Partida Rol por web

Emmeline observó la situación con los labios muy apretados. No dijo nada ante la discusión de Devi y Sophie, pero se veía que no estaba nada contenta. Como si estuviese conteniéndose, la joven se acercó dando amplias zancadas a los muggles y a Sean con la varita en mano.

Creo que esto es lo más estúpido que he visto en mi vida, se dijo intentando contener la rabia. Miró a sus compañeros con el ceño fruncido y alzó la varita. Por favor, vamos a intentar solucionar esto con dignidad, susurró mirando a Sean. No creemos más problemas por hoy, y ya hablaremos luego cuando estéis calmados de esto.

Emmeline miró a los muggles que estaban en el suelo con las piernas inmovilizadas. Obliviate, conjuró, haciendo una floritura con la varita. Cuando vio que los ojos de los guardias se relajaban, suspiró. Vais a olvidar que nos habéis visto y que hemos usado magia contra vosotros. La guardia ha sido completamente normal. No habéis encontrado a la bruja, parece que no está por la zona ya.

Señaló con la varita hacia las piernas de los guardias, aprovechando que aún estaban aturdidos por el conjuro desmemorizador. Finite incantatem, murmuró, poniendo fin al hechizo de Sean. Después les hizo un gesto a sus compañeros para que desaparecieran de la vista de los muggles, y ella misma comenzó a hacer lo propio mientras volvía a ocultarse donde estaba Adrian.

Una vez allí, se detuvo y miró la situación con los brazos cruzados, sin decir ni una palabra más.

Sean no esperaba que, salvo Sophie, sus propios compañeros se volvieran de esa manera contra él. Se trataba de dos soldados, probablemente al servicio de la iglesia, que buscaban a una bruja.

¡A una de los nuestros, por Merlín!

Estaba furioso. Miró con los ojos entrecerrados tanto a Devi como a Evmmeline y se dio la vuelta dejando a los guardias allí. No dijo nada.

Que se las arreglen solos ya que tanto aprecio les tienen a los cazamagos.

Se lo habría esperado de Emmeline, o incluso de Adrain, pero no de Devi.

Supuestamente salva a magos y brujas. En fin, ya está visto dónde está su verdadero interés.

Corrió hasta alcanzar a Sophie y juntos volvieron al sendero que llevaba al bosque.

- ¡Espérame Soph! - exclamó cuando ya sólo les separaban unos metros.

Cuando llegó a su lado la cogió por la cintura, le dio la vuelta y le dio un beso en los labios.

- ¿Te ibas a ir sin mí? - preguntó sonriendo con sorna.

Por lo menos se le había aplacado algo de su ira interior. Había comprobado que solía pasarle en presencia de Sophie, que parecía ejercer un efecto calmante.

- Vayamos al bosque, como íbamos a hacer originariamente. Que esos tres se las compongan solos.

Caminaba inundada por la ira, me costaba comprender ciertas actitudes de mis compañeros. - ¿Salvando a los cazadores de brujas? Patético. - pienso sin dejar de protestar por aquella escena tan incómoda hasta una voz conocida me despeja de todo ese malhumor. - No me iba sin ti, solo que tardabas demasiado. - le devuelvo el beso para darle otro más intenso a continuación. 

Ante la propuesta de irnos al bosque asiento esbozando una sonrisa pero detengo mis pasos. - Antes, haré algo. ¡Accio Carta! -expreso con fuerza mientras en mi mente la imagen del sobre dentro de la túnica de Emmeline se hace presente. A los pocos segundos se encuentra en mi mano. -Ahora si nos retiramos. ¿En tu escoba? - le pregunto sonriendo con picardía. -Nos sobraría tiempo para otras cosas. -pensé.

Emmeline realiza el hechizo "obliviate" y logra poner en blanco la mente de aquellos guardias. Sin embargo lo que intenta hacer de crear un pensamiento nuevo a los guardias no funciona, no es una característica del hechizo.

Sophie conjura un accio, que comienza a hacer volar la carta hacia su mano...

