Partida Rol por web

—No, no es el mejor de los momentos —responde Riza con amabilidad forzada—. Pero toma nota, apúntalo en alguna parte y luego vienes y se lo preguntas, cuando estemos más tranquilas.

Lyn se adelanta y se pierde de vista, sólo se oye el ruido de sus pasos a toda prisa por entre la vegetación. No da con nadie ni oye nada más, así durante varios segundos, hasta que, luego de lanzar su primer relámpago, se siente de nuevo el cascabel.
No está más en la distancia, sino que se acerca, muy velozmente. Lyn nota entonces un destello entre las hojas y consigue evadir justo a último momento un cascabel que pasa como proyectil, rozándole la mejilla.

Mientras Keira intenta ubicar a los enemigos, descubre que viene un cierto perfume particular que recuerda de la hora del almuerzo. El problema es que no proviene del mismo sitio que el ruido del cascabel, sino de más o menos un cuarto de giro hacia la derecha.
—¡Cuidado!
Luke se interpone delante de Keira y alza su escudo. En él choca una aguja tan fina que es casi invisible, con un cascabel atado a ella, que se desvanecen luego de haber sido interceptados. En este momento, la pelirroja se acuerda de algo demasiado evidente y que le cae como una pedrada al cerebro.
—¿Esa es la magia que hacen ellos? ¿Ya nos están atacando de nuevo?

—¿Y por qué ese cascabel no hacía ruido?

Los muchachos escuchan atentamente a la explicación de Lakyus, quien cuando baja la vista para seguir trasteando con su móvil, descubre que ya no está en su mano.
Todos se quedan mirando al muchacho de pelo plateado, sin saber qué decir, ni mucho menos qué hacer. Así cuentan unos cinco segundos en silencio.
—Te han censurado —comenta Masaharu con tono jocoso.

De pronto se oye un trueno en la lejanía, todos giran de golpe la cabeza en esa dirección, desde donde inconfundiblemente vino el ruido.
—Ey, ¿esa no será...?

—¿Lyn? No hay pronóstico de tormenta, así que debería tratarse de ella.

—O podría ser una trampa.

Simon se agarra la cabeza, dando un pisotón.
—¡¿Puedes dejar de hacerme dudar?!

—De cualquier forma, es la única pista que tenemos.

Me quedo de piedra al ver que el móvil de Lakyus ha desaparecido sin más, y pienso con horror si llega a pasar eso con mi consola portátil cuando me escaquee. ¡Esta academia es una verdadera pesadilla!

Salgo de mis pensamientos sumidos en la terrible posibilidad de perder mi entretenimiento de bolsillo al escuchar el sonido de un trueno. Alzo la mirada y compruebo que no hay nubes de tormenta en el cielo.

—Si es Lyn quiere decir que está dándolo todo, quizás en serios problemas. Trampa o no, solo podemos ir hacia allí para evaluar la situación. Recordad que nuestro líder está con ella y sería un fastidio perder por no ir. Aunque ir después de esto también me parece un fastidio, pero... detesto perder.

Dicho esto me dispongo a ir hacia el origen del ruido del trueno. Obviamente mi plan será el de acercarme con cautela y observar escondido para comprobar cómo está el tema.

Mi ceño se frunció mientras miraba mis manos vacías antes de escuchar a Masaharu.

—Bueno, al menos es una confirmación efectiva para saber que nos están observando… Espero que luego me lo devuelvan.—No mencione que tenia un móvil de reserva en el bolsillo trasero del pantalón ya que si lo sacaba sabia como acabaría la cosa.—Pues hay que pensar otra forma de…

El sonido interrumpió mi frase y mire a mis compañeros.

—Pues ya no hace falta. Vamos hacia allá. Lance, quédate oculto cuando lleguemos, si no te ven pensaran que eres el líder y que es a quien tienen que buscar.—Explique a mi compañero.—El resto nada de dudar o cuando esto acabe le diré a Selina que os teletrasporte a clase… y viendo cómo funciona no aseguro que la ropa llegue con vosotros.

