Partida Rol por web

Ganadería gourmet: Mis gregatíllidos y yo. Exteriores del domo

Día. Hora aproximada

René, William y Kalina

Cuando Thompson le dijo que pensaba dejar el material en la sala de telecomunicaciones a la vuelta, René le dijo:

—No te preocupes, puedes dejarla en telecomunicaciones sin problema. Puedo revisar allí el arma también. No pretendo quedármela, sólo desarmarlas y darles una ojeada. Trastear. Me gusta hacer cosas prácticas. —Después, hizo una pausa para pensar brevemente y les dijo—: Puedo imaginar por qué nos dan armas viejas para nuestra instrucción. Si uno sabe manejar bien un arma mecánica, las automáticas y las láser no son más que juguetes simples. Demasiada tecnología atonta.

René asintió a las palabras de Kalina sobre los moradores de las cuevas. Había que estar preparados para cualquier cosa. Le gustaba escuchar las sencillas explicaciones de la bióloga sobre los bichos del lugar, aunque aquellos nombres en sí no le decían nada; él quería ver a los animales in situ, como los gregatíllidos. Así podía aprender, viendo a los bichillos y siguiendo después las breves explicaciones de la croata.

Mientras seguían caminando, René puso gesto de cierta suspicacia ante la respuesta de Thompson sobre su vida anterior. Aquel muchacho no quería hablar mucho de sí mismo o lo hacía sólo vagamente. Sin embargo, le pareció verosímil que ese chico nunca hubiera hecho nada en particular en la vida salvo recibir el entrenamiento que su padre le diera. Encajaba con su carácter, ciertamente. El hijo del comandante.

—¿Escaparte? ¿Dónde vivías, en una cárcel? —le preguntó haciéndose el tonto, pero con toda la intención de que el muchacho dijera algo más. Después de escuchar la respuesta que diera a eso, respondió sobre sí mismo—: Yo trabajaba como guía para turistas y biólogos en los bosques de Hydria. —Fue escueto al respecto, pues no quería insistir mucho más en ese tema para no aburrir a Kalina, que ya sabía esos detalles.

Cuando escuchó la respuesta de Kalina sobre su trabajo, a su mente volvió el recuerdo de muchos biólogos que había conocido. Efectivamente, los científicos normalmente veían en los animales objetos de estudio que servían para propósitos tecnológicos. Lo que más le sorprendía a René en su experiencia es que los biólogos terrícolas solían mostrar desprecio por sus costumbres venatorias, pero ellos mismos utilizaban a los animales y los ponían en cautiverio para sus propios propósitos. No entendía por qué les parecía peor matar a un animal en libertad para alimentarse que encerrarlo para su estudio. Pero aquello ahora daba igual y, además, Kalina parecía distinta de todos los biólogos que había conocido hasta ese momento, pues le escuchaba con atención y respeto cuando le hablaba de Hydria.

Sobre el comentario que Kalina hizo acerca de Grey, René se permitió un comentario con un tono algo cáustico:

—Oh, no te quepa duda de que esa mujer no es una cadete más, para bien o para mal. Ella lo sabe, los mandos lo saben y nosotros lo sabemos. Pensar lo contrario es una tontería.

Tras aproximadamente una hora y media, llegaron al lugar. René se quitó durante unos segundos la mascarilla para tomar agua de su cantimplora y llevarse a la boca un higo seco que sacó de su mochila. Después de colocarse de nuevo la mascarilla, extendió la cantimplora a sus compañeros. Mientras miraba las colinas tratando de buscar una cueva adecuada, dijo:

—Hemos llegado. Sin duda va a hacer falta un camión o algún otro transporte para acortar los tiempos y para traer después el material... —Miró a Kalina—. De lo contrario, cada vez que quieras ver el terrario vas a perder mucho tiempo... Bueno, y tus alumnos también. —Sonrió bajo la mascarilla—. No creo que sea tan difícil usar los camiones, la próxima vez podemos probar nosotros mismos... No me hace ninguna gracia tener que depender de Foster todo el rato que uno quiera usar un camión, aunque está claro que en algún momento tocará apechugar y subirse con ella. Pero no cada vez que vengamos aquí.

Sabía que Kalina pensaba lo mismo sobre aquella charlatana, pero René imaginó que Thompson podría tener algo para decir sobre ser un grupo, ser todos una familia, que aquello era una prueba o algo así. Alguno de sus sermones, quizá aprendidos en su casa.

Volvió a mirar las colinas:

—Vayamos con precaución, por eso de los moradores que pueda haber. Allí veo una cueva con una plataforma exterior, eso podría servir, ¿verdad? —dijo mientras miraba a Kalina con gesto interrogante. 

Al terminar de decir estas palabras, agarró el rifle en posición de listo y avanzó hacia aquella cueva. Tenía la esperanza de que hubiera más gregatíllidos, pues esta vez había traído un saco que había encontrado en la cocina, con la intención de volver al domo cargado de esos bichillos y así poder darse un crujiente festín.

Charla bajo las estrellas. Entrada de la sala de telecomunicaciones.

Día 13. Tarde.

Jim y Eylo

Eylo estaba a punto de hacer el cambio de turno en la sala de comunicaciones, cuando "cazó" a Jim antes de entrar. El eridiano había estado dispersos los últimos días, atareado con el estudio y con sus deberes en la sala, pero teniendo una charla pendiente, tampoco quería rehuirla.

—¿Jim? ¿Tienes un momento? —la interpeló con la voz calmada —. ¿Cómo lo llevas? —preguntó con cortesía, pero también con interés.

—Quizá está mal dicho, pero te debía, pero bueno.. tampoco quiero dejarlo pasar —suspiró un poco, iba a cruzarse de brazos, pero no lo hizo —. Mira.. no esconderé que tú y yo tenemos formas de ver las cosas distintas, pero creo que ambos queremos que las cosas en el Domo funcionen.

Buscando las palabras adecuadas, Eylo miró por encima del hombro viendo como pasaban de largo Narel y Cook, una vez pasaron volvió a Jim.

—Lo de Sarah y Mikhail.. bueno. Como dije, no quiero remover más ese asunto. Pero no voy a negar ni mi participación, ni que lo apoyara. Tuve mis razones, aun sin estar del todo de acuerdo —se encogió de hombros —. Me basé en unas cosas que, luego, resultaron cambiar. Y, aun así, no estoy orgulloso del cómo se hizo, pero no del qué que intentó hacer. Pero dado que, como se ha dicho, no hay pruebas. Poco importará, la verdad. Yo sé lo que vi, escuché y valoré, pero eso me corresponde a mi, no voy a imponer mi visión a nadie.

Respiró hondo, quizá sonaba a justificación a oídos de Jim o a una explicación que no había pedido, pero Eylo quería ser franco desde el principio.

—Y, luego, en la reunión. Cuando los mandos se marcharon. Quiero hacerte una pregunta, ¿lo decías en serio? —la miró a los ojos, pero sin presionar de más —. Tuve la sensación que todo lo que dije.. o bien lo malinterpretaste para dar solidez a tus argumentos o que no me expliqué bien. Me gustaría que Vera siguiera aquí, joder, hasta Mikhail si no.. —suspiró negando con la cabeza —. Pero protegerlos de la realidad de las cosas no creo que se les ayude. Al contrario. Eres inteligente, salta a la vista. Y no, no es un halago fácil, lo eres, y eso significa que estoy convencido que no actúas sin un plan preestablecido. ¿Quieres ayudar a Vera? Está bien. Yo también, pero sabes tan bien como yo que ese odio visceral por los tíos no la ayuda. Y no, no saques el tema del machismo, eso para mi fue una meada fuera de tiesto —en todo momento procuró ser asertivo, serio, pero con ese componente suave y diplomático que lo caracterizaba. Respiraba profundamente, a pesar del verbo fácil que poseía, no es que estuviera acostumbrado a esa clase de charlas.

Cuando se pueda hago atemporal con Narel

Prescribir barbirtúricos era una cosa muy seria, pero si necesitaba dos o tres pastillas para dormir mejor durante unas noches no había problemas, no se iba a enganchar por eso, pero cuando le pidió pastillas para el estómago una lucecita se encendió en su cabeza: No sería que Jim tenía comportamientos bulímicos? . Negó, había tenido pesadez de estómago, nauseas, pero, estreñimiento?. Se la quedó mirando por si estaba escondiendo algo, pero Duke eran un tipo de pocas dobleces, dado a no pensar mal, y aquello era solo para una vez, porque en cuanto Narel recuperara la cocina todo fluiría mucho mejor y nadie iba a necesitar tirar de pastillas. Asintió y escribió en su comunicador

- Te daré un par de pastillas, pero si sigues con estreñimiento tendremos que hacer análisis. La harina me produjo pesadez, pero cada estómago es un mundo. Desde hace cuanto tiempo no haces de vientre?

El gesto del doctor era todo preocupación, pero no llegó a sospechar que hubiera algo más allá, sino que su mente intentó encontrar alguna posible dolencia que tuviera el insomnio y el estreñimiento entre sus síntomas, y lo primero que le vino fue el estrés. Le sonrió y le dijo

- Igual todo es estrés, deberías exigirte menos.... al final todo saldrá bien.

