Partida Rol por web

Todos se van distribuyendo, y la verdad es que yo era sincera, cogeré mi manta y me subiré a cubierta a dormir después de cenar, no voy a dejar a Poe solo.

- Yo voy a dormir en cubierta, repartíos como más os guste – sonrío, aunque yo siempre sonrío, pero a veces más – voy a echar un piti y a ver cómo está Poe.

Salgo a cubierta, y miro hacia arriba para ver dónde anda mi plumitas, no tarda en bajar, imagino que algo cansado ya de volar. Al aterrizar se agarra a mi brazo, desgarrando la chupa con sus uñas

- Joder Poe, avisa, coño, que me jodes la chupa y no tengo más abrigo. No me mires así, sí ya sabes por qué he subido  – pongo los ojos en blanco – sí, aún me duele la cabeza. - Un graznido resuena, frunzo el ceño y lo cojo del pico - No me grites. Pues pesas una puta tonelada, ¡gordo! si no te bajas no puedo encenderme el cigarro.

Al ver que no había camarote individual creyendo que les había faltado una cama por enseñarles, vuelve sobre sus pasos y entra en uno de los camarotes dobles. 

-Anda que, esperaran que nos metamos tres en uno de los camarotes, aunque Ligeia diga que dormirá en cubierta, en alta mar y en pleno invierno tardará poco en buscar una cama.

Sonrió y abrió la puerta. de momento no había nadie así que depositó sus cosas en la cama de la izquierda y salió de este para volver a la cubierta.

-Alguno tendrá que compartir cama, solo hay séis, no sé por qué creía que había visto siete, Ligeia, creo que deberías dormir dentro, a la noche hará mucho frío, estamos en invierno y estaremos en mitad del mar.

La sinceridad de Ligeia no hace si no sacarme una sonrisa.

- Puede-. Susurro ante la noche loca que sugiere.

Cuando la presento a los demás, puedo notar como el desconcierto es general. ¿ A quien no le parecería raro ese tatuaje? Pero, hey, yo no cuestiono a nadie, eso es parte de mi trabajo. Antes de crear una situación algo mas incómoda simplemente repondo por ella a alguna cosa.

- Ligeia es una conocida de hace tiempo.- Tampoco tanto. - Le encantan las sirenas, así que, como psicóloga que tendrá que trataros... - puntualicé mi función en el barco.-... creo que ella puede aportar un punto de vista bastante peculiar sobre ellas.

Chasqueé los dedos como si me acordara de algo, o se me ocurriera una idea.

 - De hecho, tengo que tomar notas sobre todos, evaluaciones...etc. Cosas aburridas. ¿Que mejor que hacerlo tomando algo? Yo me apunto!

El capitán se nos presentó y puso rumbo a Isla Sirena. Debía dejar esta pesada maleta en algún sitio, y cuando se mencionó lo de los camarotes, supuse que Ligeia vendría conmigo. Pero no eramos pares. Sin embargo ella decidió dormir en cubierta, acompañada de un pájaro extraño. Ummm nada que una señorita como yo no sepa llevar.

- Tranquila, Li. Cuando quieras te dejo un hueco en mi cama. No vas a dormir siempre ahí arriba, con el frio que hace! Te vas a convertir en un pescadilla congelada!-

Tras una breve risa, tiré de la maleta de ruedas y me presenté ante una puerta.

Toc,toc.

- ¿Se puede?- Pregunté a Ronan que estaba dentro. Hay amor mio, espero que no ronques- Espero que no te importe que...- Con un esfuerzo enorme, levanté mi maleta y-...Uff...- la dejé caer encima de la cama libre.- ... sea tu compañera de habitación.- Mi sonrisa era plena y, aunque le miré de arriba abajo mientras movía sus artilugios por la habitación, no lo hacia demasiado descarada. Por Dios que lleve Shorts para dormir!

- Prometo leerte un cuento para dormir si te portas bien.- Dije bromeando.

