Partida Rol por web

Los dias habian pasado y no habias tenido mucho contacto con Camila mas alla de verla en el balcon de ella que da a la arena. Mientras de Memmia tampoco mucho lo que si de vez en cuando las habias visto hablar entre ella riendose y disfrutando de la vida. Te preguntabas si hablaban de eso que hicieron contigo y se reian de ello.

De cualquier forma recibiste una invitacion de la domina hace unos minutos. Tenias que ir a la oficina del Ludus a hablar de ella de un tema importante, al parecer tenia que ver con las nuevas. Tenias algo de tiempo antes de ir pero debias ir, ya era hora que tuvieran una nueva reunion.

Después de aquella terrible noche que pasó, se habia decidido a poner algo de distancia entre el y su domina, los brebajes extraños y los efectos sobre su mente le hacían calado hasta el alma, ahora estaba un poco aterrado dw fornicar con la señora de la casa, pues si volvía a hacer algo cómo aquello, se vería obligado a abandonar las instalaciones y marchar a una nueva locación... Aún que sea cómo una espada de alquiler.

En ese momento, el fue llamado para ir a ver a la lanista,  bajo la cara de poker que normalmente tenía, ocultaba un poco de disgusto por el ese hecho, más no podía desobedecer a las peticiones de Camilia.

En la oficina de ella se encontraba la hermosa domina que se encontraba acomodando un regalo para la diosa Minerva. Al darse cuenta que llegaste te mira tal vez buscando algo pero deja de acerco para sentarse frente a su mesa. "Ha pasado un tiempo Doctore." son sus primeras palabras. "Pero me alegra que volvamos a vernos."

"Necesito tu ayuda para un deseo que tengo." comento ella sonriendo mientras te señalaba un asintio para ti. "Pronto habran nuevas peleas en el coliseo. Participaran todos nuestros gladiadores incluidos Livia, que ya he marcado." comenta rapido tal vez para ir al punto. "Si bien tenemos muchos buenos gladiadores hombres, deseo que tengamos mas mujeres presentes. Por lo que me gustaria preguntarte si hay una forma de procurar la marca para las que faltan?" pregunto mirandolo con algo de seriedad y ansia. Sabias que queria un si.

Ahora el Doctore se veía en un dilema, claramente no había pensado en una prueba para que las nuevas ganaran su marca, y ahora esto, antes de todo se dirigió con un saludo cordial a la mujer.

El placer es mío domina, es siempre un placer hablar con usted, más lo que respecta a la ceremonia de la marca, no e pensado en nada aún.

No le sorprendió que dijera que Livia seria marcada, era obvio que tenía un cierto favoritismo por la romana, más no habló más de lo mecesario, manteniendo una distancia con la mujer, ya que en cierta forma, aquel brebaje que le dieron aquella noche, aún calaba en su memoria, y generaba cierto mal estar en el, más ninguna emoción salió de su rostro marmolado.

La mujer se levanto con delicadeza, agarrando con su mano una copa en la mesa y tomando el contenido. "Aun no pensaste en ninguno?" pregunto pareciendo algo incredula. Tal vez molesta pero eso no se notaba en su tono o rostro.

Dejando la copa se acerco mas al doctore con calma pareciendo examinarlo completamente. "No haremos la fiesta que hicimos la vez pasada. No hay necesidad de ello." empezo a decir tal vez para aliviar un poco tu mente. "Sera algo mas pequeño el evento. Seguro habra un par de patricios, pero seran los mas cercanos al ludus."

Ya a un par de pasos del doctore coloco una mano en su hombro. "Podriamos matar mas bandidos eso gusto. Pero repetirlo con la posibilidad de una muerte no se si sea lo mejor. Talvez un ejercicio fisico desafiante, algo que ver con el fuego..." decia tirando ideas o al menos palabras varias. Decia todo eso mientras acariciaba uno de tus brazos con delicadeza. 

