Partida Rol por web

La sala a la que había sido conducida era bastante discreta frente a lo que cabía de esperar al saber que iba a ser conducida frente a Hiruma Fujitaka. 

Los cangrejo desde luego poco tenían que ver con los unicornio, y desde luego con cualquier clan tradicionalista de Rokugan. Pues si en otro clan su solicitud habría ido retrasándose con buenas palabras que camuflaban el rechazo, en el Clan Cangrejo poco había tardado en ser conducida frente a Fujitaka-dono. Mano derecha del Regente Hida Takeo y además de guerrero, diplomático. Se le consideraba culpable del sistema de alianzas que llevó al Clan Hida tan lejos durante la guerra.

-Así que una Ronin que viene a buscar trabajo, del Clan Unicornio según puedo ver... ¿Cuéntame cómo llegaste a esa 'situación'?

-Akeno-san. Supongo que has oído los rumores que circulan desde hace algún tiempo, las noticias malas viajan más rápido que los mensajeros.

El otrora señor de la guerra descansaba en su asiento, poco antes había hecho llamar a un primo lejano de la familia. A un lado poseía una pequeña mesa como las que recordaba haber visto el recién llegado en algunos señores de la guerra, sin embargo en aquel momento no estaba cubierta de mapas de campaña, tan solo lo que parecía ser una misiva recién abierta.

Kyuto Urumi

La joven era consciente de que las costumbres del clan del cangrejo eran relajadas en comparación con el resto de los clanes mayores, incluso sus extrañas costumbres provenientes de los viajes de sus antepasados por tierras gaijin y que aún permanecían en su antiguo clan, y en ella, no deberían suponer un problema en este clan.

A pesar de todo lo escuchado la muchacha no pretendía estropear la oportunidad que se le presentaba para recuperar su posición en el orden celestial, posicionó sus armas al lado contrario tal y como se espera de todo samurai que sea recibido ante un alto rango de un gran clan y comenzó a hablar mientras hacía una reverencia y evitaba mirar directamente a sus ojos. Con lo que esta chiquilla de espectacular belleza y unos ropajes de seda fina con un acertado toque floreado, comenzó a hablar con una voz angelical que resultaba totalmente melodiosa dando impresión incluso de fragilidad:

-Mi señor Fujitaka-dono, tenía la idea de que el embajador de la avis...- al instante cortó lo que estaba diciendo sin querer resultar ofensiva para continuar de nuevo mientras se corregía- de la familia tsuruchi, dentro del noble y poderoso clan de la mantis, había informado de mi situación, al fin y al cabo fue por medio de su consejo por el que el damio menor de esta familia de la ciudad de Kiru-ko (así era como se llamaba la ciudad donde se produjo todo el problema) me ha impuesto la orden de presentarme al invierno de los veinte trasgos-

Entonces la chiquilla levantó un instante la mirada para observar la reacción de su interlocutor mientras hacía una breve pausa

-Pero por supuesto se lo contaré Yasuki-dono, perdone mi torpeza refiriéndome a usted con tal desfachatez, todo comenzó en la ciudad de Kiru-ko donde por culpa de dos personas se produjo un terrible malentendido con un invitado del clan del leon, se produjeron ciertas tensiones entre el clan de la Mantis y mi anterior clan que se solventaron con un intercambio de rehenes, yo era una de las rehenes-

La muchacha descansó un momento no por darse aires de grandeza ni nada sinó simplemente para permitir a su interlocutor asimilar toda la información dada hasta el momento y para coger aire con el que continuar

-Todo iba a pedir de boca, incluso había comenzado a entrenar en la escuela de arquería Tsuruchi lo que para mi fue un honor, pero el damio familiar me encargó una misión secreta que no podré revelar aquí para proteger el honor de esa familia, solo diré que el responsable del agravio fue ajusticiado si se me permite-

Sabiendo que guardar el honor de todas las personas que habían formado parte de su vida era su deber, no diría ni una sola palabra de la misión aunque seguía suponiendo que esta ya estaba en el conocimiento de su interlocutor por medio del embajador tsuruchi

