Partida Rol por web

Aquí no hay nada era obvio pero de alguna forma quiso romper el incomodo silencio. "Ron" se adelantó y entró. Se puso a buscar en los cajones y en los armarios y tambien buscó un sitio donde echar una meada. ¿Donde diablos estamos? pensaba en voz alta ¿Habrá mas gente aqui como nosotros? se imaginó que, quizás, habría otros tipos que habian despertado como ellos en habitaciones así. Sin recordar nada. Puede que tuvieran garras en las manos también u otros poderes como echar fuego por la boca. ¿Que habría pasado? ¿Habia acabado el mundo y solo habrían sobrevivido un puñado de mutantes? Mientras meaba se imaginó un nuevo orden mundial. Un amanecer mutante gobernado por un presidente de dos metros y cuatro brazos capaz de doblegar mentes con un simple chasquido de sus dedos.

Desearía saber qué pasa por la cabeza de Ron mientras orina en la esquina, pero aparentemente mis capacidades son otras ¿Qué carajo ha pasado aquí? ¿Por qué nosotros?

A simple vista no hay nada de interés así que procedo a auscultar la puerta enfrentada con la que acabamos de abrir para ver si realmente late algo allí dentro. Toda precaución es poca.

Nada. Lo que era al mismo tiempo bueno y malo. No había otro bicho a punto de saltar sobre nosotros pero tampoco habría algo distinto a lo que había en la habitación inicial donde estábamos.

Cuando caí en cuenta en lo que estaba haciendo Ron, rodé los ojos. ¿No se había dado cuenta que la puerta a los baños estaba más adelante?

Seguí tras Bob hacia la otra puerta, atenta a lo que podría pasar.

Las primeras cajas que abres no tienen nada de interés dentro, pero terminas hallando una o dos más pesadas, y al abrirlas te llevas agradables sorpresas.

Empiezas a admirar tu hallazgo, que te viene como agua de mayo. Definitivamente deberías avisar al resto, aquí hay un filón. 

Y de repente, un borrón blanco como la nieve se abalanza sobre ti desde los restos del montón que has estado revolviendo.

Dejáis a "Ron" aliviándose y os encamináis hacia la habitación de enfrente, llegando justo a tiempo para ver al joven admirar algo que tiene en sus manos entre una barahúnda de cajas...y ser atacado por una criatura salida de la nada, vagamente parecida a un ser humano pero completamente calva y blanca como la leche. 

Definitivamente debías de llevar mucho tiempo sin vaciar la vejiga, pero mientras te aliviabas con la camisola remangada sobre un ¿cubo? (no estás muy seguro, pero es un receptáculo y está vacío) abandonado en un rincón de la habitación y hacías cábalas sobre tu situación y el nuevo orden mundial, parece que tus compañeros te han dejado solo con tus pensamientos. 

Se subió la cremallera y se giró. !Joder! Los otros dos se habían esfumado. Primero pensó en que podía tratarse de más poderes mutantes. La invisibilidad, el teletransporte o, quizás,  el cambio de dimensión. Pero luego supuso que, lo más probable, era que hubieran tirado para otro sitio mientras meaba. Ron fue hacia la puerta y la abrió. Asomó el pescuezo por el pasillo sigilosamente a ver si veía a alguien. 

Al ver al tipo silencioso ser atacado pro la espalda me preparo para atacar a aquella calamitosa criatura blanca. Sin tan siquiera pensarlo mi brazo vuelve a tornarse en ese extraño filo oseo mientras me avalanzo hacia delante...

Parecía que el chico ojerizo había tenido más suerte que nosotros, pero había atraído el interés de otra criatura. Esta parecía... más humana, si es que realmente se podía decir eso de la figura calva y pálida. -¡Chico, abajo!- Dije, viendo cómo Bob se adelantaba. Miré hacia los pies de la criatura, y me lancé en su dirección para intentar hacerle una zancadilla.

Según os asomais veis al enclenque chaval  rebuscando entre las cajas, cuando es atacado por un bicho enorme que le acaba tirando al suelo. Ahí está, intentando zafarse del bicho que tiene encima mientras dice: - ¡Joder, otro más!

Forcejeo con la criatura blancuzca tratando de apartarla del joven antes de intentar atacarla abiertamente.

Con vuestros esfuerzos combinados, conseguís arrancar al engendro de la espalda del ya herido joven, estrellándolo contra una estantería, lo que lo deja ligeramente aturdido.

Visto (¿o vista? no sabríais decirlo) con más atención, tiene un aspecto inquietante. Se parece a un ser humano, tiene brazos, piernas, cabeza, tronco, pero no tiene ojos, sólo un ligero hondilón cubierto de piel. Ni pelo de ningún tipo. Sólo una piel blanca, tan clara que casi brilla, interrumpida únicamente por una boca abierta, dentada, como una peligrosa cremallera.

Su aturdimiento parece una oportunidad para acabar con ¿eso?.

El joven sigue forcejeando con el bicho. A base de golpes intenta quitárselo de encima, pero parece que no es muy efectivo...

En el caso de que un bicho así hubiera atacado a alguien delante de él hace una semana, Ron hubiera salido huyendo  sin mirar atrás. De acuerdo. Sí. Era una escena llena de interrogantes y suposiciones. Era bastante improbable suponer que un monstruo se paseara por las calles. Ni siquera sabía si se llamaba Ron. Pero fuera como fuese, las cosas habían cambiado. Ahora era un puto y poderoso mutante. Ron corrió a ayudar a su nuevo colega.