Acronia es una nación fundada hace 1.000 años por el héroe Laius Pendragón después de que fuese derrotado el Rey Demonio Darukar.
La nación se levantó en territorio que fue arrebatado al Reino Demoníaco, en las llanuras de Acronia (del que tomó el nombre).
Laius fue el primer gobernante del reino, y lo hizo con justicia, firmeza y compasión cuando debía. Estableció como directrices que el reino debía ser el símbolo de la justicia y defensa contra el Reino Demoníaco. Así fue con sus sucesores que fueron sus descendientes, quienes mantuvieron el legado de Laius. Acronia siempre fue una nación respetable que ayudaba a sus aliados en momentos de necesidad y cuidaba del bienestar de sus habitantes, además de ser firmes contra la delincuencia.
Sin embargo eso no pasó con su último monarca, que pronto empezó a mostrar signos de estar corrompido. No atendía a las peticiones de aliados, subía en exceso los impuestos a sus habitantes, se veía con amantes... y no ayudó nada los consejeros con los que se rodeó, entre los que se encontraba un sectario de Esad infiltrado.
La cosa fue a peor cuando repentinamente empezó a obsesionarse con la pureza de su estirpe. Empezó a investigar si las amantes con las que estuvo tuvieron hijos y ordenó ejecutarlos. Esa orden provocó cierto malestar entre la guardia y hubo algunas deserciones.
La madre de Accalia fue alertada de ello y dejó a su hija en un orfanato donde estaba un viejo amigo suyo, el espadachín Razen. Una vez dejó a salvo a su retoño volvió a su hogar para afrontar a la guardia. La madre de Accalia fue arrestada y salvajemente torturada, pues sus vecinos la delataron asegurando de que tuvo una hija. Pese a todo, ella guardó silencio y aguantó la situación durante casi un año, hasta que su cuerpo no soportó más y colapsó, muriendo en la sala de torturas.
Los siguientes años fueron a peor, pues el rey cometía más y más abusos contra la población, peores condiciones de vida... eso provocó que finalmente se desencadenase una revuelta que el rey respondió lanzando al ejército contra la población para sofocarla. Eso provocó que muchos soldados se rebelaran y acabó estallando la guerra civil.
El rey, tras perder a buena parte del ejército porque se rebelaron contra él, empezó a reclutar de forma forzosa a la población, llegando incluso a forzar a niños y huérfanos. En ese momento Accalia estaba desaparecida.
Avanzó la guerra civil y, pese a las acciones tomadas el bando del rey no parecía que fuese a vencer. Así que uno de sus consejeros (el sectario infiltrado) le ofreció un artefacto que acabaría con la guerra civil de un plumazo. Y sí que lo hizo, pues invocó a monstruos de otro plano que mataron indiscriminadamente a la mayoría de las personas.
Los supervivientes de aquella ordalía huyeron del país, que acabó sumido en el caos y la completa destrucción.