Partida Rol por web

Saga de Arcain: Stohlm

[D] Thibe

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03/02/2018, 23:18
Abzu

Estás en un bosque, corres con todas tus fuerzas. ¿Desde cuando te habías vuelto tan lento?

Reconoces el lugar. Ya debe ser la octava vez que pasas junto a ese árbol. Estás en el Bosque del Alba. Te enjugas el sudor del rostro con el brazo libre, pues el otro sostiene el arco. Pasas tu mano por encima del carcaj carente de flechas y la extenuación le da a tu boca la sensación de estar llena de arena caliente. Escuchas un bramido a tu espalda y los cascos de las pezuñas de unas monstruosidades que trotan en tu persecución.

Finalmente; te escondes detrás de un viejo árbol, alejado del camino. Tumbas tu espalda sobre él y dejas entrar el aire fresco en tus pulmones. Todavía escuchas los cascos.

¿Qué son esas criaturas? Te habías volteado muchas veces, pero tus ojos jamás podían darle forma a esas demenciales creaciones. Cuando de repente, observas frente a ti como una de esas deformidades con cuernos carga directo hacia tu dirección. Te levantas y reanudas tu carrera cuando de repente un hacha se interpone en tu camino.

Reprimes un grito y te despiertas de golpe en una mesa con un charquito de saliva. Había sido solo un sueño, producto de tu desvelo de anoche. Aunque ahora mismo pagas el precio por ello, no te arrepientes ni un segundo de aquel juego de dados en el que por poco dejas al presumido de Arwin sin prendas algunas que lucir.

Estás en la taberna del Grajo Ciego. Parece ser temprano por la mañana todavía, pues unos pocos parroquianos se ven al otro lado del salón y por sus somnolientos aspectos deduces que son los que se han quedado noqueados tras una incontable jornada nocturna de alcohol.

Detrás de tu mesa se encuentra Tuerto Howard, el propietario de la taberna. Desde que le ayudaste con unos pendencieros despreciables hace un par de semanas te ha cedido un cuarto —que antes cumplía como cuarto de escobas—. para cuando lo necesites. Pasaba un trapo sucio dentro de una jarra con aburrimiento en su rostro regordete.

Afuera de la entrada parecía ser todo mucho más interesante, pues un grupo de conocidos cazadores furtivos bromeaban enérgicamente apoyados en un barril, dos con jarras en mano. Por los tonos de voz logras reconocer a los gemelos Edwin y Eyvert, dos jóvenes con la cabeza asemejada a la de dos ratones. Tu viejo amigo Arwin está también con ellos. Este último voltea el rostro hacia ti y tras descubrir que te encuentras despierto te hace una invitación con el dedo para que te unas a ellos.

—¡Eh, chicos! ¡Se ha despegado de la mesa finalmente! —dijo Arwin con un tono burlón, los gemelos giraron sus cabezas y te observaron con una sonrisa—. ¡Vamos, Arthur, ven aquí! ¿O vas a seguir ahogándote en saliva toda la mañana?

El ofrecimiento de seguir durmiendo sonaba tentador. Tu cuerpo se sentía pesado como el plomo y rígido por la postura en la que te habías quedado dormido. Aunque en el fondo sabes que no estás tan cansado.

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05/02/2018, 15:23

-¡Joder!-pienso para mis adentros mientras me levanto sobresaltado por el inquietante sueño pero un invisible mazazo en mis sienes me recuerda la juerga de anoche y mi fortuna con los dados haciendo que me lo tome todo con mucha más calma mientras trato de recomponerme. La resaca era ya una sensación normal en mi, más aún cuando bebíamos aquel meado barato de burro que nos servía el Tuerto Howard, no siempre había dinero para beber de lo bueno, así que el truco era beber bueno al principio y una vez cogido el puntillo te pasabas a cualquier mierda que no le doliera tanto a tú bolsillo.

La temporada había sido buena y las pequeñas trampas para liebres que había instalado en el bosque dieron sus frutos, en lugar de venderlos Arthur se había dedicado a criar gazapos permitiéndole obtener un buen dinero por unos animales que apenas requerían cuidado y se multiplicaban rápidamente. Tenía un buen acuerdo con el Grajo Ciego a quien le vendía regularmente la carne teniendo unos ingresos constantes, dejando las pieles a parte, pudiendo tener una buena comida y bebida de tanto en tanto. Prefería comer caliente cuando se daba la ocasión pues no era un gran cocinero más allá de lo que pudiera asar al fuego en mitad de la espesura. Cuando salía a cazar Arwin le cuidaba los animales dado que Arthur y él se habían criado juntos desde pequeños, el joven cazador nunca le dejaría colgado pasase lo que pasase.

Le vio a lo lejos junto con los gemelos haciéndoles una seña con la mano antes de levantarse pesadamente para dirigirse hacia ellos.-¡Ey, qué pasa muchachos!¿A qué viene tanto alboroto de buena mañana?- le levanté para estirarme y desperezándome intentando ser persona de nuevo.

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05/02/2018, 18:31
Arwin

Conforme te vas acercando, vas escuchando más claramente la conversación que se está llevando a cabo. Escuchas la risa de Arwin y una maldición ahogada de parte de Edwin. Finalmente logras reunirte con ellos y escuchas la conversación con lujo de detalles.

—Muy bien, muy bien... desde el principio... ¿Entonces dices que viste a un... hombre con una cabeza de caballo puesta en el bosque? —¡Era de cabra, y no llevaba una cabeza puesta, la tenía pegada al cuello! —Protestó el gemelo con una expresión ceñuda—. Lo juro... no era nada parecido a lo que Eyvert y yo hayamos visto antes... ¡desactivó nuestras trampas e intentó seguirnos desde el Heiminsdatch!

El cuento del gemelo con cara de roedor te pareció bastante curioso. No era la primera vez que se hablaba de algo por el estilo. Al fin y al cabo, cientos de cosas raras ocurrían en el Bosque y eran los cazadores furtivos quienes llegaban a Thibe y las demás aldeas a repartir el chisme de primera mano. Desde monolitos extraños en los claros del bosque, movimientos de las tribus bárbaras del norte, hasta la aparición de hombres que tenían el aspecto de cadáveres y jamás se aparecían a plena luz del día.

