular; verlo era una invitación a vomitar.
Avanzó un poco más, paso y pierna arrastrada, paso y pierna arrastrada, un caminar irritantemente irregular. El clic-clic de su tarjeta de identificación en el bolsillo de la bata blanca acompañaba ese movimiento desacompasado:


Pamela R(mancha de sangre)on
Invest (mancha de sangre) cceso a P4


Y de fondo, el sonido atronador de la alarma. Uuuu-iii-uuu-iii. ¿Nunca se va a apagar esa mierda? Joder, lo mejor para controlar la puta histeria es que te violen los oídos con gigadecibelios. Daba igual: a cada paso arrastrado, la consciencia de Pam se iba licuando poco a poco, suficientemente despacio como para permitirle darse cuenta de lo que ocurría, suficientemente deprisa como para no poder hacer nada para evitarlo.
Dentro de ella, en cada célula, el citoplasma perdía su estructura. Las moléculas cambiaban, alosterizaban, mutaban. Proteínas conversas en priones, iones enlazando, bioquímica construyendo pequeños milagros de muerte.
Los últimos estertores de las neuronas, sinapsis temblorosas y tímidas, se apagaban poco a poco. El cuerpo de Pam, no obstante, seguía hacia adelante, avanzando lenta y torpemente mientras en el neocórtex las células gliales estallaban en una orgía apoptótica descontrolada. El cerebro primitivo, ese nodo ancestral que sólo piensa en comer y reproducirse, se quedó a solas dentro del cráneo. A solas para decidir.
Y decidió.