Y joder, vaya si salía bien. La lucecita de alarma detrás de su cabeza se fundió a la que la clase de mantenimiento de ballestas y amortiguadores comenzó. Le desconcertaba, porque creía que, bueno, que era como Vera y odiaba a los hombres, pero allí estaba, reconociendo al enemigo de arriba a abajo. Besaba sin freno, sin inhibiciones, todo un torrente de energía al que Duke intentaba responder para no perder pie. Jim se retiró para decirle lo de que le quería hacer hablar y, bueno, intentó hablar, le retiró el pelo de la cara y le intentó decir lo preciosa que era, pero, las palabras no estaban ahí, las cuerdas vocales no querían hacer su trabajo, así que sonrió, con cierta tristeza, volviéndola a acariciar, entonces notó unos dedos cerca del territorio comanche y dio un salto mientras en su cara se podía ver el pánico. Ay Dios, que era de las que creían en lo de abrir los chakras, el tercer ojo y esas cosas, ay que le quería desvirgar. No es que fuera virgen, pero se había pasado años colgado de Heather así que, bueno, no lo había probado todo, ni sabía si le gustaba todo, así que retrocedió inconscientemente hasta golpearse de forma graciosa con la pared metálica del vehículo, haciendo resonar un Klonc mientras se tocaba la cabeza para ver si se había hecho una brecha. La miró y empezó a hacer el chasquido seco que equivalía a su carcajada. Era lo peor, le había puesto en ese punto solo para intentar desbloquearle, a lo bruto, puede, pero con buena intención, aunque eso le llevaba al mismo punto de partida, por qué estaba haciendo aquello?

Suficiente de pensar. Estaba con una preciosidad que por una alineación planetaria extraña quería tener sexo con él. Era mayor, no la estaba obligando y le gustaba, ya preguntaría después, no era el momento de preguntas que podían estropear el momento, menos cuando con alguno de esos besos casi se le olvidaba de su nombre. Cosquillas? Se encogió de hombros y puso una sonrisa inocente. No, al enemigo no se le dan detalles de los puntos débiles, esas son cosas que se deben descubrir por una misma, no, nada de información sin ni siquiera un interrogatorio como dios mandaba. Suficiente, no, ya estaba bien, suficiente conversación, suficientes intentos de hacerle hablar, es que no se daba cuenta que estaba en ebullición? Terminó de quitarse la ropa como buenamente pudo, y cogió un preservativo de la caja que llevaba en su bolsillo, que afortunadamente no había sido requisado por Jim y lo abrió como buenamente pudo, que al no tener uñas siempre era complicado. Se lo ajustó sin más preámbulos y se fue hacia ella. Aquello si que iba a menear el vehículo, y lo meneó, vamos si lo meneo, que tal vez a su vuelta Yum le iba a tener que cambiar hasta el elevalunas eléctrico. Él no la entendía del todo, pero lo que estaba claro es que sus cuerpos se entendían a la maravilla. Se tumbó a su lado lánguidamente y empezó a escribir en el comunicador

- No me llevo mal con nadie, aunque si que tengo más sintonía con unos que con otros. Por ejemplo,  Mikhail es peligroso y brutal, o Malbone, no son gente con la que me vaya a ir a cenar o a pasear bajo la luna, bueno, ni... a hacer esto que hemos hecho. - Sonrió despreocupadamente - pero si tienen alguna herida les atenderé como a cualquier otro. Cuando eres médico no puedes tener personas especiales, todos son iguales, porque su salud está a tu cargo. Me llevo bien con Sue, con Becky, y Daya, Daya también es la bomba, y me gusta Evan, aunque puede ser un poco raro a veces, pero es así, y todos somos un poco raros. No sé, luego hay gente que no le acabo de pillar el punto, como René, pero no creo que sean mala gente. Todo el mundo va a hacer algo bueno si le damos el tiempo suficiente.....y tú? muchos problemas de adaptación?

La miró mientras le revolvía el pelo y escribió
- Por cierto, teníais algún tipo de apuesta para ver quien me hace hablar? Lo digo porque normalmente no me haces mucho caso, pero es tocar uno de estos coches y todo cambia. No me entiendas mal, me gustas, y creo que esto es lo mejor que me ha pasado desde que pensé en alistarme pero..... me gustaría saber en que punto estamos, ya sabes, para no hacerme ilusiones ni creerme cosas que no son.

Charla bajo las estrellas. Entrada de la sala de telecomunicaciones.

Día 13. Tarde.

Jim y Eylo

Me estaba fijando en los techos y paredes de esa parte del domo para identificar zonas francas, tenía en mente pintar artículos para el examen de legislación, las famosas reglas mnemotécnicas... Cuando me abordó Eylo - ¡Joder, qué susto! - me pilló totalmente desprevenida saliendo de una puerta. Traté de disimular, no quería decirle lo de los iconos - paseando por aquí, haciendo tiempo... ¿Hablar? Sí, claro... 

- ¿El examen? Lo llevo, lo llevo, espero que me salga bien. ¿Tú bien, verdad? - puse cara de circunstancias, ahora mismo tampoco es que estuviera yo muy negativa con respecto a la prueba de legislación, estaba motivada en cuanto que dibujar podría ayudarme a relacionar.

Me crucé de brazos, esperando que encarrilara la conversación, quería hablar pero yo aún no sabía de qué - ah, es verdad, sí, estaba pendiente. Se me había olvidado - recordé que tenía pendiente una charla con el chatarrero pero ahora mismo no caía sobre qué. Escuché lo que empezó a soltar por aquella boca. 

Eylo era de los chicos que se pensaba mucho las cosas, tardaba en hablar y no parecía que fuera por timidez sino que daba la sensación como de que se manejara mal con el idioma, como si estuviera buscando las palabras correctas.

Empezó a dar explicaciones como en plan justificando su postura sobre el linchamiento a Mikhail Kurik por lo de Lizza - sí, menuda cagada ¿La idea fue de Billy? Diossss - la verdad, era sorprendente que un plan tan primitivo tuviera tanto seguimiento. A bote pronto habría identificado a Zack en estado de embriaguez con semejante plan pero que hubiera sido Billy y que unos cuantos le hubieran apoyado era lo más surrealista que había visto hasta el momento - pegarle una paliza al tío que va amenazando con apalizar al resto, muy talión - y ésta gente luego se examinaba de legislación y seguro que aprobaban. Qué panda, como para tomarse en serio los artículos. Menudos hipócritas - además es que habéis creado dos bandos, los que quieren linchar al ruso y los que no se fían del testimonio de Lizza - a eso le sumábamos que Kurik ya tenía mala prensa, ahora ya ni te cuento - cualquiera que se acerque al ruso ahora queda estigmatizado, tal y como hizo René conmigo tachándome de defender a un abusador sexual - aunque aquella estrategia de aislarme y marcarme no le había salido bien al natgrewiano - pero como tú dices, los oficiales han pasado del caso y a otra cosa... mariposa.

Me apoyé sobre una mesa, parecía que la charla iba a más; la mesa, buen lugar para escribir un par de artículos ¿Cómo no se me habría ocurrido? - Después de la reunión, cuando se marcharon los mandos... - traté de hacer memoria pero no me fluía en ese momento - no me acuerdo mucho ¿Me puedes refrescar la memoria? - yo hablaba por los codos y recordar lo que había dicho en un momento puntual suponía un gran esfuerzo pero si al menos me diera una pista - ah, lo de Vera... - con aquella chica había un problema, todos querían hacerla cambiar y por más que se empeñaran estaban escogiendo los caminos más desastrosos - yo creo que estas cosas llevan su tiempo pero acaban reconduciéndose, lo que sé es que presionar para lograr que os dé la razón... como que no - se estaban empeñando en lograr un cambio de tendencia lo más rápido posible y Vera no era una persona que asimilase tan bien aquellos cambios de postura - mira, René y Kurik son iguales. Van a su bola y si te empeñas en cambiarlos, surgirá el conflicto - como había dicho al principio, cada cual tenía su perspectiva; sin embargo parecía que cambiar el enfoque de Vera era prioritario para muchos, dejando el caso de René, Kurik, Kalina y otros en un segundo plano, como si no tuvieran prisa con ellos - La gente del domo parece que le encanta el conflicto, cuando no es con el ruso están buscando alguien que les llene esa sensación - recordé el conflicto entre Evan y Anne, entre Lizza y Narel, Kurik, Vera...

- Eylo... ¿Tienes algún amigo aquí dentro? No te digo compañero sino amigo - el chatarrero pensaba mucho las cosas y se veía que me las decía tras haber ensayado varias veces lo que me quería contar o esa sensación me daba continuamente. Suponía que era lo habitual en su planeta de origen, quizás las relaciones sociales no fueran lo suyo - lo que te digo es que tratas de manera distinta a una persona con la que tienes una relación de trabajo de con quien tienes algo distinto - aunque después de decirle ésto último, se me pasó por la mente que igual pensaba que Vera y yo teníamos algún tipo de relación íntima - somos amigas, no pareja, eh... mente calenturienta - aunque daba la sensación de exactamente lo contrario. Un pagafantas auténtico.

Luego escuché un poco atónita y con la boca abierta aquello de la acusación machista - perdona, pero yo no os acusé de machistas, quiero recordar que mencioné que habíais sido todo chicos quienes estábais super ofendidos, pero vamos que, si interpretaste otra cosa... - aparento ser una persona seria, rígida, fría. Aguanto unos segundos, se me escapa la risa - Joder, un poco más de manga ancha, eh.

