Partida Rol por web

Reescriba cuanto guste. Su esfuerzo es heroína en mis venas. Letal, venenoso, prohibido, pero placentero. El lenguaje así como espiritual-jodido-adulador-libidinoso es porque estoy escribiendo cosas nazis para esta partida. O intentándolo.

No consigo improntarle personalidad a Heinz ni la suficiente tridimensionalidad a Viktor: el tío no es malvado, no busca dañar; no es más que un capado emocional incapaz de empatizar. No obstante, Miranda me gusta bastante cómo ha quedado.

Estoy de acuerdo. Lo de Viktor queda claro, aunque matizable, y Miranda es cristalina. Heinz es más difuso. 

Por cierto, estoy con los huevos de corbata en Sherlock. El jari ese que ha tenido con Tona... puff, no sé cómo lo llevará Petit, pero yo estoy follaescocida total (follaescuece: cuando algo - te encanta y horroriza al mismo tiempo).

¿Jari ese? Traduce, aunque me imagino lo que es.

Me halagas con lo segundo. Desde el punto de vista de Sherlock todo es más... elemental, pero sin meterse en la mente de ese asperger tiene que ser la repanocha, supongo. Tengo unas ganas de que haga algo con el "vino"... lo que sea...

Supongo que Petit es consciente de que eso huele a Vínculo... pero es una jodienda, porque dudo mucho que tenga una posibilidad de fingir que bebe, y que cuele la anchoa.

Un jari, o jari tabardillo, es un ataquito, un yuyu. Anda que... hablo que parezco lerdofrénica.

Reescriba cuanto guste. Su esfuerzo es heroína en mis venas. Letal, venenoso, prohibido, pero placentero. El lenguaje así como espiritual-jodido-adulador-libidinoso es porque estoy escribiendo cosas nazis para esta partida. O intentándolo.

Me encanta como suenas. Te queda genial escribir cosas nazis. Hazlo más a menudo.

Me callo, me callo :P

Ah, se me olvidaba. Si encuentras (no te mates buscando) imágenes para los PNJ, chachi. Lo digo porque tengo fotos de nazis, e incluso de sus esposas, pero vete a sabe'. Que uno les da una imagen y cuando mueren luego ya no hay forma de resucitarlos xD

Este fin de semana intento ponerme con ello, que me es académicamente imposible hacerlo antes. Pero si, tengo bastantes foticos.

Sobre El Burdel, dicho en rápido, a Ambroos lo mismo le da tener una cría de quince años poniendo copas encubierta que tener una lesbiana poniendo copas encubierta. Dudo que tuviese agenda para encargarse de las cosas más "complicadas" como colarles en barcos, pero creo que si que podría colaborar como casa de paso o primer lugar de protección. Al fin y al cabo la gente sabe que es un capullo, y que bastantes chicas pasan por un periodo de prueba que no superan y las larga.

Ambroos sabe lo de Natasha porque precisamente le comenta sus pequeños descubrimientos con el nazi. También le ha leído bastante la mente a Ambroos, pero mejor hacer como que no. En el fondo la chica ve la venganza de Ambroos como una muy parecida a la suya y es consciente de que detrás de la fachada de capullo hay un hombre que empieza a sufrir el hastío vital de haber vivido más de un siglo y que solo sabe llenarlo con nazis muertos. La chica se ha tomado como algo personal "arreglar" esta faceta, e intenta que Ambroos encuentre otro motor para seguir viviendo cuando la guerra termine y no haya más nazis.

En general, Natasha prefiere callar la mayoría de las veces porque no siempre es consciente de que ha oído mentalmente y que ha oido verbalmente. Ahora le pasa menos, pero sigue con la costumbre. Parece una persona que siempre sabe lo que decir cuando habla y que parece saber siempre lo que uno necesita. La gente lo interpreta sencillamente como una chica muy empática, pero el motivo es su poder.

