Partida Rol por web

Te encontrabas en tu mansion disfrutando de los placeres que podias encontrar en ella. Te encontrabas en tu triclinium con la gala Kira no muy lejos. Pronto Cassia ingreso al lugar, mirando a los dos pero mas a ti. Suspiro estando algo seria.

"Podemos hablar Mario? Si puede ser en privado." te propuso ella, acomodando su vestido al parecer habia venido algo deprisa.

- Por supuesto Cassia, ¿qué ha sucedido? ¿Nos disculpas un momento, Kira, por favor? 

Kira se levanto del sillon que compartia contigo. Donde su firme trasero se encontraba pegado a tu dotado sexo. Todo con la ropa aun puesta. Con una leve inclinacion a ti y Cassia se marcho.

"No pude hablarte antes porque estabas con tu muñeca, pero lo que dijiste ayer en la cena. Lo dijiste enserio? Los liberaras a todos?" pregunto ella viendose preocupada, yendo al sillon frente al tuyo luego de darte una almohada para taparte.

- No, gracias - rechazando el almohadón y haciendo un además extra para indicarle que se siente a su lado.- Claro, pero no será inmediatamente y será de forma escalonada, si es que te preocupa. La libertad deben ganársela. ¿A qué se debe tu preocupación y qué deseas? - bastante interesado en la respuesta.- 

“Nada de no. Te conosco.” te dice con un tono mas de madre, uno que ni tu madre verdadera uso contigo.

De cualquier forma se sento junto a èl, mirandolo en el rostro. “Me preocupa eso en un principio. Yo sabes que presto atension a cualquier conversacion que te nombran y me preocupan que algunos vean tus maneras politicas como algo muy radical. Me preocupa que liberes a estas mujeres que compraste enseguida y que los demas te consideren debil.” te explicaba. “Sabes que Roma no tiene lugar para los debiles.” te dice muy seria.

“Me sigue dando miedo que estes en el senado pero en parte es lo que te corresponde tu derecho romano. Aunque me preocupa.” te dice y genuinamente la ves preocupada como una madre, que su hijo se meta en un lugar demasiado peligroso.

- Sabes que no las liberaré hasta que se lo hayan ganado, eso puede tomar varios años, solamente es darles un motivo de esperanza para obtener su lealtad. Si no son leales, bueno, los leones del circo tienen hambre - dice serio, dando la importancia debida al tema.- Muchas gracias por tu preocupación y lealtad siempre - cubriéndose con el almohadón.- Sabes que eres una de las personas más importantes en el mundo para mí, una verdadera madre. Me gustaría que siempre me tengas al corriente de todo. ¿Hay algo que necesites, desees o pueda hacer por ti? - serio y cariñoso como un hijo agradecido, no como el degenerado que es.-

Ella suspira pareciendo mas calmada. “Claro, los leones. Aunque seguro hay mejores lugares donde enviarlas.” comento sonriendo tranquila. “Como no me voy a preocupar por ti, te he visto crecer desde niño. Solo que a veces me asustas cuando hay una mujer en medio.” comento tal vez refiriendose a Kira y las demas.

“Tambien eres un hijo para mi y lo sabes.” dice devolviendole el cariño, uno materno que Mario habia siempre sentido de ella.

“Bueno que tal si hablamos de otras cosas, la otra vez fuiste con una Lanista. Una tal Camilia cierto?” pregunto algo le hbias contado pero no del todo. “Que opinas de ella? Puede ser una aliada nuestra o es algo menor y pasajero?” pregunto y tenias suficiente sabiduria para saber que menor y pasajero se traducia en una que cogerias para luego olvidar o algo asi.

- Claro, debo ser más... ¿Cómo decirlo? ¿Más cauto? Sí, Camilia, la hija de un senador, veo a ella y a su padre como buenos aliados, lo demás no puedo asegurarte mucho, está comprometida con un prestigioso senador también, uno destacado en batalla. Cuando me case de seguro será una jovencita de alcurnia, algo arreglado de seguro en donde todos quizás ganemos algo a costa de nuestra felicidad, me refiero a la chica y a mí - suspira resignado.- El mundo muchas veces no es como deseamos que sea ni lo será pero al menos podemos hacer que sea menos malo para las generaciones venideras. 

Queda unos instantes en silencio pensativo, mirándola a los ojos. Puede verse en los de Mario una tristeza y un vacío extremadamente fuertes.