Me levanté - oye, te tienes que relajar... valoro positivamente que quieras solucionar los conflictos de los demás - aunque hasta el momento sólo le había visto intervenir en el caso de Kurik apoyando el linchamiento y luego yendo de chivato tarde y mal. Eylo igual me estaba troleando con aquella charla, miré por si había cámara oculta o me estaba grabando. Cuando me percaté de que no, seguí hablando - a ver, yo tengo problemas con Kurik, René y Kalina ¿Qué propones para mejorar esas relaciones? - si quería arreglar el mundo, acababa de darle trabajo - cuando te digo que te relajes, quiero decir que me digas lo que piensas, aunque sea un disparate... joder, conmigo puedes hacerlo, no te voy a reñir.

Igual Eylo necesitaba un cambio de aires, lo notaba demasiado diplomático - mira, si aspiras a ser el líder, tienes que ser más natural, decir las cosas menos acartonadas, soltarlas sin más. A ver, prueba, inténtalo - me dio la sensación de actuar como si fuera la psicóloga del domo, tratando de que el paciente Eylo se soltara, fuera más espontáneo, a ver si lo conseguía.

Charla bajo las estrellas. Entrada de la sala de telecomunicaciones.

Día 13. Tarde.

Jim y Eylo

Eylo se mantenía calmado, centrado en Jim, tal como si intentara descifrar un rompecabezas del que ni siquiera sabía cuales eran las piezas a encajar. El eridiano respiró hondo, iba escuchando e intentaba mantener el ritmo que emitía Jim.

—No, no fue idea de William —la corrigió —. De hecho fue idea del cabo Malbone, una interpretación extrema y errónea, por lo visto —escuchó de nuevo sus valoraciones, Eylo se mostraba calmado, había digerido todo aquello y terminó por encogerse de hombros sutilmente —. ¿Creado dos bandos? Puede, y asumiré mi responsabilidad al respecto. Pero bien que corriste a abrazar a Lizza cuando ella explotó delante de todo el mundo y te encaraste a Mikhail, y asegurarle a que no volvería a pasar —respiró hondo, negó con la cabeza —. Y eso espero. Que no vuelva a pasar.

Alzó un tanto las cejas por la visión que tenía de lo sucedido, dejó que hablara sin interrumpirla, aunque se mostraba un tanto extrañado por la deriva que tomaban las alegaciones de Jim.

—Yo no he hablado de cambiar a nadie —aclaró tratando de menguar su alzamiento de ceja —. Fui claro y sincero, y si una persona, lo único que he escuchado de ella son insultos, desprecios, que me gire la cara o me mire con asco.. y tú apoyes abiertamente esa conducta, bueno.. al menos intento ver qué lógica hay en todo ello —aseveró respirando hondo —. Y descuida, antes de que saques conclusiones ni estoy ofendido ni me siento humillado, pero hablas como si fueras la única que poseyera la verdad sobre el funcionamiento de las cosas. Y puede que no sea así, como yo tampoco la tengo, puede que el gran problema de todos los del Domo sea que prejuzgan y asumen que su verdad es la única que cuenta —apoyó el peso del cuerpo en el lado izquierdo —. Y yo, por la parte que me toca, intento solventar eso.

La pregunta acerca de si tenia alguna amistad en el Domo le granjeó una mirada de extrañeza, como si a Eylo le costara adaptarse a ese cambio de registro, aunque enseguida pareció saber que responder.

—No, no tengo ningún amigo —dijo con simpleza, pero tampoco como si fuera algo malo en si —. Apenas os conozco desde hace un mes, es pronto para hablar de amistad. Si preguntas por si tengo gente en quien confío, sí, la tengo —respondió con naturalidad, aunque se encogió de hombros ante su reflexión y respondió con sencillez —. Yo creo que cada uno tiene su forma de relacionarse con sus amistades, y allá cada uno con su forma, no entiendo adónde quieres llegar —cuando Jim soltó el comentario sobre su relación con Vera, suspiró un poco, quizá por no adaptarse a los cambios de ritmo de Jim o por alguna razón ignota, pero profirió una mueca que se desentendía de lo dicho —. Yo no he dicho nada al respecto de eso.

En cuando se cercó el tema del comentario de Jim, Eylo volvió a escuchar, con aquel silencio calmado y atento, casi analítico. La mirada del eridiano no terminaba de demostrar que creyera en la visión de los hechos de Jim, pero terminó por asentir.

—Si hubiera sido un tío el que hubiera estado todo el rato menospreciando, insultando y diciendo que las mujeres eran inferiores.. me hubiera gustado ver las reacciones, pero afortunadamente no ha pasado —resolvió con un encogimiento de hombros —. Pero descuida, entonces lo malinterpreté —aunque el tono que usó no casaba para nada con ello, sino simplemente parecía no querer caer en la espiral de algo que consideraba improductivo.

Escuchando acerca de que tenía que relajarse, Eylo intentó hacer un ejercicio de empatía acerca de lo que quería decir Jim. Lejos de fruncir el ceño o alzar las cejas, el eridiano mostró cierto control del libro abierto que era a veces su cara. Cuando terminó, aun se quedó unos instantes pensando, aunque lo primero que sacó fue un interrogante.

—¿Por qué crees que no estoy relajado? —la miró a los ojos unos segundos, pero sin pretender presionarla, aunque terminó por reír un poco —. Te estoy diciendo las cosas como las pienso y las creo. No hay trampa ni cartón. No suelo mentir, no me gusta mentir, y hasta ahora he sido honesto con todo el mundo. Y sí, meto la pata, y volveré a meter la pata, estoy seguro, pero.. así se aprende.

Ante la pregunta de sus problemas con Mikhail, René y Kalina, Eylo pensó con detenimiento, la miró unos instantes antes de responder.

—Deja de presuponer tanto acerca de los demás —respondió con sencillez —. Crees que sabes cómo piensan, por qué hacen lo que hacen.. y puede que te equivoques, hay mucho más de lo que uno ve sin más. Impones tu visión de las cosas, sin dar pie a que los demás puede que tengan una forma distinta a la tuya. Por lo que a mi respecta, ni Mikhail, ni René, ni Kalina, ni tú habéis hecho esfuerzo alguno por adaptaros a la persona que tenéis delante —se encogió de hombros —. Tú lo has dicho, si te empeñas en cambiar a alguien surgirá el conflicto, pero.. si aprendes a adaptarte a ese alguien puede que aprendas más sobre él, y sobre ti misma —aunque dicho esto, añadió con una sonrisa leve, de circunstancias, junto a un encogimiento de hombros —. Y otras.. simplemente hay que aprender a tolerarse. No te vas a llevar bien con todo el mundo.

Cuando mencionó lo de ser líder, Eylo torció un poco el morro, suspiró de nuevo. Aunque, en esta ocasión, trató de no repetir lo que ya había dicho anteriormente.

—Aspiro a que las cosas vayan bien, pero si acabo con ese papel agotaré las aspirinas de la enfemería—comentó resignado —. Y, sinceramente, si me crees.. acartonado y poco natural.. bueno.. —puso una mueca y se encogió de nuevo con una risa distendida —. No todo el mundo puede ser como tú, Jim.

A darse de madres. Gimnasio.

Día 9. Cinco de la tarde.

Grey y Mikhail

El trato entre Kyurik y Grey había sido sellado. La mujer parecía muy segura de su éxito, mientras el hombre parecía mantener en firme su palabra. Si ella cumplía, podía sentirse segura.

Dunne había escuchado las palabras de Mikhail sobre Lizza, así como la aseveración de que le había provocado - Aunque lo haya hecho hay límites. Lo sabes. Cuando juramentes una queja formal de intento de violación es asegurar que no tendrás continuidad en el ejército. Ni tu padre podría librarte de eso y menos si tu destino es PEC12. El comandante Boaventura hay cosas que, simplemente, no perdona. Y no creas que en esto te provoco, solo te aviso de cómo funcionan las cosas.

Grey miró de reojo al combatiente con cierta diversión en su mirada - El fuego es uno de mis divertimentos. No me digas que me voy a quemar, de hecho, las llamas ya me han alcanzado. Aquí estoy - Dijo con sencillez, asumiendo que su castigo había sido por tirar demasiado del hilo.

Dunne enarcó una ceja ante el tono con el que preguntaba Mikhail sobre lo de relajarse - Claro, salir de fiesta siempre relaja. Ahora no comprendo bien tu pregunta sobre el enano... - Estaba claro que sí sabía a lo que se refería Kurik, aunque negó con la cabeza - No me he divertido con Martín si es lo que quieres saber. Es un buen tipo, me hace reír. Es bueno tener una actitud desenfadada ante la vida. Pero no descarto relajarme con él... Tomando copas... Al igual que a ti te lo ofrezco... No lo verás como algo malo, ¿no? - Era ambigua y podía ser que no se refiriese concretamente a sexo, sino al simple hecho de salir con los demás y pasar un buen rato de fiesta.

Tras aterrizar el Eagle, Dunne se bajó de la nave y comenzó a caminar por el suelo rojizo del planeta. No sin antes indicar algo, mientras mostraba su subfusil - Claro que voy a disparar, ¿o pensabas que solo soy una cara bonita que hace propaganda sobre el ejército? No soy especialista en armas, pero mi utilidad ha quedado demostrada en más de una ocasión en zona de combate.

