Partida Rol por web

PEC 12: Space Force

Capítulo 1. Atemporal

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12/07/2021, 17:13
Eylo Yilmaz

Entrada de la sala de telecomunicaciones.

Día 13. Tarde.

Jim y Eylo

Eylo asintió ante la explicación de lo que significaba su tatuaje, aunque negó con tranquilidad ante su oferta de reconvertirle el tatuaje.

No hará falta. Prefiero que esté así —repuso con una sonrisa leve —. No es un mal plan. Seguro que tendremos oportunidad de hacerlo, la perspectiva es de pasar mucho tiempo en el Domo. Surgirá la oportunidad.

Rio levemente ante la posibilidad de que alguien creyera que le estaba echando la bronca, se encogió de hombros restándole importancia.

Bueno, al menos no escucha gritos —comentó sin malicia, miró hacia la puerta de la sala de telecomunicaciones —. En otro momento, Harold se va a poner nervioso si no aparezco para relevarle. Vamos hablando, Jim. Gracias por la conversación —asintió con una sonrisa leve despidiéndose de ella.

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12/07/2021, 18:56
Duncan "Duke" McCarthy

No se esperaba que ella acompañara su dibujo con uno propio, chasqueó la garganta dentro del casco cuando vio aparecer Dunkim, algo a caballo entre Duncan y Duke y Jim, pero no se iba a poner exquisito por una letra, la chica más atractiva del domo estaba escribiendo eso después de regalarle el mejor polvo de toda su vida.... Que le dieran por culo a la letra, como si quería escribir Duncan con d minúscula, y cambiar la n por la m..... Se lo había ganado, su sonrisa de idiota lo podía atestiguar y esa sensación de levitar después de estar cumplidamente satisfecho.

Miró las obras que habían hecho y le pidió que hiciera una foto, sonriéndose de los comentarios de usar un pico, una pala o un bote de pintura. Negó y señaló los dibujos en la arena e hizo el signo del OK. Aquello era perfecto, le gustaba mucho, muchísimo, tanto que no se hubiera ido con otra que no fuera ella a una excursión como aquella, pero las cosas llevaban su tiempo, y él tendía a emocionarse. Siempre le había pasado lo mismo, se ilusionaba rápido, se comprometía, y a la gente había que darle su espacio, dejarla que hiciera su camino, y llegar a un entente. Se entendían, creía que le gustaba, por alguna de esas estúpidas razones de las películas moñas en la que la chica más guapa se fija en uno muy normalito y bueno, la competencia no era muy grande, y, vale, igual es que se aburría, porque la vida allí era monótona, pero de momento funcionaban...y en ese de momento ponía sus ilusiones.

Volvieron ligerito, que el ver las huellas de los skulls no auguraba nada bueno, y era mejor correr que lamentarse. Lo adelantó. Que coño, le quitó las pegatinas, pero no importaba, él seguía mirando para todos lados y no veía aparecer ningún bicho cadavérico, eso estaba bien, estaban en racha, y esperaba que durara. Subir al vehículo fue fácil, pero aun así se dejó ayudar. En cuanto pudo empezó a quitarse el traje para tener el comunicador a mano y empezó a escribir que se diera prisa, que arrancara y condujera. Jim ocupó el asiento de conductor y empezó a conducir rapidillo, y finalmente se relajó. No iban a morir a mano de los skulls. Sonrió, suspirando y le escribió

- Nunca se sabe que va a encontrar uno cuando sale contigo, y lo que he aprendido de mecánica. Creo que ahora soy un experto en suspensiones. - Le sonrió con picardía e intercambiaron frases y comentarios graciosos, difícil que no fuera así con Jim, y cuando llegaron Duke salió corriendo hasta que la escuchó. Dio la vuelta, chocándose con un Eagle en el proceso y tirando un cubo de lubricante al suelo que a punto estuvo de hacerle caer al suelo, pero, por una de esas casualidades de la vida consiguió mantener el equilibrio, y la dignidad, para presentarse ante ella. Le sonrió y le dio un pico, corto y dulce, mientras acariciaba su rostro. El deber le llamaba, pero no podía despegarse, así que, hambriento la beso con mayor intensidad, demostrándole que las palabras que le faltaban las podía expresar de otras maneras más placenteras. Se separó con una sonrisa idiota y la volvió a acariciar, señaló hacia la puerta y este vez si se marchó.