-¡J*der!- Ante el cascabel asesino Lyn saltó a un costado rápidamente sin poder evitar que cortara su mejilla, aunque esperase que la fuente del ruido se acercara no estaba en sus cálculos que fuera un ataque y para colmo otro distinto desde el lateral estaba sucediendo sobre sus compañeros.

-Más o menos…¡por ahí!- Incluso si el enemigo no se había mostrado no era el momento de quedarse parado, necesitaba sacarlos de donde fuera que estaban por lo que una vez recuperada la postura, la katana se balanceó intentando desperdigar rayos en área de donde había venido el ataque, buscando sacar a quien estuviera allí de la sombras...

- Me cagüen, no ha hecho ruído porque la vice está con el atacante. No nos podemos fíar de lo que escuchemos estando ella cerca.

Una segunda aguja vino volando en mi dirección. Al no contar con suficiente tiempo como para enfrentarla de cara como solía hacer, traté de esquivarla, pero en su lugar se me clavó en el hombro izquierdo. Afortunadamente, la barrera había atenuado bastante el impacto, pero eso no quitaba que doliera como un condenado. Respiré profundamente, antes de canalizar el dolor.

- A la mierda... ¡AL SUELO TODO! - grité aumentando drásticamente el peso de todo lo que había en la dirección general de donde venía el perfume.

Aunque Phoebe hubiera podido escapar, los árboles definitivamente no podían, y semejante incremento de peso no tardaría en pasarles factura, por no mencionar que casi de inmediato multitud de ramas empezarían a quebrarse y caer fuertemente contra el suelo.

—¡Aya!
Primero van cayendo las hojas, luego las ramas más pequeñas, hasta que quedan solo troncos pelados, como si fuera un paisaje de columnas. Incluso algunos árboles más delgados y otros que no estaban del todo verticales caen al suelo. Phoebe estaba escondida en uno de ellos y se precipita también.
—¡Eso ha sido notablemente exagerado! —le grita a Keira desde donde está, a unos cuantos metros desde la dirección del viento. Pero no tiene tiempo a quejarse más, puesto que Lyn se pone como loca a lanzar rayos en una amplia zona alrededor de donde ocupa la vice, obligándola a esforzarse en esquivar para no acabar achicharrada.
—¡Presi! ¡Los otros están distraídos! ¡Ahora!

—¿Eh?
Es tarde cuando Selina oye otro cascabel y nota que tiene uno clavado en su mano.

Las agujas no parecen doler. Keira, que recibió una en el hombro, se la quita enseguida sin problemas y sin sentir nada. Pero Selina no llega a hacerlo a tiempo.
—A...¡ah! ¡Mi brazo! —exclama asustada cuando su extremidad se empieza a mover por su cuenta, torciéndose hacia atrás y forzándola a quedar en el suelo.
—¿Qué carajos?
A Riza le llegan dos agujas que rechaza con su guadaña, mientras que Victoria y Luke bloquean otras más.

De pronto, Suzune aparece caminando desde una distancia prudencial. Viendo que se ha acabado en gran parte la vegetación, ya no tiene tanto donde esconderse.
—Están presenciando el poder de mi magia, Master of Puppets.
—¡Ahí está! —Riza arremete a la presi sin terminar de oír lo que dice, pero es bloqueada por una persona que aparece desde detrás de ella.
Eri, que aún está inconsciente, se interpone entre ambas, en una postura enclenque que parece que se estuviera sosteniendo desde sus brazos y piernas por un hilo invisible.
—Donde mis agujas conecten con sus extremidades, dejarán de ser suyas.
Diciendo esto, lanza un par más y le dan de lleno a la sorprendida Riza, una en cada brazo. Aparecen entonces más hilos y la criada deja de poder moverlos a voluntad.

—¡#$@%&!

—¡Ey, que de ti no me olvido!
Súbitamente aparece Phoebe cerca de Lyn, a quien apunta a bocajarro con sus pistolas parabólicas, aprovechando que se distrajo un segundo con Suzune. Al disparar sale una onda expansiva que la empuja hacia atrás con fuerza excesivamente violenta.

