Partida Rol por web

Vamos, déjalo.  Es un constructo. 

Finn buscaba que lo dejara en el piso.  Que no lo matara.

Los constructos hacen malos no-muertos, pues nunca han estado vivos, realmente vivos.  Tu lo sabes. 

Déjalo y acércate a platicar aquí mejor con nosotros, con calma.  Sabes que llegaremos a un arreglo. 

Es dinero lo que queremos. 

Siempre consigues lo que quieres, lo has experimentado, siempre.  Esta vez será igual.

Las cosas no habían salido como esperaban, pero si como era de prever. Debían haberla hecho caso, realizar el trato cuando tuvieron la oportunidad y jamás haberse enfrentado al vampiro y a sus soldados, cuando era obvio que estaban en superioridad numérica. Eso sin contar con que aquella criatura inmortal podía ser más peligrosa que todos ellos juntos. Había sido un error hacer todo eso, seguir a Alfrrrik en una carga suicida que tenía todas las de saldarse con varios caídos, igual que Powaqqatsi se había matado a si mismo al internarse en aquella niebla en solitario. Ahora, con la sangre hirviendo por el combate y la muerte esperando sobre el campo de batalla para recoger los muertos, era tarde para arrepentirse. Moriría el no-muerto y sus esbirros, o morirían ellos. Si el druida debía sacrificarse para ello, lo haría por el bien mayor. La piedad y la debilidad eran una misma cosa, y tenerlas solo causaría dejar un enemigo poderoso suelto que, tarde o temprano, volvería a por ellos, más fuerte, más preparado, sin compasión. Que encuentres tu hueco en la naturaleza, forjado. Mueres dónde quisiste hacer tu nuevo hogar.

Antes de que nadie pudiera pararla, antes de que cualquier posibilidad —fallida de todas formas— de parlamentar se llevara a cabo, disparó. Dos flechas, una tras otra, que fueron hacia los dos soldados que quedaban en pie. 

A los forjados no le afectan esa clase de ataques  y yo tendré tu cabeza en la punta de mi alabrada antes de que logres asestar una segunda puñalada. - le espeto al vampiro mientras avanzo lleno de furia y fervor mientras miro al soldado en el suelo.

Lárgate de aquí y no vuelvas a obrar con malicia, que la gracia de la Flama me invita a tener piedad contigo.

Tras bordear al soldado caído, sujeto mi alabarda con ambas manos como si se tratase de una lanza.

Powaqqatsi si guardas algún hechizo de curación, te recomiendo que lo uses ahora sobre el chupa sangre este que le va a sentar de maravillas a sus manos. - digo mientras intento hundir la punta de mi alabrada en el costado del vampiro. 

No... Espera... Te daré el esquema, pero no le des matarile al caradelata...

La semiorca dejó caer a Skully al suelo, lo que volvía a poner en tela de juicio la fortaleza de su amistad. Demonfly llevó la mano atrás, para buscar la dichosa copia del esquema. Palpó y palpó, y al final abrió su mano frente a ella para ver un frasco de fuego griego.

Anda, qué curioso... Ni recordaba llevarlo encima. ¡Cógelo, carademurciélego!

Demonfly lanzó el vial contra el vampiro. A lo mejor alguna gotita salpicaba al druida, pero evitaría que el vampiro le diese el golpe de gracia si estaba más ocupado apagando las llamas.

¡Demonfly! ¡Espera! ¡Matará a Q!

Ariete siguió con sus sensores de movimiento la trayectoria del vial por el aire, dirigiéndose directo al cuerpo del vampiro. Todo se había torcido. Todo había salido mal.

¡NOOOOOOO!

Ariete avanzó para tratar de matar al vampiro antes de que rematase a Q. En el camino se encontró con uno de los sicarios de su enemigo, al que clavó su espada, como si se tratase de un molesto mosquito que le estorbaba a su paso.

Ch'om se preocupó mucho por su druida, voló de frente para tratar de picotear al wanna-be-vampiro, pero la misma preocupación lo hizo fallar. 

¡Squaaark!  

Las palabras de Finn parecen no convencer al vampiro. Pero por lo visto tampoco os convencen al resto...

Daisy extrae un frasco de fuego griego y se prepara para lanzarlo. Al verlo, el vampiro ruge como un felino enseñando sus colmillos. Con un rápido y preparado gesto clava la daga en la axila de Powaqqatsi. Es un golpe mortal...El druida se convulsiona durante un instante y cae a pies del vampiro justo en el momento en el que Ch'om se lanza sobre el cuerpo de Powaqqatsi para protegerlo. El frasco impacta sobre el vampiro en una intensa deflagración. Las llamas lo envuelven y el fuego cae sobre las alas abiertas del zopilote.

Dos rápidas flechas surgen del arco de Adia. Una atraviesa el cuello de uno de los soldados de la garra que cae al suelo apenas consciente de lo que la ha pasado. La otra se entierra en la rodilla de aquel situado más al norte el cual cae al suelo.

Alfrrik, furioso al contemplar la vileza y la crueldad de aquel ser al clavar la daga profundamente en el costado de su amigo le asesta un certero golpe con su alabarda que le cruza la cara desde el ojo izquierdo a la mejilla derecha. El vampiro sisea con rabia.

"¡SSSSSSSSSSSS!" 

El soldado situado más al norte se revuelve en el suelo de repente y emite un gemido de dolor. El vampiro retrocede con una profunda mirada de odio hacia vosotros.

- ¡Estáis muertos! ¡ MUERTOS! 