El agua caliente de la ducha se deslizaba por su cuerpo, mientras sus pensamientos se mantenían centrados en la investigación que debía comenzar mañana. No había detallado aún como iniciar su empresa, aunque suponía que alguién debía estar en Capri esperando por todos para proporcionar algunas descripciones más detalladas de los hechos.

Y Bianca tendrá que esforsarse mucho- casi sin querer sus pensamientos se volcaron en su estudiante- este asunto es algo mucho más complicado en comparación con lo que te enseñan en la universidad, aunque sin duda estará a la altura, ha demostrado ser una chica muy inteligente y capaz.

*Toc Toc...* Mike escucha la puerta sonar y seguidamente la voz de Bianca.-Vaya la he traido con el pensamiento. -En un principio no lo nota, pero cuando decide salir a darle la bienvenida a su nueva compañera de cuarto percibe que la ropa que había sacado de la maleta estaba junto a las demás toallas dobladas en la cama. -Vaya...bueno pues no me queda de otra... -Mmm..estoy en baño, espera ya salgo. -Se seca como puede, rápidamente, y se envuelve con la toalla, quedándose al descubierto de la cintura hacia arriba. Y sale del baño...

En su abdomen definido llama la atención una pequeña cicatriz en forma de "L". -Perdón por la escena, estaba tomando una ducha rápida- le dice tratando de justificarse, -ya sabes para recuperar algo de energía. Será un placer compartir el camarote contigo. -Se acerca y toma la ropa que había dejado en la cama, en el proceso tuvo que acercarse bastante a Bianca, luego entra nuevamente al baño y comienza a vestirse, mientras lo hace pregunta desde dentro -¿Y los demás, han decidido ya cómo repartirse los camarotes?

Sonrío de medio lado cuando veo al moreno de la moto salir a cubierta.

- No te preocupes. Si tengo frío bajaré al sofá o algo, no creo que a nadie le guste dormir con tiburones. Despertar con ésto a tu lado ¿Te imaginas?

Me refiero a mi cara, claro. Río divertida. Val me dijo que podía dormir con ella pero estoy segura de que ella lo pasará mejor con el de los ojos color mar que había por ahí antes. ¡Qué más da dormir! ¡Si no voy a poder de la emoción!

El águila que llevo en el brazo hace el amago de librarse de mi mano que aun le sujeta el pico, parece que va a picarme, y un bicho de esos come carne, debe doler su morededura, sin embargo no lo hace.

- Cállate – le murmuro con el ceño aún fruncido, enfadada con él - ¿Te mueves? Mira la manga de mi chupa, está hecha girones Poe, joder. – Luego miro a máximo y al motero - ¿Queréis un piti? Si me dais fuego, por favor, Poe no quiere moverse.

Sonríe a Ligeia. - Como quieras, no tengo problema en compartir cama si hace falta, la cosa es que ninguno caiga enfermo por el frio, aún así en mi camarote sigue habiendo una cama libre, despertar con tiburones, sería curioso ver la reacción de la gente. Se encoge de hombros.

Y saca un mechero. -No te lo voy a negar, también he traído tabaco si os quedáis sin. 

Miró a Poe. -Siempre va contigo?  Acerco el mechero al cigarro de Ligeia  y luego al de Máximo. 

Lo primero que se me pasa por la cabeza cuando entro a la habitación hablando y oigo el agua de la ducha y la roma de Mile encima de la cama es-OH DIOS MÍO!!.- Y cuando le veo salir del baño solo con la toalla y toda esa tableta de chocolate al aire... madre mía... debo de parecer ahora mismo una bombilla !! Intento relajarme para que se me bajen los colores pero no sé si da resultado.

-eee tranquilo no pasa nada jejeje.- digo con una risita nerviosa.- si vamos a ser compañeros de camarote estas cosas pueden pasar.No se muy bien como se han repartido los camarotes, cuando he venido en tu busca solo se ha ausentado Marc.

pongo mi maleta encima de la cama libre y la abro para coger algo de ropa, unos vaqueros, un jersey negro con algo de escote y unas botas negras planas.

