Partida Rol por web

Herius empujo a los guardias que retrocedian, acomodandose junto al sacerdote. Para protegerlo seguramente mientras los guardias demostraban no estar listos, uno mas caia en el suelo de las celdas dejando solo a tres guardias del lado de Herius.

Herius a pesar de eso se miraba confiado aunque los numeros no estaban de su lado. "Hagan caso al sacerdote su lider ha caido, la germana y la hispana se estan mean detras de ustedes." le señala a ambas. "Gladiadores rindanse, dejen a los guardias traidores caer solos. Lo que han hecho no tiene perdon." les dijo agregando a lo de Mars.

Mientras con una patada le saca el arma que tiene.

La situacion habia cambiado tal vez para peor para los gladiadores.

En un lado estaban las mujeres cerca de la puerta de las celdas, no hbia ido muy lejos luego que pudieron abrir la puerta. Avanzando unos pasos estaban el grupo de guardias y gladiadores peleando contra los pocos guardias que habian tres. Aunque Ahora tanto Mars como Herius se habian acercado a dar apoyo a sus guardias que estaban con la idea de huir.

Para salir del lugar habia un pasillo chico donde solo entraban dos personas ahora cubierto con el mar de gente aunque mas presisamente Mars y Herius.

Las jovenes podrian ir a ayudar aunque el sacerdote seguia lejos del alcance necesario.

Todo se había ido al infierno, los acontecimientos se habían precipitado y todo por culpa de aquel demonio, de aquel desgraciado... Y todo porque los romanos eran unos estúpidos que solamente pensaban con su orgullo y estaban dejando que todo se desmoronara por no pensar con la cabeza y solamente pensar en destripar y matar. Eran unos idiotas que no entendían que habían momentos para la batalla y otros para la estrategia.

- Te creía más listo Herius! Tenías a los traidores entre tus propios guardias! Todo ha venido desde Hispania! ¿Dónde están los familiares de la Domina? Yo te lo diré... ¡Huyendo! Os estáis equivocando de enemigos, mis hermanos solamente buscan venganza por los crímenes cometidos contra sus hermanos y mientras los verdaderos culpables estarán en breve saliendo por las puertas. Así pues, guardias... ¿Vais a quedaros a esperar la muerte y la tortura de ese hombre? ¿De ese Herius? Si realmente os importaran algo vuestras vidas estaríais ya luchando por ellas o huyendo para buscar cobijo bajo los brazos de vuestros verdaderos amos... Seguro que quienes os quedéis sabrán como sacaros la información... 

- ¿Hispania? Se sorprendió al escuchar a Soenya decir eso así. - ¿Yo he sido traida rodeada de traidores?

Ya daba igual. Había que salir de allí, y los guardias no parecía que fueran a retroceder, y si lo hacían, desconfiaría de ellos más aún. Ya le había dicho a la rubia que la apoyaría, y tras mirarla de reojo un instante, sus ojos se encaminaron con fiereza contra los guardias que parecían intentar molestarles y entorpecerles el camino. Su odio interno sería una ayuda a esa mujer, y ... lo haría.

Más Bien: ya lo estaba haciendo.

Los guardias que supuestamente estaban con los hispanos escucharon lo que decia Soenya y en parte miraron con miedo a Herius que sin duda los castigaria de la peor manera si llegaban a dejarse atrapar. Por eso atacaron a los guardias que se retiraban aunque no con la mejor precision ya que los que huian igual se defendian.

Mientras los gladiadores veian como el sacerdote hacia caer a Titus y pedian venganza. Entonces fueron por este. Pronto el hombre vio como Drust se le presentaba enfrente y con una espadazo sin defenza se lanzaba contra este. Aunque si bien Zared lo seguia mas por desconocimiento, el romano vio con alegria como habia escogido bien al quedarse en su celda apartandose como las gladiadoras.

Miro a los gladiadores que deciden vengar a su compañero caído. Así sea quien levanta su mano contra un sacerdote de Marte lo hace sobre este mismo.

Digo mientras muevo mi lanza golpeando a Drust desde el flanco sin duda mi lanza es la del mismo Marte. Y defendiendome de los ataques

Por Marte!

Ika  tocó con el hombro la espalda de Soenya, como preguntado que: - ¿Qué hacemos? No solo era una pregunta, era un impulso, un: "Venga, o nos vamos o algo, pero ya".

No era bueno quedarse parado en medio de una batalla. Lo sabía por experiencia propia, y no se dejaría cortar el gaznate, porque la "rubia" quedara "congelada". Si tenía que tirar de ella del moño... pues la arrastraría de los pelos.

Suspiró hastiada y miró a Ikateria.

- Necesitamos a Dulius.

Miró a la hispana y le hizo una señal para comenzar a intentar abrirse paso por el pasillo, si debía apartar a algún guardia lo haría, aunque intentaría hacerlo sin ningún tipo de arma sino usando maniobras de pelea cuerpo a cuerpo, usando cualquier truco sucio para ello. Su intención no era dañar a nadie y quería que eso quedará claro en sus acciones.

Asintió, como que si esa era la solución, o sea, el Doctore, pues, así sea. - Iremos. 

Esta parecía intentar escabuyirse, zafarse, sortear y si hacía falta empujar levemente a quién intentara entorpecerlas. A Ikaterial le importaba poco. Si la germana lo conseguía, sin pegas, pero si se resistía la "cosa", soldado o lo que fuera, ella estaba allí para poner zancadillas, reventar pelotas de patadas o arrancar partes de cuerpo a mordiscos. La irascible hispana no tendría tanto miramientos como ella.

