Partida Rol por web

Voy escuchando las diferentes informaciones mientras intento procesarlas. No es sencillo comprender lo que están diciendo. Pero al menos dentro de todo lo malo que ha sucedido hay una pequeña parte que me hace mantener la ilusión de que algún día llegaré a ser libre.

Cuando le mencionan me giro hacia Zared con una súplica muda en mis ojos. Me da igual que sea rebajarse, que se trague su orgullo de macho y pida perdón le salvará la vida. Y yo ruego porque lo haga.

Las palabras, la voz tan ruda de Alina me hacen acercarme a ella mientras miro a los guardias, poniendo la mano en su hombro y empujando un poco para que se aparte. Si su decisión fue rebelarse era el destino lógico. Estamos en mitad de Roma, en mitad del hormiguero, ¿y pretende escapar de él? No creo que sea posible. A mí también me entristece que Soenya muriera, pero si era una rebelde... Bueno, eso demuestra lo que puede suceder si intentas luchar contra tu destino.

Luego miro a la sirvienta. ¿El jefe de guardias y el sacerdote de Marte?

La mirada de la romana destella de ira cuando Alina pierde los papeles y se comporta de manera agresiva con Verina. Da dos pasos hacia ella y le coge las manos con bastante firmeza, haciendo fuerza si es preciso para obligarla a que suelte a la sirvienta. Lo que ha salvado a la gladiadora de un enfrentamiento directo ha sido la intervención de Brinda.

-Si vuelves a actuar de esta manera con Verina o cualquier sirviente de la casa, te retaré a una pelea en la arena.- dice muy despacio y con gran frialdad, clavando su mirada en la esclava. Le suelta luego las muñecas con rabia, sin llegar a empujarla pero se nota su enojo.

Se gira hacia Verina y suspira:

-Disculpala, Verina, no volverá a ocurrir. ¿Puedes decirme cómo fue lastimada la señora Cornelia? ¿Fueron los guardias de los primos?-​​​​​​-aprieta los puños tragando saliva.

Zared no tuvo que recibir mucha mirada de Brinda para que este acepte, tal vez no se habia sentido muy seguro de la rebelion cuando esta empezo. "Me disculpare con el Pater y le pedire su perdon como desee este." afirmo pareciendo sumiso el hombre que bien por su tamaño y fisico superaba a las mujeres y al viejo romano.

Luego simplemente se fue a sentar junto a Drust. Viendo si se despertaba.

Verina parecio haber perdonado la actitud de Alina facilmente aunque se volvio a alterar con la amenaza de Livia. "Por favor calmense, livia no amenaces asi a tus compañeras. No ves que ahora son pocas e igual el Pater no les permitira que se dañen." expreso la mujer rapidamente tocando el hombro de ambas. "Yo la disculpo. No pasa nada."

"Soenya ha muerto y tambien Ikateria." termino aclarando de nuevo a la peliroja. Luego vio a Brinda. "El jefe de guardia se desangro en el piso, por esa herida rara en su cuello. Mientras el sacerdote fue sacado de este Ludus y aun no ha vuelto." siguio respondiendo sin mucho problema.

Nego la cabeza ante la pregunta de Livia. "Los primos al parecer querian cuidarla. Como al resto de la familia." dijo esta mirando un poco hacia afuera, a los guardias por un momento. "Fue el senador Mario, aunque eso algo que nos enteramos hace poco. No sabemos porque lo hizo, ni que pasara con él. He tratado de preguntar pero el pater dijo que no es de mi incumbencia."

Afirmo ante las palabras de Verina y me giro para sonreír a Zared. Al menos dentro de todo lo malo que está pasando tengo un amigo y un compañero en quién apoyarme, además de en las otras gladiadoras. Luego vuelvo a mirar a Verina.

Entonces supongo que lo primero que harán será asegurarse de la lealtad de los que quedamos vivos. Lo siguiente, contratar un nuevo jefe de guardias y probablemente algunos guardias. Y ya lo siguiente será traer nuevos gladiadores. ¿Me equivoco? Por tanto me temo que solo nos queda esperar.

-¿Una herida rara en el cuello? ¿De qué habláis? - pregunta, algo confusa con el ceño algo fruncido. Aún había cosas que no le quedaban claras, pero tal vez fuera por el efecto residual de las drogas- Verina...¿puedes preguntar a Sekhmet qué me ha dado? ¿Y cuánto rato va tardar en que se me pase...?- se vuelve hacia el camastro y se sienta, difícilmente puede mantenerse en pie pero toma algo de agua, en verdad se nota muy sedienta.-¿Cuando podré ver a Manius y a Elia? Tengo que...hablar con ellos...-suspira y se lleva la mano al costado, la herida le ha tirado cuando cambió de posición.

Alina estaba a punto de contestar a Brinda, cuando Livia se interpuso entre ella y Verina y la desafió. Alina se limitó a dirigirle una mirada cargada de ira, soltó el brazo de la sirviente y se alejó unos pasos, dando la espalda a las gladiadoras.

