Partida Rol por web

El entrenamiento siempre era duro, pero por suerte gracias a los dioses y la Domina tenian un momento de descanso. Un momento para comer tranquilos, ya sea en la merienda o en la cena antes de ir a las celdas de cada uno.

En ese momento los sirvientes y esclavos se ubicaban en una sala cerca de la arena, esta estaba llena de mesas. Aunque eso solo achicaba el lugar y generaba que los que comian lo hicieran mas ceca o simplemente tuvieran que comer en el patio. La comida no era buena aunque se supone que era saludable o al menos asi lo decia el Medicus.

Entre la comida habrian charlas entre ellos y podrian conocer mas personas de los que normamente podrias, aunque tambien se generarian nuevas enemistades.

Tras la la escena de "Conociendo al Doctore".

Al acabar el entrenamiento ya el sol brillaba con fuerza sobre el campo y el calor apretaba. Cuando el Doctore dio permiso para descansar, Livia hizo un ímprobo esfuerzo por llegar a dejar su "lanza" en el expositor de armas y logra llegar a la zona de sombra donde estaban dispuestas las mesas, cerca de la salida de la arena y se abalanza sobre la primera jarra de agua fresca que encontró, bebiendo a largos tragos. El sudor y las gotas de agua dibujaban regueros sobre su piel, siguiendo las líneas de sus torneados músculos y goteando desde sus desaliñados cabellos:

-Uf...que bien sienta..- musita tras calmar su sed, apoyandose sobre una de las paredes que daban al exterior, pues allí corría el aire, algo que temía que no fuera así en el interior.

Tras la la escena de "Conociendo al Doctore".

Soenya miró la comida, intentando averiguar qué leches comían en aquel lugar y más importante, que bebían...

Aunque primero se tomó un trago de agua y esta cayó por entre sus pechos provocando que sus pezones se marcarán ligeramente entre la ropa.

Tras coger un bol buscó un sitio y se acomodó para comenzar a comer y observar el lugar y a la gente, aunque buscó un lugar fresco pues a no se acostumbraba a aquel calor...

- ¿Cómo se puede vivir con este calor? 

-A la sombra.- dice en tono serio, pero sonríe dejando claro que pretende ser una broma. Ella también coge un plato de barro y lo llena con un par de piezas de fruta, algo de carne seca y gachas de avena con una textura tan espesa que podría comerse con las manos. Toma asiento en uno de los bancos y empezó a tomar su ración- te acostumbrarás...lo malo es que los combates en la arena casi siempre son en las horas centrales del día. 

Tras la la escena de "Conociendo al Doctore".

Al terminar el entrenamiento me reúno contento con los demás compañeros, realmente tengo suerte que me dejen combatir aunque sea en momentos así. Cogiendo mi comida y el agua me refresco echándome agua encima tras beber, abrasado por el calor romano que aun no he logrado acostumbrarme.

Con mi comida y el agua me siento al lado de Soenya sin preguntar, me llaman nórdico. e presento a la rubia divertido sin poder evitar fijarme en sus pezones marcados, y no se puede vivir con este calor, para eso lo mejor quitarse la camisa... vuelvo añadir divertido en referencia al calor.

- Pues no sé cómo se puede vivir o pelear con este calor... Tendré que acostumbrarme entonces a eso de buscar la sombra y cosas frescas...

Sonrió a la romana mientras comía del bol cuando sintió como se acercaba alguien que resultó ser el hombre de antes. Lo miró curiosa y de arriba a abajo.

- Parece que aquí les gusta llamar a la gente por su lugar de procedencia... Pero si, ya intuí que eras de tierras cercanas a las mías. Cuando dijiste el nombre del Padre de Todo quedó aún más claro... - Se miró los pezones y se encogió de hombros - Si peleo sin la ropa es más molesto pues los pechos rebotan y son incómodos... Pero, si lo que quieres, nórdico, es mirarme los pechos tendrás que hacer que me saque la ropa, sacármela tu o acompañarme a bañarme... - Le guiñó un ojo divertida y pícara para después mirar a la romana también.

Livia devora con bastante ansia su comida mientras el nórdico hacía su entrada triunfante, con los ojos por delante...ninguna sorpresa. Toma un trago de agua para pasar las espesas gachas y se limpia la boca con el brazo, recostándose hacia atrás en el banco para quedar apoyada en la mesa. Pone los ojos un poco en blanco ante el comentario de Soenya pero sonríe a su vez:

-Con la de hombres y mujeres que vas a conocer...pero en fin para gustos... aunque tal vez fornique igual que habla.- dice aprovechando para meter una pulla contra el sirviente- en ese caso, enhorabuena. Anda mira...tenemos vino-  dice sorprendida alzando la jarra que había descubierto a su lado sobre la mesa- ¿has probado esto Soenya? Deberías.

- Si fornica como los de mis tierras yo encantada... Son bestias salvajes con buenos miembros que saben utilizar... ¿Eres igual nórdico? - Le dijo con una sonrisa y después miró a la romana cuando habló de lo del vino - ¿Vino? ¿Qué es eso? - Dijo oliendo el contenido de aquella jarra.

Solo con que dudes es un insulto, una romana que no ha sido fornicada por un hombre de verdad y solo conoce romanos no es capaz de saber lo que es un hombre. Miro a los ojos a la germana, Soenya te acompaño a bañarte y te lo demuestro...

Cuando esta saca el vino sonrío, el vino es la bebida que usan para sustituir a la cerveza aquí. Es dulce y pese a no estar tan bien como la cerveza se puede beber.

