Partida Rol por web

Lyn se desplaza a velocidad pasmosa por el bosque, con Keira subida a su espalda. Al poco tiempo, oyen otros pasos y respiración agitada que no son de ella, sino de Riza, que las viene siguiendo desde cerca. Tiene problemas para seguirle el paso a Lyn, pero se maneja.

—El castigo doloroso para la atrevida queda pospuesto —explica Riza entre jadeos—. La prioridad es hallar a Su Alteza.

Y eso hacen. No tardan en escucharse unos sollozos lastimeros provenientes de un arbusto, no muy lejos de donde están. La encuentran hecha una bolita en el suelo, abrazándose sus rodillas. Tiene los ojos hinchados de lágrimas y los dientes apretados.

No hay señales de ningún enemigo cerca.

Me giro hacia Welt, pensativo.

—Hum... pues no sé cuán alto puedo ir con mis escudos, pero siempre podemos probar. ¿Algún voluntario?— mientras convoco un orbe para hacer la prueba miro a Luke —¿Tantas ganas tienes de ver desnuda a la princesa? No te tenía por esa clase de tíos, la verdad. Aunque tampoco lo esperaba de Lakyus, pero parece ser que le van las lolis.

Convoco un escudo lo bastante amplio como para hacer de plataforma y me subo a ella. Espero a ver si otro se ofrece de voluntario para hacer el experimento.

—Eeehm... ahora que lo pienso, no creo que sea un buen momento para hacer experimentos. Además, el elevarnos así puede hacer que seamos más fáciles de ser vistos.

Al ver como Riza se unía al grupo de avanzada, Lyn lanzó un ligero suspiro y frenó un instante para quedar detrás de ella. – Vas a acabar echa polvo. Keira, una ayudita- Sin saber por cuanto tenía que correr hacerla mantener el ritmo sólo oba a agotarla por lo que, con la inestimable ayuda de su compañera, volvió a coger impulso agarrando a la doncella en brazos cual princesa. Aquello del peso pluma era sin duda útil, pero no dejaba de ser una sensación realmente extraña..

Frenando en seco y liberando la “carga” , Lyn se acerco a lastimosa princesa ofreciéndole la ropa y acariciándole la cabeza para proporcionar algo de consuelo.

-Tranquila, ya ha pasado todo, nadie te ha visto y esto nunca ha ocurrido….aquí tienes tu ropa, Riza también esta aquí para ayudarte ¿bien?- Asintiendo a la doncella para que ella se ocupase desde ahí se retiró y comenzó a revisar sus alrededores aparentemente tranquilos. Al mismo tiempo la sensación del pelo sobre sus hombros le hizo recordar lo molesto que se volvía cuando combatía, y agarrando una rama de tamaño adecuado del suelo, procedió a improvisar un moño. También le hizo pensar en lo molesto que había tenido que ser para Keira en su espalda...

-¿Creeis que tengan la cortesía de perdonarnos el accidente y dejar que nos reagrupemos?- Sin saber si alguien estaba escuchando lo mejor era no gritar que ellos eran el cebo sino dar a entender que se había separado por error.

Mi ceja se alzó levemente ante la apreciación de Lance.

—¿Lolis?.—Tarde un momento hasta comprender por qué lo decía y me encogí de hombros.—Ni mucho menos, no entiendo la manía que tenéis con relacionar todo con los gustos sexuales de la gente.—Respondo agitando negativamente la cabeza.—Planeando estrategias hay que tener en mente todas las debilidades de la gente, inclusive la vergüenza y el honor de la persona.

—Además, si quisiera ver “boobies” internet está lleno, no necesito pedirle a una compañera que haga desaparecer la ropa del rival.—Aclare como si aquello fuera lo más obvio del mundo.— En fin, si, deberíamos empezar a ir tras ellos. Lo de divide y vencerás es para aplicar al enemigo no sobre uno mismo.

Diciendo aquello último apunte en la dirección opuesta  que teníamos que tomar con la pistola y disparé. A diferencia de las pistolas normales no hubo ningún sonido cuando apreté el gatillo, no había el clásico chasquido y explosión cuando el percutor golpeaba la pólvora interior, pero unos instantes después se escuchó como un árbol lejano caía a plomo sobre el terreno haciendo que las ramas chocaran con los que tenía cerca provocando un crujir de madera.

