Hay dos posibles razones para raptar a Jezz:
1. o bien que alguien no quiere que el consejo conozca de primera mano lo sucedido, para tratar de minimizar su efecto, y que el enemigo externo se fortalezca.
2. o bien alguien quiere conocer de primera mano ese suceso y quiere evitar compartirlo con otros a cualquier precio.
Se te ocurre algo más.
Una vez sólo, Yi Fan se tiende de nuevo sobre el camastro, agotado, mareado y dolorido. Sólo en privado se permite mostrar debilidad y ahora que Asceltis se ha ido no tiene que reprimir la mueca de dolor que se le dibuja en la cara con cada movimiento que hace.
Está siendo un camino duro, pero siente por primera vez en meses que está progresando en su escalada hacia los puestos de importancia dentro de la estructura criminal de la ciudad. Y sabe que lo de anoche no es nada. A medida que llegue más lejos mayores serán los desafíos a superar y más a menudo se pondrá a prueba su integridad.
El exiliado se pregunta cuánto dejará de sí mismo en el camino que ha emprendido, y en qué clase de persona se convertirá si algún día llega al final del mismo.
Demasiado en que pensar. Ahora necesita dormir unas horas. Después encargará algo de comida para que se la lleven a la habitación, se cambiará las vendas si es necesario y se preparará para acudir al Cerro del Oro.
Lo ultimo que cruza por su mente antes de quedarse dormido es que efectivamente Uldnacht es una ciudad peligrosa.
Tan peligrosa como cierta mujer con velo...
Cita:
Efectivamente, creo que no se las dejé al final, aunque debí haberlo hecho...
Entonces ¿cómo entró Areth en la casa? ¿No me habrá roto nada????
Cita:
Nonono, no soy yo, es Yi Fan. Para mí es uno de esos personajes tan preocupados por el honor y de llevar a cabo su destino que es incapaz de disfrutar de las cosas simples de la vida. Siempre estará preocupado por una cosa u otra y nada le parecerá bueno. Un poco amargado, vamos.
Esperemos que eso cambie un poco durante el transcurrir de la historia.
Anda... Que lo decías en serio... -Digo, con una sonrisa socarrona- Mis disculpas, señor Vangrand. Suerte con vuestra misión... Esperemos que no la necesite.- Hago una tosca reverencia, y pregunto:
Por cierto, ¿Podría conseguir su amabilidad algo de información por el cuartel, señorita? Es por el bien de Asceltis, estoy buscando a un viejo amigo que no tuvo suerte "jugando" a las cartas...
Cita:
No necesariamente... Podéis estar más o menos donde queráis en los barrios centrales, dependiendo de dónde decidáis ir.
Cita:
Más o menos es igual que buscar a Zorya. Cada uno habéis tenido vuestra historia esta noche/mañana, tenedlo en cuenta.
A ver, podríamos intuir siquiera por qué Rhenar estaba andando la noche antes de consejo por la calle? Tal vez visitar un lupanar?? Hay que preguntar dónde se alojaba en la ciudad, y con quién, de dónde venía o adónde iba.
Cita:
Bueno, el consejo conoce los resultados de las batallas con los Truil, lo que no saben es el nuevo poder para destejer los hechizos sobre lo que iba a declarar Jezz. Tened en cuenta que es algo que no se ha visto nunca (la propia Ilsa fue incapaz de encontrar nada sobre ello en la biblioteca del Gremio), así que no es fácil que lo crean sin testigos. Es posible que ni siquiera se hable de esto en el Consejo.
Respecto al hecho de que un testigo ha desaparecido, hay muchas influencias de por medio, no sólo el Gremio de Hechiceros, que son los únicos que conocían a Jezzabel ayer. El testimonio de Biza... es una aprendiz con no demasiado buena fama, dada su historia personal... ¿lo tendría en cuenta el Consejo?
La abogada sonríe graciosamente cuando Alex le toma la mano y, tras una leve inclinación de cabeza, se dirige a él.
- Gracias señor Van... Alex - dice con una sonrisa. - Estoy segura de que lo que más desea ahora mismo es darse un baño caliente y saludar a sus padres, por lo que le agradezco, en nombre de todo Uldholm, que venga con nosotros. Estoy segura de que no lamentará conocer a Asceltis.
Se vuelve hacia Areth y tanto su expresión como su tono cambian completamente.
- Podría conseguir muchas cosas, señor Dhalbach, pero, después de sacarle de aquí, creo que me debe un favor... mejor dicho, que le debe un favor a Asceltis. Especialmente teniendo en cuenta que debía realizar un encargo para ella... y acabó en la cárcel. - Su rostro vuelve a iluminarse con una sonrisa, aunque no sabrías decir si se trata de una expresión sincera o ensayada mil veces ante un espejo. - Así pues, Areth, creo que usted también debería venir con nosotros.
