Partida Rol por web

Mavs escuchaba pensativo a sus compañeros y se dio cuenta de un detalle.

-¿os habeis fijado en que en el video nombra a otros 2? Aqui faltan cadaveres... y es posible que se puedan encontrar en las inmediaciones.

Se dirigio a los cadaveres y comprobo de nuevo los nombres del uniforme y las batas.

¿Donde coño estas Jhon?

Tras esto los registro a conciencia, esta vez en busca de documentos, informacion, etc y sobre todo en busca del Raerum, que aun no sabiendo que narices era, suponia que seria algun tipo de codice o librillo.

-Bien, bien, bien, la situación es acojonadamente jodida, eso ya lo sabemos, que podemos hacer… que podemos hacer?... comportarnos como blancos y sentarnos a ver películas, eso es lo que haremos, alguien trae palomitas? Olvide las mías del otro lado de esa puerta- Bings estaba siendo peculiarmente sarcástico, aunque eso no era raro. Seguía aferrado a sus armas como si eso fuera su única esperanza de sobrevivir. En el fondo también quería ver las cintas y no es que tuviera otra cosa mas importante que hacer dada la situación, sin embargo era natural en el comportase de esa manera, sobre todo tras los recientes acontecimientos.

-No...no me hab...había fijado... -dudaba Baronetti cuando Mavs se percató de más suspuestos sujetos.

Seguía con el dedo apretado buscando la escena que quería ver.

Mientras Mavs revisaba nuevamente los cadáveres sin encontrar nada nuevo - y mucho menos un libro - el impulsivo Baronetti pulsó el botón para ver la escena. Estaba claro que faltaba un cadáver. Efectivamente el científico había mencionado tres nombres y sólo había tres cadáveres, incluido él mismo.

En ese momento en la pantalla apareció el rostro del científico.

- Creo que el cubo nos está utilizando.- el hombre miró por encima del hombro como si realmente el cubo pudiera escucharlo - Es decir... No está hecho para nosotros. Quizás no tendríamos que haberlo sintonizado al no entender del todo como funcionaba. Estábamos casi seguros de que se trata de la Clave Magna mencionada en el Raerum Mechanica pero ahora empiezo a creer que nos hemos equivocado. ¿Y si hay más de uno? John afirma que la diferencia en las caras son debidas a la traducción errónea pero ¿cómo iban a equivocarse en la simbología? Me resisto a pensar que los antiguos miembros de nuestra Orden cometieran un error semejante. No. Por eso quizás el nombre sea Clave Magna: ¡existen otras claves! ¿Qué significa eso? ¿Qué sentido tiene? De ser así hay muchas cosas que no hemos entendido correctamente. Me temo que en los Años Oscuros se perdió mucho más de lo que intuimos. Esta pieza nos puede devolver al camino. Pero tiene un precio. Ayer volvimos a soñar con el hombre de los tatuajes. No comprendimos lo que nos decía pero parecía una advertencia... o una amenaza.

Se detuvo un momento frotándose la cara:

- Debemos descansar... pero creo que esta sala provoca algún tipo de radiación electromagnética. Nos cuesta conciliar el sueño y perdemos el sentido del tiempo. No nos atrevemos a acampar fuera por miedo a la Bestia. Sigo pensando que lo mejor es coger el cubo y retornar... pero el comandante espera una respuesta de los altos mandos. Maldita sea... la guerra estallará en cualquier momento y quedaremos atrapados en medio del conflicto. Esto es una locura.

Su mano desciende al panel y la pantalla se apaga.

El sargento repasaba meditabundo la grabación hasta que finalizó.

- Mencionaba una guerra a punto de comenzar. ¿Será la nuestra? - comentó sin demasiado convencimiento. Eso les situaría varios años atrás, sin embargo no había a la vista suministros para aguantar días (ni pensar en meses o años) o restos que señalasen una estancia prolongada (ni corta), ni en ese lugar ni en la zona exterior del templo que habían explorado. ¿Indicaría eso alguna zona que se les hubiera pasado?

- ¡Esto no da respuestas y para colmo provoca más y más preguntas! - se quejó con visible disgusto al tiempo que pulsaba la flecha para cambiar de escena hasta la del calamar.