-El caso mi señor fue que una aldea de eta había sido masacrada, una aldea en la que he estado y se me ha implicado con pruebas falsas, aunque no es ningún delito como tal, si es un grave insulto. El damio era consciente de ello por eso se me ha ordenado escapar del sepuku que tenían que sentenciar para mantener las apariencias. La orden que se me ha dado es superar el invierno de los veinte trasgos para recuperar mi estatus como samurai-ko y poder investigar y descubrir al transgresor con intención de proteger las buenas relaciones de mi anterior clan y el clan de la mantis-

En ese momento ya levantó la mirada asta justo la boca del (que suponía que era) cortesano (sin llegar a mirar a sus ojos) y añadió

-Esa es la razón de que esté aquí, supongo que mi clan de procedencia resulta obvio por el color de mi pelo, lo cubriré si es necesario, pero mis habilidades con el arco, aunque no se si me permitirán superar el invierno, creo que si me permitirán intentarlo. Además estaré a su disposición para todo lo que necesite, he recibido entrenamiento de los mejores cazarrecompensas tsuruchi y aunque no se si estas habilidades le serán de utilidad, no dude en ordenarme lo que sea si cree que mis habilidades pueden ser de ayuda-

La "niña" volvió a bajar su cabeza en tono de sumisión esperando la respuesta del cortesano cangrejo

El lugarteniente de Hida Takeo escuchó silencioso, tras ello respondió.

-En efecto, como bien apuntas fui informado al respecto de vuestra situación chiquilla. Sin embargo quería saber  cómo responderías.- Respondió mientras escrutaba a su interlocutora con la mirada, o con lo que podría haber sido su mirada si tuviese la vista al 100% de sus posibilidades, tras ello suspiró. -El invierno de los 20 trasgos, si te han encomendado esto es que te quieren muerta, pocos lo consiguen a pesar de que todos los Cangrejo entrenan desde su niñez. Los sibaritas de los grulla optan por hacer malabares mientras dicen mentiras, nosotros nos preparamos para las guerras que están por venir, pues somos el escudo de Rokugan frente a las invasiones. ¿Acaso crees que serás capaz de ello?- Cuando cree que la Unicornio va a responder con un gesto no exento de cierto desprecio la manda callar. -Lo que me preocupa no es eso, sino si entiendes el significado. Dejarás de ser ronin, pero también dejarás de ser Unicornio para ser Cangrejo, ¿estarás dispuesta a eso? ¿Si el día de mañana el Shogun decretase la extinción de los Unicornio a manos de los Cangrejo lideraras el ataque cuando yo te lo ordene?

La joven mostró un instante de duda antes de responder, pero cuando lo hizo fue sin ningún titubeo, con una voz firme aunque como ya habíamos dicho bella.

-Señor, tendría que responder de esa manera aunque estuviese en mi antiguo clan, del mismo modo tendría que hacerlo si aún fuese miembro del clan unicornio y el shogun o el emperador me ordenasen destruir a mi propio clan-

La muchacha asintió reafirmando su respuesta para continuar

-De todos modos reconozco Fujitaka-dono, que soy humana y mi primera reacción sería solicitar mi exclusión del ataque mas si me fuese denegado el permiso lo haría sin dudar-

La joven ahora un poco más apesadumbrada cambió de tema

-De todos modos yo era rehén por lo que mis obligaciones estaban para con el ilustrísimo damio Tsuruchi, miembro de un clan aliado del poderoso gran clan del cangrejo, y esta ha sido la última orden que me profesó, es la única forma en la que puedo recuperar el estatus de samurai y cumplir con la misión, siempre con el permiso de mi nuevo señor en ese caso-

La chiquilla daba a entender que aunque el derivado más seguro de someterse a la prueba fuese su propia muerte, no podía dejar de servir a quien era su señor hasta ese momento a no ser que quisiese convertirse en una verdadera ronin de modo permanente

- ¿A cual de todos los rumores os referís Hida Takeo-sama? - pregunto extrañado por estar en una reunión con el Daymio del Clan.