La veracidad de cada cosa dependía mucho de la reputación del que la contaba. Eso era obvio. Y los gemelos no solían ser los indicados para expresar con detalles un avistamiento de esos. Más de una vez tuviste que valerte por ti mismo en el bosque gracias a la "ayuda" que intentaban brindarte esos dos idiotas, aunque debías admitir que se complementaban. Edwin era tan ciego que no podría acertar un tiro a una vaca que tuviese a un par de metros delante suya, y por eso él era quien cargaba las trampas y las colocaba. A su vez, Eyvert era olvidadizo como un pez dorado, y se olvidaría de su cabeza si no la tuviese pegada al cuerpo.

Arwin negó con la cabeza y le pegó un trago a la jarra medio vacía que tenía en su zurda. —¿Estás seguro de que no estabas confundiéndote con algún árbol muerto o algo así? Es decir... sí... cosas extrañas ocurren en el bosque de vez en cuando... ¿Pero no ocurren en todos lados? Además... ¿Hombres mitad cabra? —reprimió una risa, y el gemelo Edwin le arrojaba una mirada colérica desde el otro lado del barril—. Yo me inventaría algo más creíble, si quieres deshacerte de la competencia.

Edwin buscó con la mirada a su gemelo, pero estaba demasiado distraído observando a la distancia. Más exactamente en dirección al oeste. «salida al Bosque del Alba». Y con una sonrisa imbécil en su rostro. Edwin suspiró, al borde de la rendición, y dirigió sus ojos hacia tu persona.

—Venga, Arthur tiene que saber algo al respecto. Es de los que más tiempo pasan en el bosque al igual que nosotros. ¿Me vas a decir que no has visto nada en el bosque ni un poco extraño? —intentó exprimir el aire con su índice y el pulgar.

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05/02/2018, 20:44

Al salir de la posada me fui directo a un viejo barril que estaba en la esquina de la posada , el Tuerto Howard lo usaba para recoger el agua de lluvia, metí las manos para echarme agua varias veces en la cara intentando despejarme lo máximo posible antes de ir a escuchar las fantochadas de lo gemelos. Aquellos dos se perderían en un establo mientras trataban de abrocharse los inexistentes cordones de sus botas.

Sin embargo aquella vez fue distinta, ya fuera por la resaca o por las casualidades del destino aquellos patanes estaban hablando de algo que el acababa de soñar¿cómo demonios podía ser eso posible?-A ver, a ver, a ver, para el carro Edwin ¿donde dices qué viste a esa cosa, en el Bosque del Alba?¿te fijaste en si llevaba armas y cómo eran su pies?¿si eran pies o pezuñas?¿y dices qué os siguió?No es lo mismo seguiros que tratar de daros caza, así que acláradmelo, por que si un bicho como ese os seguía ¡A quién coño se le ocurre traerlo hasta aquí pedazo de idiotas!- le cogí por las solapas y lo apoyé contra la pared gritándole a la cara claramente cabreado.-Más vale que le pongamos fin a todo esto por nuestra cuenta antes de que se complique más, vosotros la habéis cagado y lo vais a solucionar aunque os cueste el culo.- se notaba que el joven hablaba muy enserio, nos les daba opción alguna a aquellos dos gañanes.

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06/02/2018, 18:15
Abzu

Edwin por un segundo te había observado con perplejidad, se esperaba que también pensaras que su historia era un disparate y cuando fuiste incrementando tu tono —y tacto—, se dio cuenta de que estabas hablando con él en serio, su animosidad se convirtió en congoja cuando de una sacudida lo golpeaste contra la pared.

—No... no... ¡No lo sé! Estuvo muy lejos, a la distancia. Y solo se encontraba ahí observándonos y siguiéndonos... —chilló el gemelo—. ¡No estoy muy seguro de lo que vi, pero si que tenía cuernos en la cabeza, si señor!

Ves como Edwin mira a través de ti y de repente el apretón de una mano te aplasta los hombros, se trata de su hermano quien, apartado de su ensimismamiento, te observa con enojo en el rostro. —Venga, ya estuvo bueno, suéltalo. —Te advirtió Eyvert. Y antes de que la cosa fuese a mayores, Arwin empezó a separarlos a todos para regresar la calma a la conversación.

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06/02/2018, 18:21
Arwin

—Chicos, chicos. Vamos, dejad de pelearos entre vosotros como niños pequeños. —Dijo Arwin con un tono casi burlón—. ¿Tu también estás con ese disparate, Arthur? Por favor... seguramente solo se trata de algún bromista o un hombre de los bosques, en el peor de los casos podría ser un bárbaro hombre salvaje, pero todos sabemos que no es posible una cosa semejante. Así que va, dejemos un poco fuera el asunto mejor.

Quizás Arwin no estaba siendo lo suficientemente tranquilizador al intentar separarlos a todos, pero sin duda su actitud sobria hizo que la presa de Eyvert aflojara y se quitara de su hombro. Edwin te observaba con nerviosismo, y la culpabilidad iba engullendo su azorado rostro. Parece que cada una de tus palabras se hubiera incrustado en su mente como un clavo y apenas ahora se daba cuenta de sus acciones.

—Lo... lo siento Arthur... —Terminó diciendo Edwin, con el rostro rosado por la culpa—. Pero nadie me creyó, en serio. Pero la última vez que lo vi siguiéndonos fue en los maderos antes del Heiminsdatch... Puedo jurarlo por mi brazalete que si le buscamos por ahí lo encontraremos.

Las palabras de Edwin hicieron que Arwin enarcase una ceja y se cruzara de brazos.

—¿Lo que dices es en serio? ¿Piensas irte al bosque a otra cosa que no sea cazar animales? No falta poco para la llegada del invierno, imbéciles, y apenas podemos comer bien con lo que tenemos. ¡Los demás cazadores se nos adelantarán y nos robarán las presas! ¡Tendremos que irnos a cazar al Bosque de Brujas si queremos encontrar algo!

