Partida Rol por web

Herdes acaba con su enemigo más cercano con un tajo vertical, y se encara a otro corrupto, que cae también bajo su espada. Al mismo tiempo que una de las bolas igneas de Aniki hace explotar a otros dos corruptos, que arden unos segundos antes de deshacerse. Los dos últimos monstruos desaparecen bajo los certeros sesgos de las espadas del espartano y el caballero oscuro.

Mientras, en el pasillo este, el explorador lucha encarnecidamente con sus enemigos, trazando una serie de figuras y sesgos con sus dos dagas, una danza que resulta mortífera para sus enemigos. Uno de los corruptos recibe un corte en pleno rostro, que aunque no es muy profundo, hace que el ser desaparezca. A ese pobre diablo le sigue otro de esos monstruos que presenta una gran hendidura en su vientre, producida por otra de las mortiferas dagas de Arzhel. El último recibe una patada, con tanta fuerza que choca contra la pared. El golpe es tan bestial que el corrupto desaparece con un gemido ahogado. Pero tres nuevos enemigos reemplanzan a los anteriores, y aunque Arzhel esquiva a uno, otro logra hacerle un rasguño en el brazo. Es simplemente una pequeña herida, y no parece muy importante, pero consigue que Arzhel vacile lo suficiente para que el último de sus enemigos se cuele por un hueco desprotegido y le cause un profundo corte con sus garras cerca de las costillas. El explorador lanza una exclamación de dolor, pero al parecer la herida no es muy grave...

Una exclamación de sorpresa hace que tanto Herdes como Aniki se giren hacia el pasillo sur. Allí, Aniki se encara con el asesino que se había introducido en el suelo, que acaba de surgir a sus espaldas. Aún asi, el ermitaño reacciona rápido ya que estaba preparado, y puede que logre esquivar el ataque...

Los corruptos siguen atacando a Arzhel ignorando a los demás.

El asesino intenta un hechizo de ceguera para Aniki, consiguiendo que la visión de este se nuble. Acto seguido se prepara para rematarle. En el caso de que Aniki ya haya sucumbido en la pelea anterior, el asesino le lanzará el hechizo de la ceguera a Herdes

En los dos casos los dos combatientes tendrán oportunidad de darse cuenta del hechizo antes de que el asesino lo lance, aunque Herdes no podrá contrarrestarlo, solo echarse a un lado, y aun asi es muy probable que le alcance. Esta acción la llevará a cabo al final del turno, gastando el resto en combatir a Aniki. En el hipotético caso de que Herdes no se encuentre a la vista el asesino lo lanzará contra T, y si este tampoco esta ahi, rematará a Aniki y se fundirá con el suelo otra vez

El combate continua. Ya muchos de nuestros enemigos han caido frente al poder de nuestros aceros. Una vez mas, frente a mi, aparece otro de estos seres sombrios. Lanzo una estocada a su cuello pero, en ese momento, oigo un grito de sorpresa detras de mi. Me giro y veo como el perro cobarde que habia desaparecido surge hora frente a nuestro particular ermitaño. Yo maldigo a Atenea en medio del combate y digo. ¡T, manten la posicion!. ¡Voy a ayudar a Aniki!. Observo como el caballero alza su espada dispuesto a despedazar a todo aquel que ose desafiarlo y, entretanto, yo corro hacia la retaguardia esperando llegar a tiempo de ayudar a Aniki contra esa rata cobarde.

Mientras peleo con los corruptos lanzo mis dagas a un lado y a otro, poco a poco van desapareciendo algunos de esos asquerosos seres, pero otros los reemplazan. Pronto empiezo a sentirme cansado y, de pronto, siento dolor en mi brazo. me detengo un momento y veo que estoy herido. En unas milésimas de segundo... de nuvo dolor, está vez más intenso, en el costado. Miro al frente y veo la diabólica sonrisa de uno de mis enemigos que tiene sus garras manchadas con mi sangre. Mi mirada se pierde en el vacío unos instantes.