Tras moverse unos minutos entre la espesura, descubren una zona que enseña un panorama extraño. Todas las hojas y ramas de los árboles están en el suelo, mientras que de ello sólo quedan los troncos verticales de algunos todavía erguidos, formando lo que se asemeja a un paisaje de columnas.

En el centro pueden ver a Keira y a Lyn, acompañadas de Victoria, Luke y Selina. Luke y Victoria están cubriendo a Keira, el primero con su escudo y la segunda proporcionándole una armadura luminosa. Selina está de rodillas en el suelo, con un brazo a la espalda, como si algo o alguien invisible la estuviera sujetando. Riza está más adelante, encarada a la presidente Suzune.
Mientras la sirviente está gritando improperios, furiosa, la otra permanece inalterada y con su sonrisa tranquila. Entre las dos hay otra persona, bloqueando los ataques de Riza y moviéndose de manera extraña al hacerlo.
De pronto, Phoebe sale de la nada, abalanzándose sobre Lyn y disparándole a bocajarro con su pistola parabólica. Genera una onda expansiva que la empuja violentamente.

Nos acercamos con cautela al lugar donde están nuestros compañeros, y vemos que aún siguen en pie pero es obvio que necesitan una ayudita.

—Eehm... ¿puede a alguien escapársele en voz alta que debo mantenerme escondido para que no vayan a por mí? Para que se vuelvan locos buscándome o, al menos, distraerlos. Y no os preocupéis, que no me encontrarán— digo rascándome la mejilla como si de un comentario normal se tratase, antes de crear un escudo de energía de forma disimulada cerca de Phoebe para estorbarle.

Espero a que mis compañeros hagan lo que dije para ocultarme como bien sé y estar listo para repartir escudos entre mis compañeros, estando especialmente atento para cubrir a Keira.

Aun oculto entre los setos fruncí el ceño ante la situación que teníamos frente nuestra. Mi mirada estaba fija en la presidenta y en como actuaba así que cuando Lance hizo su propuesta simplemente asentí.

—Masa, Jul, ocultaos vosotros también para que no sospechen. No dejaríamos al líder solo. Simon, dale a Lance tiempo para ocultarse y haz lo que mejor sabes, llama la atención de todos.—Propuse aun ocultándome.— Yo intentare hacer un tiro limpio desde aquí… Lilian, quédate conmigo por favor.

Era plausible que todo aquello no sirviera y supieran ya quien era el líder de nuestro grupo, pero no era mala idea intentar hacerlos dudar. Con el plan ya trazado y todos en movimiento me gire hacia Lilian.

—No voy a usarla, pero…si esa grieta se sale de control de nuevo… ¿Podrás cerrarla?—Pregunte a la joven mientras mis manos agarraban con fuerza las pistolas, los nudillos empezaban a estar blancos. Era evidente que estaba molesto por algo.—No tengo claro cómo funcionan estas cosas y no me quiero contener con alguien que usa a sus compañeros caídos como simples marionetas… pero temo que se salga de control.

Mientras esperaba una respuesta por parte de Lilian empecé a tumbarme en el suelo. Lejos de la actitud relajada y amigable habitual en aquel momento mi rostro expresaba todo lo contrario. El enfado era evidente.

No iba a intentar acercarme, dispararía desde esa misma posición. Así mientras me tumbaba en el suelo note como las pistolas que sostenía vibraban levemente como si ejercieran algún tipo de presión. Sentía una pequeña fuerza entre ellas, como si de un imán se tratara intentando que se juntaran.

