Partida Rol por web

Asentí cuando la chica me pregunto sobre el apagón. Después me sonrió, y fue como si algo se encendiera dentro de mi, tranquilizándome. Nadia parecía de nuevo recargada y salió corriendo esperando que la siguieramos.
​Me permití un segundo para suspirar, y después seguí a Nadia. Suponía que el tema solo había quedado aparcado por ahora... pero al menos tendría algo de tiempo para pensarlo. Ahora lo importante era Celebi, y porque no decirlo, que la chica había recuperado la sonrisa, y eso me hizo sonreír...

-¡Espérame!- Grité viendo como ella y Celebi se perdían un poco más adelante y empecé a correr.

Al poco llegáis a un claro del bosque con un templete de madera en el centro. La luz se filtra entre las hojas creando un caleidoscopio verdoso. Parece que el implacable sol de julio no se a atrevido a penetrar en el corazón del Encinar, donde los árboles resguardan este pequeño santuario natural verde y húmedo, vivo.

Es templo es sorprendentemente pequeño, no más grande que un trastero, y muy antiguo. Está construido con un estilo tradicional, similar al de las construcciones antiguas de Ciudad Iris y Pueblo Azalea, con un tejadillo a dos aguas con las puntas algo vueltas. Está hecho completamente de madera oscura y antiquísima, y se alza entre las plantas, que lo rodean de yemas y hojas nuevas, sobre cuatro pequeños pilares, cual si de cuatro patitas se tratase. También tiene una pequeña puerta de madera delante.

Se respira una gran sensación de paz y tranquilidad.

Aquel lugar trasmite una sensación agradable e indescriptible, antes de ponerme a trabajar me limito a disfrutar unos segundos de la paz que se respira, observo con curiosidad el templo, que aunque simple, me parece hermoso. Deslizo mi mano suavemente por la madera, cualquiera diría que aquel templo es un árbol más...

Acto seguido paso a otros menesteres, tengo que encontrar algo que me ayude a encontrar a Celebi, alguna pista, así que inspecciono cada palmo del lugar.
Me da igual el tiempo que me lleve, allí debe de haber algo...

Aunque la puerta del templete aparece cerrada, da la impresión de haberse abierto recientemente. Tirando de ella con la mano se abre fácilmente.

Al abrirla, Zero no puede evitar la sensación de estar invadiendo un lugar sagrado.

El interior es umbrío y en él... no hay más que un altar de madera, igual de antiguo que el resto del templo, vacío.

No se que esperaba tras abrir esa puerta, pero desde luego no era lo que me encontré... Nada, allí no había nada, otro callejón sin salida...

-Maldita sea, he venido para nada...- Mis sentimientos no me solían controlar, pero aquel no era mi mejor día.

No obstante tampoco había subido demasiado el tono de voz.
Revisé otra vez el templo por si algo se me escapaba, pero ya no esperaba sacar nada de aquel lugar.

Concentrado en su frustración, Zero se sobresalta al notar las manos de Nadia sobre sus hombros. La chica asoma la cabeza al interior del templo por encima de su hombro, ya que por la puerta a duras penas cabe una sola persona.

-Vaya... No sabía que esta puerta se podía abrir... Recuerdo haber venido aquí cuando era pequeña con otros niños del pueblo. Intentamos abrirla, pero no pudimos... Oye, estás muy tenso -dice, apretándote los hombros con las manos. -No estarías esperando que Celebi estuviera ahí dentro esperándote, ¿verdad? Ja ja ja.

Nadie me dio un buen susto cuando colocó sus manos sobre mis hombros.
Me hizo gracia el comentario, porque si bien me tensaba el echo de no encontrar nada, eran sus manos lo que me ponían totalmente rígido. Disfruté unos segundos más de su contacto y después aparté sus manos con delicadeza, adentrandome a revisar el templo.

-No... claro que no... pero voy dando palos de ciego, necesito algo que me ayude, un rastro que seguir, una pista sobre donde podría ir, un...- Me quedé unos segundos pensando.- algo...

No creía que ella lo comprendiera, no comprendía que aquella misión era trascendental para el mismo planeta, que muchas vidas estaban en juego, ni que yo no era un profesor deseando hacerme famoso por solucionar el problema, sino la persona a la que habían encargado salvar el mundo. Era imposible que lo comprendiera, por lo que era imposible que me entendiera a mi.

El chico inspecciona el templo: por dentro, por fuera... Va dando vueltas alrededor, observándolo muy concentrado cuando, de repente, tropieza. Cae con una rodilla en tierra y la otra pierna hundida hasta la pantorrilla en un agujero en el suelo que había junto al templo, oculto por la maleza.