Grey miraba el suelo y caminaba fijándose en algún rastro que fuera evidente en su superficie - Por aquí cerca vamos a tener visita - Aseguró - Estas criaturas salen desde el suelo y son bastante agresivas. Estate atento Kurik, voy a molestarlas.

Y dicho esto apuntó con el subfusil al suelo y disparó en una región donde había unas claras señales concéntricas en la arena. Una vez, otra, y a la tercera, una criatura emergió hasta la superficie haciendo temblar el suelo, enfrentando sus mandíbulas gigantes ante los reclutas. Era un miriápodo del tamaño de un caballo en altura, aunque su longitud podía abarcar hasta los ocho metros, al menos el que ante ellos se presentaba

- Ha salido uno de los pequeños... En fin, ¡comienza la fiesta! - Dijo Grey buscando apuntar a la criatura en la cabeza

Vuelo nocturno. Hangares.

Día 12. Noche.

Einar y Yum

Yum miraba con preocupación a Einar, como si lo último que quisiera en el universo fuera que éste se sintiera mal. Estaba claro que ella no iba a juzgarle, entendiendo que a veces no somos dueños de nuestras propias circunstancias, por lo que la mujer se aventuró a acariciar al piloto, un gesto dulce que les unía más que nunca.

- ¿Te sientes mejor? - Preguntó ella sin intuir que la mirada de Andersen hacia la oriental implicaba cierto deseo de besarla. Tenía un deje inocente o quizás una humildad tan marcada que le impedía pensar con egocentrismo a las reacciones recién provocadas sobre el hombre. Si hubiera habido cervezas de por medio, podía haber sucedido una situación confusa, quizás cargada de vergüenza, deseo y quién sabía, qué más posibilidades de por medio.

Las palabras del piloto fueron bienvenidas por Ziam, la cual negó con la cabeza - Normalmente los arreglo y arranco, pero no suelo volar en ellos, de hecho en el taller donde trabajaba no me permitían usarlos. Por si decidía marcharme - Indicó con una suave sonrisa, antes de tomar una decisión sobre el ofrecimiento de Einar - ¿Volar contigo?... ¿Ahí?... Me parece una idea genial, pero espera, voy por mi maletín de herramientas. No me gustaría que pasara cualquier cosa y no pudiéramos arreglar esta maravilla - Aunque para ser sinceros, era muy difícil que algo arreglado por ella fallara. Era tremendamente eficaz en sus labores.

Así fue como la fémina volvió a garaje, cogió sus herramientas y regresó hasta donde el piloto se encontraba y, tras subirse al Eagle, procedió a ponerse el cinturón de seguridad y el casco, con la emoción de hacer algo realmente novedoso, como si aquella salida fuera a ser la ilusión de su vida.

- ¿Dónde vamos? - Preguntó la mujer con una amplia sonrisa. Confiaba tanto en Andersen que podría acompañarle hasta el fin del mundo.

Como buen médico, quería saber mis síntomas para justificar el acceso a las pastis - pues llevo unos días sin ir al baño - mi versión era que la nueva cocinera y sus recetas eran la causa del problema. Pero vamos que, cuando dijo que podía ser el estrés también me pareció una buena idea - puede ser, últimamente ando a mil por hora. Los exámenes, ya sabes...

"Todo saldrá bien" era la típica frase que escuchabas en una peli para dar ánimos, generalmente era la antesala de la gran catástrofe o un final doloroso - a ver, a ver si hay suerte - esperaba aprobar, sabía que iba a estar en la delgada línea del suspenso, pero esperaba superarlo aunque fuera por los pelos.

Vi que mi intento de provocación anal como que no le hizo ninguna gracia, había entrado en pánico. La escena resultó un tanto cómica, Duke reculó hasta darse con la cabeza en el techo - tranky, tranky, lo olvidamos - al final igual le tenía que preparar alguna venda y todo, hasta sonó el golpe que se dio en la cabeza - ¿Estás bien? Joder, ha sonado y todo.

Seguimos hablando y me di cuenta que no respondía a mi pregunta sobre las cosquillas, así que, supuse que las tenía. Ya me encargaría de buscarlas más tarde. Ahora veía que le poseía el ansia de probar los globitos, hasta vi que no era capaz de abrirlos con normalidad que empleaba los dientes - ¿Te ayudo? - aunque vi que se bastaba solo, no tuvo problemas para colocárselo - al final es de tu talla.

A partir de ahí comprobamos tanto la resistencia de los profilácticos como de los amortiguadores, pasando por el estado físico de ambos. Aparentemente todo satisfactorio, quizás las suspensiones traseras eran un poco duras, pero tenían buen agarre.

- Vamos que, te llevas bien con todo el mundo, salvo con los abusones de Malbone y Kurik - igual había sido una respuesta muy diplomática porque no se había mojado - ¿Problemas de adaptación, ahora se llama así? - sonreí, el término que había empleado había sonado muy técnico, quizás demasiado disfraz para decir simplemente con quiénes no me llevaba bien - Con Kalina y René aún no les he cogido el toque y con el resto más o menos bien, sin problemas - no había que recalcar sobre Kurik y los oficiales, tampoco había nada nuevo - ¿Oye y quién crees que podría ser un buen líder? - tampoco quería hacerle un tercer grado, pero allí, desnudos, me pareció un buen momento para sincerarnos - yo creo que la elección va a estar entre Daya y Eylo ¿Apostamos? - en otras circunstancias quizá Lizza se hubiera llevado el gato al agua, pero ahora estaba bastante condicionada por el problema con el ruso.

Luego la conversación derivó hacia más intimismo ¿Me estaba criticando o aquella alusión a que no le hacía caso iba con segundas? - bueno, en el domo... tú pasas mucho tiempo en la enfermería, a ver, que lo entiendo, eres el médico... es tu trabajo - aunque igual me estaba ofreciendo que fuera por allí más veces, con la excusa del examen de primeros auxilios podía tener muy buena salida - si quieres me paso más por allí, no tengo problema.

Pero me di cuenta que sus dudas estaban más por "en qué fase estábamos" - nos estamos conociendo, mudito - le di un beso cariñoso, esperando que el apodo no lo tomase a mal - yo no le pongo techo, pero tú... quizás un casco para la próxima vez - le toqué donde antes se había golpeado la cabeza.

- Tienes los pies fríos, espera - saqué una manta y la coloqué encima, tapándonos - ¿Jugamos al submarino? - me sumergí nuevamente debajo de la manta buscando su periscopio^^

Vuelo nocturno. Hangares.

Día 12. Noche.

Einar y Yum

Einar agradeció la caricia posando su mano sobre la de Yum, la cual aún se mantenía en su rostro

-Sí. Lo cierto es que sí me siento mejor-reconoció sonriendo.- Tú vales mucho, Yum-Al piloto no le había pasado por alto la supuesta falta de autoestima de la mecánico. Completamente incomprensible, por otro lado, puesto que había demostrado con creces su excelencia en el campo de la mecánica por un lado y por el otro, una desinteresada bondad difícil de ver en aquellos días.

La aceptación concidicional de la muchacha a la propuesta de Einar provocó  que el piloto pusiese los brazos en jarra, sonriendo a la vez que negaba con la cabeza ante la demostración de que para la oriental, no había momento para el ocio o la desconexión. Siempre se debía tener el trabajo en mente. Él se sabía concienzudo y constante, pero lo de Yum estaba en un escalón superior.

-Tú no descansas nunca, ¿eh, Ziam?-dijo en tono de broma mientras esperaba a que volviese con las herramientas.

Una vez los dos sentados en la cabina, el piloto cerró la compuerta e inició el protocolo de despegue.

-¿Que más da el donde? ¡Lo importante es el como!- respondió con entusiasmo

Un panel holográfico de tono anaranjado surgió ante él. A cada interruptor que accionaba, nuevos detalles, datos y cifras iban apareciendo.

-Iniciamos el protocolo de despegue. Probando sistema de comunicación-Durante toda aquella ceremonia, Einar adoptó una pose seria y concentrada. Pese a que el vuelo tuviese componentes ociosos, jamás se le ocurriría tomarse en broma el protocolo.

Una vez comprobó que los sistemas de grabación y transmisión estaban en verde, empezó a recitar

-Eagle Mike Kilo cero seis, Recluta Einar Andersen, Domo 12 a los mandos, recluta Yum Ziam en puesto asistente. Vuelo autorizado por orden del teniente Harry Townhall, motivación académica. Procediendo a la comprobación de los sistemas de vuelo. Reactor principal check, reactor secundario check, niveles de combustible check, generadores de efecto de masa check, baterias principal y secundaria doble check. Todos los sistemas en línea y funcionando, iniciamos despegue.

La impresionante potencia del motor de fusión se notó en seguida que los propulsores se encendieron, emitiendo una vibración por toda la estructura de la nave. Gracias al aislamiento de la cabina junto con el mimo que le había dedicado la mecáncio, el sonido del motor a penas se dejaba sentir  desde la posición en la que se encontraban.

El piloto, ya a los mandos y plenamente concentrado en la tarea, se humedeció los labios a la vez que aquella belleza de Eagle se iba despegando del suelo con una suavidad pasmosa.-¿Lista?- preguntó a la asistente de vuelo improvisada. Una vez elevado unos diez rotó encarando la salida del hangar, para salir despedido hacia el exterior de un potente acelerón que les catapultó hacia la inmensidad del cielo nocturno.