Confundido durante un momento finalmente agite la cabeza negativamente, no era el momento de experimentos. Guarde una de las pistolas en la cartuchera y con ambas manos apunte con solo una de ellas. Una pistola no era precisamente la mejor arma para disparar a distancia, pero era lo que tenía…

Estaba preparándome cuando la pistola que había guardado salió de la cartuchera cayendo al suelo haciendo que la mirada durante un momento…. ¿Podría ser que…? Con cuidado acerque una pistola a la otra viendo como el cañón de una encajaba en la parte posterior de la otra quedándose unidas. Ahora entendía por que ambas pistolas no eran iguales, estaban pensadas para encajar una con la otra.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando intente retirar la pistola que había encajado en la parte de atrás y en vez de desengancharse el cañón se alargaba haciendo que el conjunto tomara la forma de un rifle. Me quedé mirando atónito las dos armas juntas antes de mirar a Lilian.

—¿Ves? A esto me refería, ni si quiera sé que hacen.—Agité la cabeza mientras volvía hacia mi arma y empezaba a apuntar con calma.

-Oh mierda...-Desviar la mirada hacia la presidenta demostró ser un error fatal cuando ambos cañones  la apuntaron a quemarropa. La situación de peligro acelero los pensamientos de la samurai al máximo, su mente procesaba sus opciones a cámara lenta pero daba igual, no había margen para esquivar o cubrirse, concentrarse en su barrera y apretar los dientes era todo lo que restaba antes de sallir despedida al otro lado del claro, por suerte, sin chocar con ningun arbol...

-Nota mental, no dejar que se acerque tanto...- Levantándose mientras se tambaleaba era claro que aquello había dolido, y más claro aun que otra como esa y acabaría fuera de combate, por si fuera poco sus aliados se convertían poco a poco en sus enemigos. Por el momento tendría que apretar los dientes e ignorar el dolor. - De repente estamos bastante jodidos... asique con vuestro permiso centrare la atención en la VIP.- Como si se tratara de una bala, Lyn salió disparada hacia Suzune con la intención de cortar su barrera en único y veloz tajo pasante.

Cuando la controlada Riza se abalanzó sobre mi, estaba claro que Suzune no tenía un buen control sobre ella. Al verlo, lancé mi martillo al aire y, con un paso al frente, agarré a la criada por la parte de la ropa que cubría su estómago, quedando mi cabeza al lado de la suya.

- Estás a punto de ser un proyectil - le susurré a Riza -, te recomiendo concentrar la barrera a tu espalda ahora para amortiguar el impacto. Luego cuando me veas atacar, concentrala en el último momento en tu costado izquierdo, haré un barrido.

Dos pasos mas adelante para ganar momento y reduciendo a 0 el peso de Riza, la tiré contra la presi. Realmente ese no era mi ataque, si bien esperaba que el choque de barreras pudiera debilitar la suya un poco, o al menos distraerla para no poder concentrarla contra el ataque real.

- ¡No prometo que esto no vaya a doler! - grité aparentemente hacia la presidenta, pero en realidad estaba avisando a Riza.

Entonces mi martillo volvió a caer, más lento de lo que cabría esperar debido a que había reducido a su peso, y en cuanto tocó mis manos volvió a su forma enormé, que rápidamente arrastré hasta llegar a la altura de Suzune. Parando en seco convertí todo mi movimiento en fuerza angular para mi martillo, a la cual sumé toda la que mis brazos podían ofrecer con tal de quebrar su barrera.

La pistola de Phoebe dispara y Lyn se prepara para recibir un fuertísimo impacto, pero no ocurre nada. Cuando mira, nota que hay un campo de fuerza brillante interponiéndose entre las dos, formado por una de las bolas flotantes de Lance. El chico se ve por ninguna parte.

—¡AAAAAAAHH!
Un grito poco masculino interrumpe todo, para acto seguido salir Simon de la nada, corriendo y atravesando el campo de batalla, completamente descolocado, como si hubiera visto una aparición o algo.

—¿Eh? ¿Q-qué? —Riza, sorprendida, no evita a tiempo que Keira la agarre de la ropa—. ¡Espera!
Y es lanzada hacia Suzune, que, si bien no abandona su porte elegante, parece estar igual de confundida. En ese mismo momento, el martillo de Keira incrementa varias veces su tamaño y ella se prepara para realizar un último ataque.