La vuelta fue más accidentada. Resbaló en el líquido lubricante, cayó al suelo y le dio una patada al cubo, visiblemente cabreado. No miró atrás, no hubiera soportado verla reírse de él.... cada vez le gustaba más.

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16/07/2021, 00:25
Daya Banerjee

-¿William Wallace?-preguntó enarcando una ceja-¿Es alguien importante en la Tierra? Nunca he escuchado hablar de él, aunque también es verdad que nunca he tenido demasiado tiempo de ocuparme de las noticias o la política de los otros planetas… somos muchos en casa y siempre hay algo que hacer después del trabajo.

La sonrisa de Duncan al hablar de Frank iluminó la cara de la innumita-Creo que tener dos médicos como vosotros trabajando juntos sería una opción ideal. Los dos tenéis muchos conocimientos y os complementáis. Creo que te iría mejor alguien como él que alguien como yo al que tienes que enseñar, pero supongo que te vas a tener que aguantar con mi compañía. Así que tu especialidad es la cardiología… el corazón…

Se fijó en la pantalla del ordenador y prestó atención a la explicación sobre lo que en ella había escrito. Vio la primera foto y se quedó en silencio observándola con detenimiento, comparándola con otra imagen que tenía en su mente-Sarah… ¿llegó a perder esa cantidad de sangre por las heridas del skullrept? La mayor parte de la sangre estaba debajo de ella…-hablaba lentamente, como si le costase, pero estaba intentando ser objetiva, aprender. No pasaba nada. O eso quería pensar aunque la imagen de su compañera le viniera a la mente-Quizás es mejor que cambies la foto… ¿no?-le sonrió tristemente. No quería destrozarle la presentación, pero después de lo sucedido, lo mismo sería más impersonal mostrar una botella de dos libros de café y que todos se hicieran a la idea.

La siguiente foto la hizo reír-¿En serio? ¡Estas azul! -le señaló su propio rostro en la pantalla-No vuelvas a hacer eso estando solo-le regañó, negando, dando por perdido al médico-Entonces son tres minutos, de media. Sabes que hay personas que pueden aguantar mucho sin respirar, pero esos son casos excepcionales, perfecto- Su mirada se detuvo ahora en la foto que intentaba explicar el cuatro. Se quedó pensativa ante esto-Nunca lo he intentado. Un día sí, varias veces de hecho-lo miró de reojo-No vayas a pensar mal, no ha sido por estar de fiesta ni nada parecido. Han sido viajes largos en Innum sin posibilidad de parada o con el tiempo muy justo con mi antigua nave. En mi caso puedo hacerlo, una noche sin dormir, me refiero, pero ya más me noto cansada, lenta y como si no fuera capaz de pensar con soltura. ¿Qué pasaría tras cuatro noches sin dormir? ¿El cuerpo diría basta, qué pasaría en ese caso,  o sería más fácil cometer un error mortal?

Cuando vio lo que significaban el 7 y el 30 se volvió a mirar a Duncan directamente-Treinta días me parece una barbaridad, ¿en serio? No me lo puedo imaginar. Pero siete días sin beber me parece imposible. El cuerpo no puede trabajar sin la suficiente hidratación. Siete días es demasiado. Pero entiendo que el cuerpo humano es fuerte y puede  llegar a sorprendernos. Sabes lo que pasará si Gleason te pilla esa foto, ¿no? -le sonrió con malicia, señalando la foto que se había quedado en la pantalla-Te gusta el riesgo, doctor. ¿Quieres que te llame doctor mientras estemos aquí?

