Partida Rol por web

No quedaste muy conforme cuando despertarste del trance de Hibernación en una celda, absolutamente separado de la Fuerza por métodos que no comprendías. Y de esa pasaste a otra y a otra, escoltado siempre por guardias armados. Y sin poder hacer uso de la Fuerza.

Cuando veías a un Jedi, sólo te decía "Medita, luego hablaremos". O una frase similar.

Después de un par de días en la última celda, un lugar aséptico y apersonal, un hombre alto y rubio se acercó y colocó al otro lado de los barrotes un taburete. Mientras te miraba con cara inquisitiva. En el cinturón llevaba tres sables de luz, y reconociste dos como los tuyos.

Murmuró unas palabras por el intercomunicador y poco a poco volviste a sentir la Fuerza, ¿pero qué harías en esa situación?.

No le gustó que los Jedi le encerraran como un perro, y más cuando había demostrado que se podía comportar como un hombre civilizado.  Intentaban ablandar su mente, o quizás que se arrepintiese de aliarse con el Lado Oscuro, pero lo que esos Jedi parecían no comprender era que él acababa de recibir una revelación en su viaje hasta Skarus. No debia ir a los extremos de la Fuerza, sino a donde esta lo guiase, ni blanco ni negro, un gris natural y no enfocado al mal.

Se sintió raro cuando el tipo hizo que el campo anti-Fuerza se desvaneciese, ¿Esperaban que escapase o atacase? Se habían equivocado con él. Pero no le gustaba una mierda que otro llevara sus sables como trofeos. Rompió el silencio...

- Pensé que la hospitalidad Jedi era mejor que una celda a traición, un campo anti Fuerza y arrebatarme mis armas, algo sagrado para mi. Me he comportado civilizadamente, he luchado al lado de Pher y sus Jedi aun a expensas de mi reputación para con Darth Tenkai... ¿Y este es mi pago? La Fuerza me ha hablado, y no eran sueños oscuros ni de luz... He visto el ciclo de luz y oscuridad pasar ante mis ojos, y he visto lo que caminar por ambas sendas traen a la Fuerza. Mi camino no está junto a los Sith, pero tampoco junto a los Jedi... Debo errar por el Universo, como profeta de la Fuerza, como su Mano Ungida. No levantaré mis armas contra nadie que no atente contra mi vida, sea Jedi o Sith, sintiente o no sintiente. La Disciplina ante el sentir de la Fuerza y seguimiento de sus designios será mi causa, mi dia a dia. ¿Era escuchar esto el motivo de tu presencia?

-La hospitalidad Jedi es legendaria, pero la Nueva República tiene unos calabozos fantásticos y unos patíbulos aún mejores, y admitamoslo, también tienen muchas razones para desconfiar de tí y para juzgarte por asociación de malechores, robo y homicidio.-

-Todo eso que me has contado... a mi me suena a delirios de loco, solo está el Lado Luminoso, y si caes de gracia, la Oscuridad que puede llegar a destruirte. Es tan fácil caer y tan dificil salir...-

-Pero antes de nada pasemos a lo importante. La Nueva República ha presentado cargos contra tí, al igual que contra Mus y contra Amelia, de Mus y Amelia la Orden se va a hacer responsable de sus pequeñas trasgresiones y pagar por sus errores, sin embargo de tí no puedo decir otro tanto.-

-El general Koff ha ofrecido hacer un trato informal siempre que proporciones información valiosa de inteligencia, sobre los señores sith a los que servías. Así te dejaríamos en libertad... y te ofreceriamos otras posibilidades. Si no me temo que en unos días llegará un abogado y habrá un juicio...- dice meneando la cabeza.

Suspiró. Había caido en manos de la Nueva República, y como gente que recientemente en terminos históricos acababa de recuperar su "libertad" (o cambiar de cadena, pensaba Danko), su rencor era mayor que su entendimiento. Y si encima le añadías el que su interlocutor no parecía sensitivo a la Fuerza, hacía que su mensaje anterior careciese de significado.

- A día de hoy, aún no he robado nada. He matado a todo aquél que ha intentado matarme, Sith o no Sith. De los malhechores, bueno, nadie está realmente limpio hoy día. - Suspiró de nuevo, un no-sensitivo intentando describir los misterios de la Fuerza.- Incluso para los Jedi y los Sith, la Fuerza ES el misterio original del Universo, usted, como humano no sensitivo a la Fuerza, puede creer en lo que le haya dicho "X" Jedi, o haber escuchado de "Y" usuario de la Fuerza. Pero YO si soy un usuario de la Fuerza, y aunque mis palabras suenan a las de un loco, si me escuchase el Maestro Jedi que me acompañó en la misión para matar a Skarus, vería que lo que digo, al menos, puede ser correcto.