Lakyus se halla escondido en la distancia, donde aún queda algo de vegetación. Ya no tiene pistolas en sus manos, sino un rifle, algo más grande que la combinación de ellas, de aspecto más estrambótico también. Lilian está con él, mirándolo asustada. A la vez que sucede todo esto, ese rifle se pone a vibrar violentamente, se sacude, casi intentando escaparse de las manos de Lakyus, hasta que de él sale un disparo enorme.
Es una ráfaga de luz negra y blanca que barre en línea recta todo hacia adelante, hasta llegar a una asustada Suzune que estaba recibiendo además el impacto del martillo de Keira. Se produce el choque y ni siquiera tiene tiempo a gritar, ocurre una explosión con un sonido distorsionado que rompe oídos y tanto la presi como Eri, que estaba siendo controlada por ella, desaparecen. Sólo quedan sombras en el suelo, como marcas, con las siluetas de las chicas.

Simon se detiene, dejando de fingir idiotez, para volverse en dirección al evento. También salen Jules y Masaharu de entre los árboles.
—Q-qué carajo... —murmura Luke, espantado, señalando hacia dodne ocurrió la explosión. Ahora hay una grieta plateada en el aire, como si fuera una brecha en la realidad, que se abre cada vez más.
Lilian oprime los puños y los dientes detrás de Lakyus.

De la grieta salen más haces de luz blancos y negros que barren el suelo.
—¡Cui...! —Luke empuja a Keira para evitar uno de esos rayos, desapareciendo en el acto y dejando otra sombra detrás. Su escudo cae al suelo y se desvanece.
Selina también es alcanzada y sucede lo mismo.

Victoria está ojiplática, con la boca abierta, incapaz de gesticular algún sonido. Riza no se encuentra muy diferente, incluso se le ha quitado su petulancia.

La grieta se abre más y de allí cae algo, de figura humanoide, pero bastante más grande y pesado. Parece un robot, con el cuerpo blanco e inscripciones escritas en rojo en el pecho. Su cabeza no tiene cara, solamente un foco luminoso que parece como si observara fijamente.
—להדביר פולש
No tiene boca, pero de alguna parte de su estructura salen sonidos irreconocibles mientras mira en diferentes direcciones, hasta que su mirada se posa en Lakyus. Allí su ojo cambia a un color rojo intenso y brilla todavía más.
—Laאזניus —Se entiende ahora parte de lo que dice, como si se tratara de otro idioma y no sonidos robóticos aleatorios. Luego de pronunciar esa palabra echa a correr a toda velocidad hacia el muchacho.

De la grieta siguen cayendo más de estos, hasta que ahora ya tiene varios metros de diámetro y se puede ver hacia el otro lado. Hay un cielo anaranjado, como si fuera un atardecer, y una ciudad blanca en el fondo, con una arquitectura nada parecida a la presente en ningún libro de historia conocido.
Lo último que sale de la grieta es ahora una persona. Es una muchachita menuda de pelo plateado y ojos color rubí, no aparenta llegar a los quince años, vestida con un leotardo y armadura de alta tecnología, o que al menos es desconocida por ustedes. Se queda flotando justo delante de la brecha.

A su espalda flota también una especie de criatura robótica, difícil de discernir si es biológica o no. Uno de sus brazos es un cañón del tamaño de una persona, con el que apunta a uno de estos gólem y le dispara un potente rayo rojo que lo vaporiza. La niña observa uno por uno a los gólem, ignorándolos a ustedes.

Masaharu y Jules se intentan interponer al gólem que corría hacia Lakyus, pero apenas están pudiendo contenerlo. Mientras tanto, otros más también han visto a Lakyus y corren hacia él enfurecidos, repitiendo constantemente las mismas palabras pronunciadas por el anterior. La niña lo ve también y se queda paralizada, dejando de disparar.

—Señores, hace rato que ha dejado de ser prueba esto —comenta Simon, temblando de pies a cabeza—. Qué fastidio, diría Lance, ¿eh? ¿eh? 
Y se le escapa una risa floja, por no saber qué más decir o hacer.