- Si te quitas, vale, si no ... ¡¡¡Verás!!!.

El ataque de los gladiadores contra Mars golpearon aunque solo contra la lanza de este. Al parecer el sacerdote estaba inspirado este dia o defendido por dios.

Pero eso no era lo unico que pasaba con Soenya y Ika tratando de escapar pasandose como podian entre los guardias que se encontraban peleando. Empujando a unos cuantos en su camino. Aunque Herius parecio ver eso y trato de tomar a la germana yendo por su brazo y cabello aunque termino fallando.

Mientras la hispana por suerte no tenia mucho mayor obstaculo que seguir a su compañera hasta la salida.

En el suelo habia quedo alguien tirado pero no muerto, gastando toda su voluntad hizo un ultimo esfuerzo para tomar de las piernas al sacerdote. Titus aun medio muerto dejo sentir su agarre en Mars atrapandolo.

Mientras unas escapaban otros seguian matando supuestamente a sus compañeros de trabajo. Cuando llego un nuevo ataque las espadas se clavaron con ira contra los que eran empujados por las que huian y tal vez por eso fueron muriendo los tres que habian quedado. Los guardias supuestamente hispanos ganaron.

Mientras los gladiadores deseaban vengarse de Mars aun. Atacandolo de nuevo con su ferocidad. Sin embargo con lo demas que pasaba no pudieron aprovechar el esfuerzo de Titus como habrian querido.

Muevo mi lanza de nuevo defendiendome de mis atacantes tras lo que miro a Titus inmovilizado agarrandome.

Podias haber caido con gloria en la batalla ahora solo moriras como un perro ararstrandote en el suelo.- Y descargo mi lanza contra el atravesandolo aprovechando que nos e moveria y solo debia bajar la lanza.

Aquello se estaba desmadrando, los gladiadores habían actuado precipitadamente y aquel sacerdote estaba desquitándose con aquellos sabía podrían con él en igualdad de condiciones, seguramente estaba implicado en todo aquello y su objetivo fuera el de quedarse con Livia y con parte de las ganancias del Ludus y para eso debía deshacerse de aquellos gladiadores que no le agradaban. Un sucio romano más, uno que incluía en su lista y del que ya daría cuenta cuando las deidades así lo creyeran oportuno.

Bueno, al menos podía tener en cuenta que habían más implicados de los que parecía y eso le otorgaba ciertas bazas para sus argumentos...

Entre aquellos pensamientos esquivó el intento de Herius de agarrarla, seguramente acostumbrada a sus movimientos y habiendo mejorado en sus cualidades le había resultado sencillo esquivar su presa y seguir corriendo para hacer lo que aquellos no sabían hacer, mantener el orden. Y solamente había una persona que podía conseguirlo...

Corrió, corrió cuanto le daban sus piernas buscando recordar el camino que en otras ocasiones ya siguiera, dejándose guiar también por el oído para encontrarles.

La hispana seguía, a ojos ciegos a la germana. 

No se fijaba si pisaba algo o alguien, no se fijaba si tropezaba o resbalaba, sólo tenía en mente seguir a la mujer rubia y si se cruzaba algo en su camino, ... morderle si era necesario. Nada más. Y entonces ...

La pelea siguio y Mars sintio el golpe de los gladiadores que le generaron una herida en el brazo que sangro por el corte del galo. Lamentablemente aun con el esfuerzo de ellos Titus que tanta venganza habioa prometido termino muriendo tras un lanzazo bien puesto.

Herius por su lado vio a ambas escapar como podian y en su mente se creo un conflicto, pero finalmente se dejo llevar por su pasion. Una pasion enfermisa y que los dioses mas puros verian con un terrible asco. Aunque a él no le importaba. Por eso corrio dejando a Mars solo con los demas.

Las mujeres corrieron lo mejor que podian, saliendo del lugar de las celdas internando en los pasillos del Ludus. Soenya desmotraba su gran agilidad tomando la delantera sin mucho problema y dejando pronto la pelea atras, Ika le seguia pero habia una distancia entre ellas mientras Herius a pesar de su armadura avanzaba lo suficiente para no perder de vista a la hispana pero la germana ya que daba muy lejos de sus garras.

Si esto seguia probablemente Herius terminaria no pudiendo seguirlas. Pero de pronto en el camino aparecio Gallio con su espada desenvainada. Mirando esa carrera con gran sorpresa y confusion.

"Detenganse ahi o seran atacadas" ordenaba el romano.

Un nuevo round de esa pelea quedaba frente al Sacerdote. Dios lo habia protegido hasta ahora pero su sangre habia aparecido y los gladiadores veian con enojo como este habia matado a su compañero. Aunque por otro lado los guardias se encontraban respirando y mirando lo que habia pasado.

"Rindete Sacerdote, deja el arma y no estes en nuestro camino. Creanos que los dioses estan con nosotros no con el tipo que escapo." dijo el que habia hablado.

- ¡Los asesinos escapan!

Gritó la germana mientras seguía corriendo buscando al único en quien sabía podía confiar.

Quizás fuera el sentir como aquel demonio la perseguía, como volvía a tenerlo tras de ella o quizás simplemente su anhelo de escapar. Fuera lo que fuera simplemente siguió corriendo, esquivando con rápidos reflejos y manteniendo sus pies firmemente en el suelo si alguien intentaba bloquearla o derribarla.

También confiaba en que su hermana siguiera su estela pues la había visto en acción y sabía que sería igual de ágil que ella para escapar de aquellos dos hombres.