Ya nadie queda vivo frente a nosotros. Con rapidez me giro sobre mi mismo y miro hacia atras. Y veo como el ultimo de estos engendros demuestra su cobardia altratar de atacar por la retaguardia a nuestro ermitaño particular. Suelto un reniego por lo bajo y grito. ¡Ermitaño, lo tienes detras de ti!. De inmediato me lanzo a la carrera dispuesto a sumarme al combate. Pero nuestro enemigo ha sido rapido y astuto, no creo que pueda llegar a tiempo de evitar el primer ataque de nuestro enemigo.

La herida inflijida por el corrupto no es grave, pero el dolor inflijido por la misma me hace vacilar por un momento provocando que pierda algo de tiempo y haciéndome hincar una rodilla en el suelo.

Conforme caigo me hago consciente de la situación.

¡Vamos Arzhel!, ¡Sólo quedan tres!

Conforme voy callendo al suelo levanto hacia el cielo la daga de mi mano derecha y la dejo caer con gran violencia abarcando un arco tan grande como puedo con mi brazo para tratar de alcanzar al mayor número de enemigos posible mientras suelto un gran grito mezcla de furia y dolor.

¡AAAAAAAaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh!

Seguidamente doy algunas estocadas más casi sin mirar a los enemigos que puedan quedar, describiendo arcos cada vez más pequeños debido al cansancio, antes de tener que centrarme en mantener el equilibrio tras la caida mientras observo como los otros guerreros se alejan corriendo.

Aniki intenta esquivar el ataque, pero las cuchillas de su enemigo rasgan su pecho, causandole dos feos cortes en forma de cruz, aunque no son muy graves. Herdes llega a tiempo de sostener al ermitaño, que se levanta rápidamente y se sujeta el pecho, aunque podrá seguir luchando, porque la herida no es muy profunda. Los dos compañeros se encaran a su enemigo, que sujeta sus cuchillas en posición agresiva.

Mientras, Arzhel lucha contra sus enemigos aunque empieza a sucumbir ante sus ataques. Con un esfuerzo sobrehumano, el explorador alza sus dagas y trazando varios arcos con ellas, deshace a dos de sus enemigos en miles de puntitos, sin que estos puedan esquivarle. El último de ellos se acerca corriendo y hace retroceder a Arzhel, que alza sus dagas. Solo un último esfuerzo...

Eh, Tú!!! grita una voz detrás del corrupto. Este se gira para descubrir la imponente figura de T detrás suya, alzando la espada en posición de ataque. Esta distracción es todo lo que Arzhel necesita. Con un movimiento de brazo, clava la daga limpiamente en la garganta de su enemigo, que corre la misma suerte que sus compañeros

Pero el combate no ha terminado. En el pasillo sur, Aniki y Herdes se preparan para luchar con este enemigo, que parece más temible que sus inferiores...

ME duele los cortes del asesino.......junto las manos en forma de esfera y......nada ....el dolor es demasiado grnade como para hacer magia ....aun asi m pongo en posicion defensiva....

Cuando todos mis enemigos están liquidados, permanezco un momento en el suelo de rodillas esperando inútilmente que se me pase el dolor de la heridas.

Al poco levento la cabeza en busca de la imponente figura del caballero oscuro y le agradezco su ayuda con una mirada de complicidad y asintiendo con la cabeza pero, antes de poder articular palabra, sonidos de batalla llegan desde la otra parte del pasillo. Se escuchan gritos y golpes.

Miro rápidamente hacia la esquina de la pared, pero no alcanzo a ver nada. Seguidamente miro al gran caballero con cara de preocupación.

¡¡Ve!!

Le grito para que se apresure a ayudar a los demás. mientras yo susurro algo en voz baja para mi.

Esto duelo una barbaridad... ¡Malditos bichos!... Vamos Arzhel... ¡vamos!

Tirando de la fuerza restante de las partes sanas de mi cuerpo trato de ponerme en pie y andar para llegar hasta el cruce del pasillo y poder ver la situación.

Aunque en mi estado no se si podré ayudar o sólo estorbar...

ummm, empiezo a sorprenderme ,...sigues... vivo,...despues de la penosa actuacion que ofreciste cuando te conoci... digo al explorador

hago un gesto a el explorador para que me siga ,acto seguido me drijo a yudar a mis compañeros