-He estado revisando las cartas de navegación subatmosfétirica-en las pantallas de ambos surgió un mapa tridimensional zonas coloreadas de distintos colores- Mientras nos mantengamos en la zona verde, no habrá ningún peligro-comentó mientras pilotaba, atento a todos los datos de vuelo y a los propios mandos.

-Has hecho un trabajo increíble,  ¡fíjate!-Realizó algunos virajes bastante pronunciados.-No hay zumbidos, ni apenas vibraciones... ¡y eso que se trata de un modelo militar!-manifestó entusiasmado.

Estaba acostumbrado a pilotar todo tipo de naves civiles e incluso algún modelo militar experimental, pero aquella era la primera vez que se hacía a los mandos de un caza como aquel, y lo estaba disfrutando como un niño. No obstante y sabiendo que Yum no estaba tan habituado como él a aquel tipo de vuelo, se contuvo de realizar maniobras especialmente extravagantes.

Tras media hora de vuelo, divisó una planicie despejada, la cual señaló en el mapa-¿Que te parece si aterrizamos allí y comprobamos el sistema de estabilización en suelo irregular? Podríamos aprovechar y llevar a cabo una simulación de revisión y diagnóstico rápido en terreno hostil-propuso creyendo que para alegrar a su compañía lo mejor que podía hacer era deslizar un poco de trabajo en aquel vuelo de placer.

Sorprendida me hallo cuando descubro que el cabo Malbone está detrás de aquel plan de apalizar a Kurik - Ahmmmm ¿Malbone? Mejor me lo pones - santo dios, aquella gente estaba de psiquiatra, ahora me explico porqué había salido todo mal. Sólo un genio del mal habría sido capaz de diseñar semejante plan y sólo unos iluminados le habrían seguido. Por un momento me quedé decepcionada con Eylo, creí que era alguien sensato pero ahora mismo me acababa de sorprender y no para bien. Pero aún así igual habría que darle alguna oportunidad - al menos, reflexionaste y reconociste, tarde, el error, tu error.

- ¿Así que te molestó que le diera un abrazo a Lizza? - me lo echaba en cara como si aquel gesto hubiera sido algo feo - es una forma de empatizar con la gente, Lizza había contado cómo había sido y yo que no conocía los datos... fue una reacción sin más, me salió así. Quería mostrarle mi apoyo ¿No se puede abrazar, está prohibido? - me lo quedé mirando y hasta hice un gesto inocuo, ampliando la sonrisa, forzándola - Me encaré con Mikh y le advertí que no se podía repetir ¿También lo hice mal, acaso debería de haberle abofeteado, allí delante de todos? - no sé porqué me lo critica, no encuentro nada malo en aquello.

Por fin, ha ido al meollo de la cuestión: Vera. Todo ésto era su forma de introducir "el problema" - a ver, tienes que distinguir una cosa. No es lo mismo que yo apoye a Vera a que yo apoye todo lo que dice Vera ¿Pillas la diferencia? - le hago la muesca con los dedos de una mano, escenificando la diferencia entre poco y mucho - me cae bien y defiendo que pueda tener su perspectiva, aunque no estoy de acuerdo con su reduccionismo ¿Te vale o no te vale? - sí, era un tanto radical en cuanto a su feminismo pero bueno, la teoría siempre solía llevarse un buen rapapolvo en la práctica. Así que, esperaba que con el tiempo aquellas ideas fueran perdiendo fuerza o se fuera amoldando más a la gente - Bueno, Kurik va llamando a todo el mundo que no le gusta "gusano" y nadie le ha recriminado su comportamiento - quizás porque lo identificaban como un caso perdido; pero aún así, le dejaban su espacio y no se metían con él - pero sé porqué lo dices y sí, vale, es verdad... es demasiado radical. Estoy trabajando en eso, en que sea más tratable... pero va a llevar tiempo - si preparar un examen de legislación estaba llevando un mes, reconducir un comportamiento bastante arraigado llevaría más - ¿Confías en mí, Eylo? Confía, vale? Pero dame tiempo.

- Pues deberías de tener amigos, ya llevamos 1 mes aquí, tiempo suficiente para tenerlos - no sé qué composición de ideas tenía aquel chico en la cabeza ¿1 Mes? Como si en 30 días no se fuera capaz de conocer a la gente, identificar afines y mostrar simpatía y afecto por alguien - Igual eres muy exigente, aunque... ¿Habías dicho chatarrero, no? - no me pega, veo cierta incoherencia, salvo que sea el típico que aparenta una cosa y luego es otra - ¿Me lo estás contando todo o te estás callando algo? Tranky, es una forma de hablar.

En el fondo es un cacho pan, pero claro muy en el fondo. Tiene una coraza encima de paladín que no acaba de creérsela ni él, tampoco le pega, pero se empeña en pretender ser "el héroe" y además va de psicólogo. Veremos cuánta paciencia me tiene. Aunque igual la equivocada soy yo. 

- No me gusta imponer mi forma de pensar, está claro que no todo el mundo es como yo - una auténtica pena pero tiene razón, a veces juzgo a los demás conforme a mi perspectiva, asumiendo que todos se comportan como yo interpreto - y sí, me di cuenta con Kalina el otro día que... hay gente que les caigo mal - y probablemente les seguiría cayendo mal, hiciera lo que hiciese, porque como dice el chico "no puedo caerle bien a todo el mundo" - pues tendré que asumirlo, no espero suicidarme ni matar a nadie - que por cierto, tanto que se meten con Vera, aún no la había visto violenta con nadie, vale que la fuerza se le iba por la boca pero no era como otros que decían y golpeaban.

- Dices "no te vas a llevar bien con todo el mundo", vale, te lo compro. ¿Qué problema hay entonces en que una persona, no caiga bien a cinco o seis aquí dentro? ¿Acaso sólo existe la tolerancia con aquel que piensa igual? - aquel discurso de "acepta a los demás como son" se hacía añicos con la pretensión de cambiar a Vera porque tenía ideas contrarias a los chicos - si Vera es buen soldado ¿Qué más da que sea feminista radical? Digo que si ella cumple con los deberes y obligaciones de ser soldado ¿Tanto importaría que tuviera unas ideas... tan radicales o menos que las de Malbone o Kurik? 

- Y te equivocas con respecto a René y Kalina, yo sí que intenté "agradarles" pero... no funcionó. ¿Qué me recomiendas entonces: indiferencia o insisto?

Charla bajo las estrellas. Entrada de la sala de telecomunicaciones.

Día 13. Tarde.

Jim y Eylo

Eylo miró cómo reaccionaba Jim a su comentario, alzó una ceja como si viera que la deriva de sus pensamientos. Durante unos segundos intentó dejarlo tal cual, pero intuyendo que estaba interpretando, una vez más, las cosas que decía, suspiró.

—Todo se vale, menos el asesinato. Y todos los problemas se resuelven en el ring —citó a Malbone, quizá no dijo exactamente esas palabras, pero eran las que les había transmitido. Sumado a lo que le llegó de lo sucedido en el primer entrenamiento mientras él estaba en el aula. Se encogió de hombros sin querer batallar más el tema, pero sonrió sardónico en respuesta. —. Descuida. Tengo claro cuál fue mi error. Y de ellos se aprende.

Cuando, por enésima vez malinterpretaba a conveniencia lo que decía, puso a prueba un nivel más la paciencia del eridiano. La calma que intentaba imprimir a la conversación se torció un poco, sustituida por una más contenida y asertiva.

—Si quieres quedarte con la razón por todos los medios, malinterpretando lo que digo y tergiversando mis palabras. De acuerdo —aseveró sin alterar un ápice su semblante —. Porque tengo la sensación que solo te quedas con lo que te beneficia y obvias el conjunto de lo que sucede o se dice. Pero créeme, yo asistí a una versión mucho más descarnada y dura de lo que le pasó a Lizza al contarlo, y no tienes ni idea de lo que pasó o se habló. Tu has juzgado y declarado veredicto, bien. Pero, como ya te he dicho antes, lo sigues presuponiendo todo y no te detienes a preguntar: ¿Qué pasó?

Eylo alzó la manos, molesto, respiró hondo para calmarse. Aparentemente era una tarea complicada enojarle de verdad, pero estaba claro que eso último no le había gustado nada, aunque trató de suavizar el gesto a continuación.

—Distingo perfectamente a alguien que tiene un trauma con los hombres y que carga contra todos ellos porque los cree todos iguales, pero en pleno campo de batalla, si mi pellejo está en juego, ¿me salvará o me dejará tirado si tiene la oportunidad? —dijo con claridad, luego cerró los ojos, tratando de ser lo más claro posible —. Una vez más, ¿qué le dije a Vera? ¿Recuerdas lo que dije o lo añadiste al saco de los reproches de orgullos masculinos heridos sin escucharlo? Me pides que escuche, que entienda, que lo pille.. y créeme, lo hago, o lo intento, y veo con nitidez que tú intentas ayudarla, pero tú parece que no haces lo mismo conmigo o lo que digo. Pero por eso hablo contigo, por eso le dije que quería apoyarla y trabajar con ella, porque si está en el Domo 12 es tan válida como cualquier otro compañero —volvió a respirar hondo, pero cuando salió con el tema de Mikhail alzó una ceja.

