Partida Rol por web

Otros cambios nuevos que cambian cosas y modifican lo que hay. En este caso la Soenya habia pasado a ser la lider de las gladiadoras, tanto la unica que quedaba como las nuevas que proximamente estarian en el ludus.

Era ya tarde y Duilius habia terminado una reunion con los tres Romanos mas importantes del Ludus, habia recibido noticias y habia decidido juntarse con la germana en un lugar para una charla con ella. Ese lugar era la arena, no habria mucha gente ahi los demas gladiadores en sus celdas. Solo la estatua de Marte miraba a ambos extranjeros que habian llegado a un puesto en la sociedad romana, los juzgaba como siempre.

Llegó antes de que el Doctore lo hiciera por lo que respiró el aire fresco del exterior, aprovechando esos instantes para intentar llevarse un poco de éste al interior de su celda después, aunque aquellos pequeños momentos la hacían echar en falta aún más sus tierras y el frío del que ella se nutría.

Mientras esperaba, y tras respirar aquel aire fresco, se acercó a uno de los armeros para tomar una de las espadas de madera y comenzar a calentar y realizar algunos movimientos, pues tampoco le agradaba estar quieta y a falta de sexo bueno podía ser el entrenamiento físico.

Llevaba unas sencillas y livianas ropas de tela, así como unas sandalias que le permitían sentir la arena bajo sus pies. Había trenzado algunos mechones de sus cabellos al estilo de su pueblo pero lo que más llamaba la atención eran sus ojos grises, pues la luz de la luna le daban un hermoso brillo perlado.

Esperó al doctore realizando aquellos ejercicios y atenta a que él llegara para al fin poder hablar. 

Con paso tranquilo se fue acercando a dónde se encontraba Soenya, siendo guiado por el sirviente, que una vez en su lugar el se retiró para dejarle con la gladiadora, fue entrando en el patio de entrenamiento, dónde la vio entrenando con una espada de madera.

No había guardias al parecer, y el aire fresco de la noche era tonificante y relajante a la vez, el resplandor plateado de la luna sobre su rubio cabello lamhace resaltar rn la tenue oscuridad.

Y las ropas que porta asentuan su figura, lo que hace que la aprecie de otra manera, más debía hablar con ella aun que no queria dejar de contemplarla.

Buenas Noches Soenya, te estaba buscando ¿Cómo estás en esta magnifica noche?

Preguntó Duilius mientras se dirigia a ella.

Los pasos de dos figuras delataron que alguien se acercaba por lo que poco a poco fue trabajando el ritmo de los movimientos para no terminar en seco.

Apenas había sudado por lo que con una sencilla pasada de su mano limpió su frente antes de dedicarle una calmada y agradable sonrisa al Doctore. Aunque aún a pesar de su calma esa aura salvaje seguía estando presente en ella, un aura que indicaba que podría saludar en cualquier momento...

Contempló el cuerpo del hombre para después relamerse los labios con cierta sensualidad, después de todo era inegable el atractivo de éste y tampoco es que ella fuera muy sutil en mostrar que le agradaba lo que veía.

- Buenas noches Doctore. Si, yo también a ti. Me indicaron que nos reuniríamos aquí. - Se encoge de hombros ante su pregunta - Disfrutando de este apreciado fresco nocturno. ¿Y tu?

Seguía con la espada de madera en la mano, como si necesitara tener y tocar un arma para relajarse.

- Tenemos que hablar... Como ya imaginarás... Después de todo, las cosas han cambiado un poco...

Era una vista agradable a los ojos de Duilius, el cuerpo de la mujer comenzaba a brillar un poco por la transpiración, y eso le ponia cómo un animal salvaje al galo, esa salvajia exótica era muy atractiva en si mismo, sabía bien que ella es un río pasional y rabioso entrando a un mar calmo, a la larga, la terminaria por apasiguar.