Hablaron de Teller, la preocupación de Daya en la enfermería, y Duncan le enumeró las cosas que le quería enseñar a hacer.

-Poner vendajes, ya recibí mi primera clase ayer, coser también. Necesito que me expliques más sobre el aparato de soporte de los pacientes, las que están junto a las cabeceras de las camas. Estoy segura de que pueden dar la información de la temperatura, lo hubiera necesitado ayer con René, pero no tuve tiempo de investigar y de los rangos de valores que muestra, ya sabes, un repaso de lo básico: número de latidos normales, presión alta y baja… ¿son todos los rangos válidos para todos nosotros? Venimos de planetas diferentes, ¿hay diferencias notables entre unos y otros? Sería interesante saberlo. También como manejar el TAC. Seguí a Frank, no memoricé lo que fue seleccionando pero sí que se me quedó la idea de que no era complicado. Ummm ¿y de quien va a ser la sangre que vamos a analizar? ¿Tienes ya alguna cobaya humana disponible?-se levantó de la silla y se estiró con confianza-Por cierto, ni se te ocurra buscarme una cofia. Ni para hacer el chiste.

Se volvió para cerrar la bolsa con los bollitos dulces para que no se pusieran duros y preguntó, casi dejando caer la pregunta, como si no tuviera apenas importancia- Cuando antes has dicho que Teller querría las pastillas para dárselas a alguien como a mi… ¿a qué te referías?

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16/07/2021, 09:04
Yum Ziam

Para Yum la situación no dejaba de ser curiosa. Su compañero la alababa mucho y contrario a lo que cabía esperar, la trataba muy bien, con educación y preocupación por sus acciones, algo que a la oriental le resultaba desconcertante, como si no terminara de intuir qué le estaba pasando a Andersen con ella. Ahora eso sí, cuando habló el piloto del compañerismo, a la mujer se le amplió la sonrisa, sabía lo que era eso y lo practicaba a diario, no dudando en tomar la mano de Einar con suavidad para formalizar un pacto entre ambos, el de esforzarse por ayudar a sus compañeros, fueran cuáles fuesen las circunstancias.

- Eso está hecho... - Dijo Ziam con la mejor de sus sonrisas. De aquella parte de la conversación, el rubio muchacho comprendería varias cosas, la principal que la mujer no parecía entender cuando coqueteaban con ella, tenía muy poca experiencia en las relaciones interpersonales; otra de las ideas era que Yum no se valoraba nada a sí misma, y quizás el mejor concepto que exportaba su ser era el hecho de que en cualquier caso, se entregaba a los demás, anteponiendo sus esfuerzos a sus propias comodidades, lo cual podía conseguir que Ziam fuera una excelente soldado espacial.

Cuando la conversación se volvió mucho más profunda, la mujer comenzó a confiar en el piloto, hablando un poco más sobre su pasado, toda una proeza que Yum se aventurara a hablar sobre su vida hacía tres años. Tenía aún los recuerdos vívidos pero era muy duro hacer presente lo que le había llevado hasta allí.

- El camino hacia ella... Eso es lo que he encontrado... - Sonrió mirándole a los ojos, los suyos eran rasgados, oscuros, con un brillo peculiar que solo transmitían las almas puras - Seré soldado espacial en dos años y luego buscaré a mi hija... - ¿Estaba escuchando Einar correctamente aquellas informaciones? - Cuando la encuentre, todo será perfecto... Siento que todo va bien desde que he entrado en la Space Force, esta oportunidad no la podemos desaprovechar por nada... - Con aquella aseveración también decía mucho. Para Ziam no era difícil soportar pocas horas de sueño, ni entrenamientos extremos, y ni siquiera escuchar a tipos como Malbone. Todo eso para ella era una "buena vida"... ¿Cómo habría sido su anterior existencia?