Morriset no dijo nada, pero permaneció mirando la pantalla con gesto serio. Fruncía ligeramente el entrecejo... Aquél científico había dicho algo que él comprendía bien. Sueños... Habían soñado con el tipo de los alfileres, no cabía duda. Y eso significaba...

- Sargento -dijo por fin-. Procuren no hacer demasiado ruido. Voy a intentar dormir.

Una frase que en otras circunstancias podría haber sonado trivial. Pero Morriset estaba serio como una roca... quizá incluso algo preocupado. Para otros el sueño era un simple mecanismo de escape para la mente. Para esos hombres muertos había sido algo más. Quizá para él mismo, en esa sala, fuese una manera de obtener respuestas.

Morriset fue hasta una esquina, tuvo cuidado de no pulsar ningún botón o palanca y se sentó, poniéndose lo más cómodo posible. Luego cerró los ojos y dejó la mente en blanco...

Mientras veía la grabación y se preguntaba el motivo por el que le habían enviado con tan poca información (y en un grupo tan reducido) si aquí ya habían estado miembros del ejercito, el sargento oyó algo que le dio que pensar. "Me resisto a pensar que los antiguos miembros de nuestra Orden cometieran un error semejante."

¿Sería posible que hubieran "ordenes antiguas" con gente dentro del ejercito? Y todo el secretismo (y falta de información) que rodeaba su misión... ¿podría ser que viniera de otro grupo diferente, no necesariamente dirigido por el gobierno de los EEUU? Aunque pensó tal posibilidad, desistió de seguir desarrollando la idea: la ordenanza militar era clara, un suboficial tenía que obedecer a su oficial al mando, no cuestionarle... pero las circunstancias en las que se encontraba podrían hacer mella en las convicciones más firmes de cualquier persona.

-Pero cabo!, no va a seguir viendo las películas, no?, como, si usted era uno de los mas interesados en oprimir esos jodidos botoncitos; ya se, ya se, sin palomitas no es lo mismo, lo entiendo, he pasado suficiente tiempo con blancos como para entender sus jodidas costumbres.-Murmuro Bings sarcásticamente.

No B...B...Bings... -dijo Barthow mirando a Morriset cómo se acomodaba para dormir-, no has... entend...entendido, co...colega.

Baronetti estaba acongojado, pues incluso sus pesquisas más o menos coherentes en medio de la sinrazón habían de ser digeridas y encajadas en la medida de los posible en la mente de todos nosotros.

-El cab...-dijo el chico en bajito, llevándose la mano a la boca para disimular-, el cabo va a ver a...bue...bueno..., al blanquito de los...los...alf...alfileres...glup...: quie...quiere soñar.

Ahora Baronetti estaba convencido de los poderes del "medium".

Tras esto, se puso a pensar en todo lo que había dicho el científico en la grabación. Realmente le había chocado dos cosas mencionadas: la "Órden" y los "Años oscuros".

-Sa...sa...sargento -comenzó a argumentar Baronetti. Te...te...tengo una teoría...

-(Conciencia): ¿De veras? ¿Y cuál es? Ja Ja Ja...
-(Baronetti): ¡Otra v...v...vez tu, mal...maldit...! ¡¡ejem!!

Parecía como si la conciencia del chico irrumpiese en su lucidez, una vez más.

-Vamos a v...v...ver. Al pa...parecer nos he...hemos topado con una esp...especie de organiz..aci...aci...ación simi...lar a una secta tipo "los Iluminarsus" o "Iluminativus", no re...recuerdo, señor, o pue...pue...puede que sea una consp...conspiración secreta del Ti...Ti...Tio Sam: La Ór...la Órden. Bien. Al pa... parecer es un grupo que to...tomó contacto con es..esos se...seres llamados los Os...Oscuros.

Luego Baronetti se aclaró la voz y se secó la frente.

-Cu...cuando el cientí...fico habla de "Añ...años oscuros", pue...puede que se refi...refiera a la Segunda Gu...Gu...Guerra Mundial, co...colegas... ¿Recor...recordáis en el vi...vídeo anterior cómo revela un con...con...ejem...contacto en 1934 con esos se...seres en Aust...Austr..ralia? Falta...faltaban 5 añ...años para el comienzo de la Guer...Guerra... en el 39. Qui...quizá sean los lla...lla...llamados "A...Años oscuros".

