Partida Rol por web

Aquella mujer hablaba de forma muy extraña pero al menos estaba dándole información y eso era mucho más de lo que había conseguido hasta ahora. Parecía que mostrarse calmada les gustaba, que les hacía sentirse seguros y que con ello se les soltaba la lengua.

No opuso resistencia ni hizo nada cuando comenzó a enjabonar y enjuagar aquellas zonas más íntimas. Muy probablemente porque no quitaba la vista de encima de los guardias y no quería que estos disfrutaran del espectáculo.

- Así pues... Si sobrevives y ganas en la arena te conviertes en otro tipo de esclava, ¿no? Pero siempre privada de libertad y a las órdenes de quienes te han comprado... Una cadena más larga pero una cadena al fin y al cabo... 

Igual la que no me había situado era yo, pero 5 años me parecían una vida - salvo que la Domine esté encantada contigo y no quiera deshacerse de ti, 5 años me parecen una barbaridad - incluso había oído que algunos gladiadores alcanzaban la libertad mucho antes - de todas maneras, si estás bien atendida aquí... - esbocé una sonrisa haciendo relación a aquellos cuerpos semidesnudos de los guardias - para qué aspirar a más.

De igual manera que un capitán cuida de sus subordinados, entendía que podía vivirse bastante bien bajo el techo de una romana, la condición de esclava podría resultar un término simbólico más allá de la libertad que ofrecía aquella vida - también tengo dotes de curandera por si me necesitas para cualquier cosa - tanto el ludus como ella misma. 

- Mis compañeras son muy bellas aunque creo que para luchar en la arena tampoco se necesita una bonita cara.

Al tiempo que los guardias te impedían el paso hacian su mejor esfuerzo de verse serios y enfocados en impedirte el paso. Verina se te acerco rápidamente apoyándote una toalla en los hombros.

“Espera, espera. No seas violenta.” te dice a ti, a los guardias parece que no puede. “Vistete aquí. Ya te traigo la ropa. La domina vendra aquí a charlar contigo.” le informaba para dejarle claro como seguiria ese dia.

Habiendo o no hecho caso, pronto Adona recibio la visita de la Domina en esa sala de baños.

Le habian dado un vestido completamente blanco a la griega, ella ya conocia ese tipo de vestidos aunque no le llegaba a abajo de las rodillas como ocurria con frecuencia.

“Buenas tardes Adona. Espero que ahora veas que necesitabas un baño.” comento la domina con humor volviendo a la conversacion anterior. “Queria ver si limpia eres otra, seguro que si. Tal vez ahora entiendas un poco mejor la vida que te va a tocar.”

Los guardias observaban ya pareciendo provocarte un poco con sus miradas que no dejaban de ser lascivas contigo. Incluso sentias que reian de ti y te parecia escuchar comentarios de tu cuerpo. Eso ya te molestaba en parte porque no te daban la intimidad que tanto habias deseado y porque de nuevo podrias convertirte en un juguete para su uso.

“Supongo que es una forma de verlo...pero ademas de cadenas habra vino, comida exquisita y cuidados que otros esclavos matarian por tener.” te comentaba ella mostrando tal vez que ella estaba ahi para convencerte.

“Supongo. Los repagos de deudas generalmente van por mucho mas tiempo, creeme que no es tanto aquí.” le devolvio de nuevo tratandolo como poco tal vez asi era o ya la romana estaba demasiado acostumbrada para verlo como mucho.

“Oh, eso es interesante. Lo recordare por si tengo un mal estar.” comento viendose sincero ese comentario. Tras eso y mirarte un poco ella se fue retirando a buscar algo mas. “No y tampoco se conserva mucho el rostro bello.” comenta ella en un tono sombrio pero dudabas que no fuera cierto en parte lo que decia. "Ojala no te pase eso." agrega rapido dandote una sonrisita que escondio de los guardias.

Cuando volvio lo hizo con una toalla en una mano que te ofrecio y en la otra tenia un vestido blanco romano. “Te vestiras aquí y la Domina vendra en unos momentos.”

Adonia se miro con la ropa puesta. No estaba mal, aunque no era excepcionalmente funcional, sobre todo si quiera dar una paliza a nadie.

Su cara de perplejidad cuando le dijeron que venia la señora de la casa a verla al baño no se quito ni cuando esta llego.

- Vale, un baño, un traje bonito. Eso esta muy bien, pero espero a partir de ahora, entrenamiento, comida, entrenamiento, sangre, entrenamiento, y con un poco de suerte combatir en una arena.

