Partida Rol por web

- No me aburres Sekhmet, encuentro muy interesante el tema. La esposa de un militar tiene mucho tiempo libre en Egipto y poco que hacer, así que procure distraerme conociendo el lugar-

Voy siguiendo a la egipcia por los pasillos. Esta claro que tiene la confianza de Camila y sabe de que habla. 

-Creo que Livia estaba preocupada por la calidad que se adquiere en el mercado. Esa adúlteración es inocua, ningún mercader quiere matar a sus clientes. Y si, puede usarse con fines eutanásicos; algunos enfermos incurables o ancianos la solicitan para tener un final plácido. Y naturalmente, en manos inexpertas o maliciosas es un veneno mortal-

-De ahí que el cargo de médicus del ludus sea tan preciado y solo digno de confianza. Sin duda la domina te tiene en alta estima, Sekhmet. Dime, ¿No echas de menos la arena?- pregunta, tal vez para relajar el tono de la conversación o por genuina curiosidad. - Ya sabrás que Soenya es ahora la líder de las gladiadoras, parece que finalmente va tomando conciencia de la importancia de comprender las costumbres romanas si quiere recobrar su libertad.

"Fue a egipto? Supongo que a la capital, es muy hermoso cierto?" dijo ella con una sonrisa grande mirandola tal vez con otra luz cuando le comentabas eso y ademas le permitias seguir hablando. "Oh. Si, supongo que no le entendi bien. Aun me estoy habituando a sus frases y tonos. Es muy distinto en egipto."

Cuando Livia le comento sobre su importarcia y la confianza que habia conseguido, ambas la vieron sonreir con mas orgullo. Contenta con lo que habia logrado. "No. No estaba hecha para la arena y agradezco cada dia que La domina me haya sacado de ahi." dijo pareciendo genuinamente agradecida por esta nueva posicion de servidumbre que no tenia una libertad tan cercana como las gladiadoras. "Me alegra por Soenya, dile que la felicito. Si lo mejor es aprender de esta cultura, dejar cosas que no sirven detras." comento sin verguenza y pareciendo entender bien como se debia actuar.

Tras unos minutos caminando llegaron por fin a un cuarto apartado. Lo primero que sintieron fue un olor a incienso, que Elia reconocia como de egipto aunque no era algo raro que usara eso. Lo que si se notaba que estaba tratando de tapar otros olores, de plantas y preparados amargos que sin duda no eran lindos al olfato.

La habitacion era mas o menos grande, con un par de cajones de madera cerrados. Unas repisas con distintos papeles, posiblemente recetas o tipos de tratamientos para distintas enfermedades. Escritorio habias varios, algunos con hierbas, otros con preparados y incienso, finalmente con herramientas para el oficio del medicus. Habia una cama al final de la habitacion arreglada con cuidado como si no fuera usada.

Doy un vistazo lento por la estancia, con especial atención a las mesas, repisas y demás accesorios. No manipulo nada, intentando reconocer los preparados e ingredientes por su aspecto y olor.

-¿Alejandría? Me pareció bonita, si. Un buen lugar para residir una temporada, aunque más griega que egipcia, y un gran contraste con el interior. Mi difunto esposo me llevó a visitar las pirámides, un detalle por su parte. Navegamos por el Nilo en una barcaza hasta alli, y después un abominable viaje en camello. A él le pareció divertido verme intantando mantener el equilibrio sobre una de esas criaturas-

La romana también pulula por la habitación, dándose cuenta de los pequeños lujos y comodidades con que ahora contaba la egipcia, una habitación para ella sola y una cama...¿De verdad había conseguido todo aquello solo por saber medicina? 

-Y...¿Que dices que pasó con el anterior médicus? ¿Fue despedido?- pregunta Livia, eligiendo con cuidado las preguntas para no dar una mala imagen, pero en realidad decenas de preguntas se agolpaban en su mente.

"Alexandria. Dicen que es hermosa y una de las joyas mas hermosa de egipto."dice dejando en claro que nunca fue por ahi. "Ha visto mucho entonces y ha recorrido mucho mas mi señora. Lo que si como dice es mas complicado ir en camello que en caballo. Espero que igual a pesar de ello se haya llevado un buen recuerdo del territorio."

Luego miro a Livia pareciendo confundida. "No les habian dicho?" pregunto aunque simplemente asintio. "No fue despedido, aunque parece que iba a terminar en eso. El hombre andaba borracho por ahi y no complia su trabajo. Finalmente lo primero le cobro su vida, tuvo una pelea en una posada y lo mataron." le explico primero a ella aunque era para ambas.

"Una tragedia, ya que le preguntaria por tantas cosas..." entonces ambas vieron como se dirigio detras de la estanteria. a una jaula que recien veian. Cuando volvio a levantarse tenia una serpiente que le empezaba a recorrer el hombro. "Les gusta?" pregunto bastante encantada con la serpiente que miraba a ambas sacando su lengua bipida.

