Partida Rol por web

Maldición mira que ya me lo olía. Bufffff.

Si poco me apetece mojarme, menos todavía tener que enfretarme a una serpiente en su cueva y bajo el agua
.

Miro las plumas de las flechas y pienso que mojadas de poco servirán

Con la guía de Itán llevando la cuerda, es todo más sencillo ya que el elfo recuerda el camino y pronto nada por el túnel tirando de la cuerda para guiar a los demás. El elfo, no tiene problemas en llegar al otro lado y mantener la cuerda tensa.

Lilith es la primera en meterse en el agua y agarrar la cuerda para guiarse. Nada con fuerza pero el peso y volumen de su ropa hace que avance despacio. El aire la quema en el pecho y no ve el final. Sigue nadando sacando fuerzas de reserva y con sus últimos recursos, los oídos pitando y los pulmones apunto de estallar, sale a la superficie aspirando el aire en una gran bocanada.

Poco después el enano apararece en la superficie. Ha sido para él un poco más sencillo de lo esperado. 

Tras el enano, surge Artros que también ha cruzado sin dificultad.

Los recién llegados miran con cuidado en derredor sin ni siquiera atreverse a salir del agua. Miles de seres de fuego revolotean por encima de vosotros cantando una canción que parece de miedo... Vuestros ojos se acostumbran a la tenue luz del lugar. Alrededor del pozo en el que os encontráis hay un borde de unos cinco metros de ancho todo en derredor del lago central. El techo, puede tener sus tres metros de altura. A intervalos regulares en una de las paredes, se abren varios túneles oscuros de los que entra y salen aquello seres diminutos.  

Morrowir señala una zona oscura. Allí, enrollada sobre si misma hay lo que parece una gigantesca serpiente de tal vez, diez metros. Por el tamaño de sus anillo, diríais que su cabeza debe ser descomunal. Luego, el guerrero añade:

- Esa es la piel que se le ha quedado pequeña... 

Kazurh por fin consigue pasar, más no le gusta, y nada, la piel que ve. Ya no le gustaban las serpientes de por si...siendo de este tamaño menos aún.

Bueno, si nos damos prisa en buscar y coger el musgo quizá podamos evitar un enfrentamiento con esa serpiente. Quien tiene el saco ?

Dijo mirando hacia sus compañeros.

La humedad de la ropa mojada se adhiere lastrándome hacia el fondo. Trato de sucumbir al pánico cuando puedo comprobar que mi avance es lento. El pecho me duele y me temo lo peor. Cierro muy fuerte la boca pero mi esfuerzo parece en vano. Me creo morir. ¿Dónde está la maldita salida? Comienzo a angustiarme ante la idea de morir ahogada. Aprieto más la boca y reclamo a mis fuerzas casi extintas para intentar un último esfuerzo. 

Parecía que no, pero llego a la superficie arrastrándome con un húmedo gusano fuera del agua. Doy bocanadas desesperadas, los pulmones parecen reventar. Me tumbo exhausta por el esfuerzo.

Kazurh me agarra de los hombros y por mi cabeza se pasan un par de posibilidades antes de oír sus palabras de ánimo, al no conseguir imaginármelo en una situación distinta que la del desquiciado guerrero enano machacando al cangrejo gigante mientras de sus labios se escapaba una carcajada rabiosa y enloquecida...

Pero me anima, cosa que no me esperaba, y todos parecen querer seguirme... Es una sensación extraña, y por un momento casi me siento un privilegiado por estar padeciendo esta plaga letal entre tan amigables camaradas.

Aah... Itán, no pienses tonterías.

Una vez al otro lado, nos reunimos con Morrowir. En cuanto comprobamos que estamos todos, Kazurh pregunta por el saco.

- Lo traje en el primer viaje... Pero antes tendríamos que encender unas antorchas. No me fío de que estas pequeñas linternillas nos alumbren durante toda nuestra estancia en su morada. Y no quiero quedarme a oscuras en casa de esta especie de aprendiz de dragón...

La llegada del resto me da animos, y mientras Itan intenta prender una antorcha, me acerco a Lilith para ayudarle a ponerse en pie a la par que le comento.

- Crees que podremos entablar trato con estas criaturas? Quizas haya algo que podamos hacer por ellas a cambio del musgo. No quisiera despertar la ira de estas criaturas magicas ni de esa serpiente descomunal, por haber robado algo de su pertenencia.

Mientras Morrowir ayuda a Lilith, Itán se mueve entre chapoteos hacia la orilla. El ruido del agua, suena como un trueno en la cueva resonando en las paredes. El elfo, llega a la orilla y busca un sitio seco donde desenvolver los trapos. Se agacha y empieza a tratar de hacer fuego. Por desgracia la antorcha está un poco mojada y tarda en prender pero finalmente lo logra y una nueva luz ilumina la caverna. 

Los pequeños seres, cantan una "canción" de terror y desaparecen por los túneles hasta que os quedáis solos en la cueva. Sólo se oye vuestra respiración, el crepitar del fuego y el sonido del agua al moverse y al caer por una pequeña cascada en el lado derecho que vierte el agua desde la parte superior. 

Ahora podéis ver mejor 6 túneles. Dos parten desde vuestra derecha y cuatro desde delante de vosotros. Aparentemente los seis son iguales...

Con un gesto de agradecimiento hacia el guerrero trato de levantarme. Cuando puedo recuperar el aliento y el habla susurro.