Sean comienza a alejarse del grupo, y espera a su compañera Sophie, mientras que Devi corre hacia Emmeline.

El grupo se dividía. Tenían sus diferencias, y no parecían llegar a un consenso.

Me acerqué hacia Emmeline. 

-Desmaius -susurré, tratando de dejar a los dos guardias sin sentido antes de que se dieran cuenta de lo que acababan de olvidar y su mente dejara de estar en blanco- y si despiertan aquí en medio de ninguna parte, que sobrevivan solos. Una cosa es no matarlos y otra muy diferente ayudarlos -terminé mirando al cielo, que empezaba a diluviar cada vez más. 

Eché un vistazo hacia atrás, a nuestros dos compañeros que se alejaban de la situación, hacia Adrian. 

-Han perdido demasiado el control -le dije a Emm-; si sucede esto con dos guardias que no tienen nada que ver con nosotros, ¿qué pasará cuando se enfrenten a cosas peores? No podemos ser tan volubles... ¿Por qué se han puesto así? ¿Tú lo sabes? Ni siquiera creo que sepan lo que es matar a alguien a sangre fría... -en ese momento mis ojos se perdieron un momento en el vacío- ...que sepan que, cada vez que matas, tu alma se fractura, cada vez, tus pensamientos se vuelven más negros y el mundo un poco más oscuro. Yo salvo magos y brujas -le expliqué, como respondiendo a lo que me había dicho Sophie previamente, pero contándoselo a ella porque sabía que Sophie no me escucharía- y los ayudo a ocultarse, a pasar desapercibidos... no a ir matando muggles a diestro y siniestro, no podemos con tantos. Si he tenido que matar a alguno por el camino ha sido por pura necesidad y no es nada agradable, te lo aseguro... Pero esto... esto es diferente. Es asesinar a sangre fría. Esto destroza el alma poco a poco, asesinato a asesinato. Me da igual que me odien, no quiero que eso les pase a ellos, Emm, no quiero que os suceda a ninguno de vosotros -entonces la miré a los ojos-, gracias por ayudarme a evitarlo. 

En ese momento vi cómo Sophie utilizaba su magia para extraer la carta de Salazar del bolsillo de Emmeline y abrí los ojos como platos. ¿Qué era aquello? ¿Venganza? ¿Ahora éramos niños pequeños? ¿O acaso pensaba que Emmeline no iba a ser capaz de llevarla?

-Sophie -no pude contenerme, aunque traté de hablar con voz calmada para no avivar más el fuego-, ¿qué haces? Si el maestro le ha dado a Emmeline precisamente esa carta será por algo, él nunca hace nada al azar, ya lo sabes...

Mientras el grupo discutía, Adrian seguía mirando a aquellos guardias. Eran un peligro, una amenaza para ellos y todo lo que eran. Bajo la lluvia se acercó al lugar en que permanecían tirados y agachándose junto a uno que habían dejado inconsciente se puso a buscar a la altura de su cintura y palpando sus piernas sobre la ropa en busca de algún arma ligera. Una daga o un cuchillo servirían teniéndoles en ese estado. Un simple tajo en el cuello de origen mundano y vaciarles las bolsas de su miserable dinero sería suficiente. Oh, vaya… nuestros soldados han sido asaltados por rateros en el camino… Mejor no buscaremos una aldea de magos por las proximidades, estas cosas pasan.

Emmeline observó cómo la carta volaba del bolsillo interior en el que la mantenía oculta, pero no dijo nada. Simplemente arqueó una ceja. Esto es demasiado infantil, se dijo suspirando. Después, sin reaccionar ante lo que acababa de pasar, se giró hacia Devi.

No podemos perder el control de esta forma. Somos aprendices de Slytherin, su voz sonó dura y fría. Sophie y Sean acababan de perder mucha credibilidad a sus ojos. Es evidente que los magos somos superiores a los muggles, pero no podemos ir acabando con ellos a diestro y siniestro. Es la decisión más estúpida que he visto en mi vida, y más sin consultarlo a los demás. Si quieren actuar por su cuenta sin tener en cuenta que somos un grupo con una misión, adelante. Lo tendré en cuenta.