Lilian entonces se adelanta, evadiendo con agilidad a dos gólem, y se acerca a la brecha. Estira los brazos y hace un gesto de como si cerrara unas puertas enormes invisibles delante de sí. La brecha entonces se encoge y se cierra, desapareciendo completamente. Mira hacia atrás, nerviosa y jadeando agitada; luego tiende de nuevo su mano y se abre otro portal delante suyo, metiéndose dentro. Antes de que se cierre, pueden observar un laboratorio allí dentro, con instrumentos y tecnología actual.

—¡Pues yo me piro! —grita Phoebe, más pálida que un rollo de papel higiénico, y echa a correr.

Cuando veo la grieta tan bestia que ha provocado Lakyus salgo de mi escondite y lo observo con expresión estoica.

Pareciera que estoy a punto de decir algo transcendental y épico, como en esos mangas tan guay.

—Vaya fastidio más grande. No pienso arreglar este desaguisado— digo finalmente.

La cosa empeora cuando algunos compañeros empiezan a desaparecer cuando les alcanzan esos haces de luz.

—¡ME CAGO EN...!— grito asustado.

Mi cara es de absoluta sorpresa, pero cambia a terror cuando veo aparecer robots asesinos. Varios recuerdos del pasado me vienen a la mente, recuerdos muy dolorosos. Se parecen mucho a los asaltantes que atacaron Noresya hace unos años, el día que desapareció Hanna. Estoy totalmente paralizado por el miedo y el dolor mientras repaso mentalmente aquellos sucesos.

Un momento. empecé a entrenar y estudiar como un loco para tener poderes e ingresar en esta academia, con el objetivo de proteger a la gente y evitar que vuelva a pasar lo que le pasó a Hana y a algunos de mis vecinos. Al recordar mis motivaciones recobro mi expresión estoica de antes (arruinada por mi comentario, por cierto) y saco todos mis orbes. Además, ha aparecido esa extraña chica que solo parece interesada en acabar con esos robots chungos. Por mí perfecto, ya tengo el plan a seguir: aguantar con mis compañeros detrás con la barrera más potente que pueda hacer.

—¡No os quedéis ahí parados como unos pasmarotes, colocaos detrás de mí!— grito a mis compañeros y a los del equipo enemigo, muy serio y con una actitud extraña de ver en mí. Es como si me hubiera convertido de repente en un veterano de guerra —¡Tú también, Lakyus, ven aquí de una maldita vez! ¡Os protegeré cueste lo que cueste! No permitiré que vuelva a pasar lo de Noresya...

Y me preparo para con sumo cuidado levantar la barrera más potente que pueda crear con todos mis orbes, colocados frente a mí en formación de rombo. Necesito la máxima concentración para ello. Aunque me está costando un poco por esta situación de estrés.

—¡¡¡QUÉ-FASTIDIOOOOOOOOOOOOO!!!— grito con rabia mientras invoco mi escudo para atrincherarnos.

Lyn tarda un rato en reaccionar al echo de no haber salido volando, al ver la barrera de Lance no puede evitar lanzar suspirar aliviada y buscar agradecida a su benefactor convencida de que los refuerzos habían llegado para conseguir la remontada. Desgraciadamente, la cadena de eventos que se sucedió a continuación borró la ilusión y el alivio de su rostro para dejarla estupefacta y paralizada sin saber como sentirse al respecto.

- ¿Qué mierdas acaba de pasar…?

No es hasta que Phoebe lanza un grito mientras sale corriendo que parece despertarse y comienza a pensar en como moverse a continuación. Sin duda no sería difícil imitar a la vicepresidenta, entender que aquello estaba fuera de sus posibilidades y simplemente correr a ponerse a salvo y pedir ayuda… pero para bien o para mal, dejar a sus compañeros tirados y huir con el rabo entre las piernas era algo simplemente imposible para ella.

