Partida Rol por web

Solo Vincent parece no llevar bien el penetrante olor, su faz es ahora de color amarillo, cada respiración es un tormento en este lugar, quizás tras la puerta haya una mejor ventilación.

A la luz de su propio halo, intentando ignorar el fétido olor, se acercó a la puerta bandeada que había delante; no podría abrirla si estaba bloqueada (no tenía esos conocimientos), pero al menos podía asegurarse de que no hubiera trampas, así como comprobar si estaba o no echada la llave o si había algo detrás.

Cuando Grogt está apunto de golpear con todo su cuerpo la puerta, Vincent tras inspeccionar la misma, gira el pomo de la puerta abriéndola de par en par sin dificultad. Al otro lado el pasillo continúa en la oscuridad, pero esta vez es más ancho, unos 15 pies de anchura. El olor es inmensamente desagradable y salpicaduras de sangre reseca inundan las paredes y el suelo.

Contuvo una nueva arcada cuando aquél fétido aroma le llenó las fosas nasales, y se limitó a seguir avanzando, intentando sobreponerse. La luz, a disgusto, también la apagó, sumiéndose de nuevo en las sombras.

El pasillo se bifurca en dos direcciones, una hacia el norte y otra hacia el este, el olor pestilente parece emanar desde el pasillo del este. Ningún ruido ni luz proviene de las dos nuevas direcciones.

—Aguardad aquí —pidió a los demás una vez llegaron a la bifurcación—. Investigaré primero por ahí.

Aletargado por aquél olor, fue hacia el norte; tal vez por allí pudiera recobrar el ánimo.

Comenzábamos a entrar al lugar, cada vez era más insoportable el ambiente a cada paso que dábamos, aunque no era la primera vez que estábamos en una situación similar, no era agradable pero lo podíamos soportar, al menos por el momento.

Vincent se volvía a adelantar para inspeccionar el pasillo que se dividía en dos rutas. Muy bien, esperaremos a ver lo que había por delante.

Más de un minuto tras la desaparición del explorador, veis al la silueta del sigiloso Vincent regresando de las sombras y adentrándose ahora por el túnel del noreste. y más de un minuto despues este regresa hasta vuestra posición. Su cara no demuestra que puede haber visto, solo las nauseas que todavía hacen convulsionar su cuerpo cada pocos latidos.

Algo más os ronda la mente, hasta ahora ni rastro real de la guardia de la Ley que entró en este lugar, solo de un reguero de sangre sin identificar. Y además, ¿ donde está Draeligor ? ¿ no tenía que esperaros para informaros de lo que ocurría ? Como siempre más preguntas que respuestas, ¿ traerá algo de luz lo hallado por Vincent ?. En pocos segundos si el quiere lo sabréis.

Tras unos pocos minutos de investigación infructuosa, regresó a la primera bifurcación, dónde esperaba el resto del grupo formado por ambos bandos de Inquisidores; seguían todos allí, esperando.

—No he encontrado nada —dijo encogiéndose de hombros—. Un sarcófago vacío y caminos cegados. Solo podemos avanzar por ahí —sentenció, señalando las sombras que se extendían al este—. ¿Seguimos?

Al parecer, sólo teníamos un camino posible.

-Bien, vayamos por ahí entonces.

El olor de aquel lugar infecto era horrible, pero Harold había olido cosas peores. En realidad, toda la putrefacción es la misma, y tampoco existe tanta diferencia entre un lugar en el que se ha muerto alguien y la cueva en la que un oso del norte ha destripado a un caribú. Harold pasó sin problemas, aunque Vincent no lo soportó y se dobló, vomitando. Pero más que eso, a Harold le llamó la atención el halo de luz que surgió en su cabeza. No había hecho gestos, ni pronunciado palabras, por lo que o era un conjuro hecho en silencio y sin gestos (lo que era difícil y poco probable) o era una aptitud suya. 

-¿Estáis bien? No sabía que podíais hacer magia -le dijo cuando pudo dejar de vomitar- ¿A qué disciplina pertenecéis?

