Partida Rol por web

Realmente le gustaba Tina, la trataba bien, que era más de lo que podía esperar de una desconocida. La miro cuando le hablo y negó -dudo que pueda dormir, pero al menos si descansar, creo que yo iré a ver si hay algo de comer- dijo levantándose y mirando a ver donde debería estar la cocina.

Tras cerrar la puerta de la casa, se hace el silencio. Ya no se oyen más guturales gemidos producidos por cajas torácicas de cuerpos sin vida. Por fin estábamos a salvo de los no muertos, y lanzo un prolongado suspiro de alivio. "Nunca me acostumbraré a huir de esas cosas", pienso con amargura. 

La casa, probablemente de los dueños de la gasolinera, parece tranquila pero he visto demasiadas películas de zombis. Los protagonistas siempre se aventuran por casas aparentemente en buen estado, y se encuentran a los antiguos dueños atados en la cama, convertidos en extrañas criaturas, y ansiosos de cerebros. Este pensamiento, a pesar de su absurdez, me produce un escalofrío.

- La idea de descansar algo me parece bien, pero primero deberíamos revisar bien este piso -digo. Y con voz trémula, añado-. Sobre todo los dormitorios. 

Ricky se ajusta el sombrero pensante, la idea de dormir entre cuatro paredes resulta muy tentadora, aunque el tiene otras cosas en mente.

- Señoritas, lo siento, pero no creo que sea la mejor opcion. Deberiamos llenar el bus de gasofa y llevarnos lo que queramos y podamos y en todo caso dormir en el bus, pero no es buena opcion quedarnos dentro de una caja. Caja de piedra, pero caja al fin y al cabo, si esos cabrones nos encierran no tenemos donde ir, en cambio en el bus sera solo arrancar y salir cagando almendrados.

Esperaba que aquello les hiciera recapacitar que cuatro paredes son una fortaleza, pero que hasta los gusanos atraviesan los ataudes.

Asiento a las palabras de Eastwood.

El jefazo tiene razón y desde que me ha salvado la vida más todavía.

John no dice nada pero se le nota agradecido.

Yo ... lo siento. He estado a punto de conseguir que nos maten a todos.

Mientras os decidís seguís avanzando por la casa con particular cautela. La gran cantidad de alfombras y el suelo parcialmente enmoquetado recuerdan al típico motel hortera que acumula capas de alfombra y polvo a partes iguales, pero por suerte amortiguan sobradamente vuestros pasos.

Sin ningún rumbo definido camináis por el pasillo hasta que a vuestra izquierda encontráis una habitación abierta. Al asomaros temerosos por el marco de la puerta veis que está vacía de zombies. Una pequeña cama cubierta con sábanas de Frozen y decorada con un cabezal enorme de roble tallado parece ser la protagonista de aquel festival kitsch, cuyo principal telonero es un retrato redondo de marco dorado digno de la época vitoriana que guarda la foto de una niña pequeña "disfrazada" de Bo Peep junto a sus padres. Como única fan, una muñeca con colmillos de vampiro y pelo morado que cuelga de la cama en una postura imposible sin duda fruto de una sobredosis de mal gusto.

Al otro lado de la puerta hay una ventana bajo la cual se puede ver el porche de la gasolinera, casi podríais descender desde ahí si no fuese porque unos barrotes impiden salir o entrar por ella. El porche se extiende hacia vuestra derecha, siguiendo la dirección de la casa, pero el ángulo os impide ver si habrá algún lugar desde el que descender o no.

Purity, la más avispada, se da cuenta de que sin duda es un buen sitio para pasar la noche. La ventana es un lugar de imposible acceso y la puerta se puede asegurar intentando mover la cama o el armario. A pesar de ello aún podéis seguir explorando la casa en busca de una salida para regresar al autobús.

La casa parece estar vacía de criaturas... y de vida humana. Al pasar por la habitación de la niña que debía vivir ahí, no puedo evitar mirar con cierta ternura la esperpéntica decoración. Mi expresión culmina en una sonrisa cuando veo la foto donde sale con sus padres y, a pesar de que ni siquiera la conozco, me la imagino jugando a las muñecas en aquel cuarto, coloreando un cuaderno de dibujo o cantanto "Let it go" imaginando que ella misma es la princesa de Frozen. ¿Qué habrá sido de la vida de esa niña? Tanta ilusión, tantos sueños, tanto futuro por delante... ahora todo eso está muerto, como tal vez esté ella. O lo que es peor, convertida en un no-muerto hambriento de carne fresca. De nada vale lamentarse con lo asqueroso que ahora es el mundo, pero cuesta demasiado dejar de pensarlo.

Pero no hay que olvidar a qué hemos venido. Hay una ventana da al exterior, desde donde se ve el porche, y que está bloqueada por unos gruesos barrotes. Parece que los padres de la pequeña quisieron que la pequeña estuviese segura en un piso algo como aquel, lo cual viene de perlas para evitar que además nadie ("Ni nada", me recuerdo) entre por ahí. En cuanto a la puerta, podría bloquearse con algún mueble. Aquella habitación parece una buena trinchera.