Einar comenzó a hablar sobre su propio pasado, el hombre había nacido en una familia bien posicionada y no había tenido trabas en su infancia, así como tampoco necesidades. Quizás la época que recordase con más cariño y donde realmente pudo madurar como hombre adulto fue cuando comenzó a estudiar para prepararse para la Space Force

- ¿Hedonista?... ¿Qué es eso? - Yum se comunicaba sin problema alguno y podía usar términos que aprendió a lo largo de su experiencia de vida, pero palabras que quizás los más leídos no tuvieran problema o complejidad, para ella no tenía arraigo y caía en la incomprensión .

La muchacha aún así, sabiendo que el pasado del piloto había sido mucho más cómodo y con diferencia, mejor que el suyo, ella no parecía molesta o disgustada. Seguía mirando a su compañero con cariño, quizás alegre de la suerte que te había tocado en la ruleta de la vida.

- Einar yo confío en ti. Sé, por tu forma de comportarte, que siempre vas a mirar para hacer el bien a los demás. Eres una buena persona, de las mejores que he conocido - Añadió la fémina a su compañero y amigo. Había roto un tanto su coraza de timidez y por una vez, su mirada se fijaba en Andersen con interés, esperando una respuesta que en parte, parecía ambigua - No lo sabes... Lo comprendo, por eso no te has quedado con el pasado... Todos los que aquí estamos formándonos estamos en búsqueda personal... La persona más importante de mi vida es mi hija, me la quitaron... Y... escapé para recuperarla... - Aquella última información era una verdadera bomba, tanto que la mujer volvió a desviar la mirada hacia un lado, aún y con su timidez había dicho algo que nadie más sabía. La confianza en Einar era absoluta.

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16/07/2021, 14:58
Einar Andersen

Yum parecía ser en cierto modo transparente y a la vez absolutamente opaca.

Su bienintencionado y esforzado carácter, junto con su timidez y humildad recalcitrante eran cristalinos como el agua de un manantial, en cambio pese a que uno podría decir que la muchacha era previsible, a lo poco que se le prestase atención sincera se podía sentir como parecía ocultar algo muy dentro de si. Y a Einar no le había pasado por alto.

El piloto había especulado sobre ello más de una vez. Analizando el comportamiento de Yum había llegado a hipotetizar con algún tipo de infancia relacionada con el maltrato o el abuso laboral, pero siendo ella de Gun-P-Yok no llegaba a verlo como una posibilidad a tener realmente en cuenta. No cabía en su cabeza que algo así pudiese pasar en su colonia. Él, al menos, no había visto nada similar.

Pero tras la confesión de su compañera, aquella conjetura quemó como un hierro al rojo vivo, que logró tensar el cuerpo de Einar.

Aquellas alusiones al robo de su hija, a que había escapado de algún lado, su propósito en el Cuerpo... Todo eran respuestas a medias a una pregunta que no se había atrevido a realizar. No hasta aquel instante, en que se convirtió en una necesidad absoluta de conocer más.

-Yum...-dijo en tono decidido, cogiéndole ambas manos y buscando una mirada cercana y directa a los ojos.

-Eso que has dicho de tu hija. De tu vida antes de esto. Me gustaría escucharlo-dijo resolutamente 

-Si no te parece mal...- toda aquella decisión y confianza pareció flaquear un poco al ser consciente de lo directo que había sido, puesto que desde el principio había tratado de ser prudente y comedido, pero aquellos nuevos e impactantes detalles le decían que no era momento para tales actitudes puesto que el asunto a tratar era cualquier cosa excepto intrascendente.

Yum era madre. Lo que por norma general quería decir que había un padre en la ecuación y eso le produjo una sensación de sobresalto como cuando a uno se le escurre el pie en una escalera para ir a dar inmediatamente al siguiente escalón sin más consecuencia.

Durante un momento sintió una injustificable decepción. A penas se acababa de dar cuenta de los sentimientos que albergaba por su compañera cuando había descubierto que el pasado anterior al ejército de Yum fácilmente podía dejarle fuera de la ecuación de su futuro, o al menos del que él empezaba a desear.