—Al menos Soenya murió libre —dijo a nadie en particular—. Nosotras moriremos esclavas.

Escucho lo de Brinda afirmando debilmente. "Esa seria la idea, pero es algo que va a organizar el Pater. Seran llamadas de una a una y empeceran a volver a practicar muy pronto." respondio la mujer dando una mirada a todas y todos.

"No se, dice que parece que una bestia le mordio el cuello." comento no muy segura pero con desagrado ante lo que supuestamente habia pasado. "Te ha dado amapola. Ya con los dias pasara el efecto. No te preocupes." dijo sonriendote con calma y examinado los vendajes en su estomago.

"Elia no esta en este hogar y Manius esta con el Pater. Ambos solo los veras si el Pater lo permite." comento ella con una formalidad de unas palabras que habia memorizado para responder siempre lo mismo.

"Murio abandonada y tirada en una sanja en el exterior." devolvio al comentario de Alina. "Ustedes aun pueden liberarse, no han hecho mal...por ahora." dijo mirandola con cierta molestia a la peliroja.

Entonces tras dar la comida a todos y mirar una vez mas a Drust se acerco un poco mas a la puerta. "Si no tienen mas preguntas me retiro. Si ocurre algo me llaman." dijo para darles una ultima oportunidad de hablar.

Livia toma la comida que Verina les ofrece y vuelve al camastro a sentarse, come en silencio, pensativa, aunque lanza miradas fulminantes cada poco en dirección a Alina. Cuando termina de comer, Livia se mueve hacia el altar que se hallaba en las celdas de los gladiadores y empieza a rezar al dios Mercurio. Sus oraciones son silenciosas pero sus labios se mueve frenéticos en un murmullo ininteligible.

Afirmo con una sonrisa triste ante las palabras de Verina mientras escucho lo que tiene que decir. Cuando va a retirarse levanto la mano a modo de despedida. Gracias por todo, Verina. No dudes que si necesitamos algo te lo haremos saber.

Una vez a solas me acerco a los barrotes que me separan de Zared para hablar con él mientras juntamos nuestras manos. En este momento necesito su apoyo más que nunca, pues puede ser el inicio de nuestro camino a la libertad o el fin de todo.

Pasadas unas horas, Livia termina sus oraciones y sale de su celda, parece que se encuentra algo mejor y se dirige directamente a la celda de la esclava negra, se acerca y le susurra algo privadamente.

-Cuídate del agua mansa...- y sus ojos viajan hasta señalar con su mirada a Alina.- que de la brava ya me cuido yo. Tenemos que hablar.

Estaba relajada es mi celda, planteándome varias cosas en la cabeza, cuando veo como Livia entra. En ese momento me levanto y sus palabras, dirigidas hacia Alina, me hacen esbozar una leve sonrisa. Ya me doy cuenta. Pero claro, hablemos de lo que quieras. ¿En qué puedo ayudarte, hermana?

Estaba relajada es mi celda, planteándome varias cosas en la cabeza, cuando veo como Livia entra. En ese momento me levanto para hablar con ella.

-Las cosas se van a poner difíciles, Brinda.- la romana toma asiento en el camastro de la otra esclava, más por dificultad para mantenerse en pie que por deseo de ponerse cómoda.- No hay jefe de guardias, no hay Camilia, han muerto muchos guardias y muchos gladiadores. Y los que quedamos aún tardaremos en estar en plena forma.- se refiere a Drust y a sí misma- Necesito saber si puedo confiar en ti. Ya se que en Alina no y eso va a ser un problema. Si nuestra vida depende de ello...haré lo que sea necesario para que no nos venda.- entrecierra los ojos y aprieta las manos sobre la tabla- No he llegado hasta aquí para que esa loca lo arruine todo.

Escucho sus palabras meditando profundamente sobre lo que dice. Si es para evitar que nos venda, para evitar que me separen de Zared o de ti, haré cualquier cosa que sea necesaria. Puedes contar conmigo, hermana. En ti puedo confiar, y espero que tú percibas lo mismo en mi persona. Juntas evitaremos que eso suceda. Y oye digo bajando un tanto la voz, si ya de paso venden a la princesa pues espero que en su nuevo destino sea feliz, pero no la echaré de menos.

-Olvida eso...si nos venden nuestro destino será peor que la muerte Brinda. Nadie compra un gladiador traidor, sabemos empuñar un arma y sabemos matar. Si vamos a otra casa de esclavos nuestro destino serán las galeras o las canteras de piedra. -niega Livia ante la idea de que ser vendidas fuera una opción.- Créeme que la princesa no dudará ni un día encadenada a un remo en un barco de guerra.- afirma con seguridad.

-Préstame atención...necesito saber todo lo que viste desde que nos separamos el día de la batalla...cualquier cosa puede ser relevante, todo debe encajar para que, cuando nos interroguen, todo encaje. Si Alina es la que se desmarca de la visión de todos los demás, será ella y solo ella la que pagará porque la encontrarán culpable. Espero que no sea tan tonta de desconfiar pero parece que la germana logró demasiada influencia en ella.