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06/02/2018, 19:37

Poco a poco tras la palabras conciliadoras de Arwin, Arthur fue aflojando poco a poco la presa sobre las solapas de Edwin, él mismo se sorprendió de su actitud, se había excedido.-Bueno, para variar creo que tienes razón y fuera lo que fuera lo que vieron no les hizo ningún daño; tal vez se trate de un salvaje con una máscara quien sabe que clase de ritos tendrán ahora que se acera el invierno.- comentó a todos en tono tranquilizador soltando del todo a Edwin, relajando su actitud.-Dejemos que esto pase, el invierno se nos echa encima y de cada vez será más difícil cazar alguna pieza digna con las que llenar las despensas de Thibe. Arwin¿sabes si hace mucho qué el resto salieron a cazar? creo que esta vez lo mejor sería que fuéramos los cuatro juntos, necesitamos presas más grandes: venados, ciervos, corzos si pudiéramos abatir dos buenos ejemplares podríamos limpiarlos en el bosque y cargarlos hasta aquí. No hay tiempo para trampas ahora o para caza menor, si no salimos ahora perderemos la ocasión de alcanzar a los últimos rebaños que estén de migración.

Las reglas de siempre él que lo tumbe se lleva la mejor parte, cada disparo efectivo un poco más y los que ayuden a encarrilar la presa serán los que menos se lleven, a estas alturas no encontrareis un trato mejor¿qué me decís?- les tendió la mano en gesto conciliador, no era habitual que Arhur ofreciera ese tipo de acuerdos él solía cazar solo pero con el invierno echandoseles encima no tenía otra opción para asegurarse de que la aldea no pasaba hambre.

Mientras se lo pensaban cogió a Arwin pasándole un brazo por detrás del cuello llevándoselo a la barra para pedirle al Tuerto Howard  dos generosos desayunos. Charlaban y reían esperando la respuesta de los gemelos, cuando Arthru se sinceró con él.-No te lo vas a creer pero yo he soñado con esa cosa, soñé que me mataba.- le dijo por lo bajo sin que nadie más pudiera oírlos con aire preocupado.

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08/02/2018, 00:58
Abzu

Tras tu sagaz acuerdo, los gemelos se miraron el uno al otro, y podías notar que en sus miradas una especie de comunicación se estaba llevando a cabo. Era como si uno supiese lo que el otro intentaba decirle solo con ver la expresión de su rostro. No era la primera vez que eso pasaba; más de una vez notaste como Eyvert terminaba la frase de Edwin y viceversa, sin dudas, ese par era un espectáculo digno de presenciar... un peculiar y particularmente feo espectáculo.

Finalmente, volvieron sus rostros ratoníles hacia tu persona y asintieron con la cabeza.

—Pues a mí me parece un buen trato —admitió Eyvert, mientras que su hermano se cruzaba de brazos y empezaba a hablar él también—. Sí, como siempre Arthur sabe que decir...— Convino el gemelo con una clara mirada odiosa en su rostro— Venga va, dejemos esto así y el que se lleve a lo más grande es quien más beberá esta noche. Vamos, Eyvert, tenemos que buscar nuestro equipo.

—¿...Ah? Sí, sí. Claro, vamos —Dijo Eyvert tras desperezarse y levantarse del asiento, puedes verlos alejarse al norte de la aldea, donde viven en casa de sus padres al lado del templo de Zaryanitsa—. ¿De verdad tenemos que volver ahí? No quiero tener que encontrarme otra vez con esa cosa...

Eventualmente su voz fue perdiendo volumen conforme se alejaba.

Arwin suspiró, un poco más relajado, y accedió a que lo invitaras a pasar. Esperó el desayuno pacientemente a tu lado y, tras una corta espera, Tuerto Howard apareció por la puerta y dejó en vuestra mesa un par de platos con gachas y estofado de conejo que quedó de anoche, acompañadas de un par de jarras hasta el tope de cerveza. Arwin engullía la comida y se preocupaba poco por degustarla, aunque cada tanto tiempo realizaba una aprobación en forma de gemido y risa ahogada. Finalmente tragó cuando escuchó tus palabras y te observó como quien mirase a un loco de remate.

—¿Con esa cosa...? ¿...Con la cosa que persiguió a los gemelos? —se limpió la boca con el dorso de la mano— ¡Déjalo ya, Arthur! Pensé que ya había quedado claro que se trataba de un simple forastero, un bromista, nada más. ¿Qué, también tenían cuernos y cara de cabra los bichos que te mataron en tu sueño? ¿Fue una especie de venganza por matar a sus amigos del bosque?

Arwin acompañó la burla con una risa, y siguió comiendo. Se encogió levemente de hombros y tragó para hablar.

Yo opino que deberías quitarte esas ideas de la cabeza, Arthur, ya hay suficiente tensión por aquí después de la leva que se está realizando a lo largo de todo Derchios. La idea de una "monstruosidad con cabeza de cabra" solo se encarga de mantenerte alejado de lo que nos da de comer, el bosque.

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08/02/2018, 16:43

Sentado en la barra comía con ganas la comida servida, el guiso de un día para otro siempre era más sabroso, disfrutaba de rebañar el pan duro para reblandecerlo mientras charlaba con Arwin, quizás aún estaba algo nervioso pero la presencia de su amigo le reconfortaba. Era de las pocas personas con la que había trabado cierta amistad, el único al que consideraba cercano y es que aquellos dos truhanes no siempre habían sido trigo de buen costal, sin embargo gracias a la ayuda mutua salieron de hoyo.-Si, te digo que por la descripción era lo mismo, yo tampoco quiero poner nervioso a nadie pero mejor ser precavidos con esto ¿vale?Ni una palabra a nadie, no quiero acabar en la hoguera por una tontería así, dejemoslo correr tal vez solo sea una casualidad, de todos modos por echar un vistazo no perdemos nada.Oye y ahora que lo mencionas ¿donde diablos esta ese Bosque de las Brujas que tanto mencionas?¿qué se te ha perdido por ahí?.-por como reaccionaba su viejo amigo Arwin podía estar seguro de que la situación inquietaba a Arthur, quien quería cambiar de tema y despejar un poco la cabeza.

Esperando a que los gemelos trajesen sus pertrechos empezaron a charlar con el Tuerto Howard.- ¡Oye Howard!¿Cómo se presenta el invierno?¿sabes qué tal andan las despensas este año?espero que no volvamos a pasar hambre otro invierno¿han hecho algo los Derchios este año por nosotros?Y por cierto ¿qué demonios es eso que he oído de la leva?Si quieren que luche sus estúpidas guerras tendrán que venir a buscarme a lo más profundo del bosque y estoy seguro que no les va a gustar lo que se van a encontrar antes de llegar hasta mi.

