Partida Rol por web

Millo le estaba poniendo el combate muy complicado a Toshio. No obstante estaba luchando por su octava medalla y no esperaba conseguirla sin sudar. Cada turno era clave y no podía cometer ningún error.

- Tenacitas, sal pitando de aquí. Utiliza Ida y vuelta.

Cuando Scizor regresara a su pokeball Toshio sacaría a Hydreigon, para que éste recogiese el testigo del combate...

¡Es hora de acabar con él! Le gritó a su pokémon con mucho cariño y respeto. ¡Acróbata contra Scizor otra vez! Y entonces Scizor se lanzó contra Simisage con mucha fuerza y ambos pokémon impactaron a la vez, pero el férreo cuerpo del pokémon bicho fue suficiente para acabar con Simisage dejándolo gravemente debilitado.

Segundos después quien había aparecido en lugar de Scizor era el imponente Hydreigon, un pokémon de tres cabezas que aterrorizaba al más valiente de los pokémon. 

¡Te vuelve a tocar a ti! Dijo Millo sacando de nuevo la pokéball que pertenecía a su Whimsicott. La luz del sol seguía luciendo en el campo de batalla, lo que estaba dando cierta ventaja a los pokémon de Millo que poseían la habilidad de clorofila, pero no había que olvidar que también se verían potenciados los movimientos de tipo fuego y eso podría suponer un problema para el líder del gimnasio.

Hydreigon era un pokémon que temía a muy pocas cosas. Pero una hada era su peor pesadilla. Aunque Toshio confiaba mucho en la velocidad de su pokémon, el clima soleado y la habilidad clorofila jugaban en su contra, por lo que no podía golpear y salir corriendo. Así que decidió utilizar uno de sus cambios para retirar a Hyderigon y sacar a Venusaur en su lugar.

- Adelante Palmero! - Esperaba que su Venusaur aguantase el ataque tipo hada que, de seguro, iba a realizar ese Whimsicott.

¡Adelante, Whimsicott, acaba con Hydreigon usando tu fuerza lunar! El pokémon se convirtió en una pequeña bola que poco a poco se fue agrandando tomando la forma de la luna para precipitarse contra el enorme dragón de tipo siniestro que tenía frente a él. 

En ese momento Toshio lo tuvo claro y devolvió a su pokémon para sacar al campo de batalla a su Venusaur que recibió el daño de las púas que había en el campo de batalla y también de la fuerza lunar de su rival.

Y entonces, cuando Millo vio aparecer al quinto pokémon de su rival se dio cuenta de algo. Vaya, Toshio, perdona. Me dejé llevar por la emoción del momento. El combate estaba más que interesante, pero la medalla ya es tuya. Te dije que se podían usar dos cambios, pero que solo había que derrotar a tres pokémon. Tú derrotaste a mi Ferrothorn, a mi Jumpluff y también a Simisage. Eso suman un total de tres pokémon, por lo que la victoria es tuya. Perdona que no me di cuenta, el combate estaba tan interesatne.

Ya habrá tiempo de que echemos la revancha. Ahora toma tu medalla y sigue tu camino hacia la liga pokémon, ya solo te queda enfrentarte a tus últimos cuatro adversarios para convertirte en el mejor entrenador pokémon.

Toshio se quedó sorprendido cuando Millo detuvo el combate. Al principio no entendió muy bien porqué, pero al explicar que el combate lo ganaría el primero que derrotase a tres pokémon del rival, calló en la cuenta. - Vaya, yo también estaba tan metido en el combate que se me había olvidado por completo. - Toshio tomó la Medalla Rama con ilusión. Sin duda había sido un combate muy tenso y Toshio tenía ganas de más. - Ojalá podamos echar pronto la revancha sin ningún tipo de restricción. Tus pokémon son la prueba de que no hay que subestimar al tipo planta.

 Milo suspiró profundamente en cuanto vio llegar al entrenador que tenía frente a él. El joven de pelo verde se hallaba sentado en un campo de hierba junto a una cesta y un mantel de cuadros, mirando a la puerta por la que acababa de entrar. En lo alto del gimnasio se podía ver un hermoso cielo azul con un potente sol que calentaba la piel de todos los presentes.

Bienvenido a mi gimnasio, mi nombre es Millo y este es el gimnasio Gres. Veo que ya tienes una medalla, así que la Medalla Rama será la segunda por la que optarás. Entendido. Dijo poniéndose en pie para prepararse para el combate. Lucharemos dos contra dos y el que derrote a ambos pokémon vencerá. Dijo sonriente y con buen ánimo mientras se retiraba un pequeño palito de hierba seca. Después se agachó para tomar una botella de vino y servirse una copa para finalmente sacar un par de pokéballs y lanzarlas al aire. 