—Por lo habitual no me gusta maltratar la naturaleza… pero con algo de suerte el sonido les hará dudar sobre qué dirección tomar. Movámonos hacia la princesa y…—Mire a lance durante un momento.—Nada de experimentos, serias un blanco fácil… Ah, y si te preocupa verle un pecho a la princesa pídele a Masaharu que use sus sombras para inventar la censura.

- Ugh... Ten cuidado y déjate pillar - le dije a Riza -, es fácil tropezarse si no estás acostumbrada a los cambios de peso repentinos.

Cuando por fin llegamos, al ver como Lyn iba a hacerse un moño con una rama del suelo le detuve la mano y le di una de mis gomas para el pelo que tenía en el bolsillo.

- Acostumbrate a pedir ayuda primero antes de recurrir a este tipo de cosas. Y no, no creo que nos vayan a permitir reagruparnos, esto era una prueba para nuestro trabajo en equipo y nos toca tragar con las consecuencias de nuestro fracaso. Aunque espero que al menos tengan la decencia de esperar a que no tenga tanta piel expuesta. Vosotras cubrid a la princesita mientras se viste, yo me aseguraré de que no hayan mirones.

Los ojos de Keira empezaron a buscar a sus alrededores, pero era consciente de que la vista y el oído eran los principales sentidos de los que se ocultaba la gente. Es por ello que también empezó a olfatear el aire, pues tenía un olfato inusualmente agudo que le permitía encontrar fácilmente a quienes se creían expertos en el arte del sigilo.

Welt y Masaharu deciden ir con ustedes, los siguen de cerca a medida que se internan en el bosque. Una vez dentro, no tardan en perder el rumbo, sin manera de saber por dónde fueron las chicas.

—No descartes aún la idea del escudo volador, Straedler —le explica Welt—. Será útil en caso de tener que realizar una retirada veloz, de una forma inesperada, además. Guarda uno de esos por las dudas.

Masaharu se adelanta unos pasos para observar el terreno, mirando en todas direcciones, aguzando el oído y hasta olfateando. En un momento se detiene, delante de un árbol.
—Esto es raro —murmura para sí—. El bosque Zulan es de robles, pero aquí hay un tejo. Uno bastante gordo, por cierto.

—¿Por qué resulta raro? —pregunta Welt, acercándose a él—. A veces los pájaros transportan semillas desde sitios lejanos y florecen.
—No es eso sólo —responde el otro, señalando el suelo—. El césped alrededor está muy crecido, pero está aplastado, como si hubieran puesto este árbol hace un rato. Los árboles no aparecen de la nada.

Luego de un breve momento en que la princesa se viste, ella sale de su escondite sin decir una palabra, todavía con la cara roja, evitando el contacto visual con ustedes.

—No esperes que nos perdonen una —responde Riza—. Imagina que estamos en la guerra, aquí todo se vale, no existe el "jugar limpio".

En un principio, Keira no halla nada fuera de lo común mientras investiga. Ni siquiera su olfato agudo detecta aromas que delaten la presencia del enemigo, puede estar segura deque no hay nadie cerca en al menos un par de docenas de metros a la redonda.
Es tras unos segundos de andar, que ella empieza a sentir un aroma a caramelo.

—¿Un jabalí?
A un costado se movieron unos arbustos, para luego ser atravesados por un jabalí que sale de allí. El bicho se pone a olfatear el suelo, el aire, y los mira, demasiado fijamente como para tratarse de un animal normal.
—Momento, no...
Y entonces se dan cuenta de que no está solo.
Prendido a su espalda, como una garrapata, tiene una especie de criatura bizarra. Sus bracitos que parecen fideos se conectan directamente al cuello del animal.
—Naturalmente, los de tercero deben de tener elementos despertados, todos ellos. El problema será averiguar qué hacen antes de que sea demasiado tarde.

Apenas termina Riza de hablar y el jabalí embiste hacia ustedes. Lo esquivan fácilmente, pero el asunto que traía consigo ya no está allí sobre él.
Un rápido vistazo alrededor le permite a Lyn ubicar enseguida al elemento, que ha saltado de la espalda del animal y ahora se le ha lanzado encima a ella.

—Yo no descarto nada. En lo que respecta a escapar y esconderse soy un maestro, y no sería la primera vez que uso mis escudos para eso.

Me detengo ante la advertencia de Masaharu y observo el árbol causante de la sospecha.

—Eeehm... la verdad es que resulta muy sospechoso. O uno de nuestros enemigos se ha convertido en un árbol y planea emboscarnos, o lo ha plantado aquí por algún motivo. De todos modos...