Viendo que ella se relamia sin ningún miramiento, supo que no haría ademán por ocultar su lujuria innata, y el hizo lo mismo, mordiendo su labio inferioe con descaro.

Cómo tu, disfrutando del fresco del aire y  de una vista increible.

Se estaba comportando descaradamente, miwntras le sonreía, nada se le pasaba ppr alto en las expresiones de su gente.

-Si, supe algunas cosas, ahora eres la nueva lider, te felicito por ello-

La rodeó contemplando sus curvas, y realmente le estaba causando un par de sensaciones bastante buenas.

Se le acercó por la espalda para hablarle al oido de una forma casi susurrante.

¿Quieres entrenar conmigo un poco?

Preguntó a la mujer con aire calmado y seductor, lejos de ese aspecto serio, sin dejar la disciplina de lado.

Sonrió con cierta picardía ante aquel comentario.

- Si, sin duda alguna las vistas son bastante increíbles y placenteras... 

Contestó sin ningún tapujo mientras volvía a contemplar el escultural cuerpo del galo. 

- Gracias. Imaginé que ya habrías sido informado de ello y por eso quería hablar contigo...

Había dejado de llamarlo formalmente para hacerlo con cierta informalidad, aunque seguía siendo respetuosa con él. 

Se mantuvo en su posición, mirando por el rabillo del ojo como él la rodeaba y sonriendo en todo momento, una sonrisa algo sensual y lasciva pues se humedecía los labios pícaramente. 

- He creído adecuado preguntarte sobre cómo debería proceder y lo que esperas de mi... Mis formas serán diferentes a las de Livia, pues ya he liderado a gente en una batalla... Lo mío será una disciplina más basada en la guerra... 

Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando él le susurro aquello al oído, mirándole con cierta lascivia mientras le contestaba.

- Claro. ¿Quién sería tan estúpida de rechazar tal oferta? ¿Con armas o en cuerpo a cuerpo? La segunda opción es si queréis terminar retozando conmigo por la arena... 

Esa es una buena táctica, Livia no tiene muchos conocimientos en combate en equipo, o cómo manejar una tropa, y esperaba grandes cosas de ella, pero su falta de disciplina le valió que la apartaran de su cargo, tu por otra parte, eres más una guerrera, y eso me agrada-

La sutil evidencia de la lasciva expresion de la germana le causó excitación, manifiesta un poco bajo su suligaria, y en una sonrisa lasciva se acercó a su oido, y soltó una suave brisa sobre el pabellon del oido de Soenia, con la intención de volver a repetir aquél escalofrio.

La propuesta del cuerpo a cuerpo es de lo más aceptable... Espero que puedas seguirme el ritmo Soenya.

Duilius tomó su mano con las suyas, quitándole la espada de madera y aventandola al duelo.

¿Empiezas tu? ¿O lo hago yo?

Ya con la espada en el suelo, le pone una mano en la nalga para tentarla a actuar y mostrar su forma más salvaje.

- Eso mismo le dije cuando pude verla... Su error fue dejarse llevar por la pasión del momento... Por la pasión y el ansía de sangre, por los vítores y alabanzas... Tiene potencial, aún a pesar de su falta de disciplina y experiencia... Y realmente lo lamento, sé cuánto te agrada ella... 

Le dijo con cierto toque malicioso y pícaro mientras se preparaba para el entrenamiento. 

- Si, soy una guerrera... Me criaron para ello y moriré siéndolo... 

Sintió la brisa sobre su oído, emitiendo un ligero jadeo mientras le dedicaba una sensual sonrisa al Doctore.

- Oh, así lo espero yo también... Aunque quizás seas tu quien no pueda seguirme el ritmo... 

Miró como lanzaba la espada, arrebatándosela de las manos y sonrío emocionada por la oportunidad de un combate cuerpo a cuerpo.

- Parece que ya has iniciado el entrenamiento... 