- ¿Qué puedo aportarle yo que no le pueda aportar el ersto de Consejeros y Comandantes que tiene a su alrededor? - me pregunto lleno de curiosidad.

Takeo sonrió al ver a su interlocutor respondiendo tórpemente.

-Sigo siendo un cangrejo, sin embargo tanto trato con los grulla y los demás clanes hace que olvide que el camino directo es el más rápido al asunto que nos ocupa. -Suspiró-. Entre el pueblo llevan algunos días hablando de unas misivas enviadas por mi compañero Grulla, el también Regente Doji Gisaku. Aquí está el mensaje, me ha citado junto a los demás regentes para asistir al Consejo de Invierno que se celebrará en el Palacio Seppun. Algo me hace sospechar pues hasta ahora en muy contadas ocasiones se ha reclamado la presencia de todos los regentes.

Con unos movimientos ajustó las anchas mangas de elegante atruendo. Mientras su mirada se perdía más allá de uno de los tatamis, sus labios se movian suavemente como si estuviese pensando algún haiku que fuese acorde en aquel momento, al poco rato devolvió la mirada a su interlocutor.

-Me han hablado de ti Akeno-san, sois inteligente y bastante habilidoso en el campo de batalla, te has probado una y otra vez más allá de la muralla y vuestro cuerpo relata vuestras hazañas. Es por eso que creo de la misma manera que la abeja reina aún con su poder depende de sus obreras, yo he de acudir a mis vasallos. ¿Y bien?

-Bueno supongo que eso será suficiente, si sobrevives hablaremos más detenidamente acerca del honor y la lealtad, la cual como bien apuntas actualmente no es para con el Clan Hida. -Mientras se secaba la frente perlada de sudor extrajo de su obi su abanico y lo abrió agitándolo un par de veces. -No soy quién para decir nada, pues es una prueba abierta a todo el mundo, pues es un servicio para Rokugan, campesinos, etas y la peor escoria tienen permitido su participación, pocos de ellos se atreven pues valoran demasiado su vida. -Su mirada se detuvo mientras sus labios improvisaban un haiku.

-Los animales se arrastran, el cielo y la tierra lo gobiernan halcones. -Su rostro sonríe satisfecho por su rápida asociación -Sin embargo, mi señor Hida Takeo-sama ha sido convocado para la Corte de invierno, así que pronto tendrá que partir al Palacio Seppun, así que este Invierno será atípico.

La muchacha escuchaba las palabras de aquel honorable hombre con admiración, seguramente fuese de los pocos miembros del clan del cangrejo que admiraría de esa forma la estética artística que podía emanar de un haiku. La joven no era demasiado buena en el arte, nunca se había interesado demasiado en practicarlo aunque sí le gustaba presenciarlo, aún así era capaz de recitar lo que había oído.

-Mi madre compuso una vez un haiku que en mi opinión es aplicable en esta situación "¿por que amar la vida si nuestro destino es morir?"-

La niña se quedo pensativa en las palabras de su madre y en lo mucho que tenía que mejorar para complacer sus expectativas...

-Supongo que los que no lo intentan es porque no son dignos de ello, quien tiene miedo a lo inevitable no merece pertenecer a la casta samurái, siento no haber podido responder con un haiku propio mi señor, no estoy demasiado versada en ello-

La muchacha con tanto protocolo se sentia medio incomoda así que decidió soltar la pregunta que la reconcomía desde que su interlocutor había terminado de hablar

-Fujitaka-Dono, me preguntaba si usted me explicaría en que consistirá la rareza del invierno de este año por la falta de hida Takeo-Dono, a no ser que se refiera al evento convocado-

FDI: como no encuentro los colores para el texto comenzaré a escribir en negrita también lo que diga, y como se ponen las notas? (es mi primera partida en este foro)

Ahora si que me había quedado de piedra.

¿Como era posible que Hida Takeo haya oido hablar de mi? No soy más que un simple Hida al servicio del clan. Ni siquiera he ascendido más allá de ser un simple Samurai. Todo esto empezaba a ser muy extraño.