Levanto un escudo para proteger al grupo de forma preventiva, por si se tratase de una emboscada.

—Por si las moscas, sería un fastidio si nos emboscaran ahora.

-Oh, graciaaas- Ante la entrega del coletero Lyn deshecho rápidamente la rama y se arregló el pelo de su forma habitual. Luego simplemente se encogió de hombros ante la respuesta de sus compañeras, siendo honestos ella tampoco esperaba aquello, no era más que un decir, pero comparar el ejercicio con una guerra si le pareció un tanto excesivo…

La amenaza de los de tercero no tardó demasiado en aparecer, una criatura bizarra enganchada al cuello de un jabalí, una escena que no dejaba saber si cada uno se trataba de un poder diferente o sí la única amenaza era el bicho bizarro y podía controlar de algún modo al animal. Sin hallar la respuesta el bicho se abalanzaba hacia una Lyn pillada por sorpresa que apenas había podido esquivar con un rápido impulso hacia el lateral...

 -La madre que lo parió, esa mierda ha estado cerca..- Cogiendo algo más de distancia Lyn había quedado mirándolo con cara interrogativa, procesando a toda velocidad desde sus movimientos hasta su composición, sus ojos se movían de un lugar a otro de la criatura buscando entender a que se estaba enfrentando y cual era la forma más rápida de derrotarlo.

No me esperaba que el enemigo fuera capaz de ocultarse de ella hasta tal punto. Aquello era nuevo para mi, y no me gustaba. El enemigo se abalanzó sobre Lyn, y reaccioné propinándole un puñetazo. O al menos intentándolo, porque le atravesé como si no existiera.

- ¿Otra cosa de esas? - dije pensando en el combate que tuve antes contra Phoebe.

Manifesté rápidamente el martillo de carpintero en mi mano derecha mientras apuntaba con la izquierda a aquel conejo extraño.

- La magia debería funcionar contra la magia. A ver que tan rápido se mueve cuando pese una tonelada.

Lancé el conjuro, pero quizás me centré tanto en la potencia del mismo que el control y la puntería no eran los adecuados.

Efectivamente, detrás de ustedes notan movimiento y de la nada aparecen unas nuevas ramas que se alargan como enredaderas.

—¡Cuidado!
Los escudos de Lance evitan el problema hasta cierto punto, pero ahora las ramas crecen más y más y los rodean completamente, creando un domo alrededor de los escudos y encerrándolos allí. Dentro de esa construcción hecha de plantas apenas entra luz.

—Pucha.

—Ajá. Mira, Gurce, hemos dado con un grupo de lo más interesante.
Oyen una voz masculina muy cargada de aburrimiento, arrastrando las palabras. No es pasotismo redomado como el de Lance, sino un hastío como de alguien que ya ha visto todo en la vida y busca algo nuevo.
—Hice bien al venir contigo en vez de seguir a Eri —continúa hablando mientras se deja ver—. Creo que son los más divertidos de los doce, aquí reunidos.
Es James, aquel que Lance conoció mientras intentaba cumplir el castigo que le dejó Molly.
—El ahuevado, el defectuoso y... ¿Ungulado, era? Ungulado.

—Cuidado, Straedler —te murmura Welt, poniéndose cerca de ti—. No tengo ni idea de qué estarán planeando hacer.

Las ramas van creciendo más y más, cubriendo todo hueco por donde pudiera entrar cualquier atisbo de luz.

La criatura es muy escurridiza, le cuesta a Lyn horrores para mantenerla en la mira y no perderla de vista mientras se mueve en todas direcciones, de árbol en árbol.
—¡Fsssh! —Emite un siseo felino cuando se lanza de nuevo sobre Lyn, pero se detiene en seco, paralizado en medio del aire y cae estrepitosamente al suelo.
—Sí, deberías poder afectarlo, por extraño que parezca, siendo tu elemento el que es...

El bicho se queda pataleando en el piso, retorciéndose, hasta que consigue erguirse de nuevo y levanta sus bracitos. Se oye un ruido de cristal roto, como si se hubiera librado de la presión ejercida por Keira y ahora es libre de nuevo.

—¡Cuidado! ¡Aquí viene!

Efectivamente, la criatura arremete ahora a toda velocidad hacia la pelirroja. Lyn ha finalmente conseguido asimilar el ritmo de sus movimientos y es capaz de observar la situación, más precisamente sus movimientos, como si fueran a cámara lenta, atenta a todo.