- No sé, madre, quizás todo sea diferente y bueno, te tengo a tí a mi lado y eso es lo mejor que pudo sucederme desde que nací hasta ahora. De todas formas, nunca te faltará cosa alguna y si me sucediera algo, los Dioses no lo permitan, tendrás un buen pasar como hasta ahora - acariciando su rostro con ternura y luego colocando su cabeza sobre su hombro izquierdo.- ¿Ves? Ni los dioses son tan afortunados como yo al tenerte cerca. Me quitas de encima cualquier malestar y preocupación. 

“Es mi sugerencia.” dijo calida acariciando tu hombro.

Te escucho atenta, poniendose algo triste cuando te escucha hablar de tu futuro matrimonio de esa forma. “Si, tienes razon no es un mundo justo. Pero piensa que tambien podrias llegar a enamorarte de esta joven. No es raro que eso pase.” te dice como consuelo al verte tan triste. “Sino puedes buscar un amor fuera del matrimonio.”

“Siempre me tendras de tu lado y se que no me dejaras nunca abandonada. No lo pienso por un momento.” dice ella aceptando que te acuestes en su hombro. “Es mi deber y mi deseo sacarte cualquier malestar hijo mio. Los dioses saben que deberan enfrentar mi ira si algo te ocurre.” te devolvio con cariño, pero poniendose seria al final.

Se limita a sonreír y agradecer sus palabras.

"Bien. Entonces hablemos de la Camilia, segun se te invito a una fiesta. Quieres que vaya contigo?" pregunto de nuevo en modo de madre.

Respondas lo que respondas, surgio otro tema. "Me habias contado que te pidio esclavas y esclavos. Bueno las compradas podrian servir, a esto me referia con no tirarlas con los leones." comento viendo que te parecia su idea. "Eso si, creo que a ese gladiador hay que darselo. Esta demasiado ansioso por peleas y temo que empiece una por cualquier razon. Creeme hijo deberiamos darle al menos a ese."

- Sería un honor para mí contar con tu compañía y quizás conseguirte un marido rico y dotado de forma deliciosa - riendo.- Al gladiador lo llevaré en préstamo, parece muy buen guerrero y mejor compro otro lote de esclavas antes de decidir a quienes llevo. 

Se vistió y se dirigió hacia las barracas en donde se encontraban los esclavos, revisó que estén limpias y que nadie esté sucio, así como también verificó la moral de sus hombres y fue junto al gladiador.

- Entrena liviano y descansa lo más que puedas, este fin de semana lucharás frente a un público muy importante y recuerda que si das una buena batalla quizás puedas ir al Coliseo y hacerte de fama y ganarte el favor del Imperio, que no es poca cosa. Recuerda que de tí depende tu futuro.

Una vez terminada esta gira fue junto a las esclavas más hermosas de la casa, las que guardaba solo para él y decidió evaluarlas por varios parámetros como nivel de manejo del latín, altura, belleza y aspecto físico en general, deseos de complacer, obediencia, docilidad y si eran buenas o no en la cama y otros lugares. Pidió a Cassia que le acompañase y le ayudase a clasificarlas. Les metió consigo en su baño y las hizo bañarse con él en el agua tibia de la piscina.   

Decidió comenzar con la siria, un polvito amistoso más o menos rápido para probar si era virgen o no, que le encantó, más tarde siguió con la pelirroja, luego con la morocha y con todas hizo lo mismo. Para terminar estaba Kira a quien obviamente no le iba a regalar ni mucho menos. Luego de lo cual, pidió a una de las esclavas de la servidumbre les trajese vino y algo de comer. 

Pidió a Cassia que le hiciese unos masajes en la espalda y hombros, dentro del agua, para lo cual debería obviamente estar desnuda, algo que en ese momento no lo pensó ya que pese a ser unos diez o quince años mayor, seguía siendo una mujer muy hermosa. Intentó no mirarla mucho pero le era imposible no sentirse atraído por ella, lo que le generaba una cierta lucha interna. Sentirla desnuda tras él, masajeándole y a cada tanto el roce de sus senos con su espalda le exitaban de una forma extraña, diferente. 

- Tienes unas manos divinas, Cassia, me encanta tu fuerza y suavidad - relajándose.-    

Ella rio divertida, aunque tambien nego con la cabeza. “Mejor me quedo con vos. Mejor regala a ese gladiador, hazme caso.” le insistio ella con una sonrisita.

