Partida Rol por web

Afirmo y me acerco hasta donde está Verina. Observo la ropa y finalmente me decido por una de bárbara, compuesto de un top en verde sujeto al cuello con una cadena dorada, una falda también en verde con un cinturón dorado que se alarga en una pieza justo en la parte delantera y algunos adornos en brazos y piernas también dorados.

Por supuesto con esa ropa no puedo utilizar nada más para tapar mis pechos, pero por lo demás me veo atractiva y cómoda. Unas sandalias realmente bajas completan el traje. ¿Y bien? pregunto a Livia, ¿me veo bien así?

Livia por su parte decide cambiar un poco su habitual estilo de entrenamiento con placas metálicas como había ido en anteriores ocasiones. Los patricios querían feminidad y erotismo...pues que así fuera. No le fue muy difícil imaginar una composición diferente para las mismas vestiduras y, aunque no podía llevar su capa, descubrió una tela fina que podría marcar la diferencia entre ella y el resto de los gladiadores y que recordaría aun así su orígenes romanos. 

Cierto es que tenía cierto aire de prostituta pero también se veía fuerte y pasional.

-¿Qué os parece?- dice cuando ha terminado de ajustarse las vestiduras y los adornos. Incluso se había quitado su habitual coleta alta para cambiarla por un semirecogido que dejaba el pelo más suelto o al menos parte de él.- Creo que daremos un espectáculo increíble, hermana.

Sin lugar a dudas digo con una sonrisa. Te ves increíble así, y seguro que más de uno querrá saltarte encima nada más verte. Jajaja.

Luego le hago girarse hacia el resto de gladiadores. ¿Y vosotros qué opináis?

Ya con la respuesta y con todos vestidos, tocaría seguir a Livia y empezar la actuación.

"Estan preciosas" dijo verina sin poder evitarlo mirando a ambas.

Luego se pusieron a ver los demas. Cada uno llamando la atension por sus diseños que no terminaban de ser tan guerreros pero cada uno se hacia una muestra de lo que usaba.

"Nuestra amazonas Gaia..." la presento verina mirandola de arriba a abajo, acomodando un poco de esos adornos de metal que tenia en su supuesto vestido. "Rapido Zared. Con tu aspecto mezcla oriental y de cartago." comentaba la mujer.

"Nuestros gladiadores son mas faciles de vestir. Uno como los espartacos mientras el otro como un tipico armenio." continuaba presentando.

"Por ultimo los dos que me costaron mas darles algo decente." dice mirando a Dagna y a Bheka.

Veian que la mayoria de ellos se veia comodos en sus ropas, para los gladiadores era una ropa habitual y para los demas talvez un juego mas de disfrases. Solo Bheka se veia algo nerviosa pero al final se habia vestido tal como habia podido.

"Estan muy lindas." dice Zared acercandose a ella y observandose a si mismo como si en si no entendiera mucho que le pusieron pero no le importaba.

Gaia acercandose a Livia por detras le sonrie. "Que hermosas peleas tendremos entre nosotras. No puedo esperar." decia la mujer que claramente no iba por un animo de pelea ahi, sino de algo mas lascivo como habia dicho Brinda antes.

Los demas parecian opinar parecido o simplemente como Drust y Horacios se concentraron en el acto siendo mas profesionales por decirlo de alguna manera.

La noche prometia mas que otras noches. Habias sido invitado a esta fiesta que buscaba renovar la confianza de los patricios de roma a este ludus luego de la corta pero sangrienta revuelta que tuvieron.

La fiesta que viste al llegar era una tipica de la cultura romana de esa epoca. Habian varios sillones puestos en el salon donde los senadores, militares y otros ciudadanos ilustres de roma se acostaban mientras sirvientes les ofrecian vino o comida. No muy lejos de ellos habian danzantes tanto hombres como mujeres que se movian a un ritmo que marcaba la musica que inundaba el salon. Algunos de los danzantes ya mostraban su cuerpo llenando de deseo a los patricios.

El salon podria verse como un desorden pero estaba todo arreglado de tal manera que cada uno estaria comodo en su lugar. Estatus de jupiter y marte habian sido acomodadas para ser tambien tertigos de lo que pasaria cuando empiece el espectaculo. Aunque quien llamaba la atension ahi era el emperador. La estatua de este era mas grande que las otras y claramente habia sido hecha hace muy poco tiempo. No habia mucha gente que se acercaba a esa nueva estatua, pareciendo preferir la compañia de los otros dos dioses.