La monotonía del sacerdocio y las banalidades llevadas a cabo por Livia causaron gran revuelo, más estoy de acuerdo que repitamos la ejecución de los criminales pero esta vez... Siendo un evento más privado.

Miró a la mujer un poco pensativo.

La idea de la muerte siempre prevalece domina, más darlw ventaja a nuestras guerreras es siempre una posibilidad... Podriamos reducir el numero de condenados a muerte para enfrentarse a ellas

"Ok. Una ejecucion siempre es buena." comento ella dejando pasar el resto del comentario del Doctore.

Ante la idea de cambiar los numeros. "Que seria? uno solo contra ellas dos?" pregunto al galo pero pareciendo nno estar del todo convencida. "Aun van a venir algunos patricios y obvio que familiares. Tendria que ser un oponente muy interesante para que no se vuelva aburrido el evento." comento ella tambien pensativa.

"Que tal si las atamos a ellas juntas?" pregunto como posibilidad. "Otra es desnudarlas. La negra no tendria problema pero si la pelirroja."

Atarlas es una buena opción, o cooperan o mueren, es lo que les queda, o pereceran a manos del oponente... Si, me agrada la idea domina

Respondió el doctore a la mujer que ante el, se fue acercando, haciendose imponente a cada centímetro que se aproximaba.

Puedo... Hacer algo más por su merced?

"Bien. Ya me diras si te parece mejor de las manos o de la cadera." comento aunque esperaba la respuesta ahora. "No dijiste nada de verlas desnudas? acaso no te interesan?" pregunto divertida.

Entonces te vio acercarse a ella y sonrio con mas picardia. "Por un momento pense que no preguntarias. Me gustaria que molestes un poco a mi prometido, ahi afuera..." dijo como señalando a la puerta, marcando en el ludus. "Y aca dentro." a la oficina y privacidad. "Estuve con él hace poco no se compara contigo." le confiesa con total descaro. "Aaunque el seguro se cree que fue el mejor."

De la cadera estaría bien, pues de las manos limitaría mucho la defensa y el contragolpe, pero...

Guardó silencio un momento mientros su rostro se ponía lascivo y seductor, acercandose a ella cuándo realizó la pregunta.

Tal vez la africana no tenga problemas, pero a las demás podría generales pudor y mal estar, lo que las convertiría en presas faciles para el enemigo... 

Ya una vez cerca de la mujer, la rodeó por el respaldar de su silla, detras de su persona.

Así que... ¿A mi domina le gusta que humille a su prometido? Pues será un placer inmenso para mí... Pero a cambio de una condición...

Colocó las manos sobre los hombros de la lanista, para luego ir bajando por el vestido, al interior de este para tomar sus grandes pechos.

Pido que no vuelva a usar algún brebaje extraño en mí, soy mejor cuándo puedo usar todas mis facultades en complacerle...

Dijo mientras comenzaba a amasarle los pechos a la señora de la casa, diapuesto para tomarla nuevamente.

Escucho sus consejos aunque supo por sus miradas que deseaba cortar rapido el tema de las no marcadas. "De la cadera las ataremos entonces. Aunque lamentare que no vayan desnudas, al menos para que sobrevivan en la pelea." comento aceptando la propuesta. "No les digas a ellas, ni a ninguna. Quiero la sorpresa." le dijo con un guiño.

Lo sintio detras con todo su cuerpo incluso antes que la tocara, ella no se paro quedandose ahi sentada cruzando sus piernas. "Dime..." ordeno cuando escucho que habria una condicion, temblando un poco con excitacion al sentir sus manos en sus hombros. Tal vez porque adivinaba que el galo bajaria mas sus manos colandose en su vestido donde apenas entraban sus pechos y las manos del galo. Pero permitiendole masajearle esos pechos que lo recibieron junto con esa mujer que vio hacia arriba a su rostro con un rostro de total deseo.