Tal y como imaginaba nos tendieron una emboscada. Estamos completamente rodeados de enredaderas.

—Qué fastidio cuando tengo razón en lo malo...— digo con absoluta desgana antes de dirigir mi atención en Welt —Mira, puedo aguantar el tiempo que sea necesario, pero no sé si eso es lo que nos conviene ahora.

Podría usar un escudo de calor para quemar esas enredaderas y de paso chamuscar a estos pesados. Rayos, ahora quiero echarme una siesta, y lo muestro soltando un bostezo enérgico.

—Bueno, ¿tenéis alguna idea o me va a tocar sacar del marrón al grupo? Por cierto— me dirijo a James —No sé si lo sabrás, pero llamar ahuevado a alguien puede dar una impresión errónea a los demás. Que no tengo la cabeza con cara de huevo, ¿sabes?

Otra vez intento sacarle conversación, igual así ganamos algo de tiempo a la espera de que a alguien se le ocurra algo o, en caso contrario, preparar mi escudo de calor para abrasar a nuestros enemigos.

-¿A dónde te crees que vas? Estabas bailando conmigo- Pateando con fuerza el suelo, Lyn se “esfumo” un instante y apareció junto al ser al siguiente dispuesta a propinar un tajo descendente contra él, un pequeño saludo cuya intención era más la de interferir que la de propinar daño, y sólo el inicio de lo que iba a iniciar.s

Aunque hubiera conseguido seguir us movimientos aquello carecía de sentido si el resto del equipo no podía aprovecharlo y ella misma no podía encontrar el momento para rematar, por lo que haciendo uso de su velocidad iba a crear esa oportunidad interfiriendo en cada movimiento y ataque que el peluche asesino intentase, ya fuera una cadena de golpes que tuviese que esquivar o la molestia de su mera presencia en la nuca aquel bicho la encontraría en cada paso.

Keira extendió una media sonrisa cuando el bicho se lanzo a por ella. Usando lo que acababan de entrenar, acumuló su barrera en la frente para propinarle un cabezazo en la criatura y echarlo de vuelta hacia atrás.

- ¿De verdad te creías que soy tan fácil de alcanzar? - dije mientras mi martillo adoptaba su forma enorme -. Nuestra posición ya está comprometida, así que no importa si hacemos más ruido. Ahora lo importante es encontrar dónde está el enemigo y abatirlo. Vosotras dos - dije hacia la princesa y Riza -, encargaos de buscarlo, usadme como distracción para que no os vean venir. Si es solo uno, abatidlo, si son dos, nos reagrupamos y atacamos juntas, si son más intentad buscar al resto del grupo.

Empezando a hacer girar mi enorme martillo me lancé al ataque, no contra el bicho en particular, sino contra todo nuestro entorno. El bicho se dedicaba a rebotar contra los árboles para ser impredecible, pues no dejaría árboles de los que pudiera rebotar. Y aquello generaría suficiente ruido para cubrir el movimiento de exploración de la realeza, si es que me hacían caso.

—¿Y cómo debería llamarte entonces? —responde James con una pregunta, rascándose la cabeza—. Tu nombre es aburrido, necesito un apodo o lo olvidaré.

—Unglaus, ¿puedes crear un pozo con esas pistolas? La única escapatoria inconspicua que se me ocurre es irnos bajo tierra. No se lo verán venir.
Welt estaba mirando alrededor, buscando alguna abertura descuidada, pero no la hay. Luego se acerca a Lance:
—¿Cuánto peso pueden resistir tus escudos? Quizás sea prudente usarlos mientras hacemos el túnel para evitar que se nos derrumbe sobre nuestras cabezas.

La velocidad del elemento despertado no es competencia para Lyn, que no tiene problemas en seguirlo desde cerca, casi respirándole en el cuello. Sólo en los cambios bruscos de dirección es cuando la samurai ninja velocista pierde algo de estabilidad, pero de ninguna forma es un impedimento para seguir muy de cerca al enemigo, interceptando cada una de sus arremetidas.
—¡Ukyaa!
Cuando recibe el cabezazo de Keira, cae seco en el suelo y se levanta despacito, tambaleándose y doliéndose la frente.
—¡Qué grosera! —grita el elemento—. ¡Así no se trata a una flor delicada!

Por supuesto que Keira no se detiene ahí y empieza a deforestar.
—Sólo recibo órdenes de la familia Vicens —replica Riza, dándose aires.
—Riza, usemos a Sullivan como distracción y tratemos de buscar a la dueña de este elemento —le ordena Victoria, muy seria.
Riza deja caer los hombros, mirando con recelo a Keira, pero acata sin pensárselo un segundo.