-ahora cuando dejes el baño libre me daré una ducha rápida también y subiré para tomar algo con el resto.- digo más tranquila pero sin perder la sonrisa.

Le sorprendió bastante ver que Ligeia salió afuera para que un enorme águila le aterrizara en el brazo. En realidad sorprender no era la palabra: fascinó sería mucho más apropiado. Se quedó un par de segundos admirando al animal, con el rostro pensativo. Solo cuando Marc acercó un pechero encendido hacia él fue que reaccionó.

-Intento dejar de fumar- dijo sacando un cigarro y encendiéndolo distraídamente-. ¿Poe? ¿Cómo el escritor? – de momento, la más interesante y enigmática era Ligeia por mucho. Sobre todo por hablar con su mascota y “responder” a lo que sea que dijera el ave-. Tendrías que dormir bajo techo- le dijo exhalando una nube de apestoso humo. Sus cigarrillos eran fuertes, tanto que podrían despertar a los muertos-. No vas a querer enfermarte entes de ver algo interesante.

Se sintió tentado a estirar su mano para acariciar a Poe, pero ni siquiera hizo el menor movimiento, pues le tenía aprecio a sus manos. Un animal podía parecer dócil en las manos de sus dueños y sacar su lado más salvaje ante extraños.

De momento, lo de los camarotes le traia sin cuidado y queria ver si convencia a Ligeia de no dormir al aire libre. 

Soy plenamente consciente de lo que soy y sé por qué, pero el resto de personas no, y está bien así, me gusta asustar, sin embargo aquí estoy, hablando con personas normales. Asiento con la cabeza a modo de gracias cuando me enciende el cigarrillo y le doy una calada honda. Voy a necesitar priva para mimetizar con éste ambiente y parecer medianamente normal. ¡Y para tanta gentileza! ¿Hola? Soy un monstruo, el motero ofrece sitio en su cama de no haber más opciones, por Poseidón que hace años que no duermo con el calor de nadie a mi lado, la idea me asusta un poco, la verdad.

Sonrío de medio lado, aliviada, cuando muestran curiosidad hacia Poe, nunca falla, siempre atrae la atención, desviando las miradas de mí. A los niños les encantaba en el circo, era una de las atracciones más solicitadas. El jefe enfurecerá seguro cuando vea que no vuelvo.

- Sí… le di todo lo que me quedaba a aquella gitana, yo nunca había visto un huevo de águila, ella me dijo que era de sirena, yo la creí  – encojo los hombros – y aquí estamos. Ligeia y Poe. Como el escritor.

Suelto su pico, Poe me mira enfadado por haberle secuestrado el pico, me grazna, pero más flojo que antes, sin gritar.

-  Ya… siempre nos toman el pelo, eh… – sonrío de nuevo, suspiro ilusionada como hacia años que no lo estaba y miro hacia el horizonte oceánico -  así que vamos a buscar sirenas… ¿A dónde exactamente? ¿Y por qué allí? ¿Lo sabéis?

Desde el interior del camarote, con la puerta entreabierta, había podido oír a Bianca indicar que dormiría en el camarote de Mike y a Marc, el buzo, escoger el tercer camarote. Ligeia, aquella chica tan extraña, había planteado que dormiría en la cubierta, junto a su pájaro, una propuesta quizá un tanto curiosa, aunque Val se había ofrecido a dejarla compartir cama si era necesario.

Me encontraba depositando la maleta a un lado de la cama cuando escuché la pregunta de la psicóloga, quien también había escogido aquella habitación.

-Claro, pasa -dije, depositando el estuche del arpón apoyado contra la pared-. No, tranquila, no me importa que compartamos habitación. No soy de los que roncan, si eso te preocupa, Val -Esbocé una ligera sonrisa. Me agradaba la simpatía de la doctora Keihanelene-. Genial. Siempre me han gustado los cuentos.