Tengo que poner la frase en holandés (que sigue en alemán!), pero salvando eso, mi pj está listo!

los datos de Niki son complejos jeje A ver... conociendo mi historia... entiendo que ambas somos parte del mismo club, quiero decir... que ambas seguramente pertenezcamos al bando de los anarquistas, pero mi personaje es recién adquirido, por decirlo así. Quiero decir, acabo de llegar a Amsterdam, y acabo de empezar a formar parte de los anarquistas, quizá podríamos o conocernos directamente en Amsterdam, o que nuestra relación sea meramente circunstancial por el hecho de que tu mentor pase a ser también el mío. ¿Se ha entendido algo de lo que he dicho?

Sí, pero la verdad es que teniendo en cuenta que Gretchen conoce a un anarquista, pero no opera dentro del grupo, va a ser complicado. No obstante, quizá si que nos conozcamos de vista. Me puedes haber visto en compañía de mi "mentor". Lo pongo entre comillas porque no parece muy proclive a mentorear a nadie XDDD

No obstante, quizá si que nos conozcamos de vista. Me puedes haber visto en compañía de mi "mentor"

Dados vuestros personajes y sus circunstancias, a mi me parece lo más apropiado.

Oído cocina.

Sólo para concretar... ¿cuantos días llevas con los anarquistas? Lo digo por presentarte a los PNJs o no, y para decirte qué sabes de los Anarquistas. ¿Dónde está durmiendo Niki? ¿Ha hecho ya algún trabajo ilegal? ¿Sabe algún Anarco lo del bosque?

Por lo demás, diría que todo correcto.

Vale, pues entonces has visto a Gretchen en compañía de Stille. Quizá te hayas cruzado con ellos una o dos veces; Gretchen nunca te ha hablado y raras veces te habrá mirado a los ojos. Siempre la habrás visto pegada a Stille, a dos pasos de distancia como mucho, intentando pasar desapercibida.

Tarachan! ¿Y esa historia suya?

No la tengo del todo terminada >_____< Me queda poco realmente, si quieres puedo pasarte lo que llevo ^^

No mueras. Era para saber si seguías viva or what. Por mí, súbeme con copy-paste ya lo que tengas para ir echándole un ojo, que estoy haciendo lazos, introducciones y demás y me puede venir demasiado bien para hacer las cosas con algo más de conocimiento. Pero no mueras, please xD

No muero, no muero =P XD

Te la pongo por asquí (advierto que es un tochaco xD):

Érase una vez, en Ámsterdam, nacieron unas gemelas preciosas y adorables, las pequeñas Agatha y Ruth.

Sus padres las querían muchísimo y las trataban con todo el cariño que podían dar. El tiempo pasaba y las gemelas fueron creciendo.

Agatha fue convirtiéndose en una niña aplicada y dócil, además de tranquila y dulce; en el colegio, destacaba por sus excelentes notas y siempre estaba rodeada de gente.

Sin embargo, Ruth era la hija difícil, tenía más carácter que su hermana y era mucho más revoltosa, traviesa y desobediente; si bien sus notas no eran muy buenas, su relación con los demás niños tampoco era muy buena, nunca supo como tratar con la gente, le costaba demasiado, por eso su hermana siempre intentaba estar con ella.

Sus padres siempre estuvieron orgullosos de Agatha, la inocente y dulce de Agatha.

Pero un día, su madre se tuvo que marchar, llevándose con ella a su ojito derecho.

Se fueron lejos, dejando atrás la ciudad en la que habían crecido, yéndose a vivir a las afueras. Allí, Ágatha echó de menos a su hermana gemela y durante mucho tiempo estuvo triste y decaída… Aunque rápidamente fue capaz de adaptarse a su nuevo lugar de residencia y hacer más amigos, muchos más y nuevos. La niña creció y empezó su vida en el instituto, donde se convirtió en toda una líder: delegada de su curso, capitana del equipo de animadoras, premio al mejor expediente… sin mencionar su belleza y encanto natural, todos los chicos mataban por conseguir una sonrisa suya o una mirada siquiera.

Por supuesto, fue a la universidad, a la facultad de Derecho, obteniendo una gran beca de estudios. Fue allí, en la universidad, donde conoció al que sería su actual novio: Gerard Schumann, unos años mayor que ella, de familia rica y prestigiosa.