Miro a mi interlocutor y respondo francamente.

- Mi señor. No creo ser merecedor de tantos elogios. - digo. Y sin embargo los he recibido de vos.

- Con respecto a su pregunta... - respondo haciendo un pequeño alto para meditar bien que decir. Sin duda debe de ser algo de suma importancia si Doji Gisaku-sama ha reclamado la presencia de todos los Regentes. Lo cual nos obliga a extremar las precauciones.

Hago un breve descanso antes de proseguir.

- Sinceramente, no creo conveniente que deba acudir sin una buena escolta. Mas esta no debe de ser muy numerosa pues podría provocar recelos y temores en el resto de los Regentes. - añado. Como mucho debería de llevar media docena de hombres, bien preparados para la batalla, con vos, además de su habitual séquito de cortesanos, escribas, y demás sirvientes.

El rostro de Hida Takeo parece visiblemente satisfecho ante la respuesta de su interlocutor.

-No seáis modesto Akeno-san. A eso me refiero, habéis puesto voz a mis pensamientos de la misma manera que lo hace la pluma para el escriba. Esa era mi idea, me acompañará mi buen amigo Yasuki Fujitaka. También me acompañará mi escriba y algunos sirvientes. Y vos, Akeno-san también debéis acompañarme, me gustaría contar con un puñado de hombres, cinco tal vez -Como hablando para sus adentros susurró satisfecho por el número elegido- Es un buen número, cinco regentes, cinco anillos... Necesito hombres habilidosos que se hayan probado en el campo de batalla, por sí solos no representaréis un problema, sin embargo seréis lo suficientemente habilidosos para prevenir cualquier ataque.

Yasuki cambió de postura mientras se acomodaba en una pose más informal

-Supongo que pronto te enterarás así que no hay problema en que lo sepas. Se ha convocado tras varios años de silencio una Corte de Invierno. Los cinco regentes han sido invitados así que pronto partiremos. -Las palabras se perdieron en el silencio dando tiempo a la unicornio de captar el sentido de las palabras-. Dado que es costumbre que el Líder del Clan Cangrejo inaugure el Invierno de los 20 trasgos. Este año antes de partir Hida-sama dará comienzo al evento, no será tan duro como el Invierno pero la idea es la misma: Eliminar cuantos Mongoles sean necesarios y reclutar nuevos refuerzos para la guerra contra los enemigos del Imperio.

-Así que tal vez haya una posibilidad de que salgáis viva, sin embargo fuera como fuese la prueba... La determinación arde en vuestro rostro chiquilla. -Concluyó el cangrejo

La joven no vaciló en responder con la determinación que la caracterizaba

-Gracias Fujitaka-Dono, por mi bien espero no defraudar la confianza que está depositando en mi-

La muchacha se dio cuenta de que no estaba diciendo la verdad aunque fuese sin querer así que se corrigió al momento

-Quiero decir, se que no lo defraudaré-

La chiquilla sin clan entendió por la forma de hablar del anfitrión que tal vez ya había durado demasiado la entrevista por lo que hizo una reverencia mientras comenzaba a despedirse

-Señor, ha sido un autentico placer haber conocido a una persona tan entera y honorable. Sería para mi un enorme gozo llegar a ser sierva de su merced y del poderoso clan del cangrejo, siento haberle robado tanto de su valioso tiempo y sin querer resultar descortés perdóneme por no haberle traído ningún presente digno de su grandeza-

La niña se encontraba ahora esperando que el hombre que allí se encontraba hablando con ella le diese permiso para abandonar la sala o por la contra que siguiera hablando, estaba claro que había muchas cosas que preparar para la prueba del invierno de los veinte trasgos, aunque no sabía si debía intentar conocer a algunos otros ronin que quisieran intentarlo también o preparar simplemente lo que ella precisase y esperar al "pistoletazo de salida"

- ¿Yo? ¿Escolta de mi Daimyo? - pienso. Es un enorme honor.

- Será un honor serviros de escolta mi señor. - digo haciendo una inclinación acorde al estatus de mi interlocutor.