Reí, divertido por la simpatía de mi compañera de habitación.

-Teniendo en cuenta el motivo de este viaje, podrías contarme el de La sirenita, aunque me gusta más la historia de Ulises y las sirenas.

-Lady Ligeia- murmuró encantado. ¿Cómo no había notado eso? Se estaba volviendo viejo y distraído. O quizás era que esa muchacha tenía muchas cosas que llamaban la atención, logrando que se le escaparan muchos detalles importantes. Excusas-. Sabemos lo que sale en las noticias. Algunos ataques – ladeó la cabeza-. Testimonios sin mucho detalle, teorías sin base alguna…- se encogió de hombros-. Y acá estamos, subidos en un barco, pagado por una empresa multinacional, en una excursión a comprobar que pasa- sonrió-. Supongo que si compraste un huevo de “sirena”… es porque creés que existen.

De reojo observó donde estaban los camarotes.

-Mmm, me parece que nos queda tu camarote Marc- una media sonrisa asomó por sus pálidas facciones-. No me atrevería a interponerme en alguno de los otros…

Aunque molestar a Valeria era algo que empezaba a parecerle interesante, solo para verle fruncir el ceño.

Vale, ya casi termino. -le contesta.- wow, ella estaba algo sonrojada, -piensa y sonríe levemente al recordar la cara que puso Bianca al verlo salir del baño.

Termina de ponerse el pantalón y el suéter, y sale del baño. -Todo suyo señorita, -dice con una sonrisa algo pícara, -te voy a esperar aquí mientras terminas, así voy revisando algunos vídeos que tengo sobre los supuestos ataques.

-Se dirige a su maleta y saca una Laptop Acer ultraslim. La toma y se sienta con ella en las piernas, sobre la cama de la izquierda, (que quedaba justo al lado de la de Bianca). En el escritorio de la pc reproduce un video nombrado: "Ataques marinos en Isla de Capri"  y se dedica a analizarlo, o al menos a intentarlo, pues su vista se desvíaba sin darse cuenta hacia su estudiante, al punto de quedarse mirándola fijamente, mientras ella se dirigía hacia el baño.

-Perfecto!.- digo a su comentario de que me espera mientras me ducho.

Evito mirarlo fijamente, sólo me doy cuenta de que me mira de reojo pero sigo a lo mío y me meto en la ducha rápidamente. Mientras me ducho pienso en mi profesor, saliendo del baño con la toalla y ... eso era una cicatriz?, de qué será?, y esos abdominales, de que serán?.QUE DIGO!?!?!!??. Bianca ya!!! concéntrate en ducharte rápido!!.

Me pongo los vaqueros, el jersey negro ajustados, las botas y me recojo el pelo mojado en un moño despeinado sujeto con un palillo, dejando caer algún mechón de pelo por mis mejillas.

- Bueno ya estoy lista!!.- digo saliendo del baño con una sonrisa y ya calmada mientras miro a Mike.- qué estas mirando ? .-digo mientras me acerco a él y me siento al lado suya.

- Pues este te va a encantar- Añadí mientras me volvía para abrir mi maleta y ver qué narices había metido en ella.

No, en serio, cuando una hace la maleta a última hora, estando medio borracha, la mayor preocupación es si ha traído braguitas de sobra. Por lo visto, a simple vista, me sobraban. ¿ Podría decir lo mismo de los calcetines?