Tras eso lo libero para que fuera hacer lo que queria. Los esclavos y esclavas se encontraban bien cuidados, de eso no quedaba duda que Cassia habia hecho un buen trabajo como le habias pedido. Cuando llegaste con el gladiador y le dijiste esas palabras se puso mas animado y mas con el entrenamiento. Lo sentias era uno de esos hombres que deseaba mas los momentos de batalla que de calma.

Cassia luego se reincorporo de nuevo contigo cuando toco examinar a las esclavas. Las cuales estaban aprendiendo bien el latin y por el momento eran obedientes aunque necesitaban algo mas entrenamientos para que sean buenas complaciendo a los hombres en la cama. Aunque sinduda eran muy dulces, siendo la siria y la pelirroja virgenes mientras la morocha aun era inocente a pesar que no era virgen. Eso si tuviste que tener cuidado con tu dotado miembro que se les complicaba a esa mujeres. Kira fue otra cosa estando mas experimentada gracias a èl.

De cualquier forma ahi con el vino y demas las chicas quedaron ahi tranquilas. El baño les servia a Mario y a ellas para relajarse. Cassia tras embolverse con una toalla se acerco a masajearlo como hacia hace tantos años. “Gracias Mario.” respondio ella siguiendo masajeandote mientras las demas mujeres los miraban en ese intimo intercambio.

Estaba super exitado, sintiendo que un ángel le acariciaba y masajeaba. Luego de que ella terminó de masajearle, él procedió a devolverle el favor, quitándole la toalla de a poco y bajando más y más. Le dijo que salga del agua para continuar en un triclinio y aprovechó para amasar sus glúteos y cadera, sus piernas y espalda. 

Le dio la vuelta al terminar de ese lado y continuó con su frente y rostro, un buen masaje que había recibido varias veces y aprendido. Siguió con el cuello y hombros, luego su torso y sus enormes senos que estrujó como niño. Bajó a su cintura y cadera y de allí a piernas, pantorrillas, tobillos y pies. Observando como se movían sus senos y como podía ver su entrepierna.

Al terminar, se recostó a su lado y la abrazó, muy tiernamente, envolviéndola. Puso su frente contra la suya por unos instantes y no pudo resistirse a besarla en los labios luego de besar su frente y rostro. Fue por su cuello, bajando hasta sus senos y entre una sensación mezcla enfermiza de placer de lactante al alimentarse, como lo había hecho de bebé con ella, y exitación sexual de succionar, lamer y chupar sus senos como hombre. La besó con gran pasión, buscando su aprobación, tras lo cual, abrió sus piernas y la penetró con tanta pasión, amor y deseo que pudo solamente usar unos pocos trucos de lecho y si bien su desempeño no fue espectacular, no fue malo. Aunque fue la primera vez que hizo el amor en la vida y que sin miedo alguno acabó adentro, gozándolo.        

La besó en los labios y vio como quizás las esclavas observaban horrorizadas el acto sexual que acababa de finalizar. Lejos de sentir vergüenza o culpa, se quedó yaciendo con ella en el triclinio, besándola en los labios para luego acostarse detrás de ella, tomándole de los senos y apoyando su pene entre sus glúteos, aunque con la cabeza no intentando penetrarla sino gozando de su calor, textura y forma. 

- Espero que hayan aprendido la lección más importante que pueden recibir en sus vidas. Hay que aprender a hacer el amor como si amasen a alguien desde toda la vida y no solo tener relaciones sexuales como animales salvajes que viven más allá de los limes - besando su nuca y acariciando sus cabellos con la mano derecha y con la izquierda su cadera y glúteos.- Es la diferencia entre un cojo amistoso entre personas que se atraen y dos personas que se aman de muchos modos diferentes - penetrándola vaginalmente con cuidado, ternura y lentitud para gozarla al máximo.- Tomen asiento, vean y aprendan - simulando dar una clase solamente ya que no sabía si Cassia se levantaría y marcharía o se quedaría como buena tutora y señora de la casa que era.- 

No hizo movimientos estrambólicos ni se complicó demasiado pero se movió a la velocidad justa para que ella gozase el tiempo máximo posible y al escucharle gemir de placer y estremecerse a causa de los orgasmos, él también llegó al clímax, al mismo tiempo y no solo acabó dentro sino que la dejó allí hasta que salió sola. Momento en que aprovechó para besarla en los labios y abrazarla.