Ponnos un poco al día tú que te enteras de todo, cierto es que desde la ultima salida he estado algo ausente de las noticias locales.-poco a poco iba recuperando la normalidad, Arthur no era mala persona pero no se dejaba pisar y era de la opinión que lo que pasaba en el bosque se quedaba en el bosque. Cayera quien cayera.

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09/02/2018, 19:24
Arwin

El joven cazador furtivo se encogió de hombros. Su boca llena se convirtió en una sonrisa y tras tragar un excesivo cucharon empezó a hablar con más soltura.

—Pues, es un lugar del que me contaron hace unos días. Parece estar cerca de los dominios de los Nifwalder y... bueno, dicen que de ahí vienen los bárbaros y otro tipo de... cosas. También dicen que ahí se van a esconder los bandidos, brujas y básicamente toda la escoria que no es bienvenida en ninguno de los territorios nobles —se limpió otra vez con una manga la boca llena de comida—. ¿Una leva? Ahora eso sí que es de miedo.

Mientras Arwin hablaba, Tuerto Howard servía un par de cervezas a dos parroquianos que habían entrado hace poco a la taberna. Aunque el Grajo Ciego no fuese la flor y nata en cuanto a servicio, era la mejor opción que tenían los habitantes de Thibe si querían enterarse de algún chisme o discutir acerca de los temas más recientes con una jarra llena en mano. Poco a poco iba llenándose el lugar, y el sol ya había empezado su marcha hacia la punta del cielo para dar aviso que el mediodía se estaba acercando.

Howard abandonó la barra durante unos segundos y se acercó a la mesa mientras limpiaba una jarra con un trapo. De no ser por su rostro lampiño y su ligera diferencia de estatura; lo estarías confundiendo con un enano de los que escuchaste en los cuentos. Su barriga se pronunciaba y era retenida por un delantal sucio, y tenía brazos gruesos como barriletes.

—Sí... parece que los Derchios están tramando algo, un forastero de Tunja vino hace unos días y me contó que han estado reclutando a todo aquel que pueda luchar en Katdag, Galga y Onnar. Omitiendo a los ancianos, a los menores de once inviernos y a los lisiados y mujeres preñadas. Quien sabe, hace un tiempo que no han renovado las guarniciones en Katdag, posiblemente solo se trate de eso. Además de eso... creo que han estado preparando un torneo o algo así en la capital, buena ganancia obviamente, aunque esa ya es noticia vieja.

El hombre rodeó con la mirada su local y luego siguió hablando:

—Parece que los muchachos aprendieron la lección del invierno pasado, hemos estado llenando las despensas hasta el tope y a menos que se produzca un imprevisto tendríamos suficiente alimento como para pasar el invierno e incluso recibir a unos cuantos invitados. Aun así... hay quien dice que en el Templo de Zaryanitsa ha entrado un misterioso hombre del norte que no para de hablar acerca de sus locuras... «frío, enfermedades, enemigos peores que los hombres» —el tuerto tabernero sacudió su jarra con dramatismo y con un rostro afligido y enloquecido, para luego reír y negar con la cabeza— Yo opino que solo es otro loco que echaron de su pueblo por molesto... como si no tuviésemos suficientes ya por aquí.

Arwin, quien escuchaba con atención los chismes más recientes de Howard, anunció que ya había terminado de comer con un eructo. Y giró la cabeza levemente para luego palmear tu espalda.

—Ya casi va a ser mediodía, Arthur... y esos cabrones cabeza de ratón no se han aparecido... ¡Seguramente intentan adelantarnos los muy sucios! ¿Ya estás listo para partir o necesitas ayuda con ese plato? —Esa última sugerencia vino acompañado de una fugaz mirada a tu plato de gachas.

 

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09/02/2018, 20:32

Arthur le sonrió a Arwin divertido, parecía una ratón del bosque con los mejillas llenas de gachas a punto de atragantarse, comía con el ansia de aquel que no siempre tiene que llevarse a la boca.-Macho cada vez que abres la boca me saltas con nombre nuevos ¿los Nifwalder?¿quien demonios son esos? Casi es mejor que la tengas llena de comida, es cuando menos problemas me das. Podríamos irnos a vivir allí no es que sea el peor agujero del que tú y yo hemos salimos, tal vez ellos también necesiten levas ¿qué dices?¿nos presentamos?.- sonrió con sorna a su amigo. La vida no solo daba muchas vueltas, sino que también repartía mierda y patadas para todos, aquellos dos muchachos eran una excepción a la regla, no habían acabado tan mal dadas las tortuosas vidas que ambos habían llevado. Tal vez en su caso si fuera cierto que la unión hace la fuerza.

Cuando el Tuerto Howard volvió tras la barra y se colocó con ellos Arthur le hizo un gesto para que le sirviera solo media jarra más, el estofado recalentado se volvía muy salado, necesitando un poco más de cerveza para poder quitarse el regusto espeso y salado del gaznate. Le miró con recelo mientras comentaba las noticias de la capital, como si poco le importaran o no confiara en la nobleza.- Bueno al menos parece que saben que aquí estamos tan jodidos que no nos sobra ni un solo hombre, ya me va bien que no vengan a husmear. Oye Howard ¿y eso del torneo de qué va?¿acasos si gano la prueba de arquería me cubrirán de oro?jajajaja-le dio un codazo cómplice a Arwin mientras se reía con él haciendo una bufonada como si se hubiera convertido en un importante marqués digno de reverenciar.

No es que le importase mucho lo del loco aquel pero siempre le gustaba pasarse por el templo de Zaryanitsa, no podía negar que además de la caridad de las sacerdotisas no tendría ningún problema en que tuvieran algún "gesto" de más con él. Mujeres limpias y bellas no se veían todos los días, las fulanas dignas de ver no abundaban en Thibe, al igual que el dinero en sus bolsillos, no tenía nada contra el oficio, cada uno sobrevivía como podía y él ya llevaba tiempo en dique seco con ganas de aliviar su necesidad.-Me alegro de que este año todo el mundo esté cubierto ¿tú necesitas algo más Howard? ya no solo de caza, sino en general. Estas aquí encerrado todo el día como un mochuelo en su olivo, en cambio yo voy y vengo, si te hace falta algo de mercado solo dilo.-remató el plato y la bebida ante la amenaza que suponía el apetito voraz de Arwin.- Como acerques tus zarpas a mi comida te muerdo la mano gañan, los perros que vengan tras de ti se morirán de hambre.- reflexionó por unos instantes sobre las palabras de su compañero.- Mira al final parecerá que esos dos no tienen la cabeza tan hueca como parecía, déjales que vayan, ni con medio día de ventaja podrían cogernos, si ni siquiera saben encordarse solos la botas. Pero bueno, venga va vamos que te veo nervioso, no perdamos más tiempo, lo dicho Howard si necesitas algo dímelo, te lo traeré al volver.- se despidió del viejo y de los parroquianos con un saludo cordialmente indiferente.