Colocó una pierna tras la de él, buscando llevarlo hasta el suelo, aunque sabía que sería complicado pues él era más grande que ella así que tendría que usar otras tácticas... 

Terminó por llevar su mano directamente a su entrepierna sin ningún tipo de tapujo para aprovechar que su pierna estaba tras la de él para elevarse ligeramente y quedar con sus caderas sobre las de él para acercarse a su oído y susurrarle.

- Cuidado con el nuevo jefe de la guardia... Es un sádico manipulador... Él me vendió a Roma... Sabe cómo mantener contentos a sus hombres... Permitiéndoles violar a las mujer a quienes él domina y reduce... Livia me lo dijo... Fue a buscarla... Debemos... Debemos cuidarnos de él... 

Mordió el lóbulo de su oreja para después lamerlo mientras buscaba hacerle perder el equilibrio. 

Soenya era muy directa y sincera, compalabras rebosantes de verdad, completando la razón de por que la romana en desgracia habia perdido el puesto y traicionando la confianza de la lanista.

No lo lamentes... No hay tiempo para esas pequeñas cosas

Las palabras desafiantes de la germana le generaban mas deleite al galo, aceptando el desafío que ella le presentaba en en este caso.

Asi es... Ya comenzamos el entrenamiento...

En ese instante, ella buscó derribarle, colocando su pierna detras de la suya en un giro repentino, pero que no causó sorpresas ñ galo, incluso cuándo le tomó del miembro este solo mostraba lujuria en su mirada u rostro, y una vez que la guerrera se afianzó en sus caderas, la sujetó y levanto con la mano izquierda del trasero después de que esta terminó el susurro, cuyas palabras le dejaron molesto internamente.

-Esa es.información valiosa... Tal vez pueda hacer que la domina se deshaga de el... Y si no puede, le cortaré la cabeza... Sabrá con quien demonios se está metiendo ese bastardo-

Le prometió a la germana mientras la levantaba un poco para desatarse la suligaria con la mano libre, dejando expuesto su enorme virilidad, una de la que muchas mukeres disfrutaron a lo largo de su vida.

Al ver los intentos de llevarlo al suelo por parte de la mujer, finalmente cede y se deja caer, haciendole creer que es a causa de su habilidad en la lucha.

Muestrame cómo montarías a un potro salvaje germana, veamos si puedes lograrlo...

Dijo en un lujurioso tono de desafío antes de sujetarla y traerla a su boca para darle un morreo apasionado.

- Lo lamento porque era una buena líder, aún a pesar de su inexperiencia pero... Dejó que una de las suyas cayera y después la olvidó en la arena sin demostrar el respeto que merecía... Y aún así, su castigo fue excesivo... Y aún así, sigue teniendo mi respeto... 

Movió sus caderas, rozando ligeramente el miembro de él con su sexo, que aún permanecía cubierto por las ropas.

Lo miró con cierto aire desafiante, con una expresión cargada de ira.

- Ese demonio es mío... Yo seré quién corte su garganta y se deleite en su sangre... Se lo merece... Por lo que me hizo, por lo que me hizo pasar y por lo que les dejó hacer a sus hombres... No dejaré que nadie me arrebate a mi presa... Nadie... Ni siquiera un poderoso y salvaje galo... 

Su voz clamaba por la presa anhelada, denotando que realmente era una salvaje depredadora y que no dudaría en llevarse la vida de aquel hombre, costara lo que costara. 

Una pícara y lasciva sonrisa se dibujó en su rostro cuando él descubrió su miembro, pues aunque no pudiera verlo en todo su esplendor si podía sentirlo con la mano que había regresado a él. 

Al poco percibió como él se dejaba caer al suelo, claramente por voluntad propia pues ella apenas había hecho nada para ello, aunque tenerlo allí, bajo sus piernas resultaba de lo más tentador y excitante... Y él pudo notar como su respiración se aceleraba al ver como su pecho subía y bajaba. 

