Partida Rol por web

Preocupado por Seltyel, y viendo además que no tenía manera de escapar, Adshreb se acercó al guerrero caído. Intentó detener la hemorragia, pero apenas tenía conocimientos de curación y no lo lograba...

Por su parte, el perro infernal fue corriendo hasta el siguiente matón, mordiendo con furia para proteger a su amo.

Por detras de Adsahreb aparece uno de los matones armado con una espada corta, gritando y corriendo hacia el. El maton que estaba enzarzado contra el perro de Adshareb, trastabillea hacia atras y consigue enarbolar un nuevo disparo al perro, que se le clava en los cuartos traseros.

Un tercer miembro de la banda, cambia la ballesta que portaba y desenvaina una espada corta mientras acude a ayudar a su jefe contra el semiorco....

Condenado sabía que no había escapatoria. Intentó agarrar a Nessian por el cuello pero tropezó con el cuerpo del secuaz caído y casi se golpea él mismo contra la cabeza del mayal de su oponente. Estaba a punto de reunirse con Asmodeo lo que tampoco le importaba tanto ya que tenía que decirle un par de cosas acerca de sus recientes "bendiciones".

Condenado realiza un torpe movimiento hacia atras que casi le hace perder el equilibrio. Nessian aprovecha para situarse frente a el y atacarle, pero el reducido espacio con el que contaba impide su ataque y falla.

Por los gritos de Larissa, suponeis que el perro ha debido dar con ella.

Viendo que su amo se encontraba en peligro, el perro dio media vuelta, ignorando al ballestero y corriendo contra el matón que llevaba espada corta. Después de la carrera, se lanzó contra su pecho, derribándolo al instante y mordiendo con ansia la cara del pobre rufián.

Adshareb respiraba con dificultad, nervioso por cómo se estaban desarrollando los acontecimientos. Con un último esfuerzo, invocó un conjuro de protección, para aguantar algo más e intentar salvar a Seltyel.

El perro invocado por Adshareb da cuenta del maton que se disponia a atacarle, momento que aprovecha el bandido que anteriormente estaba siendo atacado por el perro para huir muy renqueantemente.  Ante los gritos, el unico miembro de la banda de Nessian que queda en pie, corre hacia sus compañeros para ofrecerles ayuda.

El perro intenta atrapar de nuevo a la sacerdotisa entre sus mandibulas, pero esta vez solo muerden el aire, llenando todo el alrededor de babas.

¿Se puede saber dónde estaban sus compañeros? Condenado empezaba a sospechar lo peor. Estaba tan mal situado que no podía correr escaleras arriba y no sabía si podría hacerse sólo con Nessian. A la desesperada. Su oponente intentó arrearle con el mangual. El semiorco se echó a un lado, dejó que pasara la cabeza del arma y agaró el brazo de Nessian, después el otro, se los encajó bajo las axilas y le agarró del cuello con las dos manos.

Ahí estaban, con sus rostros a escasos centímetros de distancia. -No te imaginas las ganas que tenía de bailar contigo, nenaza.- Le gruñó Condenado entre dientes antes de esbozar una siniestra sonrisa en la boca.

Larissa ya se las veía muy mal, así que implorando a su señora se retiró otro paso hacia atrás, sacó su frasco de fuego de alquimista y lo arrojó al perro rezando por que ardiera y muriera de manera horrible.

El perro comienza a ladrar y a agonizar entre las llamas.

Nessian aprieta los dientes, haciendo fuerza por intentar liberarse de la presa del monje, pero no logra ser lo suficientemente habil como para quitarselo de encima.

Condenado sonrie.