-(Conciencia): Muy hábil amigo, te has ganado mi aplauso ¿lo oyes? Espero que tus reflexiones y teorías no te hagan olvidar tus verdaderos enseres.

-(Baronetti): ¡Cállate! ¡A...Aún digo más!: Se ha hab...hablado de m...m...más estac...iones como essss...esssta... es po...posible que la IIGM aca...acabara con di...dichas bases: ocup...padas como trinch...cheras, o búnk...búnkeres... ¡o centr...centros de comunic...cación!... o quizá quedaronn cubi...ertas por escombros de edif...ficios destruídos por bom...bombas... El nomb...nombre de "Años osc...oscuros" podrí...podría venir de la incom...incomunicación entre di...dichas bases, o con la "Ór...órden"...

Luego tragó saliva.

-Ahora bi...bi...bien, ¿qui..quién creó esas estac...estac...ciones y para qué? He ahí nuestr...nuestras espec...culaciones: salt...os en el tiempo, cont...contacto extraterr...rrestre, nuev...vas armas para las Gue...rras... ¿quien sa...sabe?

-(Conciencia): Me has dejado impresionado hijo. Pero, ¿acaso torturabas tu mente en aquellos callejones humeantes, con quién tu ya sabes, o son fruto de tus historias estas bonitas patrañas, querido?

Cuando Baronetti escuchó esta última frase de su sarcástica conciencia, giró su cabeza, se miró la herida de bala que había impregnado su ropa y con suma rabia intrdujo su pulgar ahondando en ella.

-¡¡¡Aaaaahhhh!!!! -gritó Baronetti- ¡¡¿Disfrutas tanto como yo, maldita perra?!!, ¡¡Uughh!! (susurro de dolor)

Baronetti cayó al suelo hasta quedar postrado de rodillas, con los brazos apoyados en el suelo y su cabeza baja, fruto del dolor. Parecía que su conciencia había dejado, por momentos, de burlarse de él. Claro que a ojos de los demás, Barthow parecía estar autoinfingiéndose dolor sin razón alguna... El motivo: sólo el lo sabía, si es que había alguno... maldito crio.

Baronetti hablaba mientras Morriset se apoyaba en la pared metálica. Quizás fuera el ritmo tartamudeante del muchacho, el cansancio, el efecto sedante del electromagnetismo. ¿Quién sabe? Fuera lo que fuera el cabo pareció dormirse casi de inmediato antes incluso de que Mills levantase el dedo tras haber seleccionado la escena del extraño ser arrodillado...

La escena de la extraña criatura acaparó la pantalla. Mientras el cabo se sumía en su letargo los demás no podían apartar la mirada del monitor. Aquello, fuera lo que fuera, no era humano. Como revelaba la miniatura de la escena se trataba de una criatura con un aspecto vagamente humanoide que tenía una cabeza enorme, amorfa y desproporcionada con respecto al resto del cuerpo. Sus brazos eran en realidad una serie de tentáculos que se movían de forma espasmódica, al igual que sus piernas. Toda su piel era grasienta, parduzca. La imaginación de los soldados le dio un aspecto viscoso pero en realidad aquella piel era más bien árida, seca. Quizás por suerte se encontraba de espaldas a la cámara y por lo tanto no podía verse su rostro.

Se encontraba en una posición que permitía imaginarse a alguien postrado ante un altar. El cubo, en su posición habitual, presidía la escena. Si no fuera por el lugar en el que se encontraban podrían pensar que todo era un montaje, una burda película de la Hammer. Pero no. De alguna manera ellos sabían que todo lo que estaban viendo era terriblemente real. Incluso Bings había dejado de hacerse el gracioso y observaba con los ojos como plato lo que sucedía.

Pero en realidad no sucedía nada. La criatura permanecía postrada ante el cubo delantando su consciencia solamente porque sus tentáculos se movían. Permaneció así un par de minutos hasta que de pronto, de forma lenta y premeditada, cuatro de los tentáculos se elevaron hacia la posición ocupada por el cubo. Lo hicieron lentamente, con cierta reverencia. Aprisionaron la superficie del objeto y pulsaron sobre varios puntos de sus caras. De pronto el curo pareció girar sobre si mismo, como si todas sus piezas fueran móviles. Una luz iluminó la sala, cegando la cámara durante unos segundos.