Sin más preámbulos, tomando el brazo de Alex, comienza a caminar.
Al cabo de un rato escuchas cómo el cerrojo de la puerta se descorre y el chambelán entra en la primera habitación, donde ya estás esperándole. Te mira de arriba a abajo, evaluando tu aspecto sin que desaparezca su expresión de disgusto.
- Bueno, al menos no sigue cubierta de polvo... - dice altivo. - El Consejo escuchará su testimonio.
Se dirige nuevamente hacia el pasillo, dejando la puerta abierta para que le sigas. Caminais por la alfombra roja hacia la puerta de doble hoja al final del corredor. Cuando la abre vislumbras un enorme anfiteatro, completamente lleno de asientos grabados con los emblemas de los bremios. 222, recuerdas de tus lecciones de historia.
Peter se dirige a la parte central de lo que sería el escenario y, cuando habla, su voz retumba por toda la cámara.
- Ante ustedes se presenta la señorita Diana, venida de la frontera Truil con noticias sobre las últimas derrotas que han sufrido nuestras tropas. - Se vuelve hacia ti y te hace una seña para que te coloques a su lado. Supones que esa posición influye en la acústica da la sala y permite que todo el mundo os pueda escuchas sin demasiado problema.
- Diana, ¿entiende que su testimonio es de gran importancia para esta sesión y, si miente u omite alguna información de forma voluntaria, podría ser considerado como alta traición contra esta nación? - Mirándote, te indica con la cabeza que contestes la pregunta.
-Si, lo entiendo-repite Diana.-¿Que informacion quereis saber?-les pregunta, aunque duda de que se pueda preguntar antes de responder. Observa a todos los presentes. Deben de ser miles, y su presencia le incomodan, pero intenta ignorarlos.
-Cuantos más mejor - murmura Alex sin ningun tono de ironia. Justo cuando emma se puso andar, el la siguio sin pdobabilidad de resistirse, era como si instintvamente fuese guiado.
Preferiría deberos el favor a título personal, vaya lástima...-Digo con una sonrisa socarrona- Estaré encantado de acompañaros; pero que conste que este "contratiempo" era trabajo de campo.
Joder Areth... Le estás debiendo demasiado a Asceltis... Y es ella quien debería darte algo a tí... Me va a matar...
Con una expresión preocupada y sonriente comienzo a caminar; con pocas esperanzas.
Descansas un rato más en tu habitación, y te levantas nuevamente cuando apenas falta una hora para que oscurezca. Al retirar el vendaje de tu cabeza te das cuenta de que el aspecto de tus quemaduras ha mejorado bastante, probablemente debido al ungüento que te aplicó Asceltis.
Ensimismado en tus pensamientos, recoges tus escasas pertenencias en un petate y lo vuelves a guardar en el armario, dudando si abandonar el Grifo Ardiente para mudarte a tu nueva casa o si permanecer aquí un tiempo más. El posadero te sube algo de comida y mira tus vendaje con expresión preocupada.
- ¿Se encuentra bien, señor Yi Fan? - pregunta mentras mira de reojo las manchas de sangre en la sábana hecha girones- ¿Puedo ayudarle en algo más? - Te fijas cómo su rostro intenta ocultar la expresión de preocupación al reparar en tu dinda apoyada junto a la cama, junto a la funda de tu inseparable koto que habías sacado para llevarte al Cerro de Oro.
Cúrate una herida letal de la cabeza, debido al efecto beneficioso de la pomada.
Se escuchan cuchicheos por toda la sala, mientras los consejeros comentan tu aspecto, procedencia y rango. No te resulta complicado darte cuenta de que tu presencia aquí es, cuanto menos, inusual.
Un hombre anciano se levanta de su asiento, en el cual puedes ver el emblema del Gremio de Eruditos y te mira con severidad. Tras examinarte detenidamente, sonríe levemente y te habla con una voz amable.
- Gracias por venir, joven. Nos gustaría que nos contases qué es lo que viste en la frontera Truil, cómo nuestras tropas han sido derrotadas con esa aparente facilidad.
Se vuelve asentar y por un momento las voces continuan, aunque no tardan en silenciar esperando tu respuesta.
Emma os guía a través de las calles de los Barrios Medios hasta que llegáis a una posada en cuyo letrero se puede leer con letras amarillentas "El Cerro de Oro". Cuando entráis veis un pequeño recibidor con un hombre sentado detrás de un mostrador. A su derecha salen unas escaleras de subida y tras él hay una pequeña puerta en el propio hueco de las escaleras. A la izquierda del recibidor hay otra puerta abierta, que parece dar a un comedor en el que hay dispuestas varias mesas. Podéis escuchar algunas voces en el interior, lo que os hace pensar que se utilice también como taberna abierta al público.