Terminó por quitarse la parte superior de su ropa, dejando sus turgentes pechos al descubierto, con sus pezones que comenzaban a endurecerse mientras ella sonreía con lascivia y su mano seguía acariciando y estimulando su miembro. 

- He domado bestias más salvajes Doctore... Quizás descubras que soy insaciable...

Le susurró al oído para después ser atraída hacia sus labios, disfrutando de aquel apasionado morreo mientras su lengua buscaba la de él en una clara lucha por el dominio de la zona.

- Y dime... ¿Qué te han pedido que hagas para con la nueva líder? ¿Qué planes tienes para mi?

Ahora había dirigido el miembro de él hacia su sexo, apartando su parte inferior y mostrándole que había acudido sin ropa interior. Comenzó a acariciar su sexo con la punta del miembro de él, rozando la entrada de su sexo y pudiendo notar él la calidez y creciente humedad de éste. 

Mientras, ella movía sus caderas, masturbándose con la punta del miembro de él y acelerando su respiración al tiempo que ligeros jadeos salían de su garganta. 

Hablaba sobre Livia con mucho respeto, y estaba bien para el, pues es su compañera y hermana de marca.

Más el en ese momento no dijo nada más con respecto a la romana, pero si centró la atención en las intencionea sobre la vida de ese bastardo, podia verla cómo una depredadora hambrienta por la carne de una presa dificil.

Dame un tiempo, y podré conciliar un combate contra el, parecería exhibición, pero podrias, ya sabes, terminar con su vida.

Posteriormente ella le tomó del miembro y lw comenzó a masturbar , incluso despues del beso, ella seguia jugando con el, incluso en la entrada a su cuerpo, percatandose de la humedad que comenzaba a manifestarse, no llevaba ropa interior, y eso le ponia más duro.

Cambió sus manos de lugar, y las llevó a sus pechos, apricionando los pezones entre los dedos índice y pulgar para apretarlos.

Lo que ella no sabía es que el galo también es insaciable. Más no pudo darse el lujo de evitar la última pregunta, justo cuándo ella comenzó a masturbarse con su falo.

-Acaso importa? Loa demás son los demás, planeo convertirte en la mejor guerrera del mundo-

Después de decir aquello, apartó sus manos de las tetas de la salvaje, y llevarlas a sus caderas, para presionar más el miembro sobre la entrada a su sexo, entrando y violando su carne centímetro a centímetro, con la intención de escuchar gemidos un poco más altos.

Saboreando el calor de su cuerpo hasta completar el camino y mas allá.

¡Que sorpresa!, yo también lo soy... Vamos enseñame lo que puedes hacer germana

Estaba atento a cada movimiento de su cuerpo, espectante a las siguientes acciones de la mujer, esperando que fuera cómo ella decía ser.

- No lo subestimes... Ya me enfrenté a él... Mi pueblo lo llamaba Demonio... El Demonio Carmesí... No solamente es fuerte, también astuto y rápido... Y usa el miedo para reducir a sus rivales... Pero... Si me lo consigues... Estaré en deuda contigo...

Le susurró la última frase al oído, con un tono cargado de sensualidad y lascivia. 

Jadeó cuando las manos de él comenzaron a amasar sus pechos, a pellizcar y apretar sus pezones que se endurecían por segundos mientras ella seguía moviendo sus caderas, rozando el miembro de él en su sexo. 

- Eso me gusta... Tienes el camino allanado... Seré la salvaje bestia de la arena... Especialmente con el entrenamiento de un salvaje guerrero... 

Antes de poder terminar de hablar sintió como él se adentraba en su interior, penetrándola poco a poco hasta que finalmente lo noto por completo dentro de ella, emitiendo un gemido de placer al sentirlo completamente dentro.

Sonrío con picardía ante su desafío, irguiendo su cuerpo hasta quedar verticalmente sobre él, con sus piernas alrededor de sus caderas y sus manos sobre su musculoso torso.

- Acepto tu desafío, galo... 