¡Bien, Whimsicott! ¡Demuestra a este entrenador de lo que tú eres capaz! ¡Tú, también, Serperior!

Caminando calmadamente, aunque nervioso por la batalla que se avecinaba, Akira llegó a la hermosa pradera en la que Milo le esperaba.

-Hola! Encantado! Yo me llamo Akira- Saludó afablemente el joven entrenador.-¿Dos contra dos? Genial! Me encantan los retos. Si no no sería entrenador claro.

Al ver que Milo sin más dilación sacaba a sus pokémon, sacó las dos pokeballs y lanzándolas mientras estudiaba a los contrincantes.-

- Adelante Excalibur! Muestra de lo que eres capaz! Vamos Fénix, es tu debut!- Dijo alegremente.

-Excalibur, escudo Real! Fénix, Pájaro Osado contra Whimsicott!

Cuando Millo vio aparecer a los dos pokémon de Akira sabía que tendría muy difícil ganar aquel combate. Eran dos pokemon bastante resistentes a los movimientos de tipo planta y de tipo hada y él no tenía nada que fuera suficientemente útil para acabar con ellos. Así que recurrió a lo que mejor sabía hacer, concentrarse, darlo todo y luchar con todas sus fuerzas.

Dejad al pokémon de acero para más tarde. Su habilidad nos va a poner en un serio aprieto. Dijo conociendo perfectamente Millo a Aegishlas y conociendo cómo era su estrategia.

¡Adelante, Whimsicott! ¡Demuéstrale el poder de la luna y lanza toda su fuerza contra su Fénix! ¡Tu Serperior golpéale con el poder de los dragones!

Lo que no se esperaba era que Talonflame fuese más rápido que su Whimsicott. Estaba acostumbrado a que su pokémon actuase siempre con prioridad gracias al clima soleado de su gimnasio, pero no fue así y el pájaro de fuego se adelantó al golpe impactándole con tanta fuerza que lo derrotó de un golpe.

El combate se acababa de torcer para Millo que tenía que hacer frente a dos pokémon con Serperior, cuyos movimientos no tenían gran potencia contra ninguno de sus dos rivales. Millo se llevó las manos a la cabeza, aquel combate pintaba mal, muy mal...

Fue entonces cuando Serperior se cubrió de gloria e impactó con tanta fuerza a Talonflame que también logró acabar con él de un solo golpe.

Akira miró como su flamante Fénix caía ante el tremendo golpe recibido.

-Maldita sea.-Y aún encima había desperdiciado un valioso turno con Excalibur.

-Excalibur, espada Santa!- Gritó Akira. Este combate sería más largo de lo esperado. O no. Cruzando los dedos, Akira esperó el desenlace del lance.

La situación estaba bastante igualada, pero Aegislash era un pokémon bastante versátil y con unas características complicadas de digerir por su habilidad. Millo no tenía muy claro qué podía pasar en ese combate, así que tomó la decisión de darlo todo. ¡Adelante, Serperior, acaba con ese fantasma usando tu Llueve Hojas! 

Del alargado cuerpo de Serperior salió un torrente de hojas muy afiladas que dañó ligeramente al pokémon de su rival, pero aquel ataque no fue para nada suficiente para derrotarle. Eso lo único que hacía era complicar el combate y darle una nueva oportunidad a Akira de conseguir la medalla Rama.

Después, el pokémon fantasma hizo un cambio táctico obteniendo así su forma filo y generando de él una espada que golpeó con fuerza al pokémon de Millo. Aunque aquel golpe no fue demasiado devastador, por lo que Millo podía volver a respirar y confiar en que la habilidad "Respondón" de su pokémon le diera la ventaja que necesitaba para ganarle.

Mordiéndose los labios Akira pensó un instante. Si tiene algún movimiento potenciador o alterador de stats lo va a usar ahora pensando que voy a usar escudo otra vez. Así que mejor ataco y espero que él no ataque.

Miró a su Aegislash y asintió con la cabeza. -Espada Santa de nuevo- Dijo cruzando los dedos.

¡No te preocupes en atacar, Serperior! Su habilidad de Escudo Real solo nos potenciará aún más si le damos. Gritó Millo a su pokémon que ya sabía cómo iba a gestionar Akira aquel asalto. Será mejor que continuemos haciendo que lluevan hojas. ¡Es la única posibilidad de que consigamos hacer algo!

Ambos pokémon volvieron a repetir los mismos ataques. Serperior no dudó en atacar a pesar de que el pokémon fantasma pudiera protegerse. Pero éste no se defendió y ambos lanzaron un par de golpes muy poderosos. 