Al disiparse la figura ya no estaba allí. El cubo permanecía en su posición habitual pero no había ni rastro de la criatura. La grabación, sin embargo, no se paraba. Grababa ahora la cámara vacía con el cubo en medio, desafiante.

¿Qué significaba aquello? O quizás más importante: ¿realmente tenía algún significado?

Morriset se dejó acunar por el sueño. Nunca había sido capaz de controlar su poder pero ahora se le antojaba que si había una ocasión donde debiera intentarlo tenía que ser aquella.

Se durmió casi al instante. Lo último que escuchaba era el ronroneo que emitían las paredes de aquel lugar - ¿se habían percatado antes del continúo ronroneo? - y la voz de Baronetti.

Oscuridad.

Oscuridad.

Luz.

Estaba soñando. Eso era lo raro: sabía que soñaba y aún así no despertaba. Eso raramente le pasaba. Por un momento pensó que soñaba con la sala metálica pero se dio cuenta de que estaba en el templo. Sintió un escalofrío al ver que estaba arriba, fuera de la sala. Y todo estaba iluminado. Iluminado por una luz intensa, blanca. Miraba alrededor confundido. Se percató en ese momento que lo que sucedía era la continuación de su sueño.

Mills estaba junto a él. O apareció de la nada junto a él. No sabría decirlo. El sargento aferró su brazo:

- Lo sabía ¿sabes? Desde que vi al primero en Laos siempre supe que acabaríamos contactando con ellos.

Morriset abrió los labios para contestar pero ya no era Mills quien le hablaba. Era Bings el que ocupaba su lugar.

- ¡Teníamos que habernos ido maldito blanquito! ¡Irnos lejos! ¡Pero vosotros queríais la puta medallita del congeso! ¡Oh joder! ¡Seréis héroes y yo otro puto negro que muere por un país de mierda!

El cabo Morriset se alejó un par de pasos. Demasiado caótico, el sueño era demasiado caótico.

De pronto una voz dijo a sus espaldas:

- ¿Me buscabas? No esperaba encontrar a un Viajero del Sueño aquí... Hay que tener valor para hacer lo que estás haciendo...

Morriset se quedó petrificado. La voz le evocaba el ruido que podrían hacer las arañas correteando por un viejo fallado oscuro. Le recordaba el miedo que siente un niño la primera vez que está en la oscuridad y comprende que sus padres no saben lo que acecha en el fondo del armario. No sabía si darse la vuelta o echar a correr. Estaba sólo. No había ni rastro de sus compañeros. Y de alguna forma sabía que la luz de fuera era mucho peor que lo que estaba a sus espaldas.

-¿Ese calamar acaba de desaparecer?-Musito Mav en medio de la sala.

La luz sin duda era parecida a la que habia visto en el exterior de la sala, pero no creia que hubiesen surgido de fuentes similares. La lux exterior hizo que casi se mease encima, esta solo le impresionaba, pero que diantres... nada tenia sentido demomento.

Mavs cerro los ojos. El habia visto el cadaver de fuera y ahora intentaba buscar similitudes entre ambos. Intentaba recordar, pero la situacion de tension hacia dificil la concentracion.

-Chicos, tengo un par de ideas absurdas si cabe aun mas en nuestra situacion. Ese calamar y el cadaver de fuera sin duda se parecen, pero... ¿y si son el mismo ser?

Mavs estaba decidido a salir de la sala, desenterrar del todo esa momia y traerla dentro denuevo, asi con paciencia podria intentar abrir el traje, o almenos compararlo con el video denuevo, y asi se lo comunico a sus compañeros. Por las caras de los demas supo que si, las 2 ideas eran absurdas, pero tenia que hacerlo, necesitaban respuestas y pronto.

Mills olvidó casi al instante la sorpresa que supuso ver como podía dormir el cabo en semejante situación viendo la grabación. Mientras la veía maldijo por lo bajo el hecho de que no tuvieran forma de saber (que el conociera, al menos) cuándo se hizo, eso habría ayudado mucho a poner las escenas en algún orden. Pero no servía de nada quejarse de lo que había, así que siguió viéndola hasta el final, momento en el que Maverick expuso su teoría. La idea de Maverick tenía mucho sentido. Es más, sólo ahora el sargento pensó en la posibilidad de que no fuera así, de que fueran seres diferentes.