Se movió hasta hacer que su miembro entrara hasta lo más profundo de ella para después elevarse sobre él, haciendo que su miembro casi saliera de su interior para después bajar lentamente, sintiéndolo de nuevo dentro de ella, jadeando y gimiendo al sentirlo. 

Poco a poco comenzó a moverse también en círculos, elevándose para bajar cada vez más rápido hasta que dejó de hacer que él casi saliera de ella para pegar sus caderas más a él, manteniendo los movimientos y cabalgando sobre él con intensidad y deseo mientras sus manos se mantenían sobre el pecho de él y su cuerpo seguía erguido, haciendo que sus pechos botaran ante cada uno de sus movimientos. 

Ella le comenzó a cabalgar encima, excitada por la penetración finalizada, ahora la veía erguida sobre su cintura, deborando su miembro habilmente, engullendole desde la punta hasta el fondo una y otra vez, hasta que comenzó a hacer movimientos circulares amplios al mismo tiempo que salia casi completamente de ella para luego bajar lento y delicioso.

Más después comenzó a apretar el ritmo y ya no era toda la salida, si no una parte, pero bastante frenetica, eso le gustaba y mucho al galo, pero no era sificiente, y el queria más.

-Venga, hazlo más rápido...

Apartó dus manos de su pecho y se irguió para abrazarla, llevandose a la boca su teta izquierza que comenzaba a succionar y a apretar con sus dientes, amazando la otra con su mano derecha, le habia costado un poco atraparla entre sus labios, pero ahora ya no tenia escapatoria.

Con su otra mano, sujeto la cadera de Soenya, comenzando a arremeter desde abajo con fuerza, acompazando y acompañando sus movimientos.

Sabrosos pechos tienes... Vamos, que estás superando mis espectativas-

El doctore se moria por ponerla a cuatro patas y empalarla con todas sus fuerzas también, aún que de esta forma tambien le gustaba bastante.

Sonrío ante las palabras de él, ante su petición y comenzó a mover sus caderas más intensamente, realizando círculos que hacían que cuando se acercara al frente pegara más sus caderas a él, haciendo que la penetración fuera más profunda. también se movía arriba y abajo, uniendo aquellos movimientos a los pequeños círculos para notar cada vena y arruga de su miembro, sintiendo como él se adentraba más profundamente en ella, haciendo que sus jadeos y gemidos fueran intensificándose también al tiempo que el ritmo se volvía más rápido y frenético. 

Él continuaba castigando, pellizcando y mordiendo sus pechos y pezones, provocando que su excitación fuera en aumento mientras ella seguía moviéndose con deseo sobre él. 

Las paredes de su sexo aprisionaban el miembro de él, haciendo que los movimientos fueran aún más intensos, notando cada una de sus penetraciones y haciendo que él se clavara hasta el fondo.

- Más... Dame más... No... No te contengas... 

Inclinó su cuerpo ligeramente hacia atrás, haciendo que su cabeza mirara ligeramente hacia el cielo para después regresar la mirada hacia él y relamerse los labios con deseo. Continuó con los rápidos e intensos movimientos mientras permanecía en aquella posición, mientras sus manos se aferraban ahora a su espalda y sus uñas dibujaban ligeros caminos por su piel.

Sus labios buscaron de nuevo los de él, saboreándolos y mordiéndolos para atraerlo hacia ella. 

En su sonrisa se podia apreciar la satisfacción, Soenya habia aumentado el ritmo bastante bien, es bastante increible la forma en que se mueve, el apriete de las paredes de su interior le hacian querer ir más fuerte, pero desde aquella pose no podia hacer mucho.

La vio mirar al cielo y luego volver los ojos a su persona, sintiendo cómo las uñas de la guerrera le marcaban un poco la espalda, y su boca buscaba sus besos, mordiendo con deseo los labios del doctore, que pronto fueron respondidos con un obsceno morreo, metiendole la lengua en la cabidad bucal de la germana, mientras que de a poco le iba arrebatando el control de la situación a la mujer.