La espada santa de Aegislash empezó a cortar cada hoja que Serperior le enviaba hasta que se generó una nube de polvo de hojas que eclipsó la visión del gimnasio. Cuando se despejó, ambos pokémon estaban sumamente debilitados, pero los dos aún se eran capaces de mantenerse en pie. Desgraciadamente para el pokémon acero, Serperior era más rápido que él, a menos que Aegislahs tuviera algún movimiento de prioiridad alta que le pudiera dar el combate.

Apretando los dientes, Akira estaba sudando. Vio como su Aegislash estaba casi sin fuerzas. Pero el serperior también. Quizás, sólo quizás,...

-Excalibur, Sombra Vil!!!-Grité desesperado. Era su única opción. Cruzando los dedos esperó al desenlace.

Una oscuridad apareció detrás del cuerpo de Serperior antes de que éste pudiera hacer nada y lo golpeó por la espalda. Aquel breve y rápido impacto fue lo que necesitó Aegislash para acabar con su rival y alzarse así con la victoria y por tanto con la Medalla Rama. ¡Enhorabuna! Le dijo Millo al ver como su pokémon había sido derrotado. ¡Ha sido un combate muy interesante! La verdad que cuando vi a ese Talonflame ya daba el combate por perdido. 

Ten. Concluyó dándole la medalla que tanto le había costado.

Cuando la sombra surgió tras Serperior, debilitándolo y finalizando el combate, Akira cayó de rodillas. Toda la tensión y adrenalina que había estado almacenando se liberó de súbito, produciendo un bajón. Había sido un combate intenso y no había tenido mucha suerte que digamos.

Sin embargo al acercarse Millo con la medalla, Akira se puso en pie y agradeció la felicitación.

-Gracias. Ha sido duro. Especialmente para ellos.-Dijo señalando a los Pokémon y acariciando a Excalibur, que era quien había logrado la victoria finalmente.-Ha sido un placer Millo.-Añadió tomando la medalla.

Tras recoger a los maltrechos Pokémon, Akira se despidió y partió al centro Pokémon. Y a cazar un tercer Pokémon.

 Milo suspiró profundamente en cuanto vio llegar al entrenador que tenía frente a él. El joven de pelo verde se hallaba sentado en un campo de hierba junto a una cesta y un mantel de cuadros, mirando a la puerta por la que acababa de entrar. En lo alto del gimnasio se podía ver un hermoso cielo azul con un potente sol que calentaba la piel de todos los presentes.

Bienvenido a mi gimnasio, mi nombre es Millo y este es el gimnasio Gres. Veo que ya tienes cinco medallas, así que la Medalla Rama será la sexta por la que optarás. Entendido. Dijo poniéndose en pie para prepararse para el combate. Lucharemos dos contra dos y el que derrote a tres pokémon vencerá, estará permitido tan solo un cambio. Dijo sonriente y con buen ánimo mientras se retiraba un pequeño palito de hierba seca. Después se agachó para tomar una botella de vino y servirse una copa para finalmente sacar un par de pokéballs y lanzarlas al aire. 

¡Bien, Whimsicott! ¡Demuestra a este entrenador de lo que tú eres capaz! ¡Tú, también, Serperior!

Azura al llegar al gimnasio decidió quitarse las zapatillas para sentir el pasto en los pies - Gracias por el recibimiento - dice ante las palabras del líder - Entiendo las reglas - La chica peliazul saco dos pokeballs - Ra! Marquesa! A demostrar de lo que son capaces los Pokemon de tipo bicho - Volcarona y Galvantula entraron en escena.

Volcarona danza llama contra Whimsicott, y tu Galvantula usa Zumbido contra Serperior - Tranquila y con determinación en los ojos Azura comenzó la batalla.

Que el combate comenzase con dos pokémon de tipo bicho fue algo que no le gustó nada a Millo. Tenía preparadas la mayoría de estrategias posibles, pero quizá le había terminado de sacar de sus casillas. Por suerte, el día soleado de su gimnasio potenciaba la velocidad de su Whimsicott que se adelantó a todos.

Vamos, Whimsicott, protege a tu equipo. ¡Pantalla luz!

Serperior empieza con pulso dragón sobre volcarona. El golpe impactó, pero no fue nada de lo que la entrenadora tuviera que preocuparse.

Pero a pesar de la estrategia conservadora de Millo, Azura lanzó un par de ataques devastadores sobre sus rivales. Dejando a Whimsicott fuera de combate y a Serperior gravemente herido.

Millo se lamentó por lo que acababa de pasar y devolvió a su pokémon a la pokéball y lanzó la siguiente:

¡Confío plenamente en ti, Jumpluff!

Las comisuras de los labios de Azura demostraban que estaba alegre pero no se iba a confiar - Ra, Danza llama contra Jumpluff, y tú Marquesa repite Zumbido contra Serperior