Partida Rol por web

Los caballeros parten hacia el Monte Oráculo, guiados por la Diosa Niké. Han de llegar al Inframundo para salvar a la Doncella de los planes de Afrodita... Y éste podría ser el camino más corto.

Tras la partida del resto de caballeros, Nikola os reúne en torno a sí.

-Bueno- os dice, rascándose la cabeza- Si he de teletransportaros a los pies del Monte Olimpo, no quiero perder más el tiempo. Partamos cuanto antes. Os advierto que nunca he estado en el Monte Oráculo, y no sé qué peligros entraña. Amén de que no sé si querréis subir allí tras verlo...

Casi no le da tiempo a terminar la oración cuando su cosmos os envuelve, haciéndoos sentir como si estuvieseis levitando. Al instante, abandonáis el Santuario, que queda a cargo de Aioria y de la guardia. En algo menos de un minuto, aparecéis en un nuevo lugar, un lugar al que vosotros no habíais ido nunca, pero que sí era conocido para los caballeros de bronce, aquellos que encontraron la muerte, salvo Shun, por proteger a la Diosa Atenea, tan solo 24 horas antes.

El Monte Olimpo.

By camember at 2009-12-20

Imponente, idílico, ideal, magnífico. Sin duda, la morada de los Dioses. Os quedáis embelesados mirando el escenario que se muestra ante vosotros.

-Sí, mi antiguo hogar es magnífico, sin duda- comenta Niké, de brazos cruzados- Pero no lo miréis demasiado rato, porque a donde nos dirigimos nosotros está en la dirección opuesta- estira el brazo derecho y señala en la otra dirección.

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Siniestro, oscuro, tétrico, como si ningún alma osase acercarse por allí.

-Bien, ese es Monte Oráculo. ¿Algún plan antes de acercarnos? Me da en la nariz que el ascenso será un infierno.

Llegáis a los pies del Monte Oráculo, sin decir ni una sola palabra. La pared es harto escarpada, toca trepar.

Saga contempló en silencio el Monte Olimpo, maravillado por su belleza. Cuando Niké señaló en dirección opuesta, fijó su vista en el Monte Oráculo, el lugar al que debían dirigirse.

Sin duda la vista es desoladora... El único plan que se me ocurre es que procuremos no separarnos bajo ningún concepto mientars ascendemos y que, una vez penetremos en el Inframundo, continuemos juntos si nuestros enemigos nos lo permiten... No tendremos oportunidad de vencer si los dos grupos que hemos formado se deshacen. Eso solo pondría las cosas más fáciles a los Caballeros de las profundidades. No obstante, Niké, si tienes algún consejo u orden que darnos, la seguiremos a rajatabla.

 Es una vista espléndida, sin duda. Admiro el paisaje durante unos minutos y lleno de aire mis pulmones con varias y profundas inspiraciones. Luego continúo con la marcha, en silencio.

Miro a Saga cuando dice lo de "cumpliremos tus órdenes a rajatabla" - eso lo dices por ti, ¿no?

Me acerco en silencio a la pared y le doy un par de golpes con los nudillos de la mano derecha. La pared parece bastante solida, espero que no tenga problemas para aguantar mi peso sumado al de la armadura, o si no no se cómo lo voy a hacer para subir.

Comienzo la ascensión lentamente, buscando con cuidado puntos donde apoyar mi enorme cuerpo, ya que una caída podría tener consecuencias catastróficas.

- Claro que haremos lo que podamos por seguir todos juntos Saga.

Entrar en más materia me resulta innecesario cuando tan ardua escalada se nos presenta.

Niké despliega sus alas, y comienza a ascender sin mayores problemas. A los demás les toca trepar. Algol es el primero en llegar a la cima, sin problema alguno. Parece un escalador profesional. Shaka, pese a que es el que se encuentra en peores condiciones físicas tras su batalla contra Kurtz de Herebo, trepa con determinación y presteza. Saga, aunque sin mayores problemas, es el tercero en alcanzar la cima. Pero Aldebarán...

A medio camino en el ascenso, pierde pie, y cae al suelo. La caída habría sido suficientemente dura como para matar a cualquier ser humano, pero gracias a la armadura de oro y a sus poderes sobrehumanos, sobrevive a la caída sin problemas, aunque algo magullado. Es el único que se encuentra abajo, pues los demás ya han subido.

-¿Quieres que te suba teleportándote, Aldebarán? ¿O prefieres subir tú solo?- pregunta Nikola, al ver que estás bien- Porque trataría de subirte volando, pero dudo que pueda elevar el vuelo abrazada a alguien de tu tamaño.

Saga llegó a la cima sin problemas, tomándose lo con calma.

No conviene agotar nuestras energías antes de tiempo...

Pero una vez arriba, un fuerte sonido le hizo volverse y mirar de nuevo al precipicio. Aldebarán había caído.

Vaya, espero que no le haya pasado nada. Le necesitamos...

