Partida Rol por web

Debe de haber algo valioso al otro lado para que se intente con tanto esfuerzo evitar que pasemos.

La enana oteó la puerta sin encontrar forma aparente de abrirla de forma "civilizada" pero no tuvo suerte así que volvió a dejar sueltos sus instintos más primarios.

Vaya, es mas la forma más inteligente que he visto de llamar a una puerta. Una pena que no sepa lanzar bolas de fuego, si no hubiese llamado yo con una.

Dudo que a la piedra le molesten un par de llamitas hechicero...

Decía la enano mientras continuaba amartilleando la puerta.

Bueno, una vez escuché cantar a unos enanos que hacian algo parecido a lo que haces con la puerta -digo a Kathra con una sonrisa maliciosa y una mirada de superioridad característica de los tiflin (no se si se escribe asi xD)- decia algo así como ¡SOY MINEROoOoO! ¡Y TEMPLE MI CORAZÓN CON PICO Y BARRENAaAaA!

Dejame que te eche una mano, entre dos quiza podamos mejor.

Los repetidos golpes del martillo y la maza de la enana y el clérigo resuenan por toda la mazmorra, el polvo que se levanta con los golpes empieza a arremolinarse a vuestro alrededor y os hace toser, pero lo más que conseguís hacer es unas cuantas muescas sobre las solidas puertas de piedra...

Vah, quitaos del medio, dejadme a mi, todavía tendré que enseñaros cosas tan básicas como abrir puertas.

Ante vuestro asombro, Skamos se acerca a las puertas, apoya con fuerza sus manos contra ellas, y después de respirar hondo un par de veces, empuja con todas sus fuerzas... sus músculos se tensan, empieza a gotear sudor por su frente, y por si fuera poco ver al mago del grupo haciendo eso, lo más increible es que con un crujido de roca rozando contra roca y desmenuzándose, las puertas ceden un buen palmo, aún insuficiente, pero más de lo que vuestras armas consiguieron...

Si es que ya lo dicen los dichos enanos... más sabe el demonio por viejo que por demonio.

Kathra dejó apoyado el martillo en la otra puerta y se apoyó contra la puerta donde se encontraba Skamos.

Kathra se une a los esfuerzos del mago y consigue que la puerta siga avanzando, pero algunas grietas empiezan a surgir en el techo de la caverna provinientes de la parte superior del marco...

Será mejor que me dejes a mi medio-demonio no vaya a ser que te hagas daño.

Cojo carrerilla y doy un golpe a la puerta

Si os quitaseis de en medio, podría volver a mostrar mi maestría y habilidad, pero sois un completo estorbo.

Los continuos golpes y empujones hacen que las puertas cedan por fin, pero desgraciadamente también lo hace la estructura que las sujetaba. Un aluvión de cascotes y rocas sueltan os caen encima debido al desprendimiento que habéis provocado. Cuando el polvo termina de asentarse y volveis a veros unos a otros, además de estar grises y llenos de magulladuras, veis como afortunadamente la abertura de la puerta no ha quedado obstruida por el derrumbe.

Pasais sobre los escombros y sobre las puertas caidas, pero apenas habéis avanzado unos pasos cuando un virote pasa volando al lado de vuestras cabezas y rebota contra la pared de piedra. Veis a una figura sentada en la esquina de una habitación sin otras salidas visibles, sujetando débilmente una ballesta con sus delgados brazos. Su piel cuelga flácida de sus huesos y le falta un pie desde la altura del tobillo. Lleva puesta una armadura de placas que le queda un poco grande y apenas puede con su peso, mientras que a su lado reposan un martillo de guerra y un escudo. Sus ojos se encienden cuando os ve con claridad.

¿Quienes sois? Pregunta la figura.