Tomandola por el culo, Duilius comenzó a inclinarse sobre su cuerpo, plegando las rodillas para ponerse encima de ella gradualmente, mientras continuaba comiéndo le la boca a besos.

Nunca... Me detendré...

Con el cambio de posición a misionera, Duilius comenzó una nueva tanda de arremetidas, sacando su rapidamente miembro hasta casi sacarlo, y luego metiéndose con fuerza.

Te gusta... Así... Soenya?

Despues de decir aquello, continuó agoando sus gemidos con el contacto de sus labios, empotrandola con fuerza, tal vez a haría adicta a su forma de fornicar.

Los movimientos iban ganando en intensidad mientras sus bocas parecían guerrear entre ellas, buscándose la una a la otra, mordiéndose sin compasión, ahogando los jadeos y gemidos entre ellas.

Sintió sus manos sobre sus nalgas y como la movía para cambiar de postura y comenzar a tener él el control. Lo que provocó una nueva sonrisa ante aquella búsqueda de control pues eso le decía en parte como era el doctore y lo que le gustaba y ella, ella sabía adaptarse a lo que sus amantes requirieran. 

- No... No lo hagas... 

Las embestidas se hicieron más profundas, el miembro de él se movía hasta casi salir para después volver a introducirse hasta el fondo de ella, provocando gemidos de placer ante cada una de esas penetraciones.

- Duro... Si... Dame... 

Aún estando ella ahora bajo él, en aquella postura de sumisión él pudo notar como no se dejaba hacer con facilidad, sino que ella misma movía también las caderas, buscando aquella posición en donde mayor placer sentir. Colocando sus piernas alrededor de la cintura de él mientras sus uñas seguían recorriendo la piel de la espalda de él y sus movimientos se acompasaban al ritmo e intensidad que él iba marcando.

El galo podía sentir como se encontraba ante una fiera, una mujer que no se contentaba con poco y que buscaba el placer a cualquier coste, como si fuera capaz de resistir cualquier cosa... Y algo que también pudo notar fue que ella disfrutaba con aquella intensidad. 

La resistencia y anticipo que mostraba la mujer le daba gusto al galo, demostraba una gran destreza incluso en una posición dónde no tenia el control, y lo disfrutaba mucho, incluso los besos y las mordidas dadas con pasión.

Volvió a llevar sus manos a los pechos, frotando los pezones para estimularla aún más, es cómo si disfrutara de lo intenso que estaba siendo con ella, realmente demostraba ser una bestia insaciable, y eso le encantaba al galo, que no había conocido a ninguna hembra que pidiera aguantar su feroz ritmo.

Pero era solo una ínfima parte de su fuerza la que usaba para follar, ahora estaba dispuesto a usar toda su fuerza con ella, ahora no se iba a medir con ella.

Cómo... Prefieras...

Duilius se estaba transformando en una bestia poderosa y fogosa también, comenzando a empalarla a un ritmo frenético y salvaje, clavando su pelvis bien profundo y fuerte en ella a cada momento que pasaba, al punto que la tierra bajo la espalda de la mujer comenzaba a levantarse de a poco en una nube leve.

La fuerza e intensidad del galo le recordaban a Marcus y eso aún la excitaba más pues tenía gratos y placenteros recuerdos de aquella noche por lo que su excitación crecía ante cada nueva embestida de él. 

Apretó sus piernas contra él, elevando ligeramente su pelvis para sentirlo aún más mientras su espalda golpeaba contra el suelo y sus pechos y pezones eran estimulados provocando un aumento en la frecuencia de sus jadeos y gemidos.

Sus manos se aferraban con fuerza a la espalda de él, marcando con intensidad sus uñas en la piel de él, pudiendo notar pequeños y ligeros arañazos a lo largo del recorrido que ellas hacían. 