- Ricky... -a pesar de todo lo que hemos pasado, aún me resulta difícil coger confianza en un acto tan simple como llamarle por su nombre de pila. Y en seguida me corrijo, añadiendo a los otros- Y los demás, escuchad... no estoy segura de que podamos escapar de esta "caja" -utilizo el sobrenombre que el sheriff le ha dado él a la casa- sin rompernos un pie al bajar por alguna ventana. Sin hablar de que puede que todas estén como ésta de aquí: con barrotes. Esta habitación es segura para pasar la noche, más de lo que podría ser el autobús en plena oscuridad con esas cosas pululando enloquecidas por lo del almacén -trago saliva, incómoda. Soy mujer de pocas palabras, y creo que delante de ellos es la primera vez que hablo tanto-. Deberíamos atrincherarnos, descansar, y esperar a que... se les olvide que estamos aquí.

Eso puede tardar un tiempo

Dice John.

Observa la habitación. Tal vez, si no hubiese sucedido aquello, en su futuro habría una habitación parecida para un vástago suyo y de ... Valeria.

Mira a su compañera pelirroja y sin saber porqué se sonroja. ¿no sabe controlarse? ¿cómo puede pensar en aquellas cosas cuando el cuerpo de su mujer ni siquiera está frío? Bueno, no solo eso, es que además se mueve y tiene ganas de comerle el cerebro.

No creo que nos quedemos sin provisiones pero lo mejor es conseguir el autobús y pirarnos. Si queréis dormir aquí puede ser un paréntesis pero si tenemos la menor posibilidad de salir en el autobus debemos hacerlo. Sobre todo porque los zombis pueden dañar el autobús si tenemos mala suerte o venir alguien y llevárselo. No creo que seamos los únicos que hayan pensado en una gasolinera.

Arrugo un poco el ceño ante lo que dice Jonh. Le comprendo pero salir en plena noche no es algo que me atraiga, y la habitación de la niña parece tan segura...

- Te entiendo, pero no propongo que nos quedemos aquí varios días... solo hasta que haya la suficiente luz como para no tropezar con un no-muerto y caer en la boca de otro.
 

"oh.Dios.mío" exclama Tina en su mente incapaz de procesar aquel escenario, la cabecera, la muñeca vampiro, incluso "Frozen", todo aquello había sido elegido por la cría con el peor gusto del mundo, se salvaba de ser mandada de una pata a la estúpida Nueva York por el suelo amoquetado; quizás, si dejaban de malcriarla, sus padres la arreglarían. "bueno, si no están muertos" pensó como una coletilla apática.

Y con la misma falta de empatía se adentro en la habitación y se sentó en la cama, acomodando su trasero bien adentrada la cama, primero, con una pierna colgando y otra doblada sobre la cama; después subió la segunda pierna por instinto alejándola del monstruo de debajo la cama.

Miró de nuevo aquel lugar y se paró en la ventana enrejada cuando Purity hizo referencia a ella.

- Y todo porqué una loca se comió un gato. - protestó llamando la atención y robando el turno de palabra, si es que lo había, a Purity - Lo siento por la potrilla pero los mozos tienen razón. Si nos rodean aquí...-deslizo el pulgar derecho por el aire a la altura de su garganta - Si nos rodean en el bus, podemos arrollarles.

A pesar de sus palabras no hizo ningún gesto o amago de ponerse en camino, como si se hubiese pegado a ese colchón levantó su mentón hacia el sheriff cediéndole la palabra, sugiriendo que tomara cartas en el asunto. Y de nuevo interrumpió la palabra de otro, aunque aun no hubiese empezado.

- Y si...-empezó a pensar en voz alta-y si buscáis combustible y esas cosas de bus y nosotras buscamos por aquí. - remoloneó.

Suspiro, salir otra vez, con al oscuridad... no le gustaba, pero tenían razón, podían acorralarlo allí en medio -Si, deberíamos buscar algo de comida aunque sea, yo me muero de hambre por lo menos- miro a los demás y descubrió a Jonh mirándola sonrojado, era muy mono, pero algo extraño, no había dicho, ni hecho nada para que se sonrojase, o eso creía ella.

El sheriff miro al resto del grupo.

"Mujeres..."

No queria ponerse a discutir con tres sacos de hormonas andantes cuando varios sacos de muerte andantes les esperaban si hacian ruido.

- Bueno, pero quiero una ruta asegurada hasta el bus y a dos personas de guardia. Son mis condiciones.

Dice serio abriendo la puerta a la negociacion aunque dejando claro lo que queria.

Suspiré resignada. En el fondo tenían razón, pero ansiaba tanto la tranquilidad y la seguridad que daba esa habitación...

- Está bien, está bien -concedí, haciendo un gesto con las manos-. Busquemos y exploremos un poco más esta casa, alguna salida tiene que haber hasta el bus.

