Partida Rol por web

Krona se echó el rifle a la espalda y sacó un pequeño datapad que ya había usado antes.

En teoria es hacia abajo, pero dejame confirmarlo.

Se conectó un momento a una de las terminales y sonrió.

Efectivamente, es hacia abajo. Hay un lugar que pone Santasanctorum , pero yo me pararía antes y buscaria otra forma de bajar. Lo más seguro es que nos esten esprando allí y en el turboascensor seríamos un blanco demasiado facil.
Propongo bajarnos dos niveles antes y hacer el resto del camino a pie.

- Me parece tan correcto como el hecho de que bajemos en dos turboascensores con un pequeño tiempo de diferencia.

Mudir señaló a Murbella.

- Ella en uno yo en el otro.

Tenía el sable aún agarrado y se le notaba que se encontraba aún en cierto estado de tensión muscular. Eso era bueno, estaba preparado para cualquier cosa. Estaba atento, se notaba despierto y eso ayudaba a que su confianza en acabar pronto la misión con éxito fuese "in crescendo".

Lia se paró al lado de uno de los dos turboascensores, esperando que los dos hombres quisieran moverse e ir a por lo que habían venido. Su tono sonriente se había borrado de su cara, tornandose en una máscara inexpresiva. Mientras tecleó en sus brazales para poner en marcha sus sensores. Así, al bajar, le avisarían de lo que le esperaban. Cuando terminó, dió a un boton, que inutilizaba el audio en abierto y conectaba los sensores con su comunicador. Así no alertaría a nadie con ruidos y señales y ellalo escucharía todo a la perfección.

Cuando por fin decidieron que debían bajar por los turboascensores (bajandose antes del final), Lia levantó una ceja y pensó mirando a us compañeros: Bien, nos movemos y hasta parece que piensan y todo... no mucho, pero algo es algo.

Krona subió a uno de los turboascensores, en el que estaba Murbella. Cambió el datapad por otro aparato de tamaño similar y desenfundó la pistola. Estaba claro que con el rifle blaster no podría usar el aparato.

Bueno pues nos vemos abajo.

Nicola se encierra con la rehén en la Lanzadera, la deja preparada para un despegue rápido y se instala en uno de los cañones cubriendo tanto la entrada como el resto del hangar.

Murbella y Krona bajan en uno de los Turboascensores, y Mudir, Lia y Selfeth en el otro, a la mortecina luz que dan los paneles de las paredes los rostros de los Sith muestran una decisión encomiable, el ambiente apesta por el sudor de los recientes combates, el olor a carbonilla de los disparos y por que no decirlo, de la sangre.

Tanto Lia como Krona buscaron explosivos antes de entrar y posteriormente mientras bajaban, pero ambos escáneres daban negativo.

En su bajada contemplaron variedad de salas de entrenamiento, salas de tortura y decenas de niveles residenciales, probablemente destinados al ejército que Skarus había perdido en los últimos días, sus últimos miembros arriba protegiendo el escudo... o en el planeta asesinando a los pocos ciudadanos que quedaban.

Detuvieron su avance un par de niveles antes del final, las plataformas metálicas se detuvieron cuando ya los niveles estaban excavados en piedra... y el grupo de sith descendieron allí. Y buscaron otra manera de llegar al nivel inferior, no les fue muy difícil porque Krona tenía en su datapad los esquemas de toda la zona.

Bajaron un nivel más y mostrando todos un sigilo y una capacidad de andar sin producir el más mínimo ruido más que respetable se acercaron a una rejilla circular de dos metros de radio que comunicaba ambos niveles, a una decena de metros del hueco de los ascensores.

Desde allí pudieron contemplar que los turboascensores terminaban en una gran sala cuadrada con una sola salida, (y con una rejilla en el techo desde donde podían contemplar la sala de abajo).

Desde la rejilla pudisteis contemplar a dos encapuchados que lideraban un grupo de mujeres vestidas de negro y armadas con blasters, las cuales habína derribado varias estatuas de las paredes de la sala y las habían puesto en un semicírculos alrededor de los turboascensores.

Uno de los encapuchados habló en ese momento.

-Se han detenido un par de niveles más arriba, deben estar a punto de bajar... probablemente lanzarán granadas por el hueco, estate preparado para devolverselas.-

-Si Maestro, los detendremos aquí, siento que las crisálidas están a punto de eclosionar, solo necesitamos tiempo para el Alto Maestro, que todo se cumpla como profetizó, en el Arbol de la Sangre.-

-No hables tanto y prepárate. Skarus solo necesita que los paremos unos minutos, luego la victoria es nuestra.-

Krona examinó con cuidado la rejilla de hierro y luego le preguntó a Mudir en voz baja.

¿Serías capaz de  cortar la rejilla esta en un solo movimiento?
Si lo lográs podremos lanzar un ataque sorpresa. Así acabaríamos con ellos rápidamente.

Mientras susurraba enfundaba su pistola y aferraba el rifle blaster.

Por cierto, lo de las crisalidas no me ha gustado nada.

Justo antes de que se detuviera el ascensor, Lia abrió la trampilla del turboascensor. Miró a Mudir y le sonrió. Luego, cuando el ascensor se detuvo un par de pisos por encima del objetivo, Lia sacó de su pequeña mochila un detonador termal. Lo dejó adosado al techo, cerca de las puertas, para que no se viera.

Previamente, había calculado más o menos el tiempo que podría tardar el turboascensor en bajar hasta abajo y puso el temporizador en consecuencia, añadiendo un par de segundos para crear un poco de suspense (que se abran las puertas y ver que no hay nadie... y a los pocos segundos... pummm).

Cuando abran las puerta y vean que no hay nadie y que la trampilla del techo está abierta, entrarán para ver si estamos encima del ascensor. Al entrar, se llevarán una sorpresa... o por lo menos, si no funciona este plan tendremos el tiempo necesario para hacer lo que queramos con la confusión que pueda crear la explosión como aliado nuestro.

Con este pensamiento en la cabeza, Lia salió del habitáculo del ascensor. El simple hecho de pensar en la destrucción y las muertes que podría causar, le suponía una tremenda excitación y alegría, que manifestaba con su sempiterna sonrisa.

Echando un vistazo al detonador, Lia se preparó para apretar el  botón, para que este siguiera bajando con el regalo dentro.