Suavizó un poco su expresión y le dio una palmada en la espalda a Devi. Has actuado bien. Además de que matar tan a la ligera no debería pasarse por sus mentes, si los dos guardias hubiesen aparecido muertos se habría armado un gran revuelo. Hay que pensar en todas las consecuencias de nuestros actos, porque también pueden perjudicar a gente como los magos que están escondidos... La bruja que estaban buscando.

Su vista se posó en Adrian, que registraba los cuerpos en ese momento. ¿Qué estaba haciendo el chico?

-Efectivamente, tienes toda la razón -corroboré a sus preguntas, sonriendo agradecida. Al menos había alguien sensato en aquel grupo. 

Entonces seguí su mirada y vi a Adrian. Me acerqué a él y posé una mano en su hombro, intentando que se levantara.

-Adrian, ¿qué buscas? -pregunté, temiendo que aún tratara de hacer algo absurdo- déjalo ya, vámonos, hay que alcanzar a esos dos; son tan insensatos que solos no sé si lograrán llegar a ninguna parte y ahora son ellos los que tienen la carta.

¿Se la habían llevado? El chico frunció el ceño pero pareció alegrarse algo más al dar con la daga de uno de los hombres.

-Si recuerdan de qué dirección venimos., podrían traer más. No tendríais que haber detenido a Sean para una vez que hacía algo bien.

En realidad hacía más cosas bien. A veces demasiadas. Sí, todavía tenía el orgullo herido y que se hubiera llevado la carta con su… prometida o lo que fuera le cabreaba más.

-Adrian, ¡basta! -me puse en medio y le sujeté la mano con la que había cogido la daga- ¿tienes idea de lo que pretendes hacer? ¿Sabes lo que es rajarle el cuello a alguien? No estamos viviendo una historia o un cuento. Hay que apretar, no se rajan por que sí y, mientras, sientes cómo la sangre caliente sale disparada directamente hacia tu cara porque eso es lo que va a pasar cuando le cortes la yugular, si es que lo consigues; te mancharás las manos, se te resbalará la daga y luego no serás capaz de quitarte el olor amargo de las fosas nasales... tendrás náuseas durante varios días. Arrebatarle la vida a alguien no es fácil, sin magia menos y eso, por no hablar de lo que significa emocionalmente matar -miré a Emm en una muda súplica-. No voy a permitir que lo hagas. Además, acaban de recibir un "obliviate" y un "desmaius", cuando despierten, si es que lo hacen y no se ahogan antes con la tormenta, no recordarán ni por qué estaban aquí. 

Miré un momento al bosque y añadí, impaciente:

-Y si no nos vamos ya, los perderemos sin remedio... -y luego se me ocurrió una última razón- ...y la única manera de alcanzarlos será volando. 

Adrian se zafó de su agarre, todavía más enfadado.

-No necesito tus malditas historias de heroína salvamagos si por culpa de estos muggles podemos no tener un lugar al que regresar.

Además, si no le incordiaba tampoco necesitaba tanto tiempo. Por lo poco de anatomía que sabía tenía claro que si pinchabas a alguien debería seguir sacando sangre y morirse si no tenía un curandero cerca.

Resoplé, pero no me quité de en medio. Me estaba empezando a hartar de aquella sarta de críos. ¿Realmente habían matado a alguien alguna vez? Lo dudaba. 

"Haz lo que te dé la gana, pero luego no me vengas con lloros" quise decirle, pero no lo hice. Me mordí la lengua. 

-Adrian, por favor -contesté en su lugar, tratando de que mi voz sonara suave y calmada-, vámonos. Hablo en serio cuando digo que no tendrán ni idea de por dónde seguirnos, no recordarán nada. Además, que yo sepa aún tienen el hechizo de inmovilización encima. Y Sophie y Sean cada vez están más lejos. 