"Tan mal te fue en tu viaje? Yo te vi como un Heracles acabando con las demas mujeres antes de ir conmigo." comento dejando claro que ella tambien habia sido drogada aunque ella habia sido voluntariamente.

Era cómo si su condición le resultara rara a la mujer, más no respondió, no de forma inmediata a la jefa, notando el deseo en los ojos de la lanista que queria que continuara, apartó los tirantes del vestido para exponer las tetas de la mujer, comenzando a sibar y a esrimular los pezones cómo si tratara de ordeñarla.

Fue algo... Extraño, no me sentía completo, y no recuerdo nada de lo que hice despues de beber el vino, pero ahora... La cosa es diferente

Continuó con aquel juego sobre los pechos de la dama, acercando su rostro al de ella, desde su posición.

Póngase de pié, ¿o acaso no quiere sentir a un hombre de verdad?

Tienta el galo a la romana para que esta acate sus pedidos, se la follaria salvajemente cómo a ella le guataba.

Cuando sus pechos quedaron al aire ella no se esforzo en taparlos, temblando un poco con ansias. Solo acomodo su vestido un poco para bajarlo mas y tenerlo expuestos de forma mas comoda. Aunque no era necesario para que el galo hiciera lo suyo tomando esos pezones que con un poco de agarre empezaron a volverse mas duros en sus dedos mientras ella suspiraba ante tales estimulos.

"Ya veo, una lastima. Bien no te lo dare mas, pero tu dame placer y ayudame con mi querido prometido." comento ella disfrutando pero no perdiendo la ocasion de seguir tramando cosas.

Cuando lo sintio en el rostro beso sus manos mientras seguia mirandolo desde la silla. Al menos hasta que le decis que se ponga de pie, entonces cumple levantandose con cuidado. Rodeando la silla y poniendose junto a él. Expectante de lo que haria y con los pechos de ella ahi listos para ser tomados.

Una vez de pie la mujer, aparto las manos de sus tetas y las llevó al vestido, dejándolo caer al suelo sin miramiento alguno, estando de espaldas a ella, decidió castigarla un poco por lo que le había hecho con el la noche, se apartó de ella para darla vuelta bruscamente, levantarla por las nalgas y sentarla sobre el escritorio.

Le sonrió mientras se dirigia directamente a su intimidad, metiendo la lengua dentro de ella, presionando su con su boca la zona más excitante de su señora, probando la humedad de su ser, acariciando sus piernas abiertas un momento, solo para después llevar sus manos de nuevo a las tetas de Camilia, teniendo intención de un juego previo al plato principal.

La mujer dejo caer el vestido, quedando totalmente desnuda ante el galo. Sacando un pil de ahi y con el otro patio su vestido lejos de ella. Aunque cuando pensaba hacer algo mas lo sintio como la levanto desde el culo, dejando escapar un chillido de sorpresa agarrandose un poco sus hombros. Luego se dejo sentar en el escritorio. "Si querias que me sentara solo tenias que decirme." dijo ella empujando un poco de las cosas en el escritorio para hacer lugar.

Pero poco pudieron hablar ya que el galo fue directo por su sexo, el cual ya tenia algo de humedad por su excitacion pero sin duda la lengua del barbaro la ayudo. Mientras temblaba un poco sus piernas empezo a gemir de gusto acercando como podia mas su cadera al galo. "Asi..." empezo a decir ella sintiendo rapido las manos grandes de este en sus senos. Las manos de ella fueron a acompañar las del doctore acercandolas mas a sus pechos y aplastando mas estos. Mientras seguia gimiendo.

Linda voz tiene la domina, y más aún cuando comienza gemir, ese es el autentico tono de voz de ella y algo que lo ponía al galo, pasando la lengua en el interior de su sexo sin darle mucha tregua a que dijera algo, la romana podía tener a todo el ludus bajo su mando, pero en la intimidad, ella le pertenecía.

