Partida Rol por web

- " Eso ser malo asunto, mejor volver a la superficie ¿ verdad ama Meera, verdad ? " -

Vincent descubrió la fuente de todos esos cadáveres. Odiaba a esas criaturas. Eran particularmente resistentes a mis habilidades.

-No puedo ayudarlos con la magia, pero el fuego es otra historia. Tengo una pinta de aceite que podría servir. Nos ha sido útil en el pasado. Pero preferiría no gastarla aún. Podríamos necesitarla más adelante.

Un rayo de energia emergió de la nada golpeando el limo que se agarraba al techo. Materializándose ante los demás, Meera espero haber que ocurría, esperando que su rayo de energía fuera capaz de consumir aquella extraña sustancia. Volviendo a canalizar la energia alrededor de su mano para lanzar un segundo rayo en el siguiente asalto. Esperad! Veamos que ocurre!

El rayo de fuego encadenado de Meera golpeó al limo que se aferraba al techo cavernoso produciendo una reacción encadena chamuscando al peligroso enemigo. No le hizo falta hacer uso del fuego del infierno, este lo dejaba reservado para combates más violentos.

Volviendo su atención hacia los inquisidores del bien y sus camaradas, exclamó: Tened fé! .... En el alcance de mi poder!

Llegaron a un espacio más grande pero los peligros seguían acechándolos esta vez desde el techo, un insignificante limo pero de no ser por sus compañeros la estaría pasando mal. La bruja que antes se encontraba invisible reaparece lanzando un rayo carbonizando la amenaza, parecía alguien muy capaz mas seguía desconfiando de ella y de sus convocaciones.
El druida echa un vistazo al techo buscando más de estos en el techo.

Tras la desaparición del limo verde calcinado por el fuego de Meera, entráis sigilosos y cautos a la estancia, intentando no pisar los huesos más grandes que a lo más seguro han pertenecido a algún ser humanoide. Al otro lado de la misma otra puerta de madera con barras de hierro os espera.

Decidme si el orden del mapa es correcto.

Desde el otro lado de esa puerta llega una voz que grita desde la distancia " DOS DE NUESTRAS TRAMPAS HABÉIS SUPERADO, SOY EL ENVIADO DE ARIOCO EN ESTE NIVEL Y OS DOY MI PALABRA QUE NO SALDRÉIS VIVOS DE AQUÍ " 

Arioco. Había escuchado ese nombre en los informes enviados por los Sumos Inquisidores; el dios y su culto habían formado parte de la guarnición del Caos en la isla en la que Harold se había ganado su título de héroe entre los seguidores del Bien. Siendo así, no era de extrañar que también tuviera presencia allí, aunque lo que esta vez no sabía es que se pondría fin a todos los que le siguieran, de manera definitiva. Solo era cuestión de tiempo, lo sabía y ellos, en el fondo, también. Era por eso que no necesitó responder a la provocación del desconocido ser que les amenazaba.

En su lugar se mantuvo en el sitio unos instantes, esperando a ver si ocurría algo, antes de seguir tras Fonkin hasta la puerta y observar atentamente, en busca de cualquier trampa o peligro oculto, así como comprobar si estaba cerrada.

Cuando Vincent les detuvo, Harold se alegró con sinceridad de contar con él. Aquél limo no parecía cosa de broma, era un peligro brutal que había acabado con muchos, por lo que parecía. Esperó a su explicación. Si el frío y el fuego los derrotaban, él tenía ambas cosas, pero antes de que pudiera usarlas Meera apareció de la nada y disparó alguna clase de proyectil mágico. 

Desde luego, si Meera quería hacer los honores, no iba a ser Harold el que se opusiera a ahorrarse recursos. El limo fue destruido, pero entonces una voz sonó desde el fondo de la caverna. 

Arioco. Su sola mención le hizo apretar la mandíbula de ira. Habían combatido contra sus secuaces y había sido él quien había querido abrir el portal. Era el príncipe de las espadas, el terrible líder de todo aquello. Su mayor y principal enemigo. 

-Cuidado con los servidores de Arioco. No deben ser subestimados. 

Dicho eso, se aseguró de que el escudo estaba bien atado a su brazo y de que la espada estaba suelta en la vaina, y se adelantó hasta quedar tras el asqueroso no muerto. 

-No eres el primer servidor de Arioco que intenta matarme, y ninguno lo consiguió. Ven aquí si te atreves, seas quien seas, y prepárate para el Juicio. 

Comenzábamos en los túneles y ya teníamos enemigos que volvían del pasado, con un poco de suerte en esta ocasión no escaparían.