¿Pensaban que era una farsante? Que lo pensaran. ¿Me odiaban por no dejarles asesinar a sangre fría? Que me odiasen. Me daba igual. Yo sabía lo que era y no pensaba dejar que unos niños inocentes se mancharan las manos así, al menos no tan fácilmente. Recordaba con añoranza el día en que yo habría deseado que alguien se me hubiera puesto a mí en medio de aquella manera y me hubiese impedido hacerlo.

Pero conmigo no hubo nadie. 

Con ellos sí lo habría... aunque se enfadaran. 

Emmeline puso los ojos en blanco y pensó con nostalgia en lo bien que estaría en su casa, rodeada de gente razonable, y no de un grupo de críos que parecía negarse a madurar. Se acercó a Devi y Adrian con los brazos cruzados y le dedicó una mirada fría al chico.

Les he borrado la memoria. No recordarán nada de nosotros, así que vamos a movernos ya. Esto es francamente absurdo - dijo con voz calmada - Sean no ha actuado bien y si no fuese porque Devi y yo hemos intervenido, nos habríamos metido en un buen lío. Nuestra misión es coger esa carta y llevarla a buen recaudo, no ir matando a cualquier muggle que se cruce con nosotros. Te tenía por una persona más sensata, Adrian - la chica alzó una ceja - Supongo que ya veremos qué opina Slytherin de todo esto.

Oh, por supuesto. Tenía intención de informar a su maestro de lo estúpidos que eran sus compañeros de grupo.

El chico arrojó el arma al suelo con furia sin preocuparse de contra qué y se levantó.

-Por Merlín, sólo son muggles. Hay cientos por ahí, no iba a importarle a nadie.

Y al final ni matar muggles, ni refugio, ni carta. Ya podía haberle salido el hechizo como decía...

- No - respondió andando junto a ella. - Es peligroso volar durante el día por aquí aunque sabes que pocas cosas me gustarían más - sonrió con sorna. - A la vuelta quizás.

Fue acercándose paulatinamente al bosque hasta que llegaron a su linde.

- ¿Preparada? - preguntó antes de internarse. - Nos lo podemos tomar como un agradable paseo por el campo. Creo que a ambos nos vendrá bien para relajarnos un poco - opinó.

-Tranquilo, contigo siempre encuentro la calma. Eres quien me salva de la oscuridad. - le digo con dulzura mientras beso sus labios dulcemente. 

Al ir caminando por el sendero que nos conduce al interior del bosque voy pensando en todo lo sucedido. Aún me costaba creer la postura de los demás con respecto a nosotros, conocía a Sean y sabía cuanto le afectaba todo esto pero a ellos no les importaba, simplemente usaban la moral un tanto dudosa en cuestiones donde esta gente es capaz de matar a una bruja sin pensarlo mucho. -Vaya grupo de tontos nos ha tocado. -reniego sola. 

Como no deseaba mostrar una actitud de furia hacia mis compañeros delante de Sean continúo con la conversación más animada. -Un paseo por el campo... te diría por el bosque. Veamos que nos depara. - comento impregnada de ansiedad. - ¡Protego duo! -lanzo el hechizo sobre Sean para que nada le suceda. A los pocos instantes se podía percibir el aura de protección que llevaba consigo. 

Los grupos se separan, y cada uno avanza a diferente ritmo por el lugar donde Salazar les dijo y tal y como él les dijo. A medida que avanzan hacia el bosque la luz se hace tenue y la oscuridad comienza a reinar.

Se escuchan ruidos inquietantes, que incluso, siendo magos os inquietan... pisadas fuertes, pájaros lastimeros y gruñidos feroces...

Las copas de los árboles se entrecruzan en el cielo, y numerosas enredaderas pasan a formar parte del suelo firme que antes pisabais. El olor a humedad es obvio, y cientos de ojos os observan y parpadean a lo lejos, ¿o será vuestra gran imaginación) ¿Es un bosque mágico o maldito?