-Ja, esta bien saber que no soy la única con tornillo suelto.- Tras tomar su decisión y ver la motivación de Lance, una sonrisa forzada y nerviosa se dibuja en su rostro intentando alejar los pensamientos negativos mientras se lanzaba a alcanzar a los golems.

-Bien Raijin, demuéstrale a mami que no eres solo una espada bonita.- Como en respuesta a sus palabras las katanas en sus manos chisporrotean iluminando las hojas, si había un momento para romper el limite y sacar lo que aquellas espadas tenían guardado era ese.

-¡Veamos si podeís pasar tan facilmente!-Mientras murmuraba alguna especie de cantico para concentrarse, un baile caótico comenzó entre las piernas de los golems. Los cortes y estocadas llegaban sin fin, la espada que no podía seguir el flujo del golpe o quedaba atascada ligeramente era abandonada de inmediato quedando clavada en donde fuera o desapareciendo entre chispas mientras una nueva surgía al instante en su mano, los movimientos aparentemente aleatorios usaban como apoyo el suelo, los arboles caido, las espadas caídas e incluso los propios golems en lo que parecía un intento de entorpecerlos o debilitar su parte baja más que de cortarlos definitivamente. 

—Pero… ¿Qué demonios?.—Murmure en voz baja mirando aun el lugar donde la grieta se había abierto y absorbido a varios de los alumnos. 

Demasiado sorprendido para reaccionar mire el arma y las criaturas que habían salido y que por alguna razón me tenían en el punto de mira. Por desgracia para realizar aquel disparo me había tumbado en el suelo y mis reflejos para levantarme no fueron los mejores.

Mi intención había sido el disparar a la presi con todo, pero ese todo había ido mucho más allá de lo que pensé que podría hacer. Durante un momento había pensado que los había matado, pero la aparición de aquellas otras criaturas y esa muchacha me daba la opción de pensar que simplemente estaban en… ¿Otro mundo?

¿Las había mandado a otro mundo? ¿Eso que había visto era una grieta entre mundos? Pero aquello desafiaba toda lógica que conocía ni si quiera era capaz de asimilar que clase de poder podía hacer eso.

Todas las elucubraciones acabaron cuando el rito de Lance se dio, haciéndome reaccionar y levantarme del suelo como podía. Había peligros mayores en ese momento, más tarde averiguaría que era lo que había ocurrido.

Con dificultad salí corriendo hacia Lance mientras cargaba el rifle al hombro. Demonios, aquella cosa era mucho menos manejable que las pistolas

- Espera un momento. Nonononono - perdí toda serenidad en cuanto la presi desapareció -. Me cago en la puta, ¡no me jodáis que os las habéis cargado! ¡Solo había que romper la barrera!

Pero entonces todo fue de mal en peor. No terminaba de entender la situación, pero cuando cuando el "portal" se cerró aún habían quedado problemas tras de si. La vice había optado por huir, pero en este momento lo ideal era mantener la calma.

- ¡Vicky, haz una señal de alarma! ¡Necesitaremos a cualquier profesor que pueda verlo aquí lo antes posible!

Aunque aquello no significaba que pudiéramos quedarnos sin hacer nada mientras esperábamos. Aún con la forma grande del martillo, me acerqué a los robots que aún seguían ahí. Lyn ya estaba haciendo pasadas para tratar de desequilibrarlos, ahora solo me quedaba a mí dar el toque final con un barrido que los enviara al suelo. Pegué un silvido como señal para que se apartara y sin dudar golpeé las piernas de las criaturas.

La muchachita flotante se quedó mirando a Lakyus, espantada, hasta el momento en que la grieta desaparece tras cerrarse y entonces se lleva las manos a la cabeza. El robot raro que estaba usando como arma se apaga y se desploma ruidosamente en el suelo, pero permanece intacto, y al poco tiempo cae ella también, inconsciente.

Mientras tanto, los gólem continúan la ofensiva hacia Lakyus, pero al ver que los demás intentan protegerlo, arremeten contra el resto también. El primero le da una buena trompada a la barrera que pone Lance, pero no sucede nada. Lance entonces se dedica a formar un pequeño fuerte improvisado con la ayuda de sus esferas, generando escudos que rodean a los que se coloquen detrás de él.