Fue un momento al cuartucho que le servía de habitación para coger el arco, el carcaj y su petate, el cual siempre dejaba preparado por las noches para poder salir temprano, aunque con una fiesta como la de anoche era inevitable salir tarde. Al salir de la posada Arwin enseguida se dio cuenta de como se dirigía al norte, en dirección al templo en lugar ir hacia la salida oeste en dirección al bosque, Arthur le guiñó un ojo indicándole claramente que iba a meter las narices en aquel asunto del loco.

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11/02/2018, 16:10
Abzu

 Una vez fuera de la taberna del Grajo Ciego, te das cuenta como Arwin se despide muy fugazmente y empieza a caminar rumbo al oeste. Puedes asociar la prisa de tu amigo con la necesidad de darle alcance a los gemelos Eyvert y Edwin, aunque ahora que recuerdas; no ha sido la primera vez que le has visto tan ansioso.

 Arwin siempre ha tenido una conexión extraña con el bosque, llegando a sentirse incómodo tras pasar mucho tiempo en Thibe. Claro, darse cuenta de esto no ha sido cosa fácil. Ahora es cuando te das cuenta de lo poco que sabes realmente acerca de uno de tus pocos amigos. Sí, quizás lo lleves conociendo muchos años, pero todavía habían cosas que te resultaban curiosas y hasta extrañas en su comportamiento, sus salidas al bosque, su actitud siempre serena y otras pocas cosas más... nunca has reunido el valor para preguntarle o simplemente no te habían importado nunca lo suficiente.

Mientras vas caminando a través de la aldea puedes darte cuenta de que la actividad en la misma va en ebullición, cosa normal, pues ya a estas horas todos los puestos estarían abriendo y los hombres y mujeres ya habrían empezado con sus tareas de a diario. Junto a ti van pasando, en dirección contraria, un hombre acompañado de su hijo que va tirando de un carromato con su contenido recubierto en un gran paño de tela. Luego se te aparecen un grupo de milicianos. Logras reconocerlos por su distintiva banda de color rojo oscuro alrededor de su brazo, además de que todos cargan una lanza y un escudo oblongo de madera colgado en sus espaldas. Algunos están pintados y otros parecen estar tan viejos que podrían romperse con un cosquilleo, esto les toma sin cuidado a ellos, quienes van bromeando y charlando mientras realizan su caminata hacia el pequeño cuartel que queda más al este de la aldea. Sigues avanzando y logras escuchar la acalorada discusión de unas mujeres acerca de los precios en el mercadillo local y como «Los malnacidos nobles han secuestrado a uno de mis hijos para servir en sus filas». La conversación va haciéndose menos sonora conforme vas avanzando.

Finalmente, subes la pequeña colina hasta que encaras el templo de Zaryanitsa, un portón medio cerrado te da la bienvenida y fuera de él hay un joven muchacho, con al menos doce inviernos, sentado en las escaleras. Adentro puedes escuchar el sonido de actividad y de voces tanto femeninas como masculinas que se entremezclan.

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11/02/2018, 22:16

-¡Id con cuidado, enseguida os alcanzo!-le grito a Arwin mientras este se alejaba, no se perdonaría si le pasaba algo en su ausencia. Pudiera ser que no conociera del todo a su viejo amigo, pero demonios se preocupaba por él se sentían a gusto junto a él, no necesitaba saber más o no quería saberlo. Todos tenían secretos que ocultar y mierdas en su pasado, no quería que se perdiera lo bueno entre ellos por algo que ya era pasado, no valía la pena perderlo por alguna metedura de pata o alguna pregunta incomoda, mejor dejar las cosas sin respuesta. A veces el silencio era el mejor bálsamo entre ellos dos.

Avivó el paso ignorando como la vida en la aldea iba tomando forma, como el mercado crecía a medida que tomaba forma con los primeros gritos, la algarabía y las patrullas de soldados de acá para allá. Decidió no entretenerse demasiado en el templo para atrapar cuanto antes a aquellos tres gañanes.-¡Pst, muchacho!¿Qué diantre haces aquí?¿No tienes quehaceres?- le dijo entrando apresuradamente en el templo. Se dirigió a una de las hermanas para tratar de hablar cuanto antes con el salvaje para ver que había de verídico en todos aquellos rumores.

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15/02/2018, 17:52
Abzu

Pasas al lado del muchacho a toda velocidad y apenas te das cuenta de que este levanta la somnolienta cabeza y tiene un parche en donde debería ir su ojo izquierdo. Te responde con un lento ¿Uh...? —para luego volver a agachar la cabeza y ocultarla entre las rodillas.

Cuando pasas a través de los portones del templo observas el interior de la estructura. Varias columnas de piedra sostienen el peso de un tejado de cerámica y madera, el suelo está conformado por baldosas de cerámica y en el fondo de la estancia hay un gran mural con cristales emplomados que crean la figura de una mujer. Los rayos del sol pasan a través de los cristales y, con la ayuda de las velas repartidas a lo largo del salón, otorgan iluminación al lugar.

 Logras reconocer en el trabajado cristal a la diosa Zaryanitsa, la matrona de la vida. Observa con ojos vacuos hacia la tierra mientras con sus manos sostiene una flor con delicadeza. En cada ciudad se construye al menos uno de sus templos donde, las sacerdotisas que son las únicas que los habitan son quienes se encargan de curar a los enfermos y heridos cuando un médico convencional no es suficiente.