Entonces aumentó aún más la intensidad, clavándose más fuerte y profundamente en ella lo que provocó que clavara sus uñas con fuerza en la piel de él mientras las paredes de su sexo se contraían y sus músculos se tensaban al tiempo que los gemidos eran cada vez más continuos. 

Tras unas cuantas embestidas su cuerpo se tensó, aferrándose a él con mayor fuerza y pegándose para sentirlo bien profundo en ella y al poco, los músculos volvieron a relajarse cuando un intenso orgasmo la alcanzó, haciendo que las paredes de su sexo aprisionaran el miembro de él hasta que se relajaron mientras él sentía el aumento en la humedad y calidez de su interior.

Y aún así, no dejó de mover sus caderas mientras lo miraba con deseo.

- Dámelo... Lo quiero... Todo... 

Inclinó el cuello ligeramente hacia atrás, disfrutando de nuevo de las penetraciones de él y aferrándose con fuerza a su cuerpo para sentirlo más y más.

Realmente parecía no tener límite, como si buscara sentir hasta la más profunda e intensa embestida, como si aquello aún le otorgara mayor placer. 

Parecía que habían pasado de ser personas a ser animales salvajes, completamente consumidos por las llamas de la lujuria, al mwnos en ese momento podía mostrar todo su poder y fuerza producto de sus mas bajos instintos.

Ella le apretó con sus piernas por detrás, mientras el no dajaba de sujetar y estimular los picos de sus montañas gemelas, a la vez que sentía cómo las filosas uñas de la nórdica se clavaban en su espalda dejando una estela de estimulante dolor, sintiendo cómo ella se aferra a su cuerpo para no dejarle ir.

Hasta que notó que los pliegues de su sexo comenzaban constraerse y a aprisionar su miembro, dificultando el acceso y la salida un poco, solo un poco, incluso notando el.incremento de calor y humedad en ella.

No supo en que momento, solo supo que estaba cerca, no sabía bien si ella ya sentido el éxtasis, solo sabía que le trató de mantener dentro por un instante, pero el momento había llegado.

Pues... Tomalo... Todo...

Respondió mientras las ultimas y poderosas embestidas perforaban a la germana, haata que finalmente se quedó adentro, y su cuerpo comenzó a temblar, soltando toda su semilla en el calido vientre de la guerrera.

Estaba un poco agitado por sus formas bailando, nada que no pudiera recuperar tras unos segundos de respiración, pudiendo notar el brillo de la transpiración en sus bellas facciones.

Pese a todo eso, su falo aún estaba duro y dispuesto a continuar, cómo en la primera vez de un muchacho.

Vamos insaciable, te voy a hacer adicta a mí, así que ponte a cuatro patas para continuar

Dicho aquello, se levantó para dejar que se ponga en posición, sin sacarsela de adentro para que tenga el máximo contacto con el.

Sintió aquella profunda e intensa embestida, el como se quedaba dentro de ella, la agitación de su miembro y como éste estallaba dentro de ella, inundándola y llenándola con su semilla mientras ella gemía de placer y gozo. 

Su respiración acelerada buscaba recuperar parte del aliento perdido, hinchando sus pulmones para recuperar el aire y así poder continuar pues la expresión y mirada de él delataban que aquello no había terminado.

Las palabras que pronunció hicieron que riera divertida mientras lo miraba con deseo relamiéndose los labios.

- ¿Adicta a ti? No puedes convertirme en algo que ya soy... - Puso su mano tras la nuca de él, atrayéndolo hacia ella para besar su labios con pasión - Soy adicta a esto... Así pues... Disfrutémoslo... 

Dejó que se moviera, dedicándole una lasciva sonrisa mientras se movía para colocarse en la posición que él deseaba.

- Veamos pues... Demuéstrame hasta donde eres... Capaz de llegar... 

Le dijo mientras le miraba y se mordía el labio inferior con deseo.

- Después, tendremos tiempo para hablar...