- Va sobre una adolescente rebelde, así muy hipter y superpelirroja,con nombre de detergente, que flipa con cangrejos y peces amarillos. - Revolví el interior y encontré un par de pantalones visejos- Se lleva fatal con su padre porque es un capo de la mafia acuática que se hace llamar El Rey. Total que la piba se escapa a una fiesta donde conoce a un chulo de pecho partío con aficiones muy a lo Mario Conde, de pasta y tal. - Y mis sujetadores?!! Alarma!- Pero como es un tio guay, la sirenita decide ver a su camello, a ver si le vende algo para poder parecer mas pro. Es un tia supergorda, con obsesión por parecerse a Pink, la cantante, pero con poco éxito - Ah, vale, ahí están en ese rincón.- En esto que le da una droga de esas de última moda que la deja afónica y cuando la pelirroja se presenta en la choza del maromo, no puede decirle que es la que conoció el otro día de botellón.- Ummm.. ¿para que metería yo el rizapestañas?- Y claro, como el es subnormal, iba tan pedo que no recuerda casi nada de ella, salvo que cantaba en el karaoke de puta madre.

Al final decido volcar la maleta entera sobre la cama.

-El tio viéndose comprometido y dudando si la ha dejado preñada, la deja que se quede unos días a ver si le baja la RedQueen. Pero esta no baja y la sirenita empieza a intentar ganarse al zagal viendo que tiene cuartos. A todo esto, la camello de la muchacha sale de su cueva para advertirle de los efectos secundarios de la droga que le dió, pero le mola también el tio este, así que ambas pelean hasta que llega el padre de la pelirroja.- El secador, super importante.- Al parecer la camello le debe pasta al Rey, por lo que el acojone y el suspense están asegurados. Hay un rifirafe entre ellos... que si tu me pediste.. que si yo te dije de irte a comer mierda.. total, que al final el padre de la muchacha saca el arma y se queda solo como en Puerto Urraco.

Protector solar!- Al final de la película, el padre decide que la niña se independice con el chulo piscina este, ya que la carraspera de la muchachas se le pasa bebiendo agua de mar y en un momento se canta una saeta que hasta las gaviotas dejan de batir las alas. Y así la reconoce el chaval. Fin.-

Y el libro de 50 sombras de Grey que no falte en la mesita de noche.

- Hay otra versión, creo que de Disney. Pero ya sabes lo que últimamente hace Disney con las películas. Seguramente hará que la muchacha no tenga madre o algo así.

Cuando la joven estudiante sale del baño, Mike no hace más que quedarse medio tonto, mirándola deslumbrado. -Madre mía. -piensa. -Tranquilo Mike, tranquilo, ella es tu estudiante...- Hace un gesto de reorientación hacia el video que estaba viendo, tras darse cuenta que Bianca pudo haber percibido su cara medio embobada.

-Esto es una compilación de los videos más llamativos sobre los ataques en Capri, estaba tratando de analizarlos, ¿ves?- indica con el dedo índice un punto de la pantalla. -aquí puede verse como desde ese farallón sale algo nadando a gran velocidad, pero no se puede identificar bien qué es, al final resulta que estos videos no son conclusivos, aunque no sé si me he perdido algún detalle.

En fin, -espera que Bianca mire lo que le indica, y luego cierra la laptop. -¿Qué tal si te invito a esa copa en el bar? -le pregunta haciendo un guiño. -Ya tendremos tiempo mañana para esto.

Pues vale, es un trato entonces. -Asiente Mike, tomando la mano extendida de Bianca, mientras le mira directamente a sus hermosos ojos azules. -Bien, vamos entonces. -Se adelanta y abre la puerta de salida del camarote, dejando espacio y haciendo un gesto a la joven para que pase, mientras dice sonriendo y con cara coqueta, -señorita, pase usted.

Aunque Bianca era en suposición, solamente su estudiante, desde sus inicios en la tutoría de la joven no había tenido mucho contacto directo con ella. Y lo sucedido en el camarote ha hecho que Mike, por primera vez, la observe de manera diferente, y aún no entiende que pasa, pero sin dudas, la belleza de la chica ha provocado, en ese pequeño intervalo de tiempo, que su sola presencia, le haga sentir una llama que va quemándole desde el interior. Un fuego que consume, que destruye todas tus razones.