—¿Nadie? A Mikhail le dije las cosas muy claras también, y más sabiendo que se ampara en el hecho de que su padre es sargento en otro Domo y que su mundo se reduce a lo que es capaz de zurrar —suspiró masajéandose el entrecejo, había más sobre Mikhail, pero prefirió dejarlo en ese punto —. Tengo muy claro el tipo de persona que es, y que toda su cháchara de tío valiente se le va por la boca.. porque no tiene esos cojones que dice lucir y admitir que la ha cagado. Pero eso es otro tema.. —intentó regresar al objeto del asunto, asintió un poco más manso, pero igualmente serio.

—Confiaré en ti, Jim. No tengo problemas en eso. Quieres ayudar a Vera, al Domo, a todos. El tiempo, la ayuda, lo que necesites —dijo con sinceridad, mirándola a los ojos al decir esto, para que no hubiera sombra de duda en sus palabras —. Todos aportamos algo, y tu punto de vista es tan valioso como el de cualquier otro compañero.

Cuando el tema de conversación derivó a uno menos congestionado, Eylo lo agradeció mentalmente. Navegaba en aguas aun turbulentas y, con las telecomunicaciones y el estudiar, tenía la cabeza como un bombo.

—Puede que lo sea —respondió con naturalidad cuando comentó que podía ser exigente, y sonrió un poco añadiendo —. Tienes mejor don de gentes que yo, está claro. Yo me tomo las cosas con más calma —le miró extrañado cuando preguntó si se lo estaba contando todo, como si no adivinara a qué se refería —. ¿Contarte todo? —al ver que estaba bromeando, simplemente sonrió un tanto enigmático —. Si lo contara todo, no podría seguir actuando en plan misterioso, ¿no?

Pero regresó el tema de Vera, aunque esta vez Eylo lo encajó de un modo más tranquilo, había tenido de respirar mucho.

—Perdona que te contradiga, pero.. lo de Vera no es ni feminismo ni radicalidad —dijo frunciendo el ceño —. Lo suyo es odio, odio y resentimiento. Hasta donde yo sé, el feminismo busca la igualdad entre los hombres y las mujeres, no que las mujeres se impongan por encima de los hombres —repuso un tanto extrañado por la interpretación de Jim —. Que su odio esté justificado o no, es otra cosa. Estoy convencido de que sí lo es, pero se ha distorsionado y lo lanza contra todos los tíos de forma indiscriminada —resumió con un encogimiento de hombros —. Ella puede pensar como le dé la real gana, Jim. De verdad. Pero.. y vuelvo a repetirme.. ¿cómo puedo confiar mi vida a alguien que cada vez que abre la boca es solo odio y resentimiento? Pero me has pedido que confíe en ti, que te dé tiempo, y yo también le daré pábulo —al mencionar a Malbone y Mikhail, no quiso repetirse, pero sí añadió algo al respecto del cabo —. Malbone cumple un papel aquí. Que me guste o me caiga bien es otra cosa, y no lo hace, pero no es todo oro lo que reluce, ¿se dice así?

Se encogió de hombros cuando mencionó que se equivocaba respecto a René y a Kalina, no se lo debatió, porque tampoco conocía tanto a ambos como para decir nada con cierta autoridad.

—Si me lo permites.. —dijo con suavidad —. Es cierto, lo intentaste. Y René se comportó como un capullo en algún momento, pero no sé si has intentado hablar con ellos con tranquilidad, sin el ruido de una discusión, debate, reunión.. —lo dejó en el aire para intentar que Jim siguiera el hilo de su sugerencia —. Siempre he creído que uno ha de tener la conciencia tranquila. Si crees que has de insistir, hazlo. Pero te aconsejo que hables con ellos en una situación más tranquila, sin todo el barullo del enésimo follón del Domo 12 en ciernes. Por separado, juntos.. como tú prefieras —hablaba con calma, empatizando la posibilidad —. Si después de eso la situación sigue  mal.. bueno.. considero de que todos sois adultos y, en un futuro, soldados profesionales que sabréis colaborar en combate por encima de vuestras diferencias personales.

A darse de madres. Exterior

Día 9. ¿Cinco de la tarde?

Grey y Mikhail

La advertencia de la ex sargento hizo que el ruso pusiera los ojos en blanco. Parecía que la mujer pensaba que aquello era algo que Mikhail desconocía, lo que ciertamente le habría parecido gracioso, si no fuera porque también parecía que le consideraba un idiota. – No soy un idiota. Lo sé. No necesito que me lo recuerdes. – Afirmó con total seriedad en su voz, a medida que aterrizaba la nave en el lugar que Grey le había indicado. Ciertamente, tendría que andar con cuidado con aquel Boaventura. No era la clase de persona con la que pudiera tener problemas, en especial cuando parecía uno de sus debiluchos de mierda que se preocupaban por la justicia y otro montón de mierda, en vez de concentrarse en hacer que sus soldados fueran armas de matar. Un idiota, sin duda, y el ruso no podía esperar a llegar a la posición adecuada en la que pudiera deshacerse de sujetos así. No eran aptos para liderar, ni para guiar al ejército a la gloria. Nadie con esa clase de moral lo era. No pudo evitar fruncir el ceño ante semejante pensamiento, ciertamente cabreado.

El comentario sobre quemarse hizo que el joven recluta la mirara en silencio. – Tal vez te quemes demasiado. – Le aclaró con tranquilidad, antes de esbozar una sonrisa divertida. – Ya ves lo mal que te salió la jugada. – Le mantuvo la mirada, dejando en claro que el hecho de que hubiera jugado con fuego, le había costado su rango, y ahora debía de soportar a un montón de gusanos a la misma altura que ella. – Yo no estaría tan tranquilo si fuera tú. – Él habría hecho de todo por regresar a su antigua posición dentro del ejército, y ciertamente se aseguraría de que Townhall sufriera por semejante ofensa. No comprendía muy bien por qué la joven mujer demostraba semejante lealtad por alguien que la había degradado junto a los gusanos. – Es un idiota. Y la estupidez es contagiosa. – Le explicó en referencia a Martin, no pudiendo creer que quisiera juntarse con aquel enano de porquería. No obstante, no iba a ser él quien le dijera lo que podía hacer. – Me da igual. – Se encogió de hombros, restándole importancia, sin saber muy bien si hablaba de sólo tomar algunas copas, o si esperaba algo más. – Tal vez. Si te lo mereces. – Se expresó con frialdad, dejando la posibilidad de tomar algo con ella, o no.

– Hasta ahora no me has demostrado lo contrario. Vamos a ver de lo que eres capaz. Menos palabras, más acción. – Le dedicó una sonrisa confiada, a medida que levantaba el arma, apuntando el barril del rifle en la dirección en la que la ex sargento había disparado, dispuesto a abatir cualquier criatura que saliera del suelo. No pudo evitar abrir los ojos de par en par al ver el tamaño de aquella cosa, si bien no tardó demasiado en esbozar una amplia sonrisa salvaje, disfrutando de la idea de cazar algo semejante. – No es tu día de suerte, cabronazo. – Se expresó hacia la criatura en cuestión, mientras la miraba como la presa que era. Estaba claro que el joven recluta no temía a la adversidad, aunque si temía otras cosas, sin lugar a duda. – La cabeza. – Dijo con frialdad en su voz, a medida que apuntaba su arma a su objetivo, no iba a apuntar a menos, no cuando tenía que demostrarle a Grey de lo que era capaz. A ella, y a todos los que se encontraban en aquel maldito domo. Tenía que demostrarles que era superior a ellos, que los Skullrep temblarían bajo su espíritu combativo, su deseo por ver correr la sangre de sus oponentes, y de todo aquel que se metiera en su puto camino. Sin dudarlo demasiado, presiono el gatillo de su arma, disparando contra la criatura que se encontraba frente a él e impactando con rapidez y precisión en la cabeza de su objetivo. - ¿Debería ser instructor de tiro? – Le preguntó a Grey, divertido, a medida que se disponía a disparar nuevamente.

Estrés por legislación, no era la primera persona que sufría de Einarosis, Emoritis o Legislalalcia. No era su caso, siempre había estudiado como un titán y confiaba que su inteligencia le sacara del brete aunque odiara el tema, pero igual Jim tenía más apuros, así que, asintió, un par de pastillas o tres para deshacer el atasco intestinal, comida de verdad y tendría la hora all-bran controlada en breves. Asintió con una sonrisa cuando dijo que a ver si había suerte, entonces algo se le pasó por la cabeza, algo malicioso que le hizo sonreír y escribir mientras la miraba con aire de todo menos inocente

- Solo es una asignatura, de todos modos estoy seguro que primeros auxilios lo vas a aprobar con facilidad, me estás dando una clase de anatomía aplicada difícil de superar.

Pero claro, tú le decías a Jim que no se podía superar y ella te decía que como que no, que te ibas a enterar, y le buscó el punto P, P de próstata, que se decía que era el punto G de los hombres, y que por eso cuando alguien prueba a tener relaciones homosexuales ya no puede parar, y es que, se decía en su orfanato que cuando hacías pop, ya no había stop... así que, de momento, nada de exámenes prostáticos, al menos hasta llegar a los 60 o los 70. Retrocedió, que no es que fuera un cortado, o un clásico, o que no le gustara experimentar, pero, eso se avisa, no sé, oye, que te voy a poner mirando a Hidria, algo, pero así en frío, vamos, poco le pasó, otro hombre menos curtido que él se abre la cabeza ahí mismo como un melón. A Duke la escena le dio por reír, si es que a sus chasquidos secos de cuerdas vocales se les podía llamar risa. Asintió, hizo un gesto de un besito y se señaló el chichón, y es que, un cura sana lo arreglaba casi todo.