Seguramente se casen en cuanto terminen la universidad. Una bonita historia, ¿no?

Lástima no ser ella.

Me llamo Ruth, soy la “hermana mala” de Ágatha. Es cierto que que yo era la chica revoltosa, la que sacaba malas notas, la que no obtenía una sola sonrisa o un gesto de aprobación de papá y mamá. Pero en comparación a mi perfecta gemela, cualquier persona puede parecer un monstruo.

La única persona en la que podía confiar era Ágatha y mamá se la llevó. ¿Qué por que se fue? Bueno, digamos que no todo era perfecto en nuestro cuento de hadas, a mi padre le gustaba demasiado el alcohol y se le iba la mano con mamá.

Recuerdo los gritos y el ruido de los golpes, los sollozos de mamá… Como Ágatha venía a mi cama asustada y yo le tapaba los oídos con mis manos, para que no oyese nada. Ella era más frágil y delicada que yo

Por todo eso mamá se fue. Una noche cogió a Ágatha y se fue, no entiendo por qué me dejó a mi ahí…La vi entrar en la habitación, mirar en mi cama… y no verme. Hizo como si no estuviera. Cogió a mi hermana, que estaba dormida, y salió corriendo.

Al día siguiente yo comencé a recibir los golpes de papá.

La primera vez fue la más dura, no me lo esperaba. Incluso me pidió perdón y me regaló una muñeca de trapo. Sin embargo, cada vez se enfadaba más fácilmente y ya nunca me pedía perdón, ni me hacía regalos… Cuando volvía del colegio, rezaba porque Él estuviese de buen humor. Y nunca lo estaba.

Yo solo quería desaparecer… y lo hice.

Ocurrió cuando tenía doce años. Él me perseguía por la casa, cinturón en mano. Ese día estaba de peor humor que de costumbre.

-¡¡Ruth!!-me gritaba-¡Ven aquí, jodida niña! ¡VEN!

Recuerdo esconderme en mi armario cuando conseguí darle esquinazo. Me encogí entre la ropa, con el corazón a cien por hora y la respiración más acelerada aún. Escuché pasos cerca e instintivamente me encogí más.

-Ruth…ven aquí, cielo…-escuché que entraba en mi habitación-… no voy a hacerte nada, mi amor, siento haberte asustado… sal de donde estés, cariño…-decía con voz edulcorada. Sabía que mentía.

A cada paso que daba, mi pulso aumentaba su velocidad… Cuando sus manos se cerraron sobre los pomos del armario pensé que mi corazón saldría del pecho. Cerré los ojos con fuerza cuando abrió de golpe…

-Maldita niña…-le oí murmurar.-¿Dónde te has metido?-abrí los ojos lentamente y lo vi ahí, frente a mi... pero Él a mi no…

Se alejó otra vez y siguió buscándome.

A partir de ese día, descubrí que podía desaparecer de la vista de todos, ser invisible... Al principio no podía controlarlo, sólo ocurría cuando tenía muchísimo miedo o estaba muy enfadada, pero poco a poco logré controlarlo, aunque tardé años en hacerlo.

Mi vida a partir de ahí dio un pequeño cambio. Me di cuenta de que debía desaparecer, por eso dejé de volver a casa después del colegio y, un par de años más tarde, dejé de ir al colegio. Él se enfadaba porque sacaba malas notas… y si aprobaba se enfadaba también porque pensaba que había copiado, por lo tanto, me decanté finalmente por dejar el colegio con quince años. No podía concentrarme en clase pensando en lo que me esperaba en casa, ni podía hacerlo en casa porque mis cinco sentidos debían estar sobre mi padre, esperando que no se enfadase o que no llegase demasiado borracho a casa. También ahorraba poco a poco para poder irme de casa, guardando el dinero que ganaba haciendo recados para los vecinos o lo que encontraba por mi casa… casualmente solía salir de la cartera de mi padre. Hacerse invisible tenía sus ventajas.

Me fui de casa con dieciséis años. Una noche recogí mis pertenencias (que no eran demasiadas tampoco), le quité más dinero a mi padre y salí corriendo.