Hizo una pausa, necesitaba respirar hondo antes de decir lo que iba a decir:

- Me ha parecido curiosa una parte de tu dialogo, oficial. Me juzgaréis por ser un criminal que se asocia a los Sith, pero queréis hacer un trato conmigo bajo cuerda... No me malinterpretes y escucha hasta el final. Tu hablas de mal, de bien, de hacer daño y salvar vidas, pero lo que no entiendes es que tu odio por lo que fueron los Sith, se te ha enquistado. Y eso, amigo, es al final tan malo como ser uno de los malos. ¿Queréis que colabore para joder a los maestros Sith? Ofrecedme un trato que me guste y por supuesto que se hará. Como he dicho, ya no soy un Sith. La libertad no existe, solo distintos grados de esclavitud, oficial. Yo queria usar mi "libertad" para ir de planeta en planeta, luchando contra el dolor causado por los que pueden manejar una parte de la Fuerza. Necesito hablar con el Maestro Jedi Eufriates para tomar una decisión. Mañana a ser posible para que tengamos tiempo de llegar a un "acuerdo". Iré pensando en los detalles Sith para cuando vuelvas con otros oficiales a ofrecerme el trato.

Kam Solusar sonríe y de repente notas que sí es sensible a la Fuerza. -Muchacho... Efiatres Corr fue uno de mis alumnos más aventajados, y llegó a maestro enseguida, yo también aprendí mucho de él. Gracias a que hemos hablado con él y confiamos en su criterio estás aquí y no en un bloque de carbonita. Tengo más años que él, la diferencia entre nuestras apariencias es que yo descubrí los misterios de la Fuerza a una edad mucho más temprana y la Fuerza me da energías para mantenerme así. Él era un anciano ya cuando empezó el entrenamiento. Hace cinco años.-

-Y no se encuentra aquí, está a muchos planetas de distancia informando al Consejo de los descubrimientos acerca de tu Señor Sith y de sus amigos.-

-Si siguiera mi odio, arrebataría la información de tu mente, dejándote reducido a un vegetal. Pero resisto esa tentación porque sé que es enviada por el Lado Oscuro.-

-Mañana vendrá el general Koff a interrogarte, y estoy seguro que podréis llegar a un acuerdo.-

Se levanta y parece que va a retirase.

-Estas espadas... no son tuyas ¿verdad? te las dio tu maestro... Cuánto potencial desaprovechado, yo soy el responsable de enseñar esgrima en el templo...- suspira amargamente- y lamento no haber llegado antes a tí, o que Janus Tenkai tuviera la mente tan cerrada.-

Danko meditó la pregunta, a sabiendas de lo que suponía su respuesta. Tenkai le había preparado para todo, menos para traicionarle... ¿Podía realmente traicionar a su maestro? No, si le señalaba con el dedo como un perro cobarde, debía ser capaz de enfrentarse a él y darle una muerte digna, por lo menos... No podía dejar que ellos lo acribillaran vilmente a blaster. Una parte de él se negaba a traicionarle, pero la cosa era seria, y Kam Solusar parecía disponer de un poder con el que Danko solo podía soñar. Suspiró por ultima vez antes de hablar:

- En ese caso, hablaré con Efríates en cuanto este regrese, me llevará tiempo acostumbrarme a mi nueva "situación", y la verdad, hay demasiada confusión en mi mente en este momento como para decir algo que no pueda cumplir. Pero como él puede asegurar, al menos soy capaz de mantener mi palabra si digo que sabré comportarme. El general y yo tenemos mucho que negociar... Si voy a dar toda la información, quiero pedir dos cosas a cambio. - Miro detenidamente a Kam.- Un dia podrías darme una clase práctica de esgrima...

-Lo lamento, pero sólo enseño a aquellos comprometidos con la Orden Jedi. Si un día te doy una clase de esgrima...- dice mientras se marcha.

-Será la última.- la puerta se cierra detrás de él.

Por lealtad o por ser fiel a si mismo, Danko no traicionó a su maestro, aunque sí contó muchas cosas acerca de los otros siths, por ello no perdió la cabeza pero se vio abocado a una pena de cárcel y servicios a la comunidad. Al tratarse de un preso muy peligroso su destino fue una colonia penal.

Pero la historia del joven no acaba allí, sino que realmente es donde empieza, ya que en esa colonia penal, situada en los márgenes de la galaxia y llena de la peor escoria...

FIN