Maldije en silencio mi torpeza cuando caí en un agujero que no había visto. ¿Sería algo? Lo inspeccioné minuciosamente. Si no encontraba nada allí no me quedaba otra que volver a mirar en Hoothooter, al menos podría encontrar alguna pista más reciente, y volver a ponerme en marcha, aunque no me gustaba demasiado la idea de separarme de Nadie, pero era lo que debía hacer.

Mientras Nadia se carcajea de la caída de Zero, y tras que le ayude a salir, el chico inspecciona el agujero. Se trata de un pequeño túnel en la tierra, al parecer de poca profundidad y longitud, que empieza justo al lado del templo y termina debajo. Está medio desmoronado y la tierra está removida, pero es claramente reciente, de un par de días a lo sumo, ya que no tiene más que algunas hojas caídas en el interior. Probablemente lo haya hecho algún pokémon.

Me sacudí el polvo mientras miraba a Nadia con cara de "no tiene gracia bonita, grrrr". Cuando inspeccione el agujero supuse que de allí habría salido Celebi, o quizas por allí habría entrado un pokémon, ¿uno que hubiera roto el sello de Celebi?
Mandé a Zorua a inspeccionar, el era pequeño y yo no estaba seguro de caber bien.

Mientras tanto inspeccioné el Hoothooter.

-Vamos a ver si hay noticias nuevas.- Dije para Nadia.

Zorua se mete por el agujero, olfateando. Efectivamente, el agujero es un poco más ancho que él, como si lo hubiera hecho un pokémon más grande que él, pero claramente pequeño para Zero. El pokémon parece moverse bien a través de él, ya que es similar a los que él mismo es capaz de excavar.

Nadia lo observa, entretenida.

Mientras tanto, Zero consulta Hoothooter en su pokégear. Hay una noticia de lo más sorprendente: un enorme aranjo ha salido del suelo en Pueblo Lavanda de la noche a la mañana, literalmente. Incluso ha roto el pavimento. Está junto al Centro de Voluntarios, hay fotos en Hoothooter y otras redes sociales. En un hoot incluso alguien menciona a Celebi.

Zero lo está leyendo cuando oye a zorua intentando llamar su atención.

-¡Kau! ¡Kau! ¡Kau!

La noticia más comentada se centraba en pueblo Lavanda, pero esperaba que el pokémon no estuviera allí, sino me habría sacado una ventaja brutal en un solo día.
Entonces me percaté de que Zorua me estaba llamando.

-¿Qué pasa? ¿has encontrado algo?- Pregunté animado.

En cuanto ve que capta la atención de su entrenador, el pequeño pokémon siniestro asiente y cambia de forma, transformándose en un charmeleon.

-¡Chaaar! -explica.

-¡¡Wala!! -exclama Nadia, pegando un bote, visiblemente sorprendida e incluso asustada. -¡¡Profesor, tu pokémon se ha convertido en un charmeleon!! -te grita, como si no lo vieras.

Sonrío a Nadia al ver con que ilusión me habla, parece una niña.

-Es la habilidad principal de Zorua, puede transformarse, pero solo es una ilusión, sigue siendo Zorua.- Le explico para después centrarme en mi amigo.- ¿Qué intentas decirme? ¿Hay un Charmeleon ahí?

O tal vez intentaba decirme que un Charmeleon había hecho aquello.

Zorua niega enérgicamente con la cabeza.

-¡Char, char! -A continuación se mete por el agujero agitando las patas delanteras como si cavara o nadara y sale por el otro lado, lanzándose contra el templo, en una representación bastante exagerada de lo que sería un ataque Excavar.

Nadia lo observa fascinada.

-¡Guau, es impresionante!

-¿Un Charmeleon hizo eso? Quizás es el causante de la fuga de Celebi...- Dije pensando en voz alta, entonces miré a Zorua a los ojos.- ¿Puedes encontrarlo?

No sabía cuanto tiempo hacía de ello, pero quizás quedara algún rastro que seguir... No me limité a darle trabajo a mi pokémon, sino que yo también busque alguna pista del rastro del pokémon, no creía que muchos pokémon de fuego pasaran por ahí, quizás si hubiera una ruta más chamuscada...

Observando el suelo con detenimiento y haciendo gala de su arsenal de habilidades de investigador, Zero descubre una huellas... De hecho, un montón de huellas. El suelo está pisado y removido, tanto que es casi imposible decir cuántos humanos y pokémon han pasado por ahí recientemente, o de qué especie eran los pokémon. No es que haya pasado una multitud, pero es difícil saber si solo eran uno o dos dando muchas vueltas o eran una docena.