Su cara adquiere de repente un extraño rictus y, de repente, le veis  fundirse en el suelo delante de vosotros y desaparecer.

En el suelo queda tendido, inerte, Powaqqatsi...

Demonfly recogió a Skully y se acercó al difunto Powaqqatsi negando con la cabeza. Ariete, por contra, no podía aceptar su muerte. El forjado llegó y envainó a Sable, dispuesto a dar auxilio médico convirtiendo su índice en un taladro, y remachando la herida.

Déjalo, Ariete. Aunque lo cogieras a tiempo, tenemos poblemas más importantes. Ese tipo seniestro puede volver a aperecer del suelo en cualquier momento. ¡Atentos toos!

Daisy Sue y Skully se pusieron en guardia, vigilando a su alrededor. Lo único que podía salvarles ahora era que Failin llegase con su carro elemental, pero si el vampiro podía atravesar la tierra, ni siquiera eso podría mantenerles a salvo.

A ella no hizo falta que se lo dijeran ni Daisy ni Skully; en cuanto el vampiro desapareció, se puso en guardia al momento, con una flecha preparada mientras se movía en lentos círculos, atenta a cualquier cosa extraña que ocurriera a su alrededor. Era lo único que podían hacer mientras esperaban que Failin regresara. Y más valía que regresara. Hasta entonces, debían estar preparados.

—Alfrrik, tú también. Deja el cuerpo y recoge tu arma —gruñó—. Esto no ha terminado aún.

Presa de la furia, intento arrancar la cabeza del vampiro con un segundo golpe de mi alabarda, el cual sólo encuentra el aire.

La próxima vez no escaparás, tendré tu cabeza en la punta de mi alabarda muy pronto, ya lo verás. - le espeto al suelo luego de que el vampiro desaparece.

Acto seguido, dejo caer mi alabarda y cojo un buen puñado de tierra para lanzarlo sobre las alas del zopilote.

Tranquilo Ch'om, llevaremos a Powa con un buen artífice y verás como estará operativo en muy poco tiempo, tienes mi palabra. 

Acto seguido, me echo el cuerpo del druida a la espalda y tras recoger mi alabarda me pongo en marcha hacia el carromato elemental.

Tranquilo mi amigo, muy pronto te pondremos a funcionar de nuevo, ya lo verás, hay artífices muy habilidosos en todo Khorvaire.

Al escuchar la voz de Adia, me limito a elevar la mano en la que porto mi arma y seguir caminando.

Os mantenéis alerta durante unos segundos terribles que parecen horas. Vuestra adrenalina aún está por las nubes y os mantiene activos y con la respiración acelerada. De repente una gran sombra aparece avanzando rápidamente hacia vosotros con un crujido y un sonido de estática.

Es Failin en su carreta elemental... Al veros y al ver los cuerpos tendidos alrededor de vosotros abre los ojos y le tiemblan las piernas. Cuando ve a Alfrrik transportando a Powaqqatsi lanza las riendas a un lado y baja de un salto del pescante.

-¡Tráelo aquí, rápido!- le urge al enano.

Failin abre el asiento del pescante y revuelve entre sus pertenencias hasta extraer una botella.

- Aguántale la cabeza...así- dice mientras vierte el contenido entre los labios del druida. 

Os reunís entorno a Powaqqatsi deseando que se recupere, esperanzados en ver algún síntoma que indique que la poción de Failin ha surtido efecto. Sin embargo, es difícil de decir en un forjado. Sus signos vitales no son aquellos a los que estáis acostumbrados.

-Será mejor que nos marchemos cuando antes. Y que busquemos ayuda. Ayudadme a subirlo y partamos.

Entre todos colocáis el cuerpo del druida en el interior del carro. Ch'om se mueve nervioso entre vosotros picoteando vuestros brazos y piernas. El pobre animal es os conmueve en su desesperación por lo que le hacéis un hueco entre vosotros. Por una portezuela que da al pescante veis a Failin subir al carro de nuevo. Apesadumbrado mira hacia atrás, hacia la boca de la mina, y con un gesto seco de las riendas pone en marcha el carro elemental. Os disponéis a abandonar las tierras enlutadas...y casi no podéis creerlo.

En el interior del carro elemental, Daisy Sue dió una patada a la pierna de Powaqqatsi.

Caradelata, como no vuelvas a fruncionar te juro por toda la Hueste Soberana que cocinamos en una cazuela al pollo ese tuyo, ¿eh? ¡Dispierta!

Demonfly no era la única que estaba preocupada. Skully McBones también lo estaba, aunque tratase de mantener su semblante inexpresivo de siempre.

Ariete miró por el ventanuco de la carroza, pensativo.

Mmmh... ¿No sería un interesante giro de la historia que el vampiro hubiese dominado mentalmente a Failin, y que ahora nos estuviese llevando a Karrnath en lugar de a Darguun?

Tal vez sería buena idea que Adia lo vigile, después de todo, ella se desenvuelve mejor que nosotros en campo abierto, aunque dudo que ese chupa sangre haya tenido tiempo suficiente para lanzar alguna clase de hechizo, después de todo estaba ardiendo cuando le vimos por última vez. - respondo en tono tranquilizador mientras evalúo el cuerpo de Powaqqatsi.

Al beber el líquido aquel, una luz se prendió en Powaqqatsi.  Más siguió inerte.  Luego se prendió otra, mientras la primera se apagaba, y luego hizo igual otra más adelante.   Ch'om, nervioso, picoteaba cada una conforme aparecían.  Viendo a donde se prendería la siguiente.   Más Powaqqatsi seguía inerte.