Tranquilos, no ha sido nada. Hace falta algo más que esto para hacerme daño jaj… hago una mueca de daño al intentar reírme, al parecer la caída ha sido más dolorosa de lo que parecía, si bien no eran más que rasguños.

No es necesario que me ayudéis. ¿Cómo voy a protegeros contra las hordas del inframundo si ni siquiera soy capaz de escalar una simple pared? Esto no ha sido más que un desliz, no os preocupéis por mí y subir. Me acerco de nuevo a la pared, y tras lanzarle una mirada desafiante vuelvo a comenzar la escalada.

A pesar de todo la cima llega con más facilidad de la que esperaba. Miro a los demás, con un gesto de asentimiento. Entonces es cuando me doy cuena de que Aldebarán ha caido.

Me asomo para ver qué tal se encuentra, mientras Niké habla.

Nos espera mucho trabajo... No podemos dañarnos ahora, ni mermar nuestras fuerzas.

Niké resopla, desesperada, al ver a Aldebarán caer de nuevo al suelo.

-Está bien, está bien. Espera, que bajo a por ti- Niké desaparece, y aparece ante Aldebarán. Trata de rodearlo por la cintura como buenamente puede, lo cual es harto complicado, pues le saca como tres cabezas, y lo hace desaparecer junto a ella, para reaparecer en la cima- No me gusta abusar de mis poderes de teletransporte. No soy especialmente buena con ello, y debo reconocer que me agotan sobremanera. Me cuesta menos esfuerzo elevar mi cosmos al máximo y lanzar un golpe de tintes épicos que llevar a alguien a la cima- resopla un par de veces, y al cabo de unos instantes, os indica que ya está lista para proseguir.

Decir que a vuestro alrededor veis algo es ser francamente optimistas. Niebla, niebla y más niebla. A vuestro alrededor no hay más que niebla, y una sensación de frío extremo. Parece que os encontrarais en plena Siberia. "Ironías del destino", piensa Nikola. "A Siberia queríamos haber ido, y en un lugar parecido hemos ido a caer".

-¿Alguien ve algo? ¿Un camino? ¿Un sendero?- dice, mientras se estremece de frío- ¿Algo?

Saga se acercó al borde del precipicio al ver caer de nuevo a Aldebarán.

¡Oh, no! Esta vez parece que la caída ha sido peor. Espero que no se haya hecho mucho daño.

En silencio contempló cómo Nikola le ayudaba a subir a la cima. Hasta que por fin estaban todos juntos de nuevo y Nikola les formuló su pregunta, no se había percatado de lo deprimente edl lugar ni del frío que sentía. Miró a su alrededor, pero tan solo veían la espesa niebla por todas partes y, si no hubiese sido por su Armadura, que le protegía del frío, probablemente habría perdido ya la sensibilidad en su cuerpo. Con aire ligeramente abatido se dirigió a ella:

Lo siento, Niké, pero no consigo ver nada. La niebla es demasiado intensa y no logro distinguir nada a nuestro alrededor.

Saga se sentía decepcionado consigo mismo.

Primero pierdo los estribos luchando contra Afrodita, luego no consigo derrotar a mi enemoga y ahora ni siquiera puedo ver un camino... Me siento tan inútil...

Muchas gracias mi señora le agradezco algo incomodo a la diosa una vez me deposita en la cima de la montaña. Resultaba curioso que siendo yo su protector, haya sido ella la que ha acabado ayudándome a mí. Estaba claro que tendré que esforzarme más de ahora en adelante, o más que una ayuda acabaré siendo un estorbo.

Comienzo a otear el horizonte en respuesta a la pregunta de Niké, esperando poder encontrar la senda, y rezando a los dioses porque fuese cual fuese, no fuese otra escarpada pared que escalar.

Tuerzo el gesto ante la caida de Aldebarán... Parece que ha sido algo serio, pero Niké sube pronto con él. Trato de buscar una manera de continuar....

- Creo que si he encontrado algo...

 Una vez arriba, espero a que los demás asciendan. Me recuesto contra unas rocas que hay en la cima. - Dejaré que los dorados encuentren el camino y nos dirijan.*

Entre la espesisima nieblina, mientras avanzáis lentamente unos pasos, te percatas de que varias rocas de tamaño gigantesco se dirigen hacia vosotros, como si os hubiesen estado esperando.

Si no os movéis con presteza, u os aplastarán, u os tirarán abajo.

¡Y los demás aún no lo han visto!

Mientras Saga estaba absorto en sus pensamientos y tratando de ser útil a Niké encontrando una ruta que seguir, escuchó el susurro de Shaka.

Shaka, ¿has encontrado un camino? ¿Por dónde hemos de dirigirnos?

- ¡¡¡¡NO!!!! APARTAOS.... YA!!!!!!!

Salto, agarrándo a Saga que está cerca de mi, y confiando en que los demás se aparten a tiempo.