- Si a ti te dan permiso y a mí me dejan volver a acercarme al baño... Adelante, no tengo problema en que me lo demuestres... A ver si no has perdido las buenas formas por estar tanto tiempo entre los romanos...

Olió de nuevo el contenido de la bebida dulce y lo miró extrañada.

- Bebida dulce... ¿Más que la hidromiel? - Dio un trago para probarlo - Si, es dulce... Pero no tanto como la hidromiel y si, la cerveza es mejor pero si es lo que hay...

-No he probado las bebidas de los extranjeros, pero he visto a hombres de todas las clases y tamaños caer con los pómulos enrojecidos tras beber este zumo.- dice alargando la mano para que Soenya le pase la jarra y dar un trago ella también.-Reconozco una cosa Nórdico...a mi nunca me ha follado un hombre de verdad, sólo un tipo que me hizo un hijo. Y ya. Cualquiera podría hacerlo mejor, el listón es...inexistente.

Miro atentamente a la romana tras su confesión y un poco mas serio que antes le respondo. ¿Fuiste buena madre hasta acabar aquí?, tanto si lo fuiste como si no lo fuiste eso no va cambiar ya que es lo que importa pero... lo de conocer a un hombre de verdad aun estás a tiempo de cambiarlo. Afirmo divertido la ultima arte de conocer a un hombre al contrario que la parte seria y respetuosa sobre su hijo. Tras mis palabras tomo la jarra de vino dando un buen trago a esta.

Tras la la escena de "Conociendo al Doctore".

-Eso es verdaderamente lamentable, una mujer que no experimenta el verdadero placer de la fornicación es una tragedia en si misma, pues un hombre que no sabe complacer a una mujer, no debería tener hijos, al menos esa es la costumbre de dónde venía-

Dijo el Doctore al aparecer, pues sabía que el calor no haría más que afectar el rendimiento de las esclavas y los gladiadores, apartó la jarra de vino de las manos de Livia.

-El baño es después del anochecer, al haber tanto calor, no saldrán a entrenar hasta que sol amaine, puedes usar este tiempo para hacer lo que que quieras Nórdico...-

- ¿Y podrías con las dos, nórdico? Porque a mí me parece que quiere montárselo con ambas a la vez...

Cuando el hombre bebió le acercó la jarra a Livia con cierta amabilidad, pues ella ya había escuchado la historia en el mercado y no sabía cómo reaccionaría ahora.

Miró alrededor y luego de nuevo a Livia.

- Aquí parecen haber hombres de verdad... Pero claro, parecen... Deberán demostrar que lo son... ¿No? ¿En serio solamente base probado a un hombre? Eso debemos solucionarlo... -​​​​​​-Le dió un golpe afectuoso en el hombro a la romana mientras le guiñaba un ojo.

Entonces apareció el doctore y lo miró curiosa ante sus palabras, pues en parte tenía razón...

-Yo gané mi libertad peleando, y demostrando cuanto valgo en la arena... Y fuera de ella...-

Sonriendo de haber hecho muchas cosas y de haber conseguido su libertad al ser mucho más hombre que la mayoría.

Entre otras cosas de las cuales no iba a hablar en ese momento.

-Intente serlo, desde luego.- contesta, enigmática a la pregunta del nórdico. Si había más historia detrás de las palabras de la romana, desde luego se la guardó para ella e intercambió una mirada confidente con Soenya con un claro significado. Entonces para pasar el mal sabor de boca, Livia va a dar otro trago a la jarra pero entonces el Doctore aparece y se la arrebata de las manos, entrando en la conversación como un elefante en un bazar- cuidado Soenya...estando tan al sur del imperio alguno de estos hombres han dejado de serlo y se han convertido en...romanos.- y esta vez pone un tono algo despectivo, dando a entender que, como en todo siempre había clases y aunque un romano era mejor que un extranjero, ello no hacia que todos los romanos fueran buenos. 

- ¿Y eres entonces más hombre ahora que cuando eras un hombre libre y salvaje en las tierras de la Galia?- pregunta luego la romana, buscando los ojos del Doctore siendo bastante malintencionada su pregunta, se podía entender casi como una nueva provocación.

A Soenya se lo voy a demostrar... al resto es el doctore quien debe responder. Miro a Soenya ante el tanteo que esta haciendo la romana a mi hermano. No es la primera vez que dejo satisfechas a dos mujeres, tu por eso no tienes que preocuparte, justo después hablo en nuestro idioma común a la germana.

En mi idioma que comparte una raíz lingüística con el idioma de Soenya le comento, ¿Está tentando la romana al doctore...?

-Las palabras sobran, no creo que tengas el valor, hablas demasiado pero careces de acción-

La miró a los ojos, respondiendo a su provocación, con calma y mesura, no se dejó acojonar ni por un segundo, acercandose a ella.

-Si tienes el valor, me seguirás, caso contrario habré comprobado que eres una esclava romana cobarde-

Se hizo imponente ante la esclava.

-Que decides? serás una mujer cobarde?-

Provocó el Doctore a la romana

Pareció sonreír ante el espectáculo que estaba teniendo lugar ante ella, provocando una agradable y algo pícara sonrisa en su rostro.

Cuando el nórdico se acercó para hablar en aquella lengua tan lejana y cercana a la vez, volvió a sonreír para contarle algo y regresar su atención a aquel par.

- Yo quiero ver eso...

¿A qué hacía referencia? Quizás solamente ella lo sabía...