Era de su talla, talla apañao pero informal, talla de las de no pasar vergüenza pero de las que tampoco se narran epopeyas ni se escriben canciones. Al final, si que resultó que era como montar en bicicleta, aunque nunca había montado en una bicicleta con tantas marchas, botoncitos y posibilidades, porque, dada las prestaciones, hasta hubiera dicho que tenía un motor de esos escondidos. Acabaron y se pusieron a hablar de quien se llevaba bien o mal, se encogió de hombros, no es que se llevara mal es que, bueno, le gustaba la gente, solo eran gente que no iban con él, no odiaba a nadie, no era un tipo de odiar. Escribió

- Es que me gusta la gente y es mi obligación curarles aunque sean psicópatas, y puestos a tener que atender a alguien es mejor que haya buena relación. Aunque...igual es por el hecho de haber crecido en un pueblo. - Chasqueó las cuerdas vocales en señal de carcajada y le escribió - Se llama como le quieras llamar. Yo sé que te gusta socializar, y que tienes mucho éxito, pero a veces puedes ser un poco excesiva para los más retraídos, y es que todos necesitan sus tiempos.... Pero a mi es lo que más me gusta de ti, de hecho hacemos buena pareja, una que habla mucho, uno que no habla nada, estadísticamente somos una pareja que hablamos justo lo que tenemos que hablar - Chasqueó de nuevo la garganta y se secó las lágrimas de la risa antes de proseguir - Si te los quieres hacer tuyos lo conseguirás, solo dales un poco de espacio, hay gente que no está preparado para tu nivel de energía. Un líder? Bueno.... Dunne o Lizza serían las mejores opciones, pero no están en las mejores circunstancias, así que probablemente tengas razón.Yo solo espero que no me elijan a mi....menudo marrón.

No le estaba entendiendo, o no del todo. Lo que quería decir que cuando estaba con Vera parecía que todos los hombres eran el enemigo, y que normalmente siempre iba con Vera y que cuando iba con ella, pues ni le miraba, pero entonces pareció que todo hizo clic y estaban en la misma página. Chasqueó la garganta. Mudito, bueno, no era la primera vez que se lo llamaban pero nunca se lo había llamado una mujer tan atractiva.

- Entendido, casco y corcho en el culo por si te pones exploradora..... que no es que no quiera probar, pero me has cogido por sorpresa.... Oye, que hablar al fin y al cabo no es tan importante, que si sigues así me vas a matar antes de que diga una palabra....

Y dicho y hecho, aquello podía ser o muerte o palabras, y cuando se había relajado con lo de los pies fríos, ganándose su confianza le hizo una maniobra envolvente para anunciarle que jugarían al submarino. Al submarino? Que era eso? una postura rollo hundir la flota? Pero no, ella iba al sur, al querer, pero esa vez no le iba a pillar de sorpresa, ah no, Duncan llevaba sangre de William Wallace y si había que repetir se repetía, y si había que tripitir, bueno, ahí ya si que se encomendaba a todos los santos. En cuanto tuvo claro que aquello del submarino le iba a molar, y que como se durmiera iba a quedar desarmado en las manos de Jim decidió que era hora de pasar a la ofensiva. En cuanto el abismo de Helm pasó por delante se enganchó a él, dejando su cabeza entre las piernas de Jim y aprovechando los pocos kilómetros que tenía su lengua. Desató la cabalgata de los rohirrim mientras estaba entre sus piernas, y en aquella postura, sus piernas parecían unos auriculares, así que, técnicamente, había sido ascendido a responsable del sónar.

Charla bajo las estrellas. Exterior del Domo.

Día 16. Noche.

Daya y Eylo

Aceptó la mano de Eylo y se levantó, poniendo fin a aquella salida.

-Debe repetirse. Y espero que sea pronto. No, no lo eres, tienes razón en eso. Aún no te he visto cantar, ni bailar...ni emborracharte con la cerveza de Zack. Pero tienes algo que para mi es más importante, Eylo. Sabes escuchar y tienes una buena conversación, ¿qué más quieres? Tenerlo todo es malo, no te hace especial -le guiñó un ojo antes de atravesar la compuerta y dejar que la luz interior le cegara unos instantes, haciendo que volviera a la realidad del interior del domo.

Mientras intentaba que sus ojos se acostumbraran a la luz ambiente, sintió cerrarse tras ellos la compuerta y, con ella, una magnífica salida al exterior que esperaba tener la oportunidad de repetir antes de que el destino jugara a separarlos en el futuro.

Ganadería gourmet: Mis gregatíllidos y yo. Exteriores del domo

Día. Hora aproximada

René, William y Kalina

Le agradaba que hubiera un objetivo tan claro, además de que por lo que había podido deducir de la reunión anterior René parecía algún tipo de explorador experto. 

—Insectos, gusanos, bichos en general; bien que tengan patas, se arrastren o tengan alas —

- Bien, esas indicaciones parecen más fáciles de seguir - afirmo con su perenne sonrisa al tiempo que oteaba a lo lejos buscando algún indicio de cualquier cosa que pudiera interrumpir la marcha o provocar un altercado, pero por suerte todo parecía bastante relajado. 

—Es decir William, eres como una pequeña caja de sorpresas. Nunca se sabe qué podemos obtener de ti ¿verdad? — 

La sonrisa habitual de Billy se volvía más habitual y algo afable cuando no había delante alguien que sacará la rabia que había hecho aparición a raíz de lo que había ocurrido con Jacobs - Bueno, no pongáis mucha fe en mi por si acaso, pero intento colaborar en lo que puedo - A pesar de lo que había estado haciendo con su vida hasta ahora que le dotaba de buenas capacidades para la infiltración, aún no se había puesto a prueba en un terreno de vida o muerte y tampoco tenía claro como podría desenvolverse ante una situación así. La afirmación al respecto de la influencia de la flora y la fauna en los avances científicos hizo brotar un gesto de sorpresa a lo que respondió - Interesante... entonces es un suerte tenerte con nosotros - 

—¿Escaparte? ¿Dónde vivías, en una cárcel? — 

Thompson observó a René con cierta picaresca en la mirada, aunque su respuesta fue ligeramente sombría algo poco habitual en él, sin embargo había ciertos recuerdos demasiado afincados en lo más profundo y los ojos siempre han sido el espejo del alma - Hay muchos tipos de prisión y no todas son cárceles - afirmó escuetamente, al tiempo que apresuraba temporalmente la marcha, desde luego no era una conversación que le resultara agradable y prefería el ejercicio que le cansara y ocupar su mente vigilando los alrededores. 

- Los vehículos no parecen difíciles de manejar, en situaciones normales no debería ser un problema... Pero si pensáis pedir ayuda a Foster, yo lo haría para el viaje del material... un vehículo cargado de equipo puede suponer un problema más que el ir y venir normal... -  

William observó la cueva de la que hablaba René, en principio parecía propicia para las intenciones de Kalina, aunque habría que ver la profundidad de la misma para ver que fuera apta. El humor del joven había ido recuperando el tono durante la marcha, dejando pasar la sombra que había invadido su rostro ante los comentarios sobre su pasado. 

El conflicto parecía que se reducía a tener enfoques distintos, a partir de ahí el chatarrero justificaba tanto sus decisiones como sus comportamientos y yo hacía lo propio con mis valoraciones - a ver, tiempo muerto. Quieto - lo miré con cierta duda a los ojos, no era buena descifrando cuando la gente mentía pero juraría que Eylo era tal cual se estaba mostrando - Yo es que no veo el conflicto que tú me estás presentando. Mira, la gente cambia, tú sabes tan bien como yo que, los diferentes sentimientos moldean a la gente, ayer eran de una manera y mañana son de otra - bueno no siempre, pero yo quería explicarle que nadie nace de una manera y muere de la misma forma sin haberse producido ningún cambio, por mínimo que fuera - dales tiempo.

- Estoy segura que si me siento con Renardo y Kalina, se puede solucionar, incluso con Kurik - aunque aún no había llegado ese momento o no se habían dado las circunstancias favorables todavía - hay que buscar la combinación perfecta, como una caja-fuerte.

Eylo parece ser que estuvo en la primera confesión de Lizza y aquello lo marcaba todo según él - es verdad, yo no estaba allí, pero la verdad no depende del momento - nuevamente entre él y yo podríamos establecer multitud de argumentos contrarios, es más, necesitaba muy poco para contradecirle o ponerle pegas a sus razonamientos. Incluso me estaba empezando a gustar llevarle la contraria.

- Oye, por tu forma de ser te veo muy... distinto ¿De qué planeta eres? Cuéntame algo de ti - la verdad es que me había entrado la curiosidad por su persona, también para tener más datos para poder "juzgarle" o tratarlo - tampoco me saques ahora el álbum familiar, te digo más en plan ¿En qué eres bueno, qué te gusta, qué aborreces, te gusta la música, conducir? Cosas así - a ver si el chico se soltaba un poco y contaba algo.

Vuelo nocturno. Hangares.

Día 12. Noche.

Einar y Yum

Yum demostraba ser cercana y dulce, la caricia en el rostro del piloto intentaba calmar su alma, y transmitirle un cariño que pudiera alejarle de los malestares que su conciencia le había creado.