Me quedo pensando intentando rememorar los hechos. Ocurrieron demasiadas cosas en tan poco tiempo que algunas cosas se me confunden en la cabeza. Veamos, acompañamos al domine en dirección a las celdas cuando vinieron a buscarte. Después de eso apareció Marcia que buscaba al jefe de guardia por orden del hijo de la domina. Sin embargo para entonces ya se oían sonidos de pelea. Por lo tanto Gallio ordenó a Marcia que se quedara con nosotras mientras él avanzaba hacia las celdas con la espada en la mano.

Entonces Marcia nos pidió que la cubriéramos para ir a avisar a las otras sirvientas, pero en vez de eso le pedimos explicaciones sobre lo que estaba pasando. Básicamente nos dijo que Elia, la amiga de la domina, se había hecho con el control del ludus y estaba impartiendo órdenes, y que los primos estaban intentando llevarse al joven Domitor.

Después de eso Soenya pasó corriendo y diciendo que estaban masacrando a los gladiadores, que querían acabar con el ludus y que tenía que avisar a no sé quién. El jefe de guardia la perseguía y... no me siento orgullosa, pero nosotras le impedimos alcanzarla. Entonces llegó Ikateria y se tiró sobre él como un perro rabioso arrancándole parte del cuello de un mordisco.

Entonces fue cuando llegó el domine junto con el clérigo de Marte y descubrieron al jefe de guardias ya agonizando. Sin embargo la reacción nos dejó desconcertadas pues pensábamos que estábamos atacando a un traidor pero Gallio actúo como si fuera todo lo contrario. Por lo tanto desde ese momento lo único que nos quedaba era regresar a las celdas pacíficamente.

Esta última parte es la peor, porque no solo colaboramos en la muerte del jefe de guardias sino que nos vio el domine. Y aunque le echemos la culpa a Soenya o Ikateria, seguimos siendo cómplices. Lo discutimos con el sacerdote que nos hizo ver nuestro error, pero no sé si el domine confiará en nosotras ahora. Lo cierto es que no me hago ilusiones de salir de esta, pero dicen que la esperanza es lo último que se pierde.

La romana atiende a tu relato aunque no te mira, tiene la vista fija en el suelo y trata de recomponer la situación:

-Si, yo estaba con Elia y Duilius cuando se dio esa orden de buscar a Herius.- apunta pero te deja continuar, en realidad no era un dato relevante pero ayudaba a poner las cosas en su lugar.- Y si, al menos el senador Mario estaba intentando convencer a Cornelia de que le dejara llevarse a Manius. Al parecer Camilia la nombró tutora del chico en su último aliento y el sacerdote de Marte es testigo.- la convicción con que Octavia decía esto no dejaba lugar a dudas de que ella creía este hecho tan claramente como creía en la existencia del sol.

-Soenya os usó como escudo para que hicierais lo que ella quisiera. Incluso en ese momento.-sentencia la romana negando con la cabeza, toma las manos de Brinda y las aprieta entre las suyas- Creíais fieramente en vuestra líder porque eso era lo correcto...ella siempre se aseguró de que pareciera que hacer lo que ella hacía era lo correcto.-suspira amargamente y también con cierta rabia, como si recordara ciertas cosas y luego las deshechara- Lo aprendió todo mal...-respira hondo y continua.- Gallio será complicado pero el sacerdote...yo me ocupo de él, creerá lo que yo le diga y no será mentira si le digo que Soenya os había manipulado.- está muy convencida de que puede lograrlo.- De todas formas cometisteis un error, Mars os hizo entrar en razón, pero hablará en vuestro favor. Verina dijo que íbais a recibir vuestra marca, eso es que os han perdonado. Y me aseguraré de que Cornelia y Manius sepan mi versión también. 

La romana se lleva una mano al estómago dolorida pero también orgullosa.

-Yo ayudé a Manius y a la señora Cornelia a escapar de los guardias que querían llevarse al chico. Creo que servían a los primos. Juré ante los dioses y los hombres que le defendería con mi vida. Y creo que los dioses me han permitido volver a este mundo para que cumpla mi juramento. Pero también tengo un deber para contigo y con la arena de Roma. No olvidaré ninguna de mis promesas.

Gallio... digo sonrojándome un poco, algo que es probable que le pase desapercibido debido a mi tono de piel. Lo cierto es que he tenido sexo con él dos veces. Lo que no significa que por ello vaya a perdonarme cualquier cosa, pero quizá pueda inclinarse también a nuestro favor.

Aunque por otra parte solo soy una esclava, así que el hecho de que tenga sexo conmigo no creo que le importe demasiado. Lanzo un suspiro y niego.

Luego levanto la cabeza para mirar a la romana. Gracias por todo, hermana. Sé que harás todo lo posible, y si en algún momento puedo hacer algo por ti solo tienes que pedirlo. Desde luego Soenya nos engañó bien a todos, y lo malo es que parece que Alina sigue engañada. Espero que recapacite.