- ¿Habeis pensado en quienes serán los otros cuatro miembros de su escolta? - le pegunto.

- Permitidme daros mi opinión acerca de los otros integrantes de la escolta. -  le digo. Sin duda sería interesante contar con un Hiruma y un arquero en el grupo. Los primeros como bien sabeis son los mejores exploradores y rastreadores del imperio junto con los Tsuruchi, nuestros primos Mantis. Lástima que no tengamos a un Tsuruchi aquí en estos momentos pues sin duda su arco podría ser de gran ayuda en esta escolta.

- Un Kuni también podría ser una buena elección. - añado. Con eso haríamos cuatro, quedando el quinto libre para complementar el grupo en el modo que considereis oportuno.

-¿Presentes? -Tras una sonora carcajada retomó su tono habitual- No me confundas con los Grulla, los Cangrejos somos de hacer que nuestros actos hablen por nosotros. Ahora sé buena chiquilla y háblame a través de tus actos.  -Con un gesto despidió a su invitada-. Puedes retirarte a prepararte para el Invierno de los 20 trasgos.

Hida Takeo sonrió pacientemente mientras el joven Akeno empezó a enumerar planes visiblemente afectado fruto del elogio recibido. Consciente de que ése no era el mejor sendero para un samurái decidió cortar sus alas para enseñarle su lugar en la jerarquía. Alzando una mano brevemente sentenció:

-No te preocupes por eso Akeno-san, ya tengo algunos hombres en mente, hombres de confianza es lo que busco, no sólo habilidosos, pues de qué nos sirve una la mejor katana si no la podemos usar y se vuelve contra nosotros.

-Gracias de nuevo,voy a prepararme entonces-

La muchacha salió un poco ruborizada por haber metido la pata con lo del presente, pero segura de que no le sentó mal. Peor habría sido no ofrecérselo a un cortesano grulla tal y como el dijo, al fin y al cabo solo fue objeto de risa por un breve instante.

La joven al salir de la sala se volvió a colocar el daisho del lado correcto y se dirigió hacia el exterior del edificio tanto si la acompañaban como si no (en caso de que fuese acompañada haría una reverencia y daría las gracias con una sonrisa)

Ahora debía encontrar un mercado o varias tiendas, pues necesitaba comprar un cuchillo (utensilio, no arma), una piedra de afilar, material para hacer flechas (espero poder fabricarlas yo teniendo "arquería" 4), una olla, una caña de pescar, raciones de carne seca, casquería para alimentar al perro, equipo de primeros auxilios, una mochila de mimbre, un par de sacos de esparto y unas 4 bolsas de esparto también.

Todo esto debería ser comprado antes de que anuncien el evento del invierno de los veinte trasgos, pues los mercaderes no son samuráis honorables, son medio personas que no tienen ningún honor y se aprovechan de cuando hay necesidad de algo para ganar dinero

La chiquilla miró al cachorro que la seguía en todo momento y le dijo

-tal vez te compre un collar y una cadena-

Pero el perro lógicamente es indiferente a oir eso o a oir cantar el eje de un carro, no está apenas entrenado más de lo que estaba cuando se lo dió su madre, lo único para lo que sirve es para hacer ruido (ladrar) en caso de peligro mientras "Urumi" duerme

- Teneis razón Takeo-sama. - digo mientras hago una inclinación para ocultar el enrojecimiento por la vergüenza de que me regañen como a un niño pequeño. Me había extralimitado en mis funciones. No debía de volvera cometer el mismo fallo. Disculpad mi intromisión en asuntos que no son de mi imcumbencia.

Takeo sonrió consciente de que su interlocutor había aprendido y era consciente de haberse excedido.

-Descuidad. Tenéis mi permiso para prepararos, partiremos en una semana, tras dar inicio al Invierno de los 20 trasgos. -Para poner punto y final tomó su abanico y se empezó a abanicar.

- Hai. - digo haciendo una inclinación ante Hida Takeo acorde su estatus. Así lo haré.

Dicho esto me incorporo y tras dar media vuelta sobre mi mismo salgo de la estancia.