 La hija de la piedad, la madre de madres, estos son algunos, de los nombres por los que se conoce a Zaryanitsa, la Diosa de la Curación, la Misericordia y el Alumbramiento. Es posiblemente la deidad más querida de las tierras de los hombres. Muchos hombres y mujeres nacen en un templo suyo, o cuando menos asistidos por una de sus sacerdotisas, y casi todos requieren de sus servicios en algún momento de sus vidas. La negativa del culto a involucrarse en política lo ha convertido en popular beneficiario de la caridad de nobles y mercaderes adinerados; las sacerdotisas administran esta riqueza a los necesitados con una eficacia notable.

 Los templos de Zaryanitsa están decorados austeramente. Ya que el dinero que reciben lo dedican al alivio del sufrimiento. Pueden encontrarse en todas partes, desde las más pequeñas aldeas hasta las ciudades más grandes. Son lugares de quietud y comodidad para los enfermos, los moribundos y los que carecen de hogar.

Tras ver el enorme retrato hecho de cristal, miras a tu alrededor; el lugar está atestado de atareadas sacerdotizas. Mujeres que visten ropones blancos con retazos y bordes rojos, algunas con capuchas, atendiendo a un grupo de milicianos heridos. Una trata con gesto preocupado y vacilante a un hombre cuyo ojo parece haber desaparecido de su cuenca. Otras siguen a una matrona, una figura de mayor autoridad en el templo, como un rebaño sigue a su pastor. Otra acompaña a un anciano que no para de lamentarse y gimotear, llevándolo a una habitación más apartada del templo.

Si tu visita ha captado la atención de alguien en el templo, nadie parece haberlo demostrado.

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16/02/2018, 21:40

Me apena ver que un muchacho tan joven haya perdido un ojo, será difícil que encuentre un buen trabajo pero no imposible. Trato de recordar si alguien necesitaba algún tipo de mozo o granja donde necesiten una mano, a veces la mejor cura es sentirse útil.

Por muchas veces que acuda al templo siempre me impresionaba en sobre manera aquel mosaico, los cristales refractando las luz con los bellos colores, no me extraña que el arte se pague caro y sea tan escaso ni en dos de mi vidas podría construir algo así con mi manos. Ciertamente a pesar de lo austero del templo aquella vidriera invitaría a la paz de no ser por el sinfín de lamentos y murmullos de aquellos que acuden al templo por necesidad, no puedo evitar ver al grupo de milicianos y con determinación me acerco a la sacerdotisa que los está atendiendo arrodillándome a su lado.- Buenos días hermana, voy a partir en breve al bosque ¿necesitáis algún tipo de hierba o remedio que pueda traer para estos hombres o algunos de los enfermos del templo?¿qué les ha pasado?¿quien les ha hecho eso?Acaso los caminos ya no son seguros, decidme como puedo asistiros.-de todos modos Arthur espera a que la matrona se acerque hasta él para saludarla, al menos de vista se conocen no es la primera vez que el chico hecha una mano y muy posiblemente sea en este lugar donde ha aprendido lo poco que sabe de medicina.- Disculpadme madre no querría entreteneros demasiado, salgo de caza y escuché rumores sobre un norteño recién llegado portando malas nuevos, quisiera hablar con él a ser posible. Por otro lado me preguntaba si puedo poner mis habilidades a vuestro servicio para lo que hayáis de menester.-aunque Arthur era altruista bien sabía que en la vida todo tiene un precio, no quería ofender a la sacerdotisa ni mucho menos pero al igual que a él no le costaba mucho esfuerzo compartir sus presas con el templo esperaba un poco de gentileza ante sus pequeñas peticiones.

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20/02/2018, 02:11
Abzu

Cuando te vas acercando a la sacerdotisa que atendía a los hombres, estos dejaron escapar una objeción en forma de gemidos y cortas exclamaciones, aunque su descontento desapareció rápidamente cuando se dieron cuenta de que no venías a pedir tratamiento antes que ellos.

La mujer te observó durante unos segundos, los suficientes como para que pudieses notar que sus ojos estaban rodeados por bolsas que indicaban horas incompletas de descanso. Era algo habitual; la labor de una sacerdotisa de Zaryanitsa no culminaba hasta que dejaban de ser necesitadas, y eso podía tardar horas, incluso días enteros. A pesar de ello, no parecen demostrar quejas o inconformidad con lo que hacen, y eso les confiere un aura de benevolencia todavía más grande a su alrededor.

—Ehm... sí... claro... Nos estamos quedando sin materiales para ungüentos y apósitos... aunque el siguiente cargamento de Tunja no debería tardar en venir. Si tuvieses la amabilidad de encontrar Flor de paz Hierba Cardenal estos hombres, y todos los demás necesitados estarían muy agradecidos con tu ayuda.

La hierba cardenal es una planta tipo arbusto de tallos alargados con algunas espinas a lo largo de estos, hojas pequeñas y en ciertas temporadas, flores bulbosas de color azulado. Suele crecer al borde de precipicios no rocosos, sus raíces adhiriéndose a la tierra. Se ha visto crecer igualmente al lado de cuerpos de agua de diferentes tipos, saliendo del borde de estos con el suelo. Es un poco difícil de encontrar y recolectar, requiriendo experiencia por parte del herborista, quien además debe cerciorarse de no dañar la frágil planta al retirar partes de ésta.

Se puede obtener la esencia activa de cualquier parte del arbusto, cuya utilidad medicinal principal se manifiesta en su efectividad para ayudar a regenerar la piel tras una herida, además liberando ésta de venenos leves que hayan sido inoculados lo cual la hace especialmente útil tras la picadura de arácnidos.

Por otra parte; la flor de pétalos blancos, conocida como Flor de Paz, posee tallos verdes y delgados y hojas pequeñas, que puede ser encontrada en praderas y campos abiertos. La planta suele verse de forma solitaria, mostrando varias flores durante todo el año. Es fácil de recolectar debido a su localización que la hace sobresalir entre los pastos, y el hecho de poseer un olor agradable que alerta a su presencia.

Los milicianos empiezan a objetar al escuchar como la mujer va explicándote las propiedades de ambas plantas, puedes escuchar a uno reírse hasta que una tos seca lo obliga a detenerse.

—¡Estás loco si quieres salir al bosque en estos tiempos, muchacho! —te advirtió el miliciano con una cuenca del ojo vacía— ¡Solo mira lo que nos ha ocurrido a nosotros!

Otro asintió con la cabeza lentamente, uno de sus brazos estaba siendo sostenido por un grupo de vendas.