Pero se sorprendió al darse cuenta de que pese a esa especie de obstáculo aparentemente insalvable que se había presentadso de golpe no había sentido frustración o decepción por su posición si no más bien genuina preocupación por la posición de ella. Seguía queriendo saber más de lo que parecía atenazar el alma de la muchacha. Y su única motivación para ello era la de  tratar de ponerle un remedio. 

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16/07/2021, 16:24
Yum Ziam

Las palabras de Yum habían hecho vibrar el interior de Andersen. El hombre tras escuchar una confesión, sobre los motivos que llevaban a la oriental a estar en el ejército, le instó su propia conciencia y convicción el no dejar pasar aquella conversación, para conocer más al respecto la vida que había llevado su amiga. Tomó sus manos y sin poder desviar su mirada de ella, le animó a que siguiera hablando sobre su pasado y su hija, que narrara la historia que le había llevado hasta allí y se esforzara tanto en querer convertirse en soldado espacial.

- Mi padre trabajaba en un taller de reparaciones de naves comerciales en Gun-P-Yok - Comenzó a decir despacio, como si no tuviera muy claro cómo empezar aquel principio de historia tan sumamente complicado - Aprendí a arreglar maquinaria desde...desde siempre... yo no recuerdo haber hecho ninguna otra cosa más que limpiar o preparar vehículos... - Solo la idea de que la joven no hubiera asistido a la escuela o recibiera clases de alguna actividad extraescolar, era simplemente triste - Él... murió arreglando la turbina de una nave...La pusieron en funcionamiento por error cuando estaba revisándola y su cuerpo... - Quedó callada unos instantes, estaba mirando fijamente a Einar, pero de manera inconsciente, pues su mente había viajado al pasado, recordando con todo lujo de detalles el momento en el que, el cuerpo de aquel hombre que la cuidaba, su progenitor, acabó completamente desmembrado, mientras jirones de carne y sangre fueron desperdigados por el suelo de la instalación.

- Me quedé sola y la empresa no quería quedarse conmigo porque era demasiado pequeña para estar allí como una trabajadora más, eso dijeron... Vinieron de una nave y me llevaron... Yo tenía unos 9 o 10 años...Creo... No lo sé bien... Y nunca más dejé de trabajar para ellos, arreglando naves en el espacio... - Por aquellas afirmaciones era probable que Yum hubiera sido vendida como esclava y trabajado todos los días con todas sus horas - Allí tenía que satisfacer a mis superiores. Ellos pedían y los que trabajábamos en el taller no podíamos negarnos o nos castigaban. A mi no me pegaban a menudo... - Era evidente que la sumisión de la mujer invitaba a no dañarla de manera innecesaria. ¿Qué tipo de barbaridades habría tenido que hacer Ziam para sus jefes? ¿Qué tipo de personas sin alma podían hacer eso con una niña? - Cambié de nave varias veces y siempre era lo mismo, saber estar callada y trabajar... Pero la última donde estuve, hace un par de años...Allí... Me quedé embarazada y di a luz a una niña... La tuve conmigo seis meses y luego me la quitaron... Fue la primera vez que sentí deseos de romper con todas las normas y... - Había fuego en la mirada de la oriental, aquel tema le hacía arder por dentro, quizás lo único por lo que mereciera la pena luchar - Y buscar la manera de cambiar mi vida... Escapé... No fue difícil, no esperaban que lo hiciera...

Se hizo un silencio un tanto incómodo por la crudeza del relato. Hubo un momento en el que Andersen no sabía si la historia tendría o no continuidad. Hasta que decidió seguirla.