Una vez se hubo recuperado, más o menos, siguieron por el túnel, que solo conducía a una posible salida. Aquella situación no era precisamente la mejor, pero no podían hacer otra cosa que seguir hacia delante y esperar ver si encontraban por fin a los seguidores de la Ley que habían entrado allí. Asintió a las palabras de Fonkin. 

-Vamos.

Una vez reunido con el resto, se unió a Harold y Grogt, sus verdaderos compañeros. Miró también a Fonkin, al que se dirigió tras aclararse la garganta.

—No me encuentro del todo bien. Iré con luz un trecho, así que puedes ir delante; antes he visto que se te da bien.

Dicho eso, miró al clérigo del norte y negó.

—No soy mago ni nada similar. Tengo algunas habilidades extraordinarias, si, pero nada más. —Se encogió de hombros—. Y esta... Luz, no es más que un don que los dioses han tenido a bien regalarme a cambio de mi total devoción, durante una vida dedicada en cuerpo y alma.

Meera agudizó sus habilidades mágicas para percibir cualquier fuente o emanación de magia que pudiera haber en los alrededores. Un bello anteojo cubría su iris, capaz de discernir los más recónditos secretos. Garra permanecía invisible y ella optó por hacer lo mismo al invocar tal poder, desapareciendo ante sus camaradas. Un leve susurro indico su posición.

Comunicándose con Garra le conminó a que hiciera lo mismo.*

Fonkin toma la delantera y como un gato se mueve hacia el túnel del este, hacia la fuente del nauseabundo olor, aprovechando su visión en la penumbra, recoge la luz de Vincent tras él y sus ojos aumentan la luz de la semioscuridad que hay más adelante. Tras avanzar unos 30 pies, llegáis a lo que parece una cámara no artificial, esta tiene unos 60 pies de largo por unos 50 de ancho, al fondo una puerta de madera con refuerzo de hierro os espera cerrada. Esparcidos por el suelo de la habitación podéis ver pedacitos de cientos de huesos y charcos de agua sucia ( lo deducís por su olor ). 

Tirar saber dungeons dif 14 por favor.

El halo de Vincent apenas iluminaba, pero si lo hacía el poderoso brillo de Harold. Fue su luz la que marcó el camino, despejando las sombras a su paso; Fonkin parecía desenvolverse bien, incluso allí dónde la oscuridad no era arrancada del todo; al parecer, aquél antiguo guardia se había convertido en un explorador excepcional. Vincent tan solo tuvo que seguirle un paso por detrás, al paso del otro hombre.

Apenas fue necesario avanzar, cuando el pasillo se abrió a una caverna sembrada de huesos; todos se detuvieron ante la fúnebre imagen, indecisos ante la perspectiva de pisar aquella sala. Fuera una trampa o alguna criatura, allí había algo que podía matarles.

—Esperad —susurró extendiendo el brazo, para que ninguno pasara.

Las catacumbas dieron paso a una caverna natural. A medida que avanzaba, guiado por mi aguda visión, noté el origen de la pestilencia y, lo más preocupante de todo, señales de peligro. Vincent confirmó mis sospechas antes que pudiera verbalizarlas siquiera.

-Tienes razón, éstos trozos de hueso no salieron de la nada...

Había hecho bien en detenerles. Un paso más, y posiblemente alguno habría caído en la "trampa", por llamarlo de alguna manera. Captando la atención de los demás, señaló una mancha verdosa en el techo, apenas visible entre las sombras, pero lo suficiente para haber captado mi atención.

—Eso no es humedad ni suciedad, es un limo, Corroe el metal y la madera, así que podéis imaginar que hace con la carne. Se pega a sus víctimas y les debilita. —Miró directamente a Meera a la cara, pese a su invisibiidad; era una bruja, así que tendría los poderes necesarios—. Se les destruye principalmente con fuego o frío. La luz solar también los daña, y un hechizo de eliminar enfermedad debería afectarle. —Se encogió de hombros—. También podría ir por delante la mascota zombie, no creo que ese ser haga nada a la carne muerta. De hecho, insisto; que hayamos visto uno de esos limos no quiere decir que no haya más.