Eso es lo que yo quiero, y eso es lo que esperaba que usted quisiera. Si las dos queremos los mismo, genial. Si tiene otra idea en mente, mas vale que me la diga ahora.-

Sí, la griega hablaba con poco respeto a su Domina, casi como de igual a igual. Pero también lo hacia claro, tenia muy claro lo que se suponía tenia que pasar, y no si no era cómo ella pensaba estaba mejor que bien que le explicaran que iba a pasar con ella.

La señora de la casa escucho y la miro completamente a su nueva gladiadora.

“Directa, bien sere igual.” comento divertida. “Claro que tendras todo eso pero apartir de mañana. Esta tarde y noche sera tu unico descanso. El resto de los dias haran eso y mucho mas. Me alegra que te guste porque eso es lo que tendras.” comento ella pareciendo completamente sincera.

“Aunque verte bonita no esta mal. Digo algo de belleza hara que la gente se ponga de tu lado en la arena.” agrego mirando tus piernas, rostro y finalmente los pechos. “La verdad no eres la mas linda de las cuatro, supongo que seas griega te debera ayudar.” comento con algo de desilusión.

Levanto una ceja, no era la más bonita de las cuatro. Increíble. Pero si así eran los gustos romanos ella no podía cambiar nada.

- No puedo ser más guapa. Estar limpia y vestida si, pero prefiero ganar combates a golpes que siendo bonita.

No obstante, me gustaría añadir. Sus guaridas, pueden relajarse conmigo, yo no voy a ningún lado. Me quedo aquí. Téngalo presente.-

Que una esclava dijera que no pensaba escaparse era un eufemismo completo, por un lado escaparse era una mala opción, porque no era una persona, y por otro lado, nadie la iba a creer. Pero lo dijo en serio. 

Livia le da la barra de jabón y se incorpora un poco para darle la espalda a la pelirroja al tiempo que ella se concentraba en deshacer los nudos de su cabello, ablandándolos con agua caliente y jabón:

-Y...¿quién eres aquí? No tienes pinta de esclava. ¿Tal vez estas aprendiendo el oficio de la Dómina a la manera tradicional?- le pregunta, tal vez se estaba tomando de nuevo demasiadas confianzas y parecía que lo hacía sin darse cuenta, aparentando ser una ex-ciudadana que no se había percatado de su nuevo estatus...pero tan sólo lo aparentaba.- si es así, creo que has elegido el mejor camino, la manera de aprender un oficio de verdad es empezar desde abajo. No todo el mundo puede hacerlo pero quien lo hace logra mayor respeto tanto de sus iguales como de sus inferiores y superiores.

“Si, eso servira.” comento ella encogiendose de hombres ante sus primeras palabras pero luego la miro curiosa con el resto. “El problema es que no te creo y no te voy a creer hasta que pases un tiempo comportándote. Igual con un sobrenombre como la Ruin tal vez no te sea facil.”

“Porque te llaman asi?”

Verina se encarga justamente eso, desatando los nuedos en los cabellos causando algo de dolor pero es inevitable.

“La manera tradicional?” pregunta oyendose confundida. Pero decide dajar que livia siga hablando dejando que las hipotesis de ellas queden libres. Cuando Livia termina rie un poco y niega con la cabeza.

“Acertaste que no soy esclava, pero no estoy aquí aprendiendo. Ademas dudo que si lo hiciera ganara algun tipo de respeto, este no es el trabajo adecuado para una futura domina.” le responde peinandola con mas decision. “Soy una mujer libre, pero con muchas deudas. La domina ha aceptado pagarlas todas a cambio de que haga este tipo de labores por ella. Lo demas es ver como estan y en cierta forma cuidarlas para que lleguen a la arena.” le termino explicando aceptando la charla con la esclava roma.

Livia guarda unos instantes de silencio asimilando la breve historia de Verina mientras ponía algún gesto de contraer la cara al sentir los inevitables tirones del cepillo, pero no profirió queja ninguna:

-Comprendo. Muy generosa entonces la dómina si se hace cargo de tus deudas a cambio de trabajo. Otros te habrían vendido como esclava y hubieras acabado en un lupanar. Y dime...-  se gira un poco para mirarla por el rabillo del ojo- ¿también vas a vendar nuestras heridas y a colocar nuestros huesos fracturados cada vez que salgamos heridas de la arena? ¿Cuál es el estilo de la Dómina? ¿Los juguetes rotos se arreglan o se mandan a galeras?