- Einar, yo no existía para el mundo... Cuando escapé, estuve días sin comer, ni beber, y una soldado espacial que me encontró se hizo cargo de mi... No podía identificarme - Había claros indicios de lágrimas en sus ojos - Todos los ciudadanos tienen un identificativo intra corporal pero el mío había sido extraído. Esa mujer me ayudó a legalizarme, me dio alojamiento, alimento y me habló de la Space Force. Gracias a ella estoy aquí y sé que intenta buscar a mi hija, aunque no ha tenido mucho éxito por ahora... Yo soy feliz porque aquí soy alguien, el mundo me reconoce como Yum Ziam y sé que tarde o temprano, podré reunirme con mi niña de nuevo... Tengo que lograr ser soldado para  protegerla, y para evitar que nunca ninguna otra mujer pase por lo mismo que yo... - Su voz sonaba mucho más fuerte que nunca, como si esa convicción, la de su existencia, debiera cumplirse. Y es que Yum Ziam, podía haber sido una mujer muy valiente y con determinación, pero por supuesto, con otras condiciones de vida, pues la actual, era fruto de sus vivencias.

Y aquí comprendería Andersen que Yum había sido una mujer explotada laboral y sexualmente, tratada como esclava e ilegal en naves mecánicas, con una hija arrebatada y que si había salido adelante, fue por haber tenido un golpe de suerte. Haber conocido a una soldado espacial que cuidase de ella.

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18/07/2021, 01:13
Einar Andersen

Yum parecía tender a no destacar ni a llamar la atención. Y para cualquiera que no tuviese la intención de ir más allá podría dar la impresión de que símplemente era una chica callada, tímida y con tendencia hacia el desapego hacia una misma.

Pero Einar había empezado a desear el ir más allá. Y cuanto más atención prestaba a la chica, mayor era el inexplicable desasosiego que le sobrevolaba. Como si de una sombra alargada por el atardecer que se cerníoa sobre la oriental se tratase.

Por eso, a poco que Yum empezó a hablar el muchacho se encontró apretando los puños con fuerza, con los músculos tensos pero toda su atención volcada en escuchar aquel relato repleto de tribulaciones y dolor.

En su interés por ella, había llegado a especular sobre que aquel caracter callado y la necesidad de establecer una distancia con terceras personas viniese provocado por una infancia desestructurada o en el peor de los casos algún caso de abuso sexual, pero por desgracia la verdad era más terrible quel peor de sus temores.

El recordar la muerte de su padre tuvo un ifecto evidente en Yum, el cual provocó que la mano de Einar buscase acariciar su mejilla de forma inconsciente, con la necesidad imperiosa de tratar de consolarla.

El relato se recrudeció al narrar ella como satisfacía a sus "dueños" por tal de evitar más abusos. Einar sintió rabia. Una rabia como jamás había sentido. Pese a que trataba de contenerla para no perturbar la narración de su compañera, su expresión se había vuelto seria y dura. Sus puño libre seguía apretado con fuerza si bien era incapaz de sentir como sus propias uñas se clavaban superficielmante en su palma, sin llegar a atravesar la piel.

Cuando Yum estuvo cerca de romperse, Einar se hubiera roto fácilmente, de no ser por la necesidad que sentía en su interior demantenerse fuerte por ella. Gracias a ese deseo, logró dulcificar su expresión, gesto que acompañó llevando su mano izquierda a la mejilla libre de Yum, acunando su rostro con ambas manos y tratando de evitar que bajase la mirada.

-No, Yum...-escapó de sus labios.-Tú eres mucho más que eso-Era su corazón el que hablaba.

-Yo...-Quería disculparse con ella. Decirle lo mucho que sentía haber crecido en una familia acomodada mientras ella era tratada como un simple objeto, lo mucho que lamentaba el haber estado disfrutando de volar en prototipos de la empresa de su madre mientras ella cumplía con los eprabados designios de sus captores con tal de evitar nuevas palizas, lo mucho que le afligía el haber salido de copas con los compañeros de la academia mientras ella sufría una lastimosa y desesperada huída de la esclavitud. Pero Yum no necesitaba compasión.

