Partida Rol por web

La atracción entre los dos es latente, más aún cuando Eressë se enciende ante el influjo de esa misma atracción y el calor que emana esa nueva condición cuando las miradas se desvían hacia la totalidad de un cuerpo que trae recuerdos de horas pasadas, del placer compartido que llena de alegría el corazón y traduce en simples palabras todo lo que por amor, es. - Tú eres precioso. - confiesa al sonreír, brillando bajo este sol que brilla con intensidad sobre esa piel blanquecina y el dorado de sus cabellos largos. 

Pero lejos de quedarse allí hipnotizada como lo haría en verdad, prefiere ayudar a Eneas a centrarse haciéndolo ella a la par. - Podríamos, además es una forma de integrarnos aquí. Conocerlos, copiar sus gestos, darle normalidad a nuestras acciones así avanzamos. - comenta cuando al coger la mano del tritón, no sólo se dirige hacia él sino también a Nayade. - Todo es cuestión de aprender amor. - termina por decir, mostrándose muy dulce con quien ha conquistado su corazón mientras, aguarda paciente a las respuestas que pueda ofrecer la sirena que los acompaña. 

- Mejor raro que ser una medusa que se deja llevar por la corriente sin más.- le comento a Enna con una sonrisa antes de volverme a Amelia para centrarme en lo importante- ¿Entonces necesitas que te vean para que tu voz funcione? No estoy familiarizado con esas habilidades pero pensé que el poder residía en la voz. Así que podrías ordenarlo desde un punto donde no te viesen y luego sumergirte con rapidez. Si funciona tenemos ropa sino no nos ve a nadie y pensara que son imaginaciones suyas o algún bromista que pasaba cerca. Sea como sea si te ves capaz lo intentamos cuando quieras.

No le sorprendía la atracción entre aquellos dos pues ya había intuido algo sin embargo ahí había algo más que pura atracción,ahí había amor o así lo parecía por el modo en que ambos se miraban por lo que la morena se quedó un poco al margen tras el fugaz beso mientras se vestía.Una vez los otros dos volvieron la atención a ella les señaló la playa y lo que por encima de ella se veía

-"Podemos acercarnos allí y estudiar un poco sus maneras si así lo creéis conveniente"-dice señalando la arena a pocos metros de las piedras donde os encontráis

Las palabras de Naya parecían bastante sensatas, a pesar de la ilusión que le debía hacer el observar y acercarse a los humanos. A Eneas le pareció una buena idea lo que proponía y así se lo manifestó.

Sin pensarlo, el tritón entrelazó su mano con la de Eressëa, a la que acarició suavemente mientras ponían rumbo hacia el lugar donde les había mencionado la joven, junto a las rocas.

Ya sujetando la mano de Eneas, la rubia sirena acepta la propuesta de Nayade y tras colocarse detrás de unas rocas, observa junto a su novio los movimientos de los humanos. Ella lo había mencionado, lo cual no estaba mal que la morena lo haya cumplimentado en una acción, es vital conocerlos en profundidad y más que nada copiar sus actitudes, gestos, que le den normalidad a lo que intentan hacer. 

Está claro que el arte de infiltrarse no será para nada fácil, pero al menos es cuestión de estudiarlos en profundidad. Eressëa no se encuentra nerviosa, sino todo lo contrario. Le encanta observar, aprender y al lado de su amado, todo es mucho más fácil, llevadero. 

- Es ropa que llevan cuando se meten en el mar. O eso he entendido. Llevan ropa para todo, son así de raros. - se encogió de hombros, girándose entonces hacia Orien - Con la humana de tu hermano funcionó sin que me viese, de hecho le pude decir que cerrase los ojos para que no lo hiciese. Ahora sólo queda intentarlo.

Hizo un gesto con la cabeza hacia uno de los barcos por donde había humanos y se quedó esperando sin salir del agua a que quedase alguno solo en cubierta. En cuanto vio que no había ninguno más a la vista, asomó la cabeza y le gritó.

- ¡Eh, tú! ¡Coge la ropa que haya en el barco y tírala al mar!

Pues sí, mejor.

Rió, concediendo al hermano del que creía su amigo.