Se encogió de hombros cuando dijo que la iba a creer, y le daba muy igual. Ya se daría cuenta y espabilaría.

Luego torció la cabeza hacia la izquierda. Y contesto.

- Bueno, yo, es creo una mala traducción, o puede que yo no entendiera bien la referencia. Pero me quede en casa de una familia cuando llegue al imperio, y terminaron todos muertos, por pasarse de listos, y me hicieron un juicio, y luego esclava, y al primer esclavista, se le cayeron los dientes, eso no fue del todo culpa mía.

Pero es muy sencillo, les pasan cosas malas a los que no tienen claro dónde se están metiendo. Pero no es su caso. Sabia lo que compraba, no me hizo falta poner la oreja en el bazar para saberlo. Tiene ojo, y tiene dinero, y sabe que puede… hacer fortuna lo llaman.-

Durante dos segundos estuvo mascullando en griego buscando una palabra concreta, y volvió a hablar.

- No se si la sere rica, arren ricas, mierda. Que no se que tanto dinero ganara. Pero no tendrá perdidas eso seguro.- 

“Esos otros querian hacer eso conmigo, por suerte la domina acepto ayudarme.” comento agradecia mientras seguia y casi terminaba de lograr domar el pelo de ella. Ella te devolvio la mirada.

“No.” dijo rapido. “Tenemos un medicus que hace esas cosas, yo me ocupo de lo mas simple por asi decirlo. Los gladiadores lastimados se tratan de arreglar y dar tiempo de sanar.” comento ella aunque parecio entender por donde iban sus palabras. “La domina es responsable sabe que no puede perder a sus gladiadores. Por eso como a mi los cuida.” dijo aunque algo en sus ultimas palabras se notaba que no estaba siendo sincera del todo pero no estabas segura del todo.

"Terminemos esto. Ire a buscar una toalla, ya la domina estara por llegar." dijo yendo a buscarla.

A Livia no se le escapa que Verina deseaba decir más pero que había contenido su lengua, lástima. La futura gladiadora se termina de girar y, aún a sabiendas de que los guardias están ahí, sin salir de la bañera lanza su brazo sobre la cintura de la mujer antes de que se aleje demasiado y pega su cuerpo desnudo y mojado contra la espalda de Verina, apoyando su cara la zona que unía el cuello y el hombro de la ciudadana romana y si los guardias le daban tiempo, plantó un suave mordisco en su blanca piel:

-No me importaría cuidar de ti y que tú cuidaras de mi...- le susurra en un tono de voz muy quedo y sensual.

Verina se detuvo de repente al sentir tu brazo ahi, tal vez por un momento espero algo mucho peor de lo que paso. Por eso la sentiste temblar pero al sentir el resto de tu cuerpo contra el de ella se calmo un poco.

Aunque en realidad no se calmo, suspirando y sin apartarte se quedo ahi pegado a ti. Escuchando las palabras que le dijiste. “Ufff...vere de cuidarte.” respondio en una voz baja. Antes que los guardias se acercaran a ella dispuestos a separarlas.

Apurandose la peliroja se separo y medio que se puso frente a los guardias. “Tranquilos. No pasa nada.” dijo calmando a los guardias. Con eso siguio a la toalla y se la dio a Livia.

“Cuando estes seca….tienes que ponerte esto.” dice señalandole un vestido romano totalmente blanco.

A pesar que queria decirte mas, esta se silencio y se quedo ahi hasta que terminaras de vestirte. Tras eso se fue dandote una ultima mirada antes de irse. No mucho despues llego la Domina, ahi vestida como la ultima vez que la vieron. Se encontraba tranquila contigo e incluso te sonrio.

"Buenas tardes Livia, como estaba el baño?" pregunto mas por etiqueta que por interes. "Supongo que tendremos una charla algo mas larga que la que tuve con tus compañeras. Especial de eso que dices que no es totalmente verdad."

Su cuerpo estaba cada vez más en tensión y los comentarios de los guardias no ayudaban en nada. Sus dientes comenzaban a rechinar y en un momento dado se giró lanzando con fuerza y externa precisión la pastilla de jabón, acertando de lleno en la cara de uno de los guardias y propiciando un buen golpe en la cara a éste.

- ¡No se os ocurra acercaros! ¡O os arrancaré la polla de un puto mordisco!

En cualquier momento podía lanzarse sobre aquellos guardias y destrozarlos con sus manos desnudas.

Lo que era alucinante era lo que había hecho con una simple pastilla de jabón... Lo que demostraba de qué podía ser capaz...