Recuerdo que al detener mi carrera me llenó una sensación de libertad y júbilo que nunca antes había experimentado ¡Por fin era libre! Él no volvería a molestarme, se acabaron las palizas y los insultos, las heridas, los escondites… Era una chica nueva, con una vida totalmente nueva. No tenía apenas dinero ni lugar a donde ir, ¿y qué más daba? La vida parecía sonreírme por una vez en muchísimo tiempo. ¿Qué haría? En ese momento, un abanico de miles de cosas que siempre había querido hacer, se abrió ante mí. Nuevas posibilidades, nuevos caminos… y todo dependía de mí misma.

Recuerdo que al detenerme comencé a reír a mandíbula batiente, di saltos de alegría, celebrando mi nueva victoria. Me sentía ligera como una pluma… Era eso, una pluma que flotaba, suspendida en el aire, completamente en calma.

Esa noche dormí en un banco del metro y a pesar de ello… No había dormido tan en paz desde hacía muchísimo tiempo.

Una chica de dieciséis años poco puede hacer para ganarse las habichuelas en la ciudad. Dormía en el metro, cada día cambiando de estación y por el día aprovechaba mi don especial y me dedicaba a mangar alguna que otra cartera, entre el ajetreo y las idas y venidas, y si además añadimos mi capacidad para hacerme invisible... nadie se daba cuenta. Solo robaba dinero cuando necesitaba comida y, si me sobraba, lo ahorraba.

Con mis primeros ahorros, compré mi primer equipo de dibujo, ¿no os lo he contado? Adoro dibujar. Desde pequeña ha sido lo único que se me ha dado bien y desde siempre lo he hecho. Cuando me saltaba a las clases, iba a un parque y dibujaba lo primero que veía, o lo que imaginaba… De vez en cuando dibujaba rostros que no conocía, o lugares en los que nunca había estado… Era extraño, aunque nunca los había visto, aparecían en mi mente con toda claridad, como si los tuviera delante en ese momento. Pero mis ansias de dibujar iban más allá que una pequeña hoja de libreta, quería superarme a mi misma, hacer algo grande que pudiera permanecer durante mucho, mucho tiempo… Así que una noche, decidí comenzar a pintar en las paredes de la ciudad, pero no como hacen esos idiotas, que dejan su nombre en grande, bien visible, en una muestra de egocentrismo absoluto. Yo nunca dejo mi nombre, dejo una pequeña firma, casi imperceptible: es una pequeña pluma en la esquina inferior derecha, exactamente igual al tatuaje que tengo detrás de la oreja izquierda:

 

 

Precisamente, dibujando fue como conocí a quien, supondría un gran cambio en mi vida. Su nombre es Axel Janssen. Nos conocimos una noche de verano, yo solía pintar en los suburbios, hay poca gente y muchas paredes desnudas.

Recuerdo que hacía unos días que tenía fichado un gran muro cerca de la estación de metro, solo me faltaba comprar algunos materiales. Me pasé unos días “ahorrando” a mi manera y compré lo que necesitaba. Pero cuando fui allí por la noche, alguien ya había comenzado a pintar. Le grité que se apartase, que era pared era mía, pero él no hizo caso. Tras una larga hora de debate sobre quien debía pintar ahí, llegamos al acuerdo de que ambos lo haríamos. Nunca había pintado con nadie, pero parecía que no quedaba otra opción, por eso acepté. Quedé muy satisfecha con el resultado y él también.

Su estilo y el mío eran muy diferentes, pero casaban realmente bien. Poco a poco, mientras pintábamos, fuimos entablando amistad. Axel era un chico muy extrovertido y resuelto, no parecía tener vergüenza ninguna, tampoco pelos en la lengua. Era bastante más mayor que yo; él tenía unos 23 mientras que yo en ese momento tenía 17. Iba de un lado a otro, trabajaba de día en el taller de su tío, arreglando coches, a cambio, éste le dejaba quedarse en un pequeño apartamento, al lado de su taller; y de noche iba a pintar paredes.

