Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
- Te quiero, mami.
Se pone de lado, cierra los ojos, bosteza nuevamente y se queda placenteramente dormida.
----------------------------------------------------------------------------------------------
Amanece y de pronto notas peso en tu cama.
- ¡Despierta oka-san! ¡Despierta! ¡Ha llegado el día!
Te zarandea y salta en la cama.
-Se te ve nerviosilla ¿Eh?
Me incorporo bostezando, atrapándola para que pare de saltar.
-¿Qué quieres desayunar? ¡Tienes que estar fuerte!
- ¡Tortitas con caramelo, nata y chocolate! ¡Y magdalenas! ¡Y tostadas con mermelada!
-¡Marchando!
Me pongo a prepararlo. En estos años no solo he mejorado combatiendo cuerpo a cuerpo, sino tambien la pintura, la escultura, cocinar...
Cuando está cada cosa se las voy sirviendo.
Y preparo su ropa, aunque le darán un uniforme cuando apruebe, quiero que esté cómoda mientras hace las pruebas.
-Y ahora ¡Vamos!
Me pongo mi capa con capucha y vamos hacia la academia.
Va a tu lado pero no deja que le agarres de la mano. Ahora tiene que dar la apariencia de chica fuerte, y sabe que si te sujeta la mano no querrá irse y llorará.
Las puertas están abiertas y podéis entrar.
Hay mucho movimiento en el interior. Los recuerdos vuelven a ti.
Aunque hay mucha gente nueva, sabes que terminarás encontrándote con alguien conocido.
Y el momento no se hace esperar.
En la mesa donde debes apuntar a Soyu, sentada, está Mizu con el brazalete de teniente de la novena división. Ha crecido mucho. El pelo más largo, recogido en esos momentos en una coleta. Parece más fuerte, más segura de sí misma e incluso te soprende comprobar algo, lleva un extraño colgante en el cuello. El de un dragón.
A su lado otra teniente. Rukia Kuchiki. Se ha cortado el pelo y ahora parece algo más masculina que hace años. Al menos el alivio de comprobar que pudiste salvar a Rukia finalmente.
La cola es larga, así que tendréis que esperar.
Está viva...funcionó.
Un enorme peso se aliva de mi. O quizá no tanto. Ella está viva...¿Y los demás? Pero al menos la posibilidad es bastante mayor.
Me quedo en la cola con Soyu hasta que ya solo quedan dos delante.
-Bueno pequeña, yo me voy ya ¿Vale? Así las tenientes verán que te inscribes tu sola a las pruebas. Eso las sorprenderá y te prestarán más atención. Tienes que deslumbrarlas.
Le doy un beso en la frente y me marcho con una última mirada a las tenientes. Me alivia verla viva, y ver a Mizu como teniente me llena de orgullo. No le doy vueltas a su colgante, siempre le gustaron los dragones. Busco un lugar desde el cual poder colarme a ver las pruebas escondida.
Mientras te marchas escuchas cómo Mizu le pregunta con dulzura a Soyu su nombre.
Soyu:- Soyu Ling, kotaicho.
Mizu:- ¡Vaya! Ya sabes hasta lo que significan estos emblemas. Eres muy lista.
Soyu:- Mi madre me lo enseñó.
Mizu:- ¿Si? Tu madre es lista. Que no se preocupe por ti. Si quieres cualquier cosa, cuenta conmigo.
Soyu:- ¡Hai!
Consigues un buen sitio, en lo alto de un pilar blanco de vigilancia desierto.
En efecto Soyu es la más joven de todos y quizás por eso todos le prestan su mayor atención. Además de Mizu y Rukia hay un par de capitanes que observan las pruebas: Toshiro Hitsugaya, que no ha cambiado para nada y Kuchiki Byakuya que ha cambiado algo el look del cabello pero sigue siendo reconocible desde lejos.
Las pruebas comienzan y algunos son unos buenos aprendices. Dejan impresionados a los demás con sus dotes de lucha y esquiva aunque en Kidô, obviamente, fallan.
Finalmente llega el turno de Soyu. Avanza hacia el centro y no hay ni rastro de miedo ni nerviosismo en su caminar. Es tu viva imagen. O tu pasada imagen.
Tiene que luchar con un aspirante tres veces más alto que ella. Pocos darían ni un duro por ella; no obstante Soyu vence sin que le toque. Es tan pequeña y ágil que esquivar era súmamente sencillo. La velocidad que ha heredado de ti es su mejor aliada y la fuerza con que golpea al rival haría ver tu presencia en ella a cualquiera. No obstante, los capitanes no parecen darse cuenta de nada. Quizás porque estás muerta.
Asombrosamente, el kidô también lo consigue. No con suma maestría, pero una mera explicación de Mizu para ayudarla - la misma explicación que le ofreciste tú en su momento- es más que suficiente para realizar un kidô débil, pero al fin y al cabo un kidô. Algo que ninguno de los otros ha conseguido.
Su prueba termina y es la mejor de todos. No era de esperar menos.
A la tarde se colgará la lista de los admitidos.
Ves que Mizu se acerca a Soyu y se agacha, sonriéndole y colocándole bien las coletas.
Byakuya está vivo también...entonces deberían estar bien todos.
Casi grito de alegría. Auqnue que estén vivos no cambia el hecho de los abandoné, traicioné y maté. Al menos me alivia.
Es momento de irme, mi pequeña lo ha hecho genial. Y si me quedo más tiempo alguien em acabará descubriendo.