- Por dios, espero que no exista otra cosa como eso de ahí fuera - exclamó refiriéndose a la momia que habían encontrado. Acto seguido siguió razonando en voz alta - Aquel científico dijo que ese cubo podía abrir portales en el espacio y en el tiempo... ¿Viajaría el bicho ese muchos años al pasado? - se preguntó. - Una cosa sí que sabemos, estuvo antes que los muertos del suelo, no salen en el fondo... y esta grabación está aquí, así que seguramente la debieron ver. Con suerte, investigarían sobre ella y dejarían constancia de todo ello... - dijo mientras pulsaba el botón en busca de otra escena potencialmente 'interesante', la que estaba toda la imagen negra, sin dejar por ello de escuchar lo que el resto tuvieran que aportar.

Cuando se levantó, Baronetti continuó apretándose por los laterales la herida para evitar más dolor. Acto seguido, las palabras de Mav le soprendieron.

-No lo se, co...colega -replicó. ¿Pa...para qué qui...qui...ejem..., quieres saber si es el mis...mismo ente qu...que...que el de ahi fu...fuera? ¿qué nos ap...aportaría? Aunque...mmm....

Ahora el chico hiló (quizá de forma totalmente errónea) los dos último comentarios del pelotón:

-Si es el mi...mismo que dice Mav y es lo que el Sarg...sargento dice en cuanto a vi...viajes en el esp...espacio... Quizá ese maldi...to cal...cal...calamar salió de est...este templo al ext...exterior por ese cubo... ¡Por ese cubo!

Sus palabras le daban miendo, aunque eran harto improbables sus suposiciones, aunque ¿quién sabe?

-Mav...Maverick, esp...espera -dijo Barthow extendiendo el brazo en señal de alerta- Vea...veamos prim...ero algu...nas escenas más, y lueg...lue...luego decidir...emo qué, qué ,...qué hacer...

Mientras miraba cómo el sargento cambiaba de escena, el chico se acordó del cubo.

-Sarg...sargento... no creo que es...esta grabaci...grabación sea anteri...anterior a la muer...te de los científicos... ¿po...po...porqué? Si los cient...científicos vieran có...cómo manejó el cubo ese asqu...eroso calamar sab...sabrían como ma...manejarlo. Sin emb...bargo en las otras esc...escenas decían no saber có...cómo manejarlo... digo yo...

Luego, el brazo extendido del chico en posición a Mav le instó a que mirase la siguiente escena, la cual sería elegida por su superior.

Morriset respiró el aire de aquél mundo onírico a grandes bocanadas, intentando tranquilizarse. No podría decir si realmente allí había aire o algo parecido... pero llevaba soñando muy poco rato y aún se comportaba como si estuviera en el mundo real.

Había cruzado la frontera, y era consciente de ello. La sensación era extraña, y tenía la impresión de haber hecho un viaje muy largo que no podía recordar. Y entonces, aquellas visiones de sus compañeros. ¿Qué significaban? No tenía respuesta. Y esa voz repugnante...

Viajero del Sueño... Eso era. Y sí, tal vez había que tener valor.

Poco a poco, decidió enfrentarse a esa voz. Quería respuestas. Necesitaba respuestas. No se volvió, pero habló con una voz tan clara como pudo:

- ¿Quién eres? -preguntó.

El cursor se detuvo sobre la siguiente escena mostrando la oscuridad. Se oía algo de fondo. ¿Estática? No. Afinando el oído todos se dieron cuenta de que eran gemidos. Lejanos.

De pronto la pantalla sufrió una interferencia y apareció un rostro en primer plano. ¡Era el individuo de los pinchos en el rostro! Desapareció tan rápido como apareció. Un flash y en medio de todo aparecieron varios niños. Estaban en una sala totalmente distinta pero también aséptica, como si fuera un laboratorio. Su situación era penosa: extremadamente delgados, casi moribundos. Uno de ellos miró hacia la cámara ¡y no tenía ojos en el rostro! No es que se los hubieran arrancado... era simplemente que no tenían globos oculares: la piel lisa ocupaba ese espacio. Se oyó la voz del científico de las grabaciones: ha sido otro error... otra fórmula incorrecta... ¿qué ha fallado?