Tal vez fuera la falta de compañía que tenía en ese momento o su gran carisma, pero le cogí confianza relativamente pronto y le conté mi historia; ante la cual, él se escandalizó y me ofreció quedarme en su casa. Acepté. Si me daban a elegir entre seguir durmiendo en el metro o una casa… No me lo pensaba demasiado.

Para mi, Axel siempre fue más que un amigo, se podría decir que estaba hasta los huesos por él… Era el típico chico con aspecto de rebelde y con una sonrisa arrebatadora que arrancaba los suspiros de cualquier chica. El caso es que… él también se interesó en mí. El día que me lo dijo, me sentí llena de felicidad, por fin alguien que se preocupaba por mi y que me quería, no como mi padre, mi madre, o incluso mi hermana Agatha, que parece que ni se interesó en buscarme.

Al principio, era muy feliz con Axel. Todo eran palabras amables, besos y caricias dulces. Me decía que yo era la única chica a la que había amado, que era muy especial para él. Era un sueño… Aunque desde el principio, me presionaba un poco para ir más allá… Decía que si no quería hacerlo era porque realmente no le quería, que era así como se demuestra el cariño hacia otra persona, que no le demostraba lo que sentía por él… Me resistí unos meses, pero cuando la presión fue demasiada para mi, accedí. Fue una experiencia bastante desagradable, pero estaba haciendo feliz a Axel y eso era todo lo que necesitaba.

Pero a partir de ese día, la relación se volvió cada vez más extraña… Él me creía de su propiedad, era muy posesivo, me gritaba mucho, me controlaba, no dejaba que saliera de casa si no iba con él. Además… me engañaba con otras, se creía que no me daba cuenta del olor a perfume en su ropa, o de los mordiscos de su cuello… Pero aguantaba y soportaba todo eso. No tenía lugar a donde ir, allí al menos tenía un techo, comida y una cama.

Me queda poco para terminarla, espero tenerla para el domingo a más tardar ^^

Es que... si te digo la verdad, mi plan era empezar la partida nada más llegaba a Amsterdam... pero entonces no podría tener relación gretchen, o la tendría... pero ya en partida. Si no sea posible empezar la partida con mi llegada a Ámsterdam y que me hubieran dado una foto o algo así del "mentor" y que no nos hayamos conocido todavía, podemos optar por la segunda opción: Llevo algo menos de una semana en Amsterdam, aún estoy adaptándome al lugar y costumbres, por lo que aún no he empezado a "trabajar" ni me han pedido nada en concreto, aunque no debe falta mucho tiempo para que empiecen a sacarme utilidad. 

En todo caso, NADIE salvo mi policía favorito en EEUU sabe nada sobre el bosque... y siempre que pueda evitaré hablar sobre el hecho de que hay muchas cosas que no recuerdo. Es una debilidad, y muchos seguramente sepan sacarle partido. 

¿Jansenn tenía descendencia? Creo recordar que sí, pero ahora no me acuerdo muy bien. Bueno, apúntese eso también por ahí xD

A su ritmo, no me sufra demasiado.

PD: Su intro ya está hecha, pero no publicada.

Es preciosa. Y muy cruel. Pobrecica.

¿Por Janssen dices un PNJ con relación familiar con Ambroos? Creo que es obvio, pero por si acaso :P

No te preocupes, querida.

Si quieres que acabe de llegar, acaba de llegar. Así no te prefabricas relaciones con el entorno o los NPCs. Es más, al principio iba a redactar tu intro como que llegabas a Ámsterdam, pero luego dudé por no saber muy bien cómo iba el tema.

Ya conocerás, probablemente, a Gretch.

Gracias ^^ Ahí no termina todo xD Aunque lo dicho, me queda poquito ^^

ah, hostias... pues no había caido, me acabo de dar cuenta ahora xDDDDDD Puedo hablarlo con Petit, y si le cuadra a ella pues mira... Si no pues nada, se cambia apellido y ya =P

Que hay más Janssen en el mundo que su estirpe, seguro. O familia lejana.

Es más... el personaje de Petit se conserva muy bien. Puede tener churumbeles con el perfil psicológico de Alex... demasiado bien. Me encaja aún en secreto, así que ya lo hilo yo. Usted no se preocupe de nada, tranquila :P