Retrocedo un paso poniendo distancia. -Asumo que es inofensiva, porque dudo que Domina te permitiera tener otra cosa. A pesar del aprecio que en los templos de Esculapio se tiene por algunas serpientes, no siento ninguna atracción por ellas-

-No recuerdo haber pedido ver tus mascotas. Devuelvela a la jaula- El tono es seco y autoritario; no deja lugar a muchas dudas. No toleraré desafíos ni impertinencias de ningún esclavo. 

-Sekhmet...eso estuvo fuera de lugar. - le dice Livia en tono reprobatoria pero no enfadado, tan sólo algo frío y deceocionado.

La romana continua su escrutinio de la habitación con cierto interés.

-Yo comi carne de camello una vez en la casa de mi padre. Una carne muy distinta, recuerda a la de cabra pero más dura y fuerte...entonces ¿Esta era la antigua habitación del médicus y ahora es la tuya? ¿O acaso solo trabajas aquí?

La egipcia se puso mas sonrisa disminuyendo su sonrisa. "Lo siento mi señora." comento ella mitras acercaba su mano a la cabeza de la serpiente, con un apriete controlado hizo que el animal abriera la boca. Mostrando que no tenia colmillos. "Si, la domina me recordo que tenia un hijo cuando se lo pedi. Por lo que me hizo sacarle los colmillos, de cualquier forma esta es de las serpientes no venenosas."

Al ver la reaccion de ambas la guardo dentro de la jaula. "Me disculpo de nuevo, no queria que las sorprendiera cuando se metieran mas adentro."

"Yo solo trabajo aca, duermo en el cuarto de las sirvientes. Donde duerme Marcia y Verina." le respondio y se quedo viendo a ambas si necesitaban mas.

Espero a que la egipcia devuelva la serpiente a su jaula. Despues sigo curioseando la estancia hasta hacerme una idea de que utiliza y en qué está trabajando. Cuando estoy razonablemente satisfecha me dirijo al pasillo para salir.

-Gracias Sekhmet.. Livia estoy cansada de dar vueltas y aún tenemos que hablar de muchas cosas, acompáñame-

-Si, señora Cornelia. Adiós Sekhmet.- se despide Livia cordialmente y sale del laboratorio, por llamarlo de alguna manera, detrás de la sacerdotisa. Si nada más detiene y, cuando ya están algo lejos de donde han dejado a Sekhmet, la romana se acerca un poco más a Elia.

-¿Y bien? ¿Habéis visto o sentido algo peligroso? Si me permite la pregunta, señora.

-Fingida humildad y exceso de soberbia, si yo fuera la Domina esta noche la egipcia cenaria serpiente. No se que vio el sacerdote de Marte, pero o es más perspicaz que yo, o la egipcia sabe ocultarlo-

Apartandome el velo para refrescarme la cara, aprovecho para volver a mirar a Livia. -Ya vi el altar de Mercurio, y como no es posible hablar con el sacerdote voy a retirarme a mi habitación. ¿Se te permite acceder si vienes conmigo, o debo pedir permiso? Hay un cierto tono de prepotencia en la pregunta. No pido permiso para hacer lo que me apetece cuando me apetece, pero no conozco las normas del Ludus y no quiero molestar a Camila. 

-Creo que si voy con vos nadie tendría nada de objetar, sois una huésped de pleno derecho en esta casa, entiendo que lo que prima es vuestra comodidad y si para su comodidad quiere seguir hablando conmigo, no está bien que vos deba pasar más tiempo del necesario en esas oscuras y húmedas celdas.- argumenta la romana, recordando las costumbres de los patricios. Dudaba que Camilia fuera a tomarse a mal que su amiga dispusiera algo tan sencillo y en todo caso, merecía la pena el riesgo, y estaba claro que la única que podría estar haciendo algo indebido era Livia y no parecía demasiado preocupada.

-La acompañaré con sumo gusto.

Con un ligero encogimiento de hombros me dirijo a mi cámara sin decir nada. Una vez allí dejó la diadema que sujeta el velo sobre una mesita y señaló un arcón. -Busca una túnica corta, azul celeste con rivetes, quiero cambiarme- Sin decir más, me quito el ceñidor y bajo los tirantes de la túnica que llevo, dejando que se deslice hasta los pies. -Te estoy poniendo a prueba, por si tenias alguna duda-

La romana sigue a la mujer hasta su habitación, aunque queda.impresionada por el lujo que allí se destila en comparación con lo sucio y desangelado de su celda, no pierde el tiempo en los detalles, sabiendo que no debe parecer curiosa ni cotilla.

Cuando llega la orden, a Livia ni se le ocurre echar una mirada de soslayo, sabía que el cuerpo de la señora sería hermoso pero no le cabía duda de que aquello era una prueba, no necesitaba que la mujer se lo recordase, ella misma había evaluado a su servicio en su dia.

Se arrodilla frente al baúl y lo abre con cuidado, sin dejar que la bisagras se lleven un golpe que las fuerce y empieza a buscar lo que le pide, apartando las.ropas que no encajen con el pedido hasta hallar la prenda que Cornelia había pedido. Una vez Livia la tiene en la mano se apresura a volver con la mujer.

-Aquí tiene.- dice y lo muestra colgado de su brazo para que Elia pueda decidir si era ese el vestido deseado.

