En la creación los dioses creadores decidieron sellar la magia en el mundo, nadie sabe sus motivos aunque hay evidencias ocultas por el mundo de que el mundo comenzó con magia.
Surgió una civilización que llegó a ser muy avanzada (pura tecnología) y que investigaban nuevas fuentes de energía pues estaban al borde del colapso. En las investigaciones descubrieron la magia como elemento que podría ir más allá de proporcionar una nueva fuente de energía potente y limpia. El problema, había algo que imposibilitaba su uso. Surgieron experimentos para poder desbloquearla.
Tras una gran cantidad de experimentos al final consiguieron tener éxito rompiendo el sello de la magia, y esto conllevó otros experimentos. El resultado de unos estudios de unos fragmentos de código mágico encontrados arqueologicamente, fue la creación de una reliquia que otorgaba energía casi ilimitada absorbiendo la magia a su alrededor. Desgraciadamente otro experimento dio inicio a una catástrofe que se expandió como una epidemia. Esa epidemia, si no mataba al infectado le daba poderes locos que causaban aún más problemas. Aquello provocó el colapso y la destrucción de la civilización antigua.
Una vez reestablecida la magia, llegan las armonias y notas desde algún rincón, que representan personalidades y elementos; y en algún momento volvieron a irse, dejando ecos de voluntad. Si el rezo está en sintonia con una voluntad de un dios, puede surtir algun efecto. De estos seres hay dos que no se fueron del todo, Esad que está aislado bajo la corteza y Rotem que está en el espacio.
Para mantener a Esad en el inframundo se erigieron cuatro pilares, torres o faros. Cada uno mantendría un sello de diferente tipo: mágico, espiritual, tecnológico y divino.
Bastante tiempo después, Esad mueve ficha para romper el sello de la corteza que lo retiene. Para ello fundó un culto y de él surgió un campeón con su bendición que fue conocido como el Rey Demonio Darukar. Éste acabó siendo derrotado por un grupo de héroes.