Emma se aproxima al recepcionista y le pregunta algo en voz baja, que apenas podéis escuchar. El hombre saca algo de detrás del mostrador y un momento después, la abogada vuelve hacia vosotros.
Extendiendo la mano hacia Alex, le ofrece una llave.
- Habitación 102, señor Vangrant - le dice mientras le da la llave. - Tómese su tiempo para darse un baño caliente y cambiarse de ropa. Si no me equivoco, el agua ya está preparada y seguro que agradece sentirse más cómodo cuando se encuentre con Asceltis.
Volviéndose hacia Areth, le dice.
- Señor Dhalbach, por favor, venga conmigo al salón - señala la puerta de la izquierda, - tenemos cosas de que hablar mientras Alex se prepara.
Despidiéndose del joven mago con una inclinación de cabeza, toma del brazo a Areth para llevarle hacia el comedor.
Saludo amargamente a Alex con un gesto de cabeza, y no puedo evitar murmurar:
Sabéis Emma? Tengo la sensación de ser yo el plato fuerte de la cena. No le importaría darme algún consejo sobre el menú antes de sentarme en la mesa, ¿verdad? por no atrangantarme, principalmente...
Antes de que me de tiempo me encuentro en frente al comedor, momento en el que prefiero guardar silencio, y tragar saliva.
"¿Otra vez repetir la misma historia?" penso malhumorada, pero evitando que lo pareciese.
-Estabamos en una batalla cuando ocurrio. Los danzantes de fuego cesaron de bailar en un mismo momento. Sus caras demostraban sorpresa, y empezaron a sacar dagas y algunas armas que portaban para enfrentarse a los Truil. No volvieron a usar la magia, y los soldados y hechiceros empezaron a caer al suelo presos de los ataques de los Truil. El capitan Johan mando una retirada, y murio a manos de una amazona Truil dotada de increible fuerza. Pocos salimos del campo de batalla con vida, y apenas pudimos dormir esa noche cuando nos juntamos. A la mañana siguiente, los Truil nos habian alcanzado, y los soldados dieron su vida para que un compañero y yo avisemos de la derrota.
¿Cuantas veces habre repetido ya esta historia? XDDDD
Gracias - murmura cojiendo la llave, mientras ellos hacen sus cosas, el se va tranquilamente a buscar su habitación. Mientras se aleja de ellos siente como que no deberia hacerlo realmente, aunque debia de hacerlo debido a todo.
"Seguramente estaran subiendo las escaleras, me figuro"
Se apartó un poco el pelo de su cara y avanzó con tranquilidad por las escaleras, termino de subirlas e intento ver dobnde estaba la 102
Tirada: 3d10
Motivo: Sentido+Examinar para encontrar la habitación XD
Resultados: 3, 5, 4
Un hombre bastante más joven que el que habló anteriormente se levanta tras escucharte. Se sienta al lado del anterior consejero y, por sus emblemas, adivinas que pertenece a ese mismo gremio, aunque sus imponentes alas ya habían dejado claro que se trata de un hechicero.
- ¿Dices que los flamedancers dejaron de bailar y dejaron de usar la magia? ¿Qué ocurrió con los stormtongues? ¿Se mantuvieron en el aire o cayeron de golpe? ¿Te fijaste en sus alas? - se queda callado un instante, dudando sobre si plantear alguna otra pregunta, y finalmente se sienta.
Cita:
Lo sé y lo siento... ¡El problema es que cada vez cuentas una cosa ligeramente diferente y yo me suelo fijar bastante en los detalles!
Cita:
Vosotros, sin vida, no salisteis ;-) :P
Diana escucha atentamente al joven, pero no sabe que contestar. No se habia fijado especialmente en los stormtongues, asi que espero unos segundos antes de contestar.
-Si, asi es. Sobre los stormtongues no se nada, excepto que muchos hechiceros perecieron ante los Truil, y en el grupo de los supervivientes creo que no habia ninguno, sin contar a un flamedancer que llego aqui conmigo.-estuvo tentada de seguir hablando sobre Alez, pero decidio callar. Ya le preguntarian sobre el si les interesaba.
Cita:
Cita:
Vosotros, sin vida, no salisteis ;-) :P
Perdona, un error, ya lo cambio.
-Creo que Rhenar y Jezz fueron emboscados por sorpresa pues no les oí gritar- intentó recordar los hechos de la noche anterior una vez más -En cuanto a la explosión de hechicería, recuerdo que fue muy poderosa pero no sabría decir si fue cosa de Rhenar o de los que le asaltaron.-
Sugiero dirigirnos al Consejo, como ya indiqué, y después de aclarar lo que podamos allí, ir a ver lo que queda de Rhenar, si te parece.