En un momento entro el nuevo Dormitor junto a Elia Cornelia Plancina. Ambos eran saludados por lo que estaban cerca pero nadie impedia su paso. Por lo que habias escuchado Elia se habia convertido en la guardiana de Manius, por una promesa hacia Camila. Eso era importante recordarlo porque dudabas que dejara al joven solo ahi frente a ustedes.

Miro la escena cómo están los dos hablando. Cuál será la conversación o de que deben estar hablando?

Me acerco con sigilo e intento escuchar algo sin que se enteren

Entre los que estaban con Manius estaba Titus Servilius Lupus, un patricio muy importante por su gran fortuna. Un hombre a tener muy en cuenta ya sea por su dinero o influencia. Alguien que cuando Manius se mas grande podria servirle mucho tenerlo de amigo y talvez por eso ahora el joven estaba con él.

Me muevo con cuidado intentando no llamar la atención. Y espiar lo bastante de que están hablando ambos.

Entre toda aquella marea de gente que allí estaban disfrutando de la fiesta.

- Si, sin duda fue una pérdida delicada... pero nadie es irremplazable - de quién hablaba era algo difícil de concretar en realidad, podría ser de Camila o de su ausente esclavo favorito

Lo que quedó patente es que no pretendía que la conversación continuara por esos derroteros, su mirada se desviaba a la mas grande de las estatuas: la del emperador.

- Decidme, Manius, ¿ya habéis tenido ocasión de reuniros personalmente con el emperador... desde los últimos sucesos? - se interesó, en un tono algo más confidente

-Manius a tenido el honor de estar a pocos metros del divino emperador, justamente cuando nos anunció su divinidad- interrumpo antes que Manius responda. 

-Elia Cornelia Plancina, tutora de Manius - presentandome al desconocido. 

Enarca una ceja ante la interrupción, la mirada destilaba con claridad su sentimiento de superioridad, aunque sus palabras como de costumbre eran dulces como la miel

- Ah, me es grato disfrutar de vuestra compañía al fin, es mucho lo que se ha dicho sobre vuestra persona... y si gozabais de tal confianza por parte de mi estimada Camila apuesto a que sin duda la mayoría es cierto. Titus Servilius Lupus, estoy seguro de que habréis oído hablar de mi, quizá alguna celebración anterior en el Ludus incluso... se me concedió no hace mucho en honor de marcar a una bárbara - animando a la mujer a hacer memoria

-Por supuesto Titus Servilius- mintiendo - aún se comenta esa ocasión. Me llenais de curiosidad con vuestras palabras, no sabía que mi persona era objeto de conversación..Camila me confío su mayor tesoro, y debo decir que se ha convertido en alguien muy querido para mi-

- Ah, pero decidme, ¿estabais con el joven Manius cuando... el emperador hizo su anuncio? Temo como le pueda sentar... bueno... - desvía la mirada hacia su estatua - ya sabéis a lo que me refiero - desviando acto seguido a las otras estatuas más y mejor acompañadas - la... falta de amor... por parte del pueblo. No es fácil que se olviden algunas cosas... - deja caer en un tono confidente

-Primero el trabajo Gaia...y luego de que todos los romanos y los dioses están complacidos...veremos si te quedan energías para enfrentarte a mi.- provoca la romana alzando la barbilla para mirarla por encima del hombro con una mueca de lo más arrogante y altanera.

-Todos somos dignos de alabanzas, los ropajes hacen mucho pero no nos engañemos, es que todos hemos sido tocados por Venus.- asume con una sonrisa, animando a todos.-Los romanos no podrán contener sus pollas bajo las túnicas al vernos y se formarán charcos bajo los pies de las romanas. Cuidado no resbaléis.

-Estaba en el Coliseo con mi pupilo, hablándole de Cicerón y los elefantes cuando el divino emperador nos reveló su nueva condición. ¿Conocéis la anécdota?.. El pueblo romano decidió que los elefantes eran demasido nobles para formar parte de un espectáculo, y los Cónsules dictaron leyes en consecuencia.. Pero eso era en tiempos de la República, cuando el pueblo de Roma era soberano y su voluntad la ley-

Notaste a los hombres cerca de Titus pareciendo perder el interes de la conversacion cuando llegaste, algunos siendo nobles que habias encontrado antes en el coliseo.