-Yo acabo de decidir quién es la persona más importante de mi vida- dijo de pronto, como si quisiese cambiar de tema, si bien nada  más lejos de lo contraruo.

-La persona más importante de mi vida es Yum Ziam. Y no pienso descansar hasta que ella pueda reunirse con su hija-Una sincera sonrisa logró abrirse paso en aquel mar de tinieblas hasta dibujarse en los labios del muchacho, quien miraba a Yum con aquellos ojos azul eléctrico de una forma intensa y directa como jamás había mirado a nadie antes.

-Yo creía que mi sueño era servir en la Space Force-siguió diciendo

-Pero ahora he comprendido que eso era solo un medio-Hablaba en tono resoluto, como si no cupiese discusión a sus palabras.

-Mi madre es alguien influyente en el campo de la investigación y desarrollo de naves en Gunpe. Conoce gente y tiene contactos en toda la Colonia... ¿Me dejas intentar ayudarte...?-preguntó, si bien más que una pregunta era una súplica.

 

 

 

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26/07/2021, 10:00
Yum Ziam

La historia privada de Yum Ziam por fin había sido narrada por la propia protagonista. Las vivencias que habían marcado la infancia y adolescencia de la oriental eran tremendas, tanto que el piloto había comenzado a sentir una furia que partía de su interior, y que podía visualizarse en los músculos del joven, completamente en tensión.

Estaba claro que el carácter de la mecánico partía desde una infancia donde su única vía de escape era su propio trabajo, labores que desarrollaba con dedicación y pasión, más que nada porque no conocía una mejor forma de vida. Jamás había ido a la escuela, ni viajado por el placer de conocer el mundo, posiblemente tampoco hubiera hecho cosas tan simples como ir al cine, a unos recreativos, tomar un helado o tocar el, siempre revitalizante, agua de mar. A Yum se le había negado la vida con toda su esencia, y lo único en lo que ella pensaba era en encontrar a su hija, una niña que quizás, no sabría ni cómo criar, pero de justicia al menos que supiera quien era su verdadera madre.

Andersen, alguien que rara vez solía mostrar sus sentimientos, rompió su forma de actuar habitual, y rozó la mejilla de Yum, buscando de alguna manera ser el contacto que le aferrase a la vida. Le dijo unas palabras que partían del fondo de su alma, para el piloto ella era mucho mejor que todo lo que le rodeaba y así se lo haría saber, diciéndole quien era la persona más importante de su vida, sorprendiéndose Ziam por la respuesta de su compañero.

- ¿Yo?... - Estaba extrañada, las mejillas marcadas por rubor - ¿Por qué? ¿Por qué yo?... - La confirmación de que era ella y de que le ayudaría a encontrar a su hija fueron un bálsamo para la oriental, provocando una sonrisa calmada y confiada que determinaba que sabía, en su fuera interno, que podía encomendarse a Andersen.

- Einar... Yo.... - Quería decirle lo mucho que significaban esas palabras para ella, darle las gracias de manera reiterativa hasta que su propia lengua cayese fatigada, pero tan solo podía mirar aquellos ojos azules, eléctricos y profundos, un mirar que le transmitían calma y sobre todo, seguridad - Sí, claro que sí... Si tu no puedes ayudarme, nadie más podría hacerlo... - Convicción era lo que le transmitía el espigado muchacho. Un hombre que podía robar el sentido de muchas mujeres, y ahora mismo, había arrebatado los miedos y dudas que Yum pudiera albergar, abrazándose a él con la seguridad de que era su puerto seguro - Gracias, Einar, muchas gracias... Eres el mejor amigo con el que jamás hubiera podido soñar... Gracias por ser parte de mi vida...

Y no había nada más bonito que pudiera decirle. Ella, una joven que siempre ponía barreras para conocer a las personas, había destruido las suyas para con Andersen. Había un gran paso dado para ahondar en las relaciones personales de ambos. Yum Ziam consideraría a Einar como una extensión de su propio ser, al menos a nivel espiritual.