—¡Paren! ¡Paren! ¡Me rindo!
La misma voz que salía del elemento, ahora viene desde detrás de unos árboles que acaban de ser destruidos por el martillo gigante. De allí sale la morocha con las medias rayadas, con una mano en la frente, ocultando un fuerte chichón.
—Marimacho maleducada —masculla ella, escupiendo al suelo.
En el instante en que la realeza y su sirviente se frenan, Eri muestra una sonrisilla y su elemento aparece justo detrás de ellas. Lyn tiene una décima de segundo para reaccionar.

En ese mismo momento, Keira nota que hay guijarros, polvo y escombros a su alrededor que se están elevando. La tierra a sus pies se resquebraja y se sacude todo a unos tres metros de radio. Le lleva unos instantes darse cuenta de que no hay nada viniendo de los costados, sino que el problema está arriba.
Con el puño al frente, Bernard viene cayendo como un meteorito. Ya antes de impactar se está notando la suave onda expansiva a los pies de la pelirroja. Tiene un parpadeo para apartarse de allí.

No me giro hacia Welt para evitar llamar sospechas de nuestros rivales.

—Puede soportar el peso de la tierra sin problema, y si no fuese así usaría otro escudo para reforzarlo. Además puedo distraerlos mientras escapamos— le digo en voz baja.

Acto seguido vuelvo a centrarme en James.

—Bueno, tengo muchos motes que he recibido a lo largo de mi vida: "el Acoplado", "Don Bostezos", el...— bostezo enérgicamente, con aparente calma —... "El Durmiente", "el Empanao", "el Tumbadito", "el Flojo"— ése era el favorito de Hana — o "Houdini Jr". Tienes para elegir, pero si no te gusta ninguno tendré que aguantarme con lo de "ahuevado".

Mientras le hablo voy invocando todos los orbes que puedo invocar. Mientras mantengo el que nos protege preparo dos para nuestra escapada bajo tierra y el último para crear el escudo de calor para crear la distracción quemando las enredaderas.

Qué fastidio... estar en esta situación con lo bien que estaría ahora durmiendo bajo un árbol. Y este sitio parece genial para una siesta.

—Ya veo entonces. ¿Has probado tomar algo de café? A mí me funciona.

Mientras James se distrae hablando, Lakyus dispara al suelo. No se produce ningún ruido, la tierra simplemente desaparece, dejando un agujero perfectamente redondo, con las paredes de tierra pulidas, lo suficientemente ancho como para poder meterse.
—No cesa de resultarme extraño eso. ¿Nunca te has preguntado a dónde van a parar las cosas que desaparecen? Se supone que la energía y la materia se conservan.
Welt se lanza al pozo, aterrizando a los pocos metros.
—Muy bien, ahora habría que hacer uno horizontal para salir, ¿no? —Oyen su voz venir desde allá abajo. Masaharu también se mete, seguido de Lakyus.

—Lo que yo me pregunto es cómo es que el ahuevado no se quedó sin extremidades durante la práctica de hace un rato.

Lakyus procede a hacer un túnel con la ayuda de su arma, por el que tendrían que meterse y arrastrarse, produciendo una fuerte sensación de encierro. Por suerte aquí nadie padece de claustrofobia.
—Raíces... —murmura Masaharu. En efecto, por la parte superior del túnel ven que sobresalen pequeñas raíces.
—Raro. La habilidad de Lakyus borra todo tan limpio que la superficie queda pulida, no debería... momento...
De golpe, esas raíces crecen a toda velocidad, intentando estrangularlos.
—¡Cuidado!

—Bah, a mí me gusta dormir así que prefiero evitar la cafeína a toda costa— le respondo con absoluta sinceridad antes de que empiece el plan de escape.

Lakyus empieza a horadar el suelo con su poder, a la par que prendo fuego a las enredaderas con mi escudo de calor para crear la distracción.

—Vale, ahora toca escapar como topos. Lakyus, puede que cuente contigo en un futuro cuando busque escaquearme...

Las raíces que vemos en el suelo tratan de atraparnos pero ando lo suficientemente rápido de reflejos para proteger al grupo y repelerlos.

—Qué fastidio... y no puedo quemarlas aquí porque nos asfixiaríamos. Lakyus, date prisa y alejémonos de aquí. Sin presión, ¿eh?