Es una lata no poder sentir reiatsus...aunque tampoco me pueden sentir a mí...
Me marcho.
Casi durante el crepúsculo escuchas la voz de Soyu a lo lejos gritando "¡oka-san! ¡Oka-san! ¡Lo logré! ¡Lo logré!"
Entra en la casa portando una zampakûto muy bonita. De hoja plateada oscura tirando a negra. Algo que nada común y de empuñadura de piel de reptil con forma de huracán.
- ¡Te presento a Fubuki Arekuru! Fui la primera en la lista y me dejaron entrar antes que nadie.
-Te ví combatir contra ese tan alto y hacer el kidoh. ¡Fue genial!
Admiro su zanpakutoh acariciando la empuñadura y después la abrazo a ella.
-Cuidala bien ¿Eh? Es poco común que las zanpakutoh sean femeninas. Será tu compañera para siempre. Te cuidará y protegerá, pero solo si haces lo mismo por ella.
-¿Qué te ha parecido todo?
- Es todo genial. La gente es simpática y la teniente Mizu Tanaka me ha ayudado mucho. Es como una hermana, oka-san. Es simpática, atenta y me enseña. ¡Me cae muy bien! Además como vio que tardaba en elegir zampakûto porque me entretuve buscando a Karyu me preguntó al salir y le comenté que me habían hablado de Karyu pero sin decirle nada de ti, oka-san. ¡¡Y me llevó a verla!! Está en una zona especial, ¿sabes? Tu amiga está en un lugar privilegiado, de exposición. Aunque no pude tocarla porque la teniente Tanaka estaba conmigo y admiraba tanto a la zampakûto que pensé que se enfadaría conmigo. ¿Sabes que perteneció a su taicho hace tiempo?
-Sí, si lo sabía. Yo...conocía bien a su capitana.- le sonrío. -Así que Kâryu está en un lugar especial ¿Eh? ¿Dónde? ¿Y te dijo por qué?
Actúo con total normalidad, peinando su pelo mientras hablamos.
-Y huele, a ver si adivinas que he preparado para cenar.
Soyu acaricia a Fubuki mientras deja que le peines.
- No me contó mucho. Noté que se ponía triste cuando habló de su capitana. Pero imagino que esa capitana y Karyu debieron significar mucho para el Seireitei. La kotaicho la admiraba. Lo noté en su forma de hablar. Y si no no estarían en la sala de exposión del nuevo museo que ha hecho el Seireitei, ¿no? Me encantaría conocer a Karyu. ¿A ti no, Fubuki? Quizás te dejen ir a verla, oka-san. Al fin y al cabo es un museo... Pero antes, ¡A comer el dango que me has preparado!
-¡Dango de todos los tipos!- río y vamos a comer. Aunque yo apenas como...prefiero dejarselo a ella ya que a mi no me hace falta.
-¿Así que en un museo eh? Igual voy mañana.
Tras la cena, la acuesto. A partir de mañana será mas duro.
- Buenas noches, oka-san.
Abrazada a Fubuki, Soyu se pone del mismo lado de siempre, bosteza y se queda dormida.
------------------------------------------------------------------------------
El sol trae el nuevo día. A partir de hoy, Soyu vivirá dentro del Seireitei y solo en los días de descanso y fiesta, podrá venir a verte.
Se siente alegre y emocionada. Aunque no puede evitar entristecerse cuando recuerda que se alejará de ti.
-Tranquila, yo estaré bin. Aquí, esperándote. Y tú harás amigos. ¡Y serás la mejor shinigami de todos los tiempos!
Me despido con un beso.
Tras recogerme bien el pelo, me pongo la capa y la capucha, y voy hacia el museo.
El museo se encuentra entre el quinto y el séptimo escuadrón. Se trata de un edificio robusto y grande. Con ladrillos nuevos y que en el exterior lleva el símbolo de las trece divisiones como adorno.
Hay dos guardias shinigamis que desconoces y te desconocen. En veinte años el aumento de shinigamis ha aumentado.
Te dejan pasar. En esos momentos hay poca gente observando. Las diferentes salas están casi vacías. El curso ha comenzado y cada división tiene sus obligaciones, como ya sabes.
Recorres diferentes pasillos hasta que llegas a la sala central. Una sala amplia pero prácticamente vacía. Se respira más calor que en el resto de salas. Encuentras dos cosas: tu antiguo haroí y, expuesta, Karyu.
Espero a que nadie me vea, o al menos eso parezca, y me acerco a Kâryu.
Pongo mis manos en sus empuñaduras.
No sé si me podrá escuchar él a mi, aunque es posible...de lo que estoy casi segura es de que yo no puedo escucharle a él al no tener reiatsu.
Kâryu...me alegra que estés bien y te traten así. Espero que no te sientas solo. Sigo viva...me alegro de verte, lo siento. Por todo.
Espero unos momentos, por si llegara respuesta. Pero no creo que sea posible.
Me separo y toco el haorí. Medio sonrío.
Y ya es hora de irme...bastante me he arriesgado.
Me dirijo a la salida.
No obtienes respuesta, pero sí te das cuenta de que las hojas se encienden como si estuviesen ardiendo de emoción y placer.
Cuando te giras, y vas a salir, observas que Mizu entra en la sala.
(tu dirás si te escondes o no. Es que quiero que veas una cosa antes de irte) ^^.
No, no me escondo. Pero paso todo lo desapercibida que puedo...una simple figura que observa las cosas del museo.