Nuevamente oscuridad. Vuelve la imagen pero como si se sintonizase mal. Se oyen gritos. Una mujer se arrastra por el suelo en medio del desierto. Parece que la grabación se hiciera desde el punto de vista de los ojos de alguien. Alguien que lleva una pistola. Una voz grave parece disculparse: lo siento Edith... no es personal... sólo son órdenes.... Un disparo. Negrura.

Una habitación. Quizás una biblioteca. Nuevamente la sensación de que la cámara es lo que alguien ve a través de sus ojos. Un hombre atado a una silla. Muchos libros. El hombre está consumido... es una momia. Pero mira para la cámara y abre los ojos. Gime. Otra voz distinta: no... hasta que me lo cuentes TODO no saldrás de aquí... sabías como sería esto Ralph... tú me obligaste...

Negro. Gracias a dios la pantalla permanece en negro ahora...

La voz contestó a sus espaldas:

- Mi raza ha vivido en los Sueños desde el comienzo de los tiempos de la Humanidad. Eres un Viajero... el otro grupo también tuvo a uno. Este lugar atrae las fuerzas más poderosas... No importa que soy. Importa el mensaje. ¿Quiénes son los Ocultos? El Cubo no les pertenece... ellos sólo aprendieron a usarlo. Me rigen las reglas de Oniros... piensa tu pregunta, Viajero... sólo una pregunta por Viaje, sólo una respuesta con más preguntas por contestación... Así es como se teje la madeja, así es como se anda el camino...

Morriset no podía creer lo que oía. Se esforzó en pensar, rápidamente, como si algo lo apremiase. Pero estaba a salvo allí, al menos de momento. ¿El Cubo no pertenecía a los Ocultos? Aquello era sin duda una revelación interesante y trascendente, pero no se le ocurría qué uso podían hacer de ella. Para su situación, no era más que una mera curiosidad... Aunque le habría gustado decírselo al científico del vídeo, sólo para ver su reacción.

Pero entonces la voz dijo que sólo tenía derecho a hacer una pregunta en ese Viaje. Aquello le alarmó y estuvo a punto de cuestionar a la voz por qué razón sólo tenía derecho a una pregunta. Llegó a abrir la boca... pero se contuvo a tiempo.

"Maldita sea" -pensó.

Entonces respiró hondo una vez más, o simuló hacerlo. Podía preguntar tantas cosas... demasiadas cosas. Podía preguntar por el Cubo, saber qué era exactamente y satisfacer su curiosidad. Pero debía pensar también en la vida del grupo y quizá esa voz pudiera decirle cómo salir con vida de aquella jungla. Pasó un largo rato meditando... intentando decidir cuál de las decenas de preguntas que tenía era la apropiada. Finalmente, cerró los ojos y se decidió. Tal vez no fuera la opción más inteligente, pero...

- ¿Qué debemos hacer para salvarnos?

Y así era. Morriset se moría de ganas de saberlo todo sobre los Ocultos, sobre el Cubo y sobre los científicos. Quería saber qué hacían símbolos sumerios en aquél templo, qué eran las momias, los monos y los astronautas deformes, qué significaba y por qué era peligrosa aquella luz. Pero se dio cuenta de que en el fondo lo que más le importaba, como seguramente a todos sus compañeros, era volver a casa...

Así que hizo la pregunta tragando saliva, esperando poder volver con la respuesta que les sacase de aquella trampa en la que se habían metido. Y ya sin miedo, abrió los ojos y se volvió hacia la voz...

Se giró hacia la voz. No sabía que era exactamente lo que esperaba ver ya que por el sonido de la misma se temía lo peor. En lugar de ello se encontró a un hombre alto lleno de tatuajes. No había nada terrorífico en él, quizás sólo en su mirada apesadumbrada, que parecía ver más allá de lo que Morriset preguntaba. Los tatuajes cubrían todo su cuerpo, incluyendo la cara. No era el individuo de los pinchos que habían visto en el vídeo. Allí, en la oscuridad, parecía casi humano. Pero la oscuridad ya lo iba engullendo, iba desapareciendo mientras contestaba:

- La salvación no existe para vosotros pero las respuestas están en no cometer los mismos errores que vuestros antecesores. El tiempo apaga las llamas y el fuego destruye la carne. La salvación sólo es parte de la Mentira.

Morriset contemplaba impotente como aquella especie de Esfinge desaparecía engullido por la oscuridad.