- Muchas gracias Cassia, ha sido la mejor vez de mi vida, sin lugar a dudas y las chicas quizás hayan aprendido demasiado de tí.  

Ella en principio sintio algo de vergüenza que le sacaras la ropa en frente a las demas mujeres, pero tras suspirar un poco se dejo. Sintio las manos ansiosas de su ahijado mientras salia fuera del agua. Se dejo dar vuelva rescostando su espalda en el sillon, mostrandole sus pechos que cuando estrujaste largo un debil gemido. El resto del masaje parecio hacerla calentar, en parte porque sabia donde acabarian.

Cassia acepto aquel beso de Mario, si bien habia una extralña ternura en eso, se mezclaba con la degeneracion que estaba dispuesta a dejar que le hiciera su ahijado. De nuevo gimio al sentir sus pechos siendo atendidos por èl. “Asi...como cuando eras chico.” dijo ella posiblemente pensando lo mismo que èl.

Tras eso le beso con mayor pasion su vergüenza empezando a quedar atrás. “Sigue.” fue su palabra de aprobacion, para meterse en ella. Cuando la penetro ese juego de tierno termino para ambos se volvieran adultos. Adultos que disfrutaban el uno del otro y sin perjuicios. Ella disfruto de sus embestidas hasta que la lleno con su semilla. Disfruto ese ultimo beso antes que se pusiera detras de ella dejando su bella figura frente a las esclavas.

Las esclavas los miraron a ambos sin poder creer lo que paso frente a sus ojos, si pudieron comprender o escuchar bien las palabras de Mario quedo en duda. No ayudaba que algunas fueran demasiado puras para eso, un par incluso cerraron sus ojos. Pero al final olvidaron sus enseñanzas anteriores y obedecieron como les tocaria ahora en esta vida.

En la segunda vez que lo hicieron la mujer volvio a suspirar pero se dejo. “Ya hablaremos de esto...” dijo como siempre asi cuando te pedia una reunion privada. De cualquier forma abrio un poco sus piernas dejandose penetrar como antes, estando mas sensible ahora mismo por lo que los gemidos de ella se dejaron escuchar aun con la calma de sus movimientos.

Casi al mismo tiempo llegaron y ella se dio vuelta por tus palabras. “Gracias, tu tambien Mario. Nunca me dejes.” te pedia ella como antes aunque con un tono mas romantico ahora.

- Nunca lo haré - respondió en un tono de voz que no conocía, hasta ese momento, quizás denotando más que cariño y pasión hacia ella, quien desde que era un bebé estuvo a su lado como su nodriza, quizás denotando que en el fondo siempre la amó y la vio como la mujer más hermosa a sus ojos.- Lo sabes tan bien como yo lo hago - suspiró y la besó tiernamente.- Nunca podría dejar a la mujer que me ha dado todo desde siempre, a la que verdaderamente amo como lo saben todos los Dioses. 

Por fin había salido todo lo que tenía dentro de su corazón y se sintió liberado y realizado. Había terminado una dura batalla contra su subconsciente, una que duró casi toda su vida. Quizás comenzaba otra más dura pero más dulce. Sintió como al ver a las otras solo veía a criaturas imperfectas que quizás ya no buscaría. Sentía que su corazón le salía del pecho. La besó lleno de pasión, amor y deseo pero se detuvo al rato.

- Bueno, bañémonos, bebamos y comamos que ha sido una jornada de aprendizaje del bueno gracias a mi nodriza Cassia, espero que hayamos todos aprendido algo memorable y lo más importante, a disfrutar sin culpas. A fin de cuentas solamente una vez se vive. 

Mientras estaban todos en el agua, se acercó a Cassia por detrás y la abrazó tiernamente, sin segundas intenciones, la besó en la nuca y los hombros. 

- Deseo pedirte una cosa, mi querida Cassia - susurrándole al oído.- Algo que sería un gran motivo de regocijo para mí y es que compartas conmigo el lecho, hoy y siempre. No quiero que te sientas obligada a ello ni mucho menos.   

Al terminar de decirle eso, pidió a la esclava de servicio que les sirva vino y que si deseaba meterse al agua y compartir con ellos comida y bebida, que lo haga. Además quizás sería bueno ver una escena lésbica. 

Ella devolvio el beso con facilidad e incluso se abrazo a èl. Ya mas tranquila fue junto a èl para el baño de nuevo. Poco parecia importarle las miradas de las demas.