- Fonkin, también recuerdo el aceite en el pasado, llevo abundantes frascos para unos cuantos enfrentamientos, si hace falta uno, tómalo de mi mochila.

Pensaba en los usos de la magia por Meera, sin duda que su magia era poderosa pero hacía uso de muchos hechizos, esperaba que tuviese de sobra. De momento me acerqué a los exploradores con cautela para ser de apoyo ante lo que pudiese venir por la puerta, es posible que tuviésemos que derribarla y sin duda que algo desagradable estaría al otro lado.

-Así que los sirvientes de Arioco vienen por más -dije al escuchar la amenaza de aquel extraño.

Me preparé lo mejor que pude, por si intentaba atacarnos, mientras miraba a mi alrededor, intentando encontrar la tercera trampa, si es que existía. Sus palabras me sonaban algo confusas. ¿Sería ese su objetivo desde el principio?

Os acercáis cautelosos hasta la puerta, nada delata que pueda haber trampas instaladas ni en el suelo ni en la puerta, no parece haber cerrojo, solo un pomo. Al otro lado de la puerta se escucha un portazo.

Meera volvió a hacerse invisible al escuchar la amenaza del seguidor de Arioco. Suspendida en el aire, avanzo junto al resto de sus compañeros detectando emanaciones mágicas a voluntad. El portazo que se escuchó al otro lado de la puerta defraudó un poco a la bruja. Era como si alguien huyera o no.

Dirigiéndose a su amigo Larag, le conmino a abrir la puerta tirando del pomo: Abre la puerta Amigo! Nada malo te pasara!

Si la bruja quería usar a su esbirro, era su problema y no iba a interponerse; al contrario, cuando la gárgola se acercó, él retrocedió a 20', por si acaso.

Durante unos instantes parece que la gárgola va a rechazar el ir a abrir la puerta, tras unos segundos, esta se acerca a cuatro patas y con miedo la abre, al ver la espectación que ello supone, está apunto de soltar el pomo, pero al ver que nada sucede termina por abrir la puerta en su totalidad. Ante vosotros un pasillo bastante ancho y oscuro os espera....

-Creí que lo estabas protegiendo -dije al ver como Meera usaba a su mascota para ver si la puerta tenía trampas.

Afortunadamente para aquel enjendro, el resultado fue bastante más... ¿Aburrido? Bueno, al menos eso parecía al principio.

Muy bien Larag! Has demostrado ser muy valiente! Exclamo cariñosa a su querido aliado. Con una orden mental ordeno a Bulko que entrara el primero. 

Que pasillo mas oscuro! susurro socarrona. Sondeando a voluntad en busca de cualquier emanación mágica. 

Al fin, parecía que Meera había decidido utilizar a sus peones como avanzadilla. La bruja había tardado poco en demostrar que aquellas criaturas no eran sus amigas, sino marionetas que no dudaría en sacrificar en su provecho. No le sorprendía en absoluto que fuera ahora, cuando se había comprobado que los peligros allí eran reales, cuando mostrara su verdadera naturaleza.

Con el enorme Bulko por delante, se mantuvo en un segundo plano, unos pasos por detrás; el minotauro se bastaba para hacer saltar cualquier trampa, y no necesitaba estar cerca para sufrirla también.

El minotauro sin decir palabra avanza impasible, sin importar lo que tenga delante hasta introducir su enorme cuerpo en el umbral de la puerta que sujeta la gárgola, nada más cruzar se interna sin dudar en el oscuro pasillo. Tras él Fonkin y Vincent le siguen a una distancia prudencial y así el resto del equipo. 40 pies al final del pasillo otra puerta os espera, esta es igual que las anteriores, de madera con bandas de hierro y con un pomo. Bulko el minotauro, se para ante esta nueva puerta esperando las próximas órdenes.

Hasta ahora el temible centro de poder en la tierra del Caos, apenas ha supuesto un solo problema, es como si el enemigo estuviese preparado para vuestra visita, esta paz os es extraña, ya que no habíais venido a pasear por túneles con olores a descomposición, habíais venido a regar el suelo de este lugar de sangre caótica. 

La tranquilidad de aquel lugar me resultaba altamente sospechosa. Otro túnel desierto, otra puerta misteriosa. Sólo faltaba que el minotauro la abriera y nada pasara.

-Debemos tener cuidado. Aquí no sólo huele a podredumbre. También huele a trampa.

Con el minotauro por medio, ni aunque quisiera hubiera podido abrir la puerta.

—Dale la orden —dijo a la bruja, refiriéndose a que Bulko continuara.