- ¿Tan fácil te rindes? - protestó Tina ante la conformidad de Purity, la tensión y la falta de sueño empezaban a ponerla gruñona, más de lo habitual y mucho más dramática - ¡Cualquier día nos vendes a todos! ¡A todos!

- Id, id a investigar, no descanséis lo más mínimo - refunfuñó poniéndose en pie ignorando que empezaba a contradecirse incluso a si misma- total, ¡¿ya pa' qué?! A esto que estamos haciendo antes se le llamaba ir zombie; ¡JA! me río en tu cara Abby, en tu cara y en la de todos... - las protestas siguieron en el pasillo, y Tina detrás de ella.

Sonrió viendo a Tina enfadada y refunfuñar -¡¡Vamos Tina!! ya descansaremos en el bus, tranquila que no te tocara conducir a ti- le guiño -hay hombres fuertes que harán todo el trabajo "duro" de conducir y cargar la gasolina- miro a los hombres sonriendo traviesa.

El grupo sale al pasillo de nuevo y sigue caminando en paralelo hacia dónde se extendía el porche, buscando otro acceso. A los pocos metros encontráis otra puerta que da a una habitación sumamente parecida a la anterior, salvo por un detalle, una niña pequeña, de unos ocho años, que está sentada a los pié de la cama sollozando y sujetándose el brazo.

Sentada como está, de perfil y con la cabeza levemente agachada, os resulta imposible verle la cara. Mientras os quedáis en el marco de la puerta, la niña no parece percatarse de vuestra presencia.

Vaya por dios... Una cria, justo lo que necesitabamos.

Ricky se acerco al marco de la puerta señalando a Purity con la cabeza su pistola. Iria el delante, pero no queria correr riesgos y no podia pedir que se arriesgaran por el. Si era una de esas podridas le levantarian la tapa de los sesos en seguida.

Con cuidado el sheriff comenzo a rodear a la niña cuando se noto seguro.

- ¿Pequeña?

Dijo unicamente tratando de no asustarla.

A medida que te acercas la niña se percata de tu presencia y levanta la cabeza, por un segundo se queda mirando la pared que tiene en frente, como ausente, hasta que finalmente se gira hacia vosotros. Tiene una carita dulce y una mirada tierna que contrastan con la boca ensangrentada y las pequeñas venas azuladas que se le marcan en la frente.

De pronto, baja la cabeza hasta el brazo que se sujetaba y se arranca un pedazo con la boca. Ahora, un hilillo de piel y tendones le van desde los dientes hasta su extremidad mutilada.

Mientras mastica felizmente, sonríe y os dedica una mirada curiosa. Seréis su postre.

Atrás

Digo mientras bloqueo la puerta protegiendo a las damas. Saco mi arma y me preparo para golpear a la niña si se abalanza sobre nosotros.

Odiaba aquellas situaciones. Todavía recordaba la expresión de desamparo de Valeria mientras moría delante mío. No dejaría que volviese a pasar. Tal vez, si todo hubiese sido normal, hubiesen podido tener una niña como aquella. Tal vez Valeria estaba embarazada cuando murió.

Todo aquel horror se le estaba metiendo a Jonh en el alma y lo peor de todo es que tal vez, tal vez comenzase a insensibilizarse. Sólo sabía que no dejaría que le sucediese a nadie más en su presencia. No iba a permitir que nadie muriese.

La niña vuelve a bajar la cabeza y, dando un nuevo mordisco, se arranca otro trozo de carne del brazo. Tiene prácticamente ambos huesos al descubierto y la mano se le empieza a descolgar por falta de músculos y tendones que la sujeten.

Mastica mirando al techo, como si aquel manjar se le hiciese particularmente largo y lamentase no saber concinarse a si misma... ¿Y lo tierna que estaría?

Finalmente os vuelve a dirigir una mirada tranquila. No tiene prisa.

Un largo suspiro se escapa de los labios de Ricky al ver la cara de la niña. Tan inocente, tan joven y tan muerta. No parecia tener intencion de atacar, pero sabia que tampoco la podian dejar asi, no era humano.

Mira a los que esperan en la puerta y con un gesto les pide que se den la vuelta. No podia usar la pistola o atraeria a todos los zombis de la gasolinera, asi que, tras comprobar que se dejaba, la lleva con delicadeza poniendola mirando a la pared. Posa una mano sobre su coronilla y besa su propia mano como si besara la cabeza de la pequeña, apoyandose con la otra mano sobre la pared golpea la cabeza de la niña contra la pared al tiempo que se oye un golpe seco y un crujido. Los que no miran saben sin necesidad de verlo lo que acaba de pasar, sin embargo la temple del sheriff se resquebraja como una vidriera tras una pedrada y un segundo despues se escucha un segundo, un tercero, un cuarto golpe... y la respiracion pesada y casi animal de Ricky quien parece estar volcando toda la tension acumulada en la cabeza de la infante.

Cuando os girais veis una gran mancha carmesí en la pared y una pulpa rojiza pegada a un cuerpo sujetado por Ricky quien se encuentra de rodillas con una mirada a medio camino entre el llanto y el hastío.