Por su lado las esclavas estaban algo nerviosas pero finalmente Kira se acerco cuando pudo y le acaricio. Pareciendo aceptar eso pero no queriendo quedarse atrás o sin el senador. Por lo que mientras este abrazaba a su nodriza esta abrazo como pudo a Mario.

Para las sirvientas les dio algo de sorpresa vio esa union en la pileta pero igual dejo el vino bien cerca de esta y se desnudo sin preguntar. Pronto miro a ambos grupos y se acerco a las esclavas para empezar a acariciar a una de ella. A la jovencita de la flor en el cabello. Pronto ella acedio y empezaron a besarse.

“Porque no vas con ellas...” le dice cassia mas relajada aceptando su amor y tambien a esa otra chica que se trata de meter. “Despues de todo podrian ser tambien un regalo para Camilia tambien.” le sugirio con mayor seriedad tratando de convencerlo de sacarselas de encima. Aunque solo señalo a las otra a Kira parecio dejarla aparte.

- Sí, tienes razón, harían un gran trabajo pero prefiero entregarlas en préstamo. Si funcionan bien, podría venderlas o utilizarlas como activo para la sociedad. Eres brillante - deslizando su pene entre sus glúteos hacia su vagina, sin pasarlo por el ano mientras sigue abrazándola tiernamente.- Kira, ven, tengo varias cosas por decirte. La primera, es que enseñes más a prisa a las demás esclavas a hablar latín y modales, cosas que harás con Cassia. La segunda, podrías aprender algo más que te será probablemente útil con Camilia o con alguna otra romana. Acércate

Busca la forma de no ser tan chocante con lo que va a decir y de pensarlo se le pone más dura y termina metiéndosela a su Madrina, muy lenta y suavemente.

- Bueno, acércate más a Cassia, bésala en los labios y en los senos e intenta excitarla como ella lo haría contigo y tu Cassia, responde sus besos y caricias para entrenarla y si debe cambiar algo, lo que sea, díselo - mientras la penetraba una y otra vez como un taladro.-  

Mientras se besaban y tocaban ellas, podía sentir cómo ésta experiencia iba mejorando más y más con ambas mujeres unidas en el placer. Verlas tocarse y besarse le excitaba aún más. Toda la escena era apoteósica al estar las demás esclavas inmersas en relaciones lésbicas o tocándose alrededor. Eyaculó dentro de Cassia y viendo lo excitada que estaban ella y Kira, decidió metérsela también a ella para que su aprendizaje fuera mayor pero antes de hacerlo la acomodó para que chupase las tetas de su compañera mientras el besaba en la boca y masturbaba a Cassia.

Primero se la metió en la concha, lentamente, subiendo gradualmente la velocidad hasta que terminase y él, antes de acabar la sacó y se la metió por atrás, en donde acabó tras unos minutos de martillarle. Se limpió el pene, todavía duro y fue por un poco de vino para los tres y viendo que continuaban, fue detrás de Cassia y se la metió profundamente por atrás pero fue cuidadoso, no deseaba lastimarla sino darle mucho placer. Al tiempo, una vez terminado llamó a la siria que estaba mirando y también se la metió por atrás mientras le indicaba que se besasen y tocasen entre las tres. Terminó otras dos veces y fue por más vino y a descansar un momento, estaba exhausto.        

La mujer sonrio un poco. “Entonces seran un préstamo como el gladiador. Asi nadie te las podra quitar.” acepto la madrasta, sintiendo tu masculinidad abajo pero sin quejarse. Gimiendo cuando lo siente adentro, que apesar que esta haciendolo lentamente con su tamaño es dificil no sentirse casi llena con poco.

“No creo que la joven deba hacerlo...” dijo ella aunque Kira parecia hacer mas caso a Mario tomando los pechos de la rubia y buscnado besarla en los labios pero tu madrastra no lo acepto con facilidad. Desviando su rostro para mirarte con cierta molestia. “Mario. No soy una de tus putas.” le reprendió ella decia resistiendo aunque sea tu taladro y moviendose un poco hasta liberarse.

Kira tal vez aprovechándose fue junto al hombre dejandose tomar por este. Penetrandose ella misma por el miembro grande de Mario. Sin duda no podia reemplazar a su madrastra pero se sentia tan bien su sexo caliente y tomandolo mucho mejor que las demas chicas.