—Es verdad... los bandidos están como locos últimamente, no han hecho más que aumentar en números desde que la aldea de Frair fue reducida a escombros por los bárbaros del norte. Y ahora son como un panal de avispas enfurecidas; destruyeron nuestro campamento y mataron a casi la mitad de nuestro grupo. —otro miliciano con la cara hinchada de moratones levantó una cabeza calva para hacerse oír entre el grupo— ¡Son como lobos salvajes, ni siquiera nos han permitido recuperar a nuestros muertos!

Los hombres empezaban a alzar la voz, quejándose sonoramente mientras que la sacerdotisa intentaba calmarles, todos callaron cuando un hombre alto y fornido, con la parte superior de la cabeza rodeada por un vendaje amarillento con manchas rojas se acercaba a pasos pesados al sitio.

Pudiste reconocer que se trataba de un guardia fluvial, hombres y mujeres de armas tomar que atraviesan las riveras de Tismirr en embarcaciones de veinte personas o más. Son una organización oficial en Derchios y sus operaciones se resumen a escoltar otras embarcaciones mercantiles y servir en las guarniciones de las aldeas en momentos de necesidad. Posee un jubón abierto que deja mostrar un abdomen también vendado, y en una de sus manos sostiene el tabardo de la guardia fluvial de Derchios.

A la sacerdotisa se le escapó una exclamación ahogada:

—¡Varrick! ¡Por los dioses! ¿Quién te ha dicho que podías levantarte?

El enorme hombre se encogió de hombros y te miró a los ojos.

—Hundieron mi embarcación hace semanas y cazaron a mis compañeros en el bosque... no estabamos acostumbrados a ese tipo de ambiente y... no sé que ha sido de ellos desde entonces, por suerte logré escapar a tiempo... —el hombre cerró sus puños y frunció el ceño— Alguien debería ocuparse de esos malnacidos antes de que empiecen a pensar que el bosque es muy pequeño para ellos.

Los hombres empezaron a discutir, por fortuna más silenciosamente, mientras que la matrona captaba tu atención y te respondía con ojos igualmente cansados.

—Ah... ese hombre... dice venir desde muy lejos, aunque yo creo que es solo un pobre descarriado que abandonaron a su suerte en el bosque... por favor, no lo molestes todavía, apenas nos ha dirigido palabras con sentido desde que ha llegado y no se muestra muy abierto a que lo interroguemos.

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20/02/2018, 22:20

Mientras escuchaba a los milicianos el joven se estiró desperezándose aún de la reciente resaca, rascándose la cabeza como parte de una rutina diaria. Agradeció la atención de la matrona con un leve asentimiento de cabeza pues no quería robarle ni un minuto más de lo necesario a aquella atareada mujer, seguro que ella si que tenía mil un dolores de cabeza a cada cual más grave. Nada que ver con el desenfadado joven.-No me corre prisa madre matrona, puedo regresar en otro momento. Le comentaba a la hermana si necesitabais algo más, a parte de las mencionadas hierbas.-se sentó en el suelo junto con los milicianos y la hermana que les atendía, tomando el mortero y el mazo para ayudarla a moler algunos granos de mostaza salvaje con los que preparían la base del ungüento que les iba a aplicar.

Ciertamente aquel tal Varrick le llamaba la atención y no veía nada malo en formularle algunas preguntas ya que se iba a jugar el cuello tratando de conseguir los remedios necesarios para el tratamiento de sus hombres.-En parte es normal, el invierno se acerca, que esperabais. A ahora más que nunca estarán desesperados, los bandidos que no consigan un saqueo suficiente para "hibernar" no verán la primavera; de ahí que no os hayan dejado ni recuperar los cadáveres.-dando a entender que posiblemente se los comerían.-¿Es alguna banda conocida o los restos de aquella aldea que mencionáis?Frain era¿no?Lo que si me extraña es que hayan reunido el valor para atacar directamente un campamento de la milicia, contadme como ha sido eso, no muy lejos si habéis podido llegar bien. En resumidas cuentas me preocupa cuantos quedáis para proteger la aldea en caso de qué se envalentonen y les falte más comida, si no les ha parado vuestro campamento armado, dudo que Thibe lo haga. Alguien debería avisar al alcalde para que estuvieramos preparados ante esa posibilidad.- comentó con cierta preocupación.-Ya que voy a salir ahí fuera a por vuestros remedios al menos contestadme unas cuantas cuestiones. Todo esto tiene algo qué ver con los rumores sobre las levas ¿verdad? Osea que en Katdag también están jodidos, no Varrick ¿lo de tú barco fue en el mismo ataque qué ellos comentan?por que lo que no he visto jamás en la vida es ataques de bandidos organizados, eso si que ya me olería podrido. Hombre, barcos todo eso es demasiado caro para los Derchios y alguien les está jodiendo a base de bien, tal vez en lugar de tantos torneos mejor ofrecer recompensa por los bandidos. Es una manera de darles de comer a aquellos incautos que vayan a por ellos, manteniéndoles alejados de las aldeas.- hizo un jocosa mueca dando a entender su bufonada como tal mientras seguía charlando con ellos y ayudando a la hermana a asistirles. No se haría rico con aquello pero al menos se pondría al día, además siempre era bueno ganarse "cualquiera" de las múltiples gracias de una sacerdotisa.

Notas de juego

¿Me se el nombre de la matrona o de la sacerdotisa con la qué hablo?

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21/02/2018, 17:52
Varrick

El guardia fluvial se cruzó de brazos, y se sentó sobre una camilla con un ligero gruñido de dolor. A pesar de que Varrick tenía a la vista las heridas suficientes para matar a un hombre, podía levantarse y andar sin demostrar muchos problemas, superaba tu tamaño por una cabeza y era ancho como un roble, te miraba con expresión cansada aunque en sus ojos notabas una chispa de decisión muy difícil de ver en otras personas que hayas conocido.

—Si ha sido un grupo organizado no tengo ni la menor idea... —se encogió de hombros—. Últimamente hay tantos que aparecen y desaparecen a tal velocidad que es imposible saber bien de quienes se tratan. 