Apretando sus grandes senos para estimilarla más, podia sentir las manos de la mujer sobre las suyas, y tomar suavemente sus dedos, hasta que se cansó un poco de darle sexo oral, apartandose de ella e irguiendose.

Saco su viril barra de carne y la apoyó sobre el sexo de Camilia, rozando este para tentarla, solo para despues colocar la punta en la entrada, presionar apenas un poco para entrar, pero luego sacarlo, burlándose de ella.

Si quiere que entre... Digalo... Quiero escuchar que suplique...

Este tambien era un castigo por lo que habia hecho aquella noche.

La domina continuo gimiendo por lo bajo al sentir tu lengua aunque a veces no la sentias porque se mordia con fuerza el labio, pero no podia evitar que su rostro mostrara ese rico placer que sentia en el momento. Cosa que paro cuando te levantaste, haciendo que ella te mire con cierta molestia.

Al menos hasta que vio como sacabas afuera tu miembro, suspirando con ansia por lo que pasaria al sentirlo con todo su vigor rozandose sobre su sexo. "Suplicar?" pregunto ella divertida. "Eso es lo unico que pides?" pregunto como si fuera poco. Como si la suplica por un miembro barbaro de una patricia fuera poco. "Te lo suplico Duilius, entra en mi ahora mismo. Hazme sentir mejor que con mi prometido. Recuerdame una de las razones mas importante por la que estas en mi casa." dijo esta con una voz extremadamente melosa cambiando su mirada desde el rostro de èl hasta su miembro que empezo a acariciar con una de sus manos.

Complacerla sexualmemte tambien era una de sus labores, no obstante también era una obligación, ya que parecía que no le importaba mucho su prometido que mostraba una negligencia igual a la de su anteriror dominus en la cama de su ama, el arte de amar no se le daba bien a los romanos segun parecia.

Fue abriendose paso por su carne una vez que ella terminó de decir aquello, comenzó a perforar a la mujer con su vasta y erecta barra de carne, había logrado que se rebajara al nivel de una ramera suplicante por un miembro que la partiera, pese a ello sentia su sexo un poco flojo, más no le importaba mucho, pues comenzó a moverse una vez que completo el camino dentro de ella.

Así me gusta Camilia, me gusta que suplique por que la haga sentir una mujer...

Fue lo que dijo antes de sujetar sus senos y chupar sus pezones con fuerza, dejaría al general romano en verguenza una vez más.

Ella gimio con gusto mientras te sentia introduciendose en ella enfocando su mirada a en ti. Una mirada de claro deseo para que continues hasta llenarla completamente. Mientras el sexo de ella lo invitaba a continuar cada vez mas con ese calor abrazador de ella. Mientras sus piernas le atrapaban como si el galo fuera una presa de esa mujer con grandes deseos.

"Te gusta que que tu domina te suplique?" pregunto ella entre sus gemidos. "o cualquier mujer?" pregunto ella provocando un poco tal vez por morbo mas que otra cosa mientras se unia a mover sus caderas tambien.

Mientras sus grandes pechos estaban ahi para ser tomados con suavidad con la fuerza de èl, que rapido los sintio bien duros dentro de la boca de este. Ahi ella acerco mas su cuerpo y senos para que los tomaras y manipularas como querias mientras ella gemia con mas fuerza. "Si, son tuyos." admitio.

La pregunta que llegaba a la mente del galo, era quien era presa de quien? Pese a que ella le rodeaba con sus piernas, podia hacer más fuerza incluso dentro de su carne caliente.

Me gusta... Cuándo mi domina suplica por mí

Dio una arremetida feroz que sacudió el escritorio completamente, cómo la cama en aquellas oportunidades.

Juntando sus pechos y llwvando las crestas erectas a su boca, para succionar, morder y tironear, buscando generarle ese dulce dolor que le otorgue más placer a la mujer, ya se había grabado a fuego en ella, podía notar que era el único que la hacía sentir mujer, cómo ella quería.