Partida Rol por web

-"Hijos de satanás..." -pensaba Fonseca las palabras de Iria. Muchacha... si hay Diablo, es porque hay Dios... y si el diablo manda a estos indeseables con esa avaricia, Dios proveerá, aunque sea a nuestro Conde y muramos por él. Ahora... cúbrete, y prepara tus sabias manos, mujer.

Fonseca tragaba saliva, pues no estaba seguro ni siquiera de sus propias palabras para con la chica, pues lo único que le importaba era tranquilizarla y protegerla, como había dispuesto Don Alonso

Diego ensarta con su espada al Monje 3, hundiendo su espada en el estómago del monje, al cual le quedará una cicatriz de recuerdo de Diego para siempre.

El Monje 1 ataca a Don Alonso con su garrote, el primer golpe va directo hacia el pecho afortunadamente su armadura para el golpe.

El segundo golpe va directo al abdomen pero también se estrella contra la armadura de Don Alonso.

El Monje 3 ataca a Diego, impactando el primer ataque en el pecho, su espada atraviesa su peto de cuero y Diego pierde 4 puntos de resistencia.

El segundo ataque alcanza a Diego en el abdomen, nuevamente atraviesa el peto de cuero y Diego pierde 1 punto de resistencia.

El Monje 4 avanza entre la marabunta de monjes y ocupa el lugar del monje 2. En su segunda acción ataca a Don Alonso pero su espada rebota contra su armadura a la altura del pecho.

El resto de monjes no pueden atacaros y quedan en una segunda línea, sino fuese por el sitio que escogistéis para acampar, ahora estaríais muertos.

Orden:

Manuel 

Don Alonso

Rodrigo

Diego

Iria 

Monjes

Válgame Dios que he de intentarlo, ¡Oh, Padre, ilústrame esta vez!- y en esos momentos intentó colocar en la base de la espada de Garcés un pequeño amuleto, nada importante...

-¡Magnífico! -dije dándo un grito de alegría. Diego, ¡abre tus oídos! ¡Es ahora cuando más fuerte debes golpear... al de la armadura...! ¡¡Al de la armadura!! ¡¡Tu espada la atravesará como carne, sin tenerla en cuenta!! ¡Tienes poco tiempo! ¡Aprisa!

Y volví hacia atrás con la muchacha.

Ahora el arma de diego lleva este hechizo:

Sí, estáis de la siguiente manera:

Don Alonso y Diego en primera línea enzarzados en combate con tres monjes, uno de los monjes yace despatarrado en el suelo. El resto de monjes está repartido en varias líneas totalmetne desorganizadas detrás de la primera línea de cuatro.En una segunda línea estáis Rodrigo, Manuel e Iria.

Como era de esperar, los golpes caían como lluvia. Alonso comprobó con cierto pesimismo cómo lejos de ser unos vulgares tunantes, los bandidos tenían experiencia en armas. Y seguramente alguna vida en sus conciencias. La cosa empeoraba un poco, si es que no estaba suficientemente mal.

¡Afortunadamente, el terreno nos favorece! -intenta animar a sus hombres, sobre todo al ver cómo las primeras gotas de sangre del almogávar brillan a la luz de las antorchas- ¡Vamos a aguantar, y demostrar a estos mequetrefes lo caro que les va a salir el negocio! ¡Ánimo! Sólo pueden atacarnos de tres en tres...

La espada de Don Alonso volvió a cantar.

 Rodrigo toma otra flecha de su carcaj y apunta hacia uno de los monjes que siguen ilesos. Prefiere dañarlos y tratar de mermar su capacidad para que sus compañeros los rematen a rematar alguno herido.

Por suerte, puede seguir disparando su arco. La barrera humana que forman el conde y el almogavar, unido a la posición que han escogido, impide a los monjes un ataque frontal.

Tomando puntería, lanza su flecha, que impacta en el brazo derecho de uno de ellos, aunque por desgracia, su herida no parece muy profunda

Así te gangrenes - piensa, mientras se ocupa de sacar otra flecha

Perdonad estoy totalmente en la parra, efectivamente el hechizo es en el arma de Diego.

Don Alonso se enzarza con el Monje 4 y de un espadazo que taja el pecho le quita 6 puntos de resistencia, en su segundo ataque también de melé con el monje 1 su espada atraviesa el estómago del hombre y el monje 1 se desploma.

La flecha de Rodrigo se clava con fuerza en el brazo derecho del monje 3, que apenas se sostiene en pie.

Doble de dañor sólo en cabeza.

Pecho y abdomen daño normal, está en la escena de reglas de esta partida, en la tercera creo que es igual no? al menos así me pareció leerlo en la partida que estoy preparando.

 Diego no escucha nada mas que su propia voz interior que le susurra: Mata antes de que te maten. Sus ojos están llenos de rabia guerrera, y sus manos de experiencia almogávar.

- Llegaré hasta el corazón del último de vosotros, y creedme que no os ca a gustar. DESPERTA FERRO!!!!- dice al tiempo que vuelve clavar su cimitarra en el abdomen de otro de los monjes.

El Ataque de Diego tumba al Monje 3 y deja herido crítico al Monje 4, que milagrosamente todavía sostiene el garrote en su mano derecha.