- Es difícil de saber - respondo con dificultad debido al esfuerzo - No estaría mal primero intentarlo por la vía diplomática, pero no sabemos como reaccionará, pero mejor evitar su ira de momento.

Se hace la luz en aquel lugar y la forma en la los pequeños seres han desaparecido  no hace más que acrecentar mi inquietud. Noto como se eriza los vellos de mi piel.

- Tanta luz, me...inquieta - miro alrededor buscando cualquier signo de amenaza.

Al ver como las criaturas desaparecen tras que Itan encendiera la antorcha, maldigo por lo bajo y ayudando ala hechicera camino hacia orilla para unirme y afianzar el grupo. No sabiamos con que nos topariamos en adelante, pero lo importante era mantenernos unidos pase lo que pase.
- Debemos andarnos con cautela, fijarnos bien donde pisamos e intentar escoger un camino que luego podamos deshacer para regresar al punto de partida. Creo que habra que intentar un acercamiento amistoso con estas criaturas, de lo contrario tenemos todas las de perder...

Con la antorcha en una mano, la espada corta en la otra y el saco al cinto, me acerco a los dos túneles que parten del lado derecho, cerca de la pequeña cascada de agua. Una vez en la entrada de los dos túneles, intento buscar tanto señales de musgo como trozos de sangre, de materia orgánica, de piel de serpiente, etc.

- Me gusta lo de la vía diplomática, pero me niego a ser quien negocie con el dueño de ese abrigo usado. Y de todos modos, hay que tomar una decisión. Podemos ir marcando cada curva con un símbolo numérico para no perdernos, quizá con el hollín de una antorcha a medio usar. Y quizá sería mejor que fuésemos todos juntos, por si nos encontramos con papá reptil. Pero tenemos que elegir un túnel, y yo creo que deberíamos ir por este -digo, señalando al que me parece más adecuado.

Al salir del agua asquerosa nos da la bienvenida un pellejo de serpiente y comienzo a pensar que tal vez hubiera sido mejor morir hace unos días.

Pero de todo lo que menos me gusta es que los seres extraños salgan pitando y tengamos que elegir la cueva por la que ir.

¿Y si nos separamos de dos en dos?. Así ahorraríamos tiempo.

Itán se acerca a los túneles de la derecha y empieza a observar. Para alcanzar los túneles hay que trepar un poquillo pero desde abajo consigue observar ambos túneles. Se mueve de uno a otro mientras mantiene la antorcha en alto. No hay rastro de corrientes de aire; pero si hay en ellos rastros de escamas pero no de musgo.

Mientras, los demás se mantienen lejos, en la orilla del laguillo interior.

Sólo Morrowir y Artros:

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Kazurh se queda pensativo mirando hacia todas partes mientras sus compañeros hablan:

-Quizá si metemos unos cuantos de esos bichos en el saco, nos den luz suficiente. He visto a críos hacer lo mismo con luciérnagas, y da resultado.

En cuanto a la vía diplomática, la última serpiente que vi, solo sabía la letra S hahahaha. Creo que lo mejor va a ser estar preparados para luchar, no creéis? Pero lo de separarnos, me gusta poco andando eso por ahí suelto-remató, señalando la muda de piel enorme.

- Ya lo creo, amigo Kazurz.

Todo aquello me intriga de sobremanera. La sensación de peligro me acrecienta y noto todos los nervios tensos, al iigual que todos los músculos.

- Será mejor que no hablemos a no ser que sea necsario, tengo un mal presentimiento.

Shhhhh Tiene que estar por allí.

Cargo mi arco por si sale de su escondrijo.

A punto estoy de decir al grupo que mi elección inicial puede no ser buena idea cuando escucho, tras los comentarios de los demás, la advertencia de Artros. Volviendo cautamente sobre mis pasos, me acerco de nuevo al resto, aunque sin entrar en el agua, y pregunto en un susurro:

- ¿Qué has visto, Artros? ¿Y dónde?

Me mantengo observando a mi alrededor, alumbrando a los lados con la antorcha, y con la espada corta preparada para sajar carne escamosa.

Nada más retroceder Itán, una cabezota escamosa surge del túnel que está enfrente más a la izquierda. La lengua bífida de la monstruosa serpiente, se mueve rauda aspirando vuestro olor. El siseo ahora es perfectamente audible así como el roce de su piel contra la roca. Sólo por el tamaño de la cabeza podéis estimar en casi 12 ó 15 metros el tamaño de la serpiente. Los ojos de la alimaña se centran en vosotros mientras sigue con su siseo. Poco a poco va saliendo del túnel hasta quedar completamente en el interior de la cueva. De momento, no se muestra agresiva pero sí amenazadora. 

Mis sentidos se agudizas ante la advertencia de Atros cuando surge la enorme cabeza. Ahí está la serpiente, no creo que quiera dialogar. Mis manos tratan de extraer el poder y mi mente sondea el Velo. Me preparo para el supuesto combate.
- No os mováis...todavía - susurro.

Kazurh puso el puño alrrededor de su hacha y apretó fuerte, embrazó el escudo suavemente, y muy, muy despacio, se puso en posición de combate. Nunca había visto una serpiente tan grande (tampoco un cangrejo tan grande como el de hacía unos instantes).

-A ver, el que quiera agotar la vía diplomática que aproveche ahora, por que me parece que en breves empieza la vía de la fuerza.

Dicho esto, el enano se puso en tensión, preparado para cargar al mínimo movimiento agresivo de la serpiente.