Lyn consigue en principio evadir al par que tiene encima suyo. Son mucho más rápidos de lo que se podría esperar, para su tamaño y forma. También son sorprendentemente inteligentes, pues aprenden de los movimientos que ven y no repiten errores. Han descubierto lo rápido que se mueve Lyn y poco a poco la pueden seguir con mayor eficacia, dando golpes cada vez más precisos.

Victoria seguía paralizada. Sólo al oír su nombre reacciona y asiente a Keira.
—¿Eh? Ah, sí...
Levanta su mano con fuerza y despide un rayo luminoso hacia el cielo, que se pierde entre las nubes. Luego hace aparecer una armadura blanca en su cuerpo y su lanza, poniéndose a ayudar a contener los gólem que ahora se están pegando con Jules y Masaharu.
Simon esquiva a duras penas un golpazo por parte de otro y queda sentado en el suelo, temblando, detrás de Keira.
—No los afecta... —murmura, asustado—. Mi elemento no los afecta. ¡Ah! —Rueda por el suelo para evitar otro puño enorme—. Ayayay.

Cuando otro gólem se prepara para embestir a Lyn, sus pies se cubren de escarcha y cae al suelo al no poder moverlos.
Detrás hay una criatura parecida a un pingüino, pero del tamaño de una persona, con un sable en cada mano...aleta. Le lanza uno de ellos al gólem y el proyectil es rechazado con facilidad, pero entonces el pingüino aprovecha ese instante para arrojársele encima y ensartarlo. Los observa a todos en silencio mientras retira suavemente el arma del cuerpo inerte y va a buscar el otro sable que cayó por allí.

—Parece que el mío sí.
Se oye una voz conocida algo más lejos y desde entre los árboles pelados aparece Rean Schwarzer con su daito en la mano.
—Bien hecho, Catalina IV. Sigamos ayudando a los demás.

Por ahora parece que mis barreras aguantan perfectamente, pero he de estar atento por si Lyn necesita resguardarse para abrirle brevemente una abertura.

La grieta se cierra y la chica del robot que estaba ayudándonos se queda inconsciente.

—Qué fastidio... ¡Vamos, hay que acabar con esa chatarras! ¡Yo seguiré manteniendo una zona segura, así que no dudéis en resguardaros si hiciera falta!

Dicho esto envío una de mis esferas para proteger a la extraña chica inconsciente. No puedo permitir que muera. No va a morir nadie mientras yo esté en pie.

De paso, y viendo que los escudos aguantan sobradamente, envío otra esfera para ayudar a los que están atacando. Especialmente a Lyn, Keira, y Lakyus por si deciden desmadrarse.

-¿¡Maestro, porque estas…como!?- El poder de Keira y la aparición de su maestro llegan en el momento ideal en que los golems deciden verla como una amenaza, facilitando un ágil escape de los ataques a pesar de su confusión por los eventos. – Aghh, hablaremos luego…- Mientras se movía entre aquellas maquinas no tenía el tiempo de estar charlando o preocupándose como y porque estaba Rean allí, aunque era un alivio tener su apoyo, aquello era una situación de peligro y si perdía la concentración iba a lamentarlo de verdad.

-Bien chatarra, subamos la velocidad, veamos si podéis seguir esto- Desequilibrados, dispersos y ligeramente desgastados, era un momento ideal para dejar los golpes de desgaste y realizar un verdadero corte que lisiara a aquellas montañas de metal. Dejando atrás el caótico baile, la samurai frenó bruscamente encarando a un solo rival, solo para acelerar violentamente al instante siguiente y dejarlo atrás con un estallido de los metales chocando. Acto seguido y deteniéndose solo un instante, continuo repitiendo el “duelo” contra los enemigos en cadena, apareciendo y desapareciendo como un fantasma entre ellos, confiando plenamente en que el momento en que frenaba su vulnerabilidad sería cubierta por sus compañeros