- Me alegro de que te encuentres mejor, Einar. No podemos controlar todo en esta vida, y lo importante es hacer las cosas bien. Tú eres buena persona. Lo sabes. Lo sé - Su seguridad no admitía réplica, recibiendo un halago que no esperaba y le hizo sentir un profundo pudor - ¿Yo?... - Le había dicho que valía mucho y en realidad ella no lo veía de aquella forma - No tanto, solo es que me tienes aprecio y por eso me miras por encima de lo que soy... - Su humildad siempre relucía, intentando cambiar de tema para que las mejillas no siguieran ardiéndole.

Yum sonrió a Andersen cuando bromeó sobre el tema del trabajo y es que ella no sabía lo que era el ocio - ¿Y qué puedo hacer si no trabajar? - Podía ser una broma la pregunta, pero su mirada brillante determinaba que no era así, y realmente si no tuviera naves para reparar y mantener, estaría completamente perdida.

Ziam se dirigió hacia su caja de herramientas, un kit completamente bien equipado y que pudiera solventar cualquier irregularidad que pudiese surgir durante el desplazamiento. Llevarla de mecánica era un seguro de vida.

Cuando ambos estuvieron sentados en la cabina del Eagle, Andersen mostró su lado más desenfadado, sorprendiendo a la oriental con su espontaneidad - El cómo al menos si lo tenemos claro - Rio de buena gana cuando se elevó el aparato, dejando un sonido dulce y musical al expresar la dicha de aquel momento compartido.

- Sistema de comunicación activado, Andersen. Le escucho alto y claro - Era Benedict quien estaba respondiéndole, marcando una voz segura y sensual, sin tartamudeo alguno. Irónica la actitud del muchacho cuando estaba con gente a cuando se sabía solo - Tengan un buen vuelo, y cuidado con las brujas, dicen que lanzan su magia desde las estrellas... - ¿Acaso no era un comentario jocoso ante el hecho de que se dieran una escapada nocturna?

Einar recitó el protocolo de vuelo para que la caja negra del aparato registrase la información. Una labor obligatoria antes de cada elevación. Yum permanecía callada y atenta al panel, y aunque no decía nada, su mente estaba controlando cada uno de los pilotos, escuchando el fondo del motor, que apenas emitía sonido. Aquella nave estaba magníficamente conservada.

La elevación fue inminente y la oriental puso cara de ilusión mientras el Eagle comenzaba el ascenso - Siempre lista y para servir - Dijo la mujer acostumbrada a dar ese tipo de respuestas tan férreas y militarizadas, mientras se sujetaba con fuerza a la espera de ser envuelta en la tela suave y oscura de la noche.

- Sé algo de navegación espacial, pero no sabría orientarme por la superficie del planeta - Indicó la mujer mirando a través de la ventana frontal del vehículo - Pero confío completamente en ti. Fue fascinante cómo tú y Daya nos trajisteis a Protect, si no llega a ser por vosotros y vuestra valentía, quizás no hubiéramos sido seleccionados como soldados... - Comentó ella, recordando con cariño el día de la selección - Hemos sido muy afortunados con esta oportunidad que se nos ha brindado. Debemos aprovecharla al máximo.

Ziam se mantenía tímida ante los halagos, diciendo que era su obligación mantener el transporte en óptimas condiciones, no tomando tantas alabanzas personales como medio de enriquecer su ego. Siendo prudente en sus formar en todo momento - La sensación de volar es maravillosa - Comentó en un determinado momento, estaba claro que si no lo había hecho antes era por imposibilidad.

- Me parece una idea excelente lo que propones - Yum observó una colina - Yo intentaría hacer un descenso con un ángulo de inclinación de 80 grados, si el sistema estabiliza con eso, no me preocupa que pudiéramos estar en sitios más escarpados, podría superar la prueba. En el caso que algo falle tampoco sería drástico el arreglo, quizás alguna abolladura y arañazo, nada que no pueda solucionar con mimo... - Comentó sin importarle correr ese riesgo, pero eso sí, comprobó su cinturón de seguridad por si acaso.

Entrada de la sala de telecomunicaciones.

Día 13. Tarde.

Jim y Eylo

—Eso les he dado a los dos. Tiempo —resolvió con sencillez —. Aunque veremos de qué sirve en ambos casos —se encogió de hombros con esa misma sencillez, ambos habían expuesto sus puntos de vista, por lo que Eylo decidió zanjar la deriva de la conversación.

Al mencionar sobre el futuro de su relación con René, Kalina o Mikhail, Eylo escuchó sin intervenir. Escuchar cómo lo llamaba Renardo hizo que Jim se ganara una mirada de reprobación, ya no tanto por la chanza hecha para suavizar la situación, pero sí para dar a entender que esos eran puntos a limar asperezas.

—Mikhail no va a cambiar por propia voluntad, sino por fuerza externa y por conveniencia —expuso convencido de eso —. No tiene empatía y, si la tiene, está tan podrida y enterrada que eso es trabajo de un psiquiatra y no nuestro. Por mi podría seguir actuando como un sociópata, lo que importa aquí es que sepa pedir disculpas porque se las debe a varios. Pero eso, dudo mucho que llegue a pasar. Y si llega a pasar, y me creo esas disculpas, te permitiré echármelo en cara todas las veces que quieras.

El cariz del comentario de Eylo parecía casi una promesa, Jim pudo dudar un poco de esas palabras hechas en el calor de la conversación, pero una mirada más concreta a su forma de hablar reveló que estaba hablando bastante en serio. La miró con extrañeza ante la pregunta, como si no se la esperara, y tras unos segundos pensativo se arrancó a hablar.

—No soy de ningún planeta —aclaró con tranquilidad —. Nací en una estación espacial, alrededor de Eidolon, en Eridani. Y, bueno, he vivido casi toda mi vida en el espacio.. en estaciones.. naves.. —enumeró pensativo —. El tiempo más largo que pasé en un planeta fue de adolescente, en Celenis, la luna poblada de Eidolon —había cosas que omitió, bueno, muchas cosas, pero tampoco encontraba la confianza suficiente como para contar penas o hitos. La espontaneidad de Jim a veces descuadraba a Eylo, y eso se notaba, quien no parecía estar muy atinado a la hora de hablar en frío de si mismo.

—Se me dan bien los aparatos de tecnología. Remendarlos, más bien. Nunca me formé en una academia, lo aprendí todo por mi mismo o de gente que me enseñó —explicó pensativo —. Sistemas de comunicaciones, sensores, radares.. esas cosas.. supongo que lo mío es observar y escuchar.. sea de la forma que sea —sonrió un poco azorado por el paralelismo —. En la Rust, la nave en la que trabajaba, tenía un violín.. pero se lo quedó en el PEC, me gustaba tocarlo en las guardias. Pero no ha habido problemas.. he sustituido el violín por los apuntes de legislación.. mucho más estimulantes.. —comentó con abierta ironía, suspiró mirando a Jim con detenimiento, pero enseguida esbozó una sonrisa calmada, con un punto divertido en su comisura —. ¿Y tú? ¿Qué me cuentas de ti aparte de que estas un poco chalada?

Mudito estaba empezando a espabilar y lejos de aquellas caras de miedo que ponía al principio, ahora hasta se atrevía con aquellas sonrisas que ponía con cierta malicia. Y es que Duke estaba despertando, no sé si era porque le estaba cogiendo el gusto a salir a la aventura en aquel vehículo o si le iba más la dinámica del asiento de atrás. Aunque lo importante era que ambos se divertían.

- Claro, eres el médico... tienes que curarlos a todos - no debería de establecer discriminaciones a la hora de las consultas médicas, aunque también podía aprovechar su cargo para pequeñas venganzas - yo a Kurik le trataría las heridas sin anestesia, que sufra un poco - de estar en la enfermería asistiendo, me imaginaba con un algodón empapado en alcohol metiéndoselo por las heridas para molestarlo un poco - vamos, no me digas que nunca has aprovechado el momento? - igual le estaba malmetiendo ideas que luego vete a saber, pero me gustaba hablar con Duke, se podía pensar en voz alta.

Me hace gracia la forma con que describe a algunos del domo: "el psicópata" por Mikahil el ruso - por retraído te refieres a René? Al principio creí que era autista, aunque le he escuchado decir que no tiene padre - ¿Aquello era posible? No que no hubiera conocido a su padre sino que simplemente "no lo tenía" - igual es fruto de un experimento, un "niño probeta" - aunque también podría tratarse de una IA tratando de vivir en el cuerpo de una persona - ¿Tienes acceso a todas las carpetas de los reclutas? Podrías ver el expediente de Kurik y comprobar que no hay una orden internacional de búsqueda y captura contra él? - aunque bueno, si tenía a su padre gestionando otro domo, sería difícil investigarlo. Seguro que su expediente no existía o estaba codificada.

- ¿Casco y corcho en el culo? - desperté de mis cabilaciones para comprobar que Duke era también una fábrica de hipocondría - tranquilo, tampoco pretendía atemorizarte - y es que no me había permitido explorar por aquella zona, estaba claro que constituía algún tipo de prejuicio o tabú.

Luego estaba el asunto de las clases de primeros auxilios - oye, apúntame, eh. Podríamos jugar a médicos y enfermeras - allí en el asiento de atrás, se me ocurría cada cosa que válgame.

Había acogido con cierta sorpresa el juego del submarino, si bien a los primeros pasos le había sorprendido - soy una chica con recursos. Espera que juguemos al pulpo.