-Esta es- acompaño mis palabras con un asentimiento de cabeza. Separo ligeramente los brazos del cuerpo. -Puedes ponérmela. Cuidado con el peinado, y la trenza en el lado izquierdo. El ceñidor algo caído, que marque pero no apriete, con desenfado. ¿Te incómoda vestirme? No es que me importe, pero si debo convencer a Camila, quiero que sea porque lo mereces. Algunas veces te pediré que duermas conmigo, ¿te supone algún problema? - 

-En absoluto. Es refrescante hacer otras tareas que no sean solo sudar y sangrar señora.- dice la esclava con sinceridad mientras comienza a colocar el vestido, abriendo mucho los brazos para introducirlo por la cabeza de Elia, teniendo extremo cuidado con su peinado tal y como lo había pedido. Sus maneras no eran tan expertas y delicadas como lo serían de haberse dedicado a ello por años a esta tarea, pero como antigua noble, Livia sabía que se esperaba de ella, que roces eran los adecuados y cuáles eran demasiado. Una suave caricia en el hombro podía ser accidental y reportar información acerca de cómo se la tomaba Elia, pero abusar de errores accidentales podía darle una impresión de abusadora. 

Mientras le ajustaba las prendas, la romana, casi sin querer llega a rozar tan solo en una o en dos ocasiones la piel de Elia, lo cual en seguida es reparado con una disculpa.

-No sería un problema para.mi, señora, ojalá fuera posible, sin duda este lugar es más apetecible que la celda donde estaba. Sin embargo no se si tanto será posible, al menos de primeras, primero debo demostrar que hago un buen servicio para vos y que eso no influye negativamente en mi rendimiento en la arena. Sin duda la domina es una mujer inteligente que desea proteger su inversión. - razona la romana mientras sigue con su tarea- Asi remarca su figura pero con elegancia, señora. -​​​​​​- dice pellizcando ligeramente el vestido para hacer una prueba de cómo quedaría ceñido de esa manera. Lo mantiene así unos instantes y luego cambia soltando un poco la pizca de tela entre sus dedos dando una imagen más holgada- y así sería un aspecto más etéreo y tradicional. ¿Como lo prefiere?

-¿Etéreo y tradicional?.. creo que me define exactamente.. Si, me gusta etéreo y tradicional-  Con una sonrisa de satisfacción examino el acabado. 

-Me resultas agradable Livia- Señaló la mesita con las copas y la jarra de vino - La mía con tres partes de agua, recuerdalo para el futuro. No me gusta embriagarme, en ninguna ocasión, y no soporto a los borrachos. Puedes servirme y sírvete si te apetece-

Me reclino en el sofá mientras espero que Livia me acerque la copa. -Domina me contó que como premio por vuestra conducta, os permite copular. ¿Es así?-

Livia asiente y ajusta el ceñidor a la manera que Elia le pide, sonriente porque le haya parecido bien su sugerencia. Se sentía bien que por fin se apreciara su gusto y sus modales.

-Gracias, señora Cornelia. Tres partes de agua, lo recordaré.- dice procede a servir usando la medida que le han ordenado, tres partes de agua por una de vino era una proporción somera que permitía disfrutar del sabor del vino, adecuada para tomar incluso varias copas. Le pone la copa en la mano a la señora y luego ella misma se sirve, pero prefiere tomar solo agua.

-Tomare solo agua, si me disculpa, más tarde tendré que volver al entrenamiento.- aclara aunque en verdad lo que deseaba era mantener la mente despierta para estar atenta a futuras pruebas...por no mencionar que la misma invitación al vino era sin duda otra prueba. Nadie quería una sirvienta que gustará de beber cuando la confianza aún se estaba formando.

-​​​​​​-Si...aunque no sabía que era un permiso extensible a todas, a mí me dijo que me lo permitía y se que Soenya pasa noches fuera de la celda...y no creo que se dedique a jugar al ajedrez con otros gladiadores.- añade con una suave sonrisa, no llegando a ser maliciosa pero que dejaba más o menos claro cuál era su opinión acerca de la capacidad intelectual de su líder.

-Otra vez mencionas con desagrado a la Germana. ¿Sois rivales también fuera de la arena? - Doy un sorbo a la copa y la dejo sobre la mesa -Si convenzo a Camila, ¿los demás esclavos se pondrán en tu contra? Ya has dicho que no te aprecian del todo. Dioses, tengo mucho en que pensar - Me tumbo en el sofá, cubriendome la cara con las manos por un momento. 

-Por qué crees que alguien como yo decidió estudiar medicina, Livia?.Además recibo peticionarios en el Templo, interminables colas de pústulas, llagas y escariaciones. Dolencias que corrompen la carne y el alma. Hedor y sufrimiento. Soy una patricia, una Cornelia, puedo tener lo que quiera. Seguramente podría comprar todos los esclavos de este Ludus y emplearlos de jardineros en una de mis fincas. Pero me mancho las manos a diario con la miseria humana y rezo a los dioses por los espíritus de los que mueren.. Etérea y tradicional - 

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