Se encogió de hombros sin darle mucha más importancia a los tipos de cosas que se ponían por encima los humanos. Querían jugar a parecer humanos y no los detendría y al final iba a cantar. La verdad era que escuchar a una sirena cantar siempre era un placer pero su habilidad era bien diferente. Se metió unos brazos más bajo el agua, lo suficiente para no ser descubierto por error y se concentró para remover un poco el viento. No tanto como para que fuese algo completamente antinatural pero sí lo suficiente como para molestar un poco a cualquiera del barco que quisiera mirar en nuestra dirección.

Cogidos de las manos Eneas y Eressëa comienzan a caminar sobre el paseo de rocas seguidos por Nayade...

Aunque ningún humano se va de cubierta a pesar del aire que se levanta gracias a la magia del tritón Amelia consigue hablar a uno que se asoma y que tras escucharla desaparece rápidamente para reaparecer unos minutos más tarde y comenzar a tirar cosas al agua

Se notaba que la joven tenía ganas de hacer algo porque sin esperar confirmación sube rápidamente y empieza hablar con el primer humano que ve. Por fortuna parece que funciona y con el viento que ha levantado ya el pelirrojo veo más sencillo alejar los objetos que el hombre estaba lanzando al agua del barco.

Una vez me parece que están a una distancia prudencial, hago un gesto a los demás a la vez que me acerco a lo que espero que fuese ropa y agarro todo lo que puedo evitando salir del mar. Acto seguido me sumerjo tirando con ello.

- Bueno, ya tenemos lo que queríamos será mejor alejarnos de aquí antes de que les dé por lanzarse al agua a buscarlo...

En cuanto el humano tiró las cosas y pareció hacer caso de su orden, Amelia se volvió a hundir bajo el agua y esperó a que los demás recogieran la ropa con una sonrisa de satisfacción. Se acercó a Orien y comenzó a inspeccionar lo que habían tirado. 

- ¿Esto será suficiente para todos? Tal vez deberíamos probarlo... - murmuró pensativa y luego sacudió la cabeza - Más tarde. Esperemos que no les seduzcan los pescadores y ellos también quieran marcharse a vivir a tierra... - añadió con un tono ácido mientras se alejaba, esperando a los otros dos.

Alejémonos del lado del barco para hablar.

Sugiero, haciendo un movimiento con la mano para volver al fondo marino. El plan les había funcionado peculiarmente bien pero no podía evitar sentir como si algo apretase mi corazón, algo estaba mal o fuera de lugar y esa sensación me inquietaba de sobremanera...

Asiento a la sugerencia de Enna y ya más en lo profundo con nuestro "botín" entre manos me quedo mirando al resto.

- Supongo que toca mirar lo que hemos conseguido y reunirnos con el resto en el punto de encuentro.- comento sin más mientras me fijo ahora con más atención a lo que teníamos.- Y quizás un sitio donde poder extenderla y verla mejor y deducir si nos puede servir o no...- realmente estaba pensando en voz alta sin tener muy claro que hacer ahora pero así a lo mejor alguno de ellos podía añadir alguna buena idea.

Amelia ladeó la cabeza pensativa por las propuestas de Orien.

- Podemos ir a la playa vacía y probarlo. Así sabremos si nos hace falta más o si nos sirve con esto, antes de buscar a los demás. - se encogió de hombros, esperando opinión.

Al abrir las bolsas veis diferentes ropas humanas de distinto tamaño y formas y no estáis demasiado seguros de dónde van puestas

¿Y ahora? ¿Volvéis a la orilla?

Preguntó, mientras observaban aquellas piezas. El pelirrojo se sentía con ganas de marcharse pero la ausencia del líquido elemento no le llamaba demasiado la atención: ya había comprobado por su propia cola que no era algo agradable. Al menos por ahora. Observó esos trozos de cosas que se ponían en el cuerpo.

No tengo ni idea de cómo funciona y no puedo ayudar. Lo siento.

Se mesó la barba e hizo un mohín con los labios. Pero no tenía nada que añadir tras meditarlo. Se sentía cómodo con ellos pero había demasiadas cosas que no entendía y se sentía muy estúpido. Tenía que buscar una solución.

Yo regreso a las profundidades. Volveré a la orilla cada amanecer, por si algo ha cambiado ¿vale?

Les sonrió y sin mucho más que decir o debatir se sumergió, sólo miró hacia atrás por si le seguían.