Uno de los milicianos levantó la voz por encima de la del grupo:

—¡Son los sables negros! ¡Estoy seguro! —exclamó el miliciano con el brazo vendado— Lo noté cuanto maté a uno de los suyos, tenía en la mano un tatuaje de una luna dentada sostenida por una empuñadura. Es su distintivo. Yo lo vi todo —dijo mientras memorizaba la experiencia—, teníamos un pequeño campamento más al noroeste de aquí y eramos un par de docenas de hombres... Cuando cayó la noche asesinaron casi a la mitad y cuando nos dimos cuenta ya habían empezado su ataque... dudo que esos cobardes fueran más de una docena...

Los ojos coléricos de Varrick caían sobre el miliciano que se encogía ante él, por lo visto él y su tripulación también habían sido victimas de aquellos bandidos. Te observó con los ojos todavía contraídos en enojo y empezó a hablar.

—La leva es en parte, por los rumores que existen sobre un alzamiento de grupos rebeldes a lo largo de la región. Se cree que conforman grupos bastante numerosos y atentan contra la casa Derchios en si misma. Pero yo creo que son solo excusas para no palidecer ante los ejércitos rivales de Rindyar y Nifwalder... Acerca del torneo... no estoy seguro, no son financiados por la casa Derchios en su totalidad si no por uno de sus nobles, estoy contigo en eso, muchacho... aunque no hay mucho que se pueda hacer.

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21/02/2018, 18:53

Atendí a todo lo que decía Varrick, parecía un hombre valiente, sensato y curtido tras años en el río, solo por eso ya tenía mi respeto. Cuando el miliciano interrumpió al guardia fluvial frunció un poco el ceño, esperando que sus palabras fueran lo suficientemente importantes para justificar aquella irrespetuosa intromisión.-¿Y por qué demonios establecisteis otro campamento en lugar de estableceros en Thibe?- miré a Varrick con mala cara, como si algo no encajase en todo aquello.-Creo que alguien os ha vendido miliciano, a ti, a tú campamento y a Varrick. Todos los ataques son coordinados, conocen de antemano vuestros movimientos y han acabado con el doble de hombres siendo la mitad gracias a la sorpresa¡qué me asen vivo si son todo casualidades!¿faltaba algún hombre durante la guardia nocturna?¿cómo entraron tan fácilmente si nadie les abrió la puertas?Una de dos o el traidor ya ha desaparecido, haciéndose pasar por uno de los muertos y por eso no os los han dejado recuperar los cuerpos; o todavía sigue entre los supervivientes para continuar pasando información a los bandidos. Varrick creo que cuando la sacerdotisa les vaya atendiendo no estaría de más que les echaras un buen vistazo, no fuera cosa que alguno estuviera "marcado". Sería un poco absurdo tratar de infiltrar a un bandido tatuado pero he aprendido que a veces la desesperación y la estupidez suelen ir de la mano, de todos modos si me equivoco no habremos perdido nada.-la naturaleza del muchacho era muy desconfiada para su corta edad pero no era mal argumento el suyo. Lo estaba diciendo en voz alta delante de todos para que si había un traidor entre ellos se pusiera nervioso, sudara e intentara evitarle la mirada a él o al guardia fluvial, desvelando así su identidad. En estos casos no podía quedar nada al aire y menos con los lobos tan cerca de las puertas de Thibe, cualquier precaución era poca.

Se puso en pie entregándole el cuenco a la sacerdotisa para que terminase de preparar las curas, mirando a aquellos hombres desde arriba con cierta suspicacia, evaluándolos a todos uno a uno lentamente buscando cualquier signo que pudiera tumbar su cuartada. Él mismo había vivido mucho tiempo como bandido y sabría reconocer uno cuando lo viese.-Parece que seguimos siendo todos una gran panda de imbéciles, aún no nos hemos recuperado de una guerra y ya hay quien piensa en rebelarse. Tal vez esos grupos tengan que ver con estos ataques tan organizados, se hacen pasar por bandidos para usar el bosque, moviéndose sin ser vistos para no llamar tanto la atención pero creo que esta vez se han excedido; los bandidos jamás se atreverían con los fluviales. Ellos no matan por matar, solo a cambio de botín, sinceramente todo esto apesta.- Arthur le ofreció la mano a Varrick en señal de respeto esperando la reacción de los milicianos antes de marcharse, se dirigiría al bosque de todos modos. No por aquellos hombres, sino por las sacerdotisas y por hombres como Varrick, por gente como él no le molestaba arriesgarse, era su manera de intentar enmendar sus acciones pasadas.

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18/05/2018, 01:01
Varrick

Si tus comentarios intencionales lograron calar en la mente de los milicianos, poco hicieron estos en demostrarlo. Aunque a simple vista, distaban de lucir como traidores. Los pobres no paraban de hacer muecas de dolor y soltar quejidos, además de reprimir las imprecaciones al estar en un lugar sagrado para la gente de Thibe. Por otra parte, Varrick se mantenía espabilado y atento a lo que tenías que decir. La escena se asemejaba a la de un enorme roble escuchando a un simple tallo, pues no solo en tamaño te superaba el guardia fluvial; sus cicatrices y arrugas parecían tener cada una su propia historia detrás. Aunque a veces lo mejor es no preguntar.

El gigante estrechó tu mano y la hizo subir y bajar con energía. Algo había en sus ojos, el mismo fuego que brillaba en el interior de muy pocas almas. Aunque quizás solo fuese una idea tuya. Tras soltarte la mano tomó asiento y finalmente habló. —Así es. Parece que es nuestro destino. Reír y cantar mientras el fin del mundo se cierne sobre nosotros. ¿No es así?—. Le añadió contraste al amargo comentario con una risa corta. —Aunque la verdad, es preferible que la gente se mantenga feliz en tiempos duros como estos. La guerra acabó hace ya unos buenos años, y apenas ahora es que nos estamos recuperando de las secuelas que provocó. Pero hay heridas que ni siquiera cien años pueden terminar de cerrar correctamente... es algo que aprendí hace ya un tiempo.

Varrick te observó con atención, sondeaba con sus ojos tu cuerpo de la cabeza a los pies, como inspeccionándote.

—Por tu aspecto, he de deducir que eres un cazador furtivo. En otras circunstancias, estaría arrestándote —Comentó jocoso—. Pero se por lo que pasas, tú y tu pueblo. Sé que son tiempos duros y el alimento escasea. No sé. Solo era una observación sin sentido. ¿Por qué vas al bosque exactamente? No